Por María Victoria Valdés Rodda.
El
venidero 30 de septiembre se cumplirá un año de la entrada de las tropas rusas en terreno sirio. Y en ese contexto
cabe destacar que la situación
actual es mucho más favorable, a pesar de la persistencia de las
tensiones en el Medio
Oriente.
El cálculo de Vladimir Putin y del Gobierno de Bashar Al Assad sobre las ventajas
de la aviación como soporte contra el terrorismo fue certero, lo cual permitió
que Damasco mantenga una postura de afianzamiento
gracias, además, al apoyo de otras fuerzas, provenientes de Irán y de Líbano. De este último es el movimiento Hizbulá que, al cierre de esta edición, efectúo una
ofensiva contra posiciones del autodenominado Estado Islámico (EI) o Daesh, en
la región fronteriza Al Qalamun.
El medio árabe Al Mayadeen destacó las
victorias del Ejército
sirio y de sus simpatizantes árabes y persas, quienes han
intensificado los operativos militares en varias provincias del país.
Sobresalen Alepo, Sweida y Hama: decenas de
terroristas fueron eliminados, sus vehículos destruidos y confiscadas sus armas
y municiones.
El secretario del
Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjani, se muestra
orgulloso de la cooperación y coordinación
entre Irán, Rusia y Siria. En entrevista concedida a la radio y televisión
persas, Shamjani precisó que la unión entre los tres países frustró la estrategia dilatoria de Estados Unidos para imponer su
voluntad en las ecuaciones de seguridad en Siria.
Asimismo hizo
alusión a los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados para apoyar a los
grupos terroristas, llamados eufemísticamente “grupos armados opositores
al Gobierno sirio”. ¡Vaya oposición mezclada con sangre fría para matar a
civiles indefensos!
Mientras, la prensa
noroccidental (léase la de Estados Unidos y Europa) persiste en exigir en
rimbombantes titulares y artículos, que se lleven a cabo treguas cada cierto
tiempo entre gobierno y oposición. Lo curioso es que quienes incumplen el cese
al fuego son los llamados “moderados”: terroristas amparados por la Vieja Europa
y la Casa Blanca, con el argumento de que son luchadores por la soberanía
nacional, que desean legitimidad democrática. Desde el inicio de la aplicación
de la tregua el 27 de febrero de este año, ya son más de mil las infracciones
al alto el fuego cometidas por ellos.
Doble rasero
Este patrón de
amago es un simple juego de apariencias que se aplicó con éxito en Irak, Libia
y Ucrania, de modo que el presidente Al Assad y sus seguidores –la mayoría del
pueblo que lo eligió en las urnas– están prevenidos. También Moscú. De
cualquier manera es interesante subrayar lo que analistas internacionales han
denunciado como doble
discurso estadounidense en referencia a las treguas en la ciudad
siria de Alepo.
Washington, según
el periodista Eduardo Meneses, aprovecha los períodos de calma para favorecer a
determinados grupos, porque persiste en la voluntad de derrocar al Assad. El
mandatario fue claro e intransigente cuando le expresó a la agencia RiaNovosti, que “el terrorismo que desangra a Siria e
Irak es apoyado desde Turquía, Arabia Saudita y varios países europeos, entre
ellos Francia y el Reino Unido”. Recalcó que “el terrorismo es el verdadero
problema. Tenemos que luchar contra él a nivel internacional, porque no solo
afecta a Siria, por eso mientras otros países nada más que observan, y no
realizan ningún trabajo serio en cuanto a este problema, nosotros lo
encaramos”.
En tanto, la
consejera de Assad, Bouthaina Shaaban, al hablar con la digital rusa RT, aseveró que los ejércitos sirio e iraquí
“han hecho todo lo posible para derrotar al Estado Islámico pero la
interferencia de algunos actores regionales e internacionales ha dificultado el
éxito del proceso, porque si no hubiera apoyo por los partidos regionales (en
particular Turquía y Arabia Saudita) no sería difícil derrotar al Estado
Islámico. Sin embargo, el dinero, los recursos y la facilitación para el EI
provienen de estos países”.
