Por Mumia Abú-Jamal
Desde
el comienzo de la vida humana en comunidad, los pueblos han construido ciudades
a los bordes de los ríos, porque el agua, el agua fresca, era, y es, la fuente
de la vida.
Cairo
(que antes de crecer y ser Cairo, se llamó Fustat), dependía del río Nilo;
Londres, (que antes de eso era la colonial ciudad romana de Londinio) fue
construida a los bordes del río Támesis; París (originalmente conocida como
Par-Ísis, o La Casa de Ísis) creció de las aguas del río Siena; Roma creció
hasta llegar a ser imperio al borde del Río Tíber.
Las
ciudades se nutrieron de las aguas de los ríos, y crecieron.
Flint,
Míchigan, es llamada como el Río Flint, por las duras y oscuras rocas de flint
(picapiedra) que forman el cauce del río.
La
fábrica de automóviles General Motors usó por décadas las aguas del Río Flint,
y después de usarlas, tiraba al río sus desperdicios químicos y las
irradiaciones, hasta que llegó a convertir esas aguas en la actual combinación
corrosiva, tóxica. En verdad, cuando las aguas llegaron a ser tan ácidas que
malograban partes de los automóviles, la General Motors abandonó esa fábrica,
cerrando allí sus operaciones.
Esas
son las aguas que los oficiales del gobierno de Míchigan, con los llamados poderes administrativos de emergencia, para ahorrar
dinero, llevaron a los hogares de Flint; aguas que malogran y disuelven
metales, fueron consideradas lo suficientemente buenas para alimentar a seres
humanos residentes en una ciudad moderna de los Estados Unidos.
Miles,
decenas de miles, de seres humanos envenenados, por ganancias, por dinero.
¿Por
qué eso no es un crimen?
¿Por
qué, en primer lugar, no fue un crimen envenenar un río?
Eso
no fue crimen por la misma razón que hoy no es crimen ordenar el envenenamiento
de miles de seres humanos por ganancias de las corporaciones y del estado
norteamericano.
Miles
de seres humanos –muchos de ellos niños– con veneno en el cerebro, en el
hígado, los riñones, en los pulmones, en sus huesos -- en muchos casos por toda
su vida; tanto así que aún los sabelotodo de las corporaciones de los medios de
comunicación ya están hablando de juicios por daños y perjuicios... ¡Hablan de
dinero que no puede curar nada!
¿Cuándo
un crimen no es crimen?
Cuando
lo cometen las grandes corporaciones. Cuando los hacen los gobiernos.
El
gobierno de los Estados Unidos, con sus ejércitos, cometió genocidio en Irak,
destruyó una de las más grandes y antiguas civilizaciones del mundo, genocidio
basado en mentiras, ignorancia y arrogancia. Torturaron iraquíes en cárceles
infernales manejadas por norteamericanos; y acusaron a unos cuantos guardias de
la clase baja.
El
gobierno yanqui abrió una cámara de torturas en Cuba, suspendió la Constitución
--y a eso le llamó, justicia. (En verdad, en la
Bahía de Guantánamo, Cuba, hay un antro llamado, Campo Justicia, -- ¡no
estoy bromeando!)***
En
una sociedad capitalista, solo vale el dinero. Todo es sobre los Benjamines -- el dinero es más
importante que la persona. Ganancias. Solo ganancias. Y punto aparte.
En
las cárceles del estado de Míchigan, no hay un solo prisionero que haya
cometido un crimen más horrendo que el crimen cometido por el Gobernador de ese
estado.
Sus
crímenes, no importa lo graves que fueron, son crímenes menores. El gobierno
de Míchigan, por unos cuantos dólares, cometió horrendos crímenes contra miles
--ésos si son crímenes mayores.
Pero
ésos son crímenes de los poderosos.
Esos
crímenes no importan.
Ésos
son crímenes del capitalismo.
Traducción
libre del inglés enviado por Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.
--© ‘16maj
*** (Nota del autor de este blog): La Base Naval estadounidense ubicada en territorio cubano, en Guantánamo, es una instalación que se mantiene de manera ilegal y contra la voluntad del pueblo y gobierno cubanos, la cual es punto esencial en las reuniones sostenidas con el gobierno de Estados Unidos y que tiene que ser retirada de Cuba y entregado esa porción de territorio actualmente usurpado.
Esa Base, desde la administración de George W. Bush, fue convertida en cárcel ilegal de detenidos despojados del derecho a procesos judiciales legales y que han sido objetos de horrendas torturas. El gobierno de EE.UU. no ha respondido ante el mundo por sus crímenes, dentro y fuera de sus fronteras.
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