Por Gustavo de la
Torre Morales.
El
pasado 9 de febrero se comunicaron conmigo para participar vía telefónica y en
vivo en un programa radial de Mataró, localidad de Barcelona, en Cataluña. En
la Cruïlla D’europa, nombre del programa de radio, se decidió tocar como objetivo, según descripción del propio programa: “hablar
de las relaciones que mantienen Cuba y la Unión Europea”. También se tenía
como propósito tocar el punto sobre la “reapertura de las embajadas entre la
isla y EEUU del pasado verano y lo cual significó el penúltimo capítulo de un
proceso de normalización entre dos países vecinos que rompieron vínculos hace
más de cincuenta años”.
El
programa fue dirigido con exquisita amabilidad y profesionalidad por las
periodistas Teresa Carreras y Ana Galdón, al cual estuvimos invitados el Sr. Joaquin Roy
(Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y doctor por la
Universidad de Georgetown. Catedrático Jean Monnet y director del Centro de
Excelencia de la Unión Europea de la Universidad de Miami), la joven periodista
cubana Cristina Escobar
(comentarista de la Sección Internacional del Noticiero
de la Televisión Cubana y presentadora del programa en inglés "Interview
from Havana") y un
servidor (un cubano simple, residente en Barcelona desde mayo del 2008).
Desafortunadamente
la comunicación con la periodista cubana no se pudo efectuar; y asumo que se
debió a involuntarios problemas técnicos (se puede escuchar en la grabación del
programa), más teniendo en cuenta que en esos días las condiciones
meteorológicas en Cuba no eran favorables y esto pudo afectar directamente los
intentos de comunicaciones con Cristina.
En
el programa pudimos participar el Sr. Joaquin Roy y yo, de los tres invitados.
Pero
no centraré esta entrada en las razones que expuse en el programa y me
identifican con claridad con el proceso socialista de la Revolución cubana_
tengo otras miles de razones muy palpables para sostener el por qué sigo siendo
fidelista y que por factor tiempo no pude exponerlas.
En
esta entrada prefiero referirme al Sr. Roy, quien expuso algunos de los
argumentos con los que no coincido, ya que se entremezclan con los mismos
esgrimidos por ese sector reaccionario con la Cuba de hoy: la revolucionaria y Socialista. Pero debo reconocer
que muy a pesar de nuestras diferencias ideológicas, tuvo la cortesía de expresarse con prudencia.
Ahora,
muy a pesar de su cordura, expondré por qué no concuerdo. Primero por la
omisión de información vital para comprender y visionar una correcta secuencia
de los sucesos que mencionó y de la realidad cubana y, segundo, porque es
lamentable que algunas personalidades, muy a pesar de gozar de un alto nivel catedrático,
como él, acostumbran con “razones” sutiles a justificar la política exterior
injerencista y hegemónica de los gobiernos de Estados Unidos.
El
ilustre Sr. Roy, en su turno de comentarios, adopta el vocablo “embargo” para edulcorar
una política de aislamiento que los gobiernos de Estados Unidos señalaron como
camino para doblegar al pueblo cubano desde 1898, poco después que el Congreso
norteamericano aprobase la primera intervención contra Cuba. Dicha estrategia
política se reflejó en la misiva dirigida al Mayor General Nelson A. Miles, jefe del Ejército
norteamericano, quien recibió como instrucciones del Secretario de Guerra de
ese país, Mr. J. G. Breckenridge, la mejor manera de dirigir la contienda para
lograr la anexión: “Cuba, con un territorio mayor, tiene una población mayor
que Puerto Rico. Ésta consiste en blancos, negros, asiáticos y sus mezclas. Los
habitantes son generalmente indolentes y apáticos. Es evidente que la inmediata
anexión de estos elementos a nuestra federación sería una locura y, antes de
hacer, debemos limpiar el país, aun cuando esto sea por la aplicación de los
mismos métodos aplicados por la Divina Providencia en Sodoma y Gomorra”…
“Debemos destruir todo lo que esté dentro del radio de acción de nuestros
cañones. Debemos concentrar el bloqueo,
de modo que el hambre y su eterna compañera la peste, minen a la población
civil y diezmen al ejército cubano.”
Aunque Cuba literalmente no fue “anexada”, sí se
utilizó como neocolonia (duele ver a Puerto Rico aún bajo esa condición cuando
se miente al decir que es un Estado “libre” Asociado, pero sin libertad para elegir
su futuro) y la denominada fruta de la Doctrina Monroe se exprimió por parte de
los intereses estadounidenses.
¿Ha cambiado en algún ápice los intereses de la
potencia imperialista? ¡Por supuesto que no!
El 6 de febrero de 1959 el banco Nacional de Cuba
solicita la devolución de 424 millones de dólares depositados por prófugos
cabecillas que sirvieron a Fulgencio Batista; pero ni un centavo fue devuelto.
El gobierno cubano aprueba la Primera Ley de Reforma
Agraria, en mayo de 1959, la cual expropió el latifundio extranjero para
entregar las tierras a los campesinos cubanos, socializó las áreas cultivables y
derogó la tenencia extranjera de la tierra. En respuesta, en junio de ese año
el Informe del Departamento de Estado de EEUU declaró que había que “asumir de inmediato
una posición muy firme contra la Ley
de Reforma Agraria (...) La mejor manera de alcanzar el necesario
resultado era la presión económica". Otro informe presentado en el Departamento de Estado
en abril de 1960 declaraba: "La mayoría
de los cubanos apoyan a Castro (...) no
existe una oposición política efectiva (...) el único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través
del descontento y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades
económicas". En consecuencia y por
solicitud expresa del gobierno de su país, las transnacionales norteamericanas
(ESSO, TEXACO y SHELL) restringieron las exportaciones de combustibles a Cuba y
se negaron a refinar el combustible procedente de otros mercados, muy a pesar
que la Ley de Minerales y Combustibles vigente desde mayo de 1938 establecía la
obligatoriedad a ello.
En junio de 1960, el presidente Dwight Eiserhower decretó
un embargo parcial a la azúcar y el níquel cubano, además de la prohibición de
exportaciones desde Estados Unidos hacia Cuba. Después el presidente John F.
Kennedy suprimió totalmente la cuota azucarera cubana a partir de 31 de marzo
de 1961 y a partir de enero de 1962 comenzaron las sucias maniobras para el
aislamiento total y posterior expulsión de Cuba de la Organización de Estados
Americanos (OEA). A partir de febrero de ese año y por medio de la Orden
Ejecutiva Presidencial 3447 se implementó formalmente el bloqueo contra Cuba, el
cual sigue vigente en la actualidad, muy a pesar de recibir en las Naciones
Unidas condenas por 22 años consecutivos por el voto de la mayoría absoluta de
sus miembros.
La diferencia entre embargo
y bloqueo es que este último conlleva la aplicación de sanciones
extraterritoriales de forma ilegal, condiciona al resto de países a intereses muy
particulares de Estados Unidos y donde la voluntad comercial de otros países
hacia con Cuba se ve condicionada por políticas caracterizadas por el “Big
Stick” que encajan perfectamente bajo el término de genocidio: conseguir con la
provocación del hambre, las carencias económicas y materiales la rendición del
pueblo cubano y con ello el derrocamiento de la Revolución.
Existen diversas Resoluciones de la ONU por las cuales se establece el
carácter ilegal del bloqueo contra Cuba; entre ellas está la Resolución 2625,
de 24 de octubre de 1970, del XXV Período de Sesiones de la Asamblea General de
Naciones Unidas, la cual establece: "ningún
Estado puede aplicar o fomentar el uso de medidas económicas, políticas o de
cualquier otra índole para coaccionar a otro Estado, a fin de lograr que
subordine el ejercicio de sus derechos soberanos y obtener él ventajas de
cualquier otro. Todo Estado tiene el derecho inalienable de elegir su sistema
político, económico, social y cultural sin injerencia en ninguna forma por
parte de ningún otro Estado".
El Sr. Roy conoce las sobradas razones de dicha
política de asfixia contra Cuba. Podemos encontrar, entre artículos de su
autoría, el publicado en la Sección de Opinión sobre Cuba de El Nuevo Herald, “Diplomacia
de la Unión Europea hacia Cuba”, de marzo del 2015, donde bien descubre
las intensiones de la política del gobierno de Estados Unidos (en sus palabras:
“terminar
con el régimen cubano”) y hasta la intensión de la Unión Europea (en
sus palabras: “La UE tiene las miras
puestas en una futura transición”.) En resumidas cuentas: derrocar y cambiar
el actual sistema político elegido por el pueblo cubano en su pleno derecho,
por otro más inclinado a responder satisfactoriamente a los intereses y
apetencias de los grandes capitales de Estados Unidos y Europa.
¡Ah! Llamo la atención que el Sr. Roy en ese artículo
de siete párrafos, llama como “Régimen”
en cuatro ocasiones al legítimo y constitucionalmente elegido gobierno cubano; vocablo
que no usó en el programa radial de La Cruïlla
D’europa, pero
que sutilmente dejó al libre albedrío en el minuto 36:57 del programa al decir:
“llamémoslo... llam… llámesele como
quiera: si dictadura, totalitarismo o como quiera… el gobierno allá”.
Tampoco
pasa por alto que el Doctor universitario acuse al gobierno revolucionario
cubano y a su entonces presidente, Fidel Castro Ruz, de los acontecimientos
acaecidos en la embajada del Perú, el 1 de abril de 1980. El catedrático omite
que fueron delincuentes los que irrumpieron a la fuerza en la embajada, que
dicha forzosa irrupción sesgó la vida de un guardia cubano, Pedro Ortiz Cabrera, quien se encontraba ese día
custodiando dicha sede y que fueron las autoridades peruanas quienes se negaron
a responder a las reclamaciones de las autoridades cubanas de llegar a acuerdos
en la solución del conflicto y entregar al causante del asesinato. Éste no fue
el único suceso con esta sede diplomática, ya que otros eventuales intentos
habían ocurridos y fue el gobierno cubano el que dio solución a los casos. Siempre se alertó al gobierno de Perú sobre las
posibles y nefastas consecuencias por el sostenimiento de actitudes indulgentes
de dicha embajada hacia los agresores. Los atacantes no eran trabajadores, ni
intelectuales o campesinos honestos; sino los lúmpenes eran los únicos que se
atrevían a dichos allanamientos forzosos. Una escoria impulsada a una
emigración a través de vías ilegales o formas violentas, aunque ello pusiera en
peligro o costara vidas humanas, sólo por la aceptación por parte de Estados
Unidos (cada oleaje migratorio ha sido incentivado por una política discriminatoria
y con caracteres que sirvieran como contenido propagandísticos contra Cuba).
Hay que esclarecer que Fidel no abrió las cárceles para la
salida por el Mariel, sino que el gobierno cubano dio oportunidad para que todos
los que deseaban marcharse, pudieran tomar el camino directo, más seguro
posible y fácil al “sueño americano”. Además, si Estados Unidos incentivaba la
ilegalidad y la delincuencia, pues lo correcto es que este sector social
pudiera irse voluntario y libremente hacia territorio norteamericano.
Es
muy natural que la vieja guardia de la emigración cubana, la que estaba
involucrada con la dictadura de Fulgencio Batista hasta la médula y que escapó
de la justicia del pueblo cuando triunfó la Revolución, por eso la más
reaccionaria, acuse de emigración económica a quienes han llegado a Estados
Unidos en los últimos 10-15 años (yo diría que hasta desde muchísimo antes) y
es porque una gran mayoría de ellos salieron buscando una oportunidad de
mejoría económica, como tantos otros millones de emigrantes latinoamericanos
que buscan una mejor calidad de vida económica (a las cubanas y cubanos negada
por el bloqueo económico y una política de agresiones de todo tipo y a ellos_
el resto de latinoamericanos_ negada por el mismo sistema discriminatorio del
capitalismo).
Es curioso que el ilustre Catedrático Jean Moret exprese que
una Ley de Estados Unidos (la cual él mismo reconoce acepta la emigración ilegal
cubana y es un “caso insólito”) sea
un instrumento que “el
gobierno cubano lo ha estado usando durante todos estos años como, vamos a
decirlo así, como una invitación a la emigración ilegal” (usando sus propias palabras en el
programa radial), cuando bien se sabe que esto es una MENTIRA fabricada en los laboratorios de propaganda anticubana
y que se descubre hasta en las propias contradicciones de las palabras del Sr.
Roy. O en última instancia, el Sr. Roy desconoce la verdad (y dudo carezca de
suficiente información para caer de manera inocente en ello).
Debería ser fácil deducir para un Director de un Centro de Excelencia en
el estudio de asuntos internacionales que si aún el gobierno de Estados Unidos cree que Cuba es un “riesgo
de emisión migratoria irregular”, pues los gobiernos norteamericanos han tenido
por muchos años y ocasiones (aún la tienen) para establecer una política
migratoria ordenada y derogar todo incentivo al quebrantamiento de la
legalidad: Ley de Ajuste Cubano y Pies secos-Pies mojados. Es una sostenida
solicitud de la parte cubana que ha sido desechada por quienes ponen el oído
sordo desde Washington.
Repito_ ¿Cómo una Ley estadounidense que incentiva, aprueba y
hasta acoge como “héroes políticos” la emigración ilegal puede ser utilizada
por Cuba para invitar a la emigración ilegal?
Para
seguir, llamo la atención a lo que el Sr. Roy llamó “Propiedades ilegalmente
confiscadas”, para referirse al proceso de nacionalización de propiedades
extranjeras llevado a cabo entre 1959 y 1961, por medio de la Reforma Agraria y
la Ley Nº 851, de junio de 1960; proceso que se realizó
en concordancia con el derecho internacional establecido y con el respaldo del
pueblo de Cuba. Así mismo, en dicha Ley se estableció la forma y modo de indemnizar el valor de las
propiedades de personas naturales y jurídicas nacionales de EEUU, las
condiciones de llevarse a cabo la compensación y la provisión de los medios
financieros.
Entonces no fue un proceso ilegal, como expresó el Catedrático
de Derecho, Sr. Roy, ya que además de lo expresado anteriormente, el Ministerio
de Relaciones Exteriores de Cuba cuenta con una nota de respuesta del Gobierno
de EEUU, fechada el 12 de junio de 1959, por medio la cual se expresa: “Los
EE.UU. reconocen que, según el Derecho Internacional, un Estado tiene la
facultad de expropiar dentro
su jurisdicción para propósitos públicos y en ausencia de disposiciones
contractuales o cualquier otro acuerdo en sentido contrario. Sin embargo, este
derecho debe ir acompañado de la obligación correspondiente por parte de un
Estado, en el sentido de que esa expropiación llevará consigo el pago de una
pronta, adecuada y efectiva compensación". Por tanto, Estados
Unidos reconoció en aquel momento el derecho de Cuba a ejecutar las
nacionalizaciones; pero fue la propia prepotencia del Gobierno norteamericano
lo que impidió se llevara a cabo la voluntad por parte de Cuba de efectuar las
indemnizaciones correspondientes. Adversidad que no ocurrió con las
expropiaciones a otros extranjeros procedentes de Francia, Suiza, Gran Bretaña,
Canadá y España.
De todas formas, a manera de análisis ¿Si las expropiaciones
y nacionalización de empresas norteamericanas se “asumiera como un acto ilegal”,
cómo podríamos llamarle a la intervención de Estados Unidos en el conflicto
hispano-cubano, donde Cuba fue despojada de su oportunidad de alcanzar la
independencia deseada, cómo llamarle a la imposición de un gobernador
norteamericano entre 1898 y 1902, de la imposición de una vergonzosa Enmienda
Platt que subyugaba una vez más a Cuba a los intereses y mandatos del Tío Sam,
cómo llamarle a la imposición de los Acuerdos de “Reciprocidad” Comercial (1903
y 1934) que ofrecieron a los inversionistas norteamericanos excepcionales
privilegios, tales como, desplazar a empresarios de otras nacionalidades,
adueñarse de las riquezas naturales del país y dominar la economía cubana? Por supuesto,
lo que se hizo por parte de Estados Unidos fue un robo, un expolio y Cuba nunca
ha sido indemnizada por ello.
Según el eminente licenciado, a EEUU no le conviene una Cuba, a sólo 90 millas,
convulsa y con enfrentamientos internos ante el riesgo de una “apertura
democrática” y es por ello que Washington opta por la “estabilidad” ¿Cuál
estabilidad, cabe preguntarse, cuando es el gobierno de Estados Unidos en estos
57 años el que ha utilizado maniobras de agresión militar con bandidos
infiltrados por nuestras costas, una invasión militar en 1961, ataques
bacteriológicos, atentados contra instalaciones económicas cubanas, financiación
de la oposición (llamada disidencia) a través de sus instrumentos de injerencia
(CIA, USAID, NED y la otrora SINA) y el aliento a la emigración ilegal, sólo por
mencionar lo que el Sr. Roy llama “apertura
democrática”? ¡Vaya manera inusual de optar por la "estabilidad"! ¿Verdad?
Además, es muy irónico poner en práctica una “apertura
democrática” al estilo americano (dígase estadounidense), cuando ese país en
tema de política doméstica tiene como regla “democrática” la división y la
desigualdad social. Remitiéndonos a los informes de la Oficina del Censo de los
Estados Unidos sobre Ingreso y Pobreza
en los Estados Unidos: 2014 y Cobertura de
Seguro Médico en los Estados Unidos: 2014, se puede encontrar
que 46,7 millones de estadounidenses viven bajo el umbral de pobreza (siendo un
14,8% de la población con
escaso o nulo acceso a los alimentos), donde la burbuja inmobiliaria está
llevando a la cada vez más reducida clase media a incorporarse a las llamadas
“Ten City” (por culpa de la perdida del trabajo y los desahucios), 33 millones de personas subsisten sin cobertura médica
y más de 1,6 millones de niños viven en la calle; donde muere una
persona por arma de fuego cada 16 minutos, donde los niños no tienen seguridad
en sus escuelas y donde la brutalidad policial ya tiene un amplio expediente de
víctimas (un alto por ciento de negros e hispanos), por citar sólo algunos
datos. Pero en referencia a política exterior, el “idílico” sistema “democrático”
que desde Estados Unidos se desea promover para Cuba usa la excusa de la
Seguridad Nacional para llevar a cabo invasiones militares, derrocamiento de
gobiernos constitucionales a través de “Revoluciones” de Colores o golpes de
Estado, el asesinato extraterritorial con drones, espionaje a otros gobiernos y
sus propios ciudadanos, financiación de grupúsculos opositores o terroristas (estos
últimos tienen como ejemplos el caso de Al-Qaeda, las guarimbas en Venezuela y
más reciente a ISIS en Medio Oriente), apoyo a gobiernos genocidas como el
extinto Apartheid de Sudáfrica, el actual sionista de Israel que lleva a cabo
una limpieza étnica contra Palestina o el de Arabia Saudita que sigue
asesinando con armas estadounidenses a la población yemenita; acoja a terroristas
como Posada Carriles y tenga cárceles dedicadas a la tortura con detenciones de
personas sin proceso judicial y sin derecho a ello.
Es
muy curioso que el Licenciado en Derechos, el Sr. Roy, no se detenga a criticar
esa necesidad de “estabilidad” promovida por un país que prefiere destinar multimillonarios
aportes financieros para la cooperación militar con Israel, para la creación de
instituciones “democráticas” que promuevan una sociedad civil servil a los intereses de EEUU en otros países y provoquen el derrocamiento de gobiernos molestos o destine fondos para el cada vez más creciente presupuesto destinado a la industria
armamentista o la promoción de guerras de rapiñas; en vez de destinar todo ese capital a resolver sus grandes dificultades internas que afrontan en cuestiones
económicas, de desigualdad y desamparo social.
Para
terminar, el señor Joaquin Roy expresó que Cuba siempre se había negado a llevar a
cabo negociaciones, tanto con EEUU mientras existiera el bloqueo como con la
Unión Europea mientras se mantuviera el Acuerdo de Posición Común (adoptado en
la UE en 1996 a propuesta del José María Aznar, expresidente de España, prestando
servilismo a su “amigo” el señor George W. Bush); y esto no es cierto. Cuba siempre
ha extendido la voluntad de establecer conversaciones y relaciones
diplomáticas, políticas y económicas con cualquier país e institución
internacional, mientras éstas sean basadas en el respeto mutuo, en la igualdad de
condiciones y sin pronunciamientos injerencistas en los asuntos internos de Cuba y/o exigencias
a un cambio de sistema.
Pero
mientras el SR. Roy ve el proceder de Cuba como un juego que está “colando goles”
a EEUU, para Cuba no es más que un digno batallar por mantener nuestra
soberanía nacional, de resistencia a los constantes ataques que sufrimos con el
injusto bloqueo económico y las constantes campañas difamatorias que se ponen
en marcha.
Quizás
sea que tanto el Sr. Roy como quienes se aferran a creerse que EEUU es el
gendarme del planeta, esos que cree se han equivocado de estrategia
porque no han logrado doblegar a Cuba y por mucha presión o sucios complots que tramen o pongan en marcha contra Cuba, ven como “goles” que la Revolución Socialista
cubana mantenga sus conquistas sociales y siga desarrollando otras nuevas; siga
mostrando al mundo una posibilidad de alternativa al capitalismo, continúe
compartiendo lo poco que tiene como muestra de humanismo solidario, construya
la unidad entre los pueblos o sea vista como tierra de paz (así se ha podido
demostrar con el histórico encuentro en La Habana entre el obispo de Roma el Papa Francisco y el
Patriarca de la iglesia Ortodoxa rusa Kirill).
Mientras
el Sr. Roy y quienes sostienen la filosofía del capitalismo, crean que Cuba ha
estado “colando goles”, nosotros lo vemos como que hemos fortalecido nuestra
capacidad de parar todos los “goles” que han deseado colarnos; porque el deseo de un
pueblo a construir su propio destino no es una cuestión de “goles”, sino de un
DERECHO que le asiste.
No
sé si la vida nos hará coincidir nuevamente en un debate al Sr. Joaquin Roy y a
mí; pero sí espero que el Sr. Roy descubra que el fracaso admitido por el
presidente actual de EEUU, Barack Obama, seguirá siendo el fracaso de los futuros
presidentes si el único fin que buscan es derrocar a la Revolución y subyugar
nuevamente al pueblo cubano. Ni agresiones ni lentejuelas del consumismo son
parte de la ideología sustentada por nuestros principios.
Más bien, si de “goles” se trata, se están
marcando auto-goles ustedes mismos.
Por lo demás, agradezco la invitación que me hicieron y la posibilidad brindada para defender a Cuba.
Hacer click sobre el link de abajo para escuchar o descargar el programa de radio:
http://www.ivoox.com/podcast-cruilla-d-europa_sq_f148675_1.html
Por lo demás, agradezco la invitación que me hicieron y la posibilidad brindada para defender a Cuba.
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