En ese sentido es
sabido que Turquía ha llegado a un principio de acuerdo con Estados Unidos para
brindar protección aérea a sirios “moderados”. Y esto no solo es denunciado por
Siria. El propio canciller turco, Mevlut Cavusoglu, confirmó que “hay un
acuerdo preliminar. Cómo se va a coordinar la ayuda es responsabilidad de
nuestro Ejército”. Ha precisado que el apoyo aéreo tiene como meta proteger a
grupos insurgentes en Siria que reciben entrenamiento militar gracias a un
programa liderado por Washington, vigente desde febrero de este año, justo al
inicio de la tregua.
Vaya paradoja esta,
porque el apoyo yanqui y de sus aliados al EI, activos en Siria e Irak, se
produce a pesar de que el país norteño lidera la llamada coalición
internacional anti-Daesh, formada por más de 40 países, alianza que no obstante
la propaganda mediática no ha conseguido avance alguno en su
lucha, en contraste con lo logrado por Moscú.
Recientes
documentos desclasificados de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados
Unidos (DIA, por sus siglas en inglés), indican que esta coalición
anti-Daesh ayudó al surgimiento del EI, con el propósito de aislar al
presidente sirio, y además para contener la creciente influencia de Irán en
Oriente Medio.
Como demuestra el
texto, filtrado por WikiLiks, esa coalición, dirigida por Washington,
sabía por lo menos desde agosto de 2012 que los precursores del EI, es decir,
Al-Qaeda en Irak y el grupo baasista-takfirí Daesh, junto a otros grupos
afiliados a Al-Qaeda, “dominaban la oposición siria”. La alianza respaldó
continuamente a una oposición que sabía era dominada por los extremistas y
grupos sectarios con el propósito manifiesto de debilitar al Ejecutivo de
Damasco.
Sin embargo, las
acciones bélicas se están tornando en contra de la propia Ankara con la
incidencia del terrorismo en suelo turco, y en no pocas plazas europeas y hasta
en los Estados Unidos. Pero detengámonos a observar los más recientes sucesos
ocurridos este 20 de agosto en una boda en el sureste de Turquía cuando un
atentado suicida causó 51 muertos y 69 heridos. El presidente turco, Recep
Tayyip Erdogan, señaló en un primer comunicado al EI como “probable autor” de
la masacre, pero tuvo que retractarse, pues se trató de la acción de un
adolescente de 14 años, aparentemente admirador de los “luchadores por la
libertad en Siria”.
Proceso de reconciliación y ayuda china
Este 23 de agosto
se materializó la incorporación de otros cuatro poblados a los 448 acogidos a
la iniciativa gubernamental siria de reconciliación. Esto es un paso esencial
en el proceso emancipador de los pobladores bajo el yugo de los terroristas.
Incluso para aquellos que todavía continúan sometidos, Rusia y Damasco han
creado un corredor de ayuda humanitaria, muy especialmente para los civiles que
salen de Alepo y Hama. Se han desplegado puestos de alimentación y expedición
de artículos de primera necesidad.
La República
Popular China por su parte ha ofrecido ayuda humanitaria y entrenamiento a las
tropas gubernamentales sirias. Dos eventos que no han pasado inadvertidos, pues
tienen tremenda trascendencia en la geopolítica. De eso es consciente, el
exanalista del Departamento de Defensa estadounidense sobre Oriente Próximo,
Michael Maloof. Según este experto, Beijing ha estado proporcionando asistencia
militar y entrenando al Ejército sirio, y ahora va a aumentar ese apoyo.
Y no podría ser de
otra manera, ya que tanto China como Rusia son miembros destacados de la
Organización de Cooperación de Shanghái, entidad de naturaleza económica, pero
que ha transformado sus objetivos para ajustarlos a la lucha contra el
terrorismo, con lo cual cumple con una estrategia de largo alcance como la de
propiciar una mayor presencia e influencia en Oriente Medio de China, Rusia e
Irán.
El experto en
materia política de la Radio
Internacional de China, Qinduo Xu, ha calificado la decisión china de
“significativa”, ya que puede ser el primer paso para que el país asiático se
involucre de lleno en Siria. Subraya igualmente que China “tiene su propio
problema con los terroristas” y recuerda que al menos un centenar de ciudadanos
chinos luchan en las filas del llamado Estado Islámico.
Además, la paz y la
estabilidad en la región “son vitales para China: en el orden pragmático,
porque el 50 por ciento de sus importaciones de petróleo provienen de esta
región pero además como presupuesto para un mundo equilibrado y mejor, donde la
guerra deje de ser el lenguaje predominante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario