Como consecuencia de la política de Apartheid y de
limpieza étnica de Netanyahu y de sus socios de gobierno, decenas de colonias
israelíes fueron construidas en tierras palestinas, y que han sido pobladas por
centenares de miles de muy extremistas colonos judíos.
Tomado de Palestina Libre
Por Suheil Darwish, palestino que vive en las Islas Canarias (España).
Repaso al pasado
Tristemente, Palestina, venía siendo castigada desde su colonización por el imperio británico, a finales de la primera guerra mundial hace justo un siglo.
Los treinta años de ocupación de Palestina, le bastaron al odioso imperio británico para crear el Estado de Israel a costa del calvario del pueblo palestino.
Sería preciso retroceder muchos siglos en el tiempo, con el fin de recordar el origen de los judíos y de los palestinos. No cabe la menor duda de que ambos son descendientes de las tribus semitas, que se desplazaron de la península arábiga y se instalaron en Palestina hace ya muchos siglos.
Mientras los judíos son los descendientes de las tribus hebreas, los palestinos en cambio, son los descendientes de las tribus cananeas y filisteas.
Poco tiempo después a su llegada a Palestina, las tribus hebreas decidieron mudarse a Egipto en busca de una vida mejor. Desgraciadamente, para ellos, aquel destierro voluntario de cuatro largos siglos, sólo les acarreó esclavitud y calamidades a manos de los faraones.
Hartos de soportar aquel calvario en Egipto, los judíos -descendientes de los hebreos- decidieron volver a Palestina. Lamentablemente, su regreso a Palestina no fue tan feliz, puesto que les acarreó persecución, muerte y, la deportación por el emperador romano Adriano en el año 132, de muchos de los supervivientes hacia tierras lejanas.
Mientras tanto, los palestinos -descendientes de los cananeos y filisteos- se divirtieron, plantando, cazando y pescando, sin haber abandonado jamás Palestina ni su mar mediterráneo.
Aquella tierra tolerante, hospitalaria y generosa, siempre se llamaba Palestina, hasta que centenares de miles de judíos perversos europeos, crearon en ella el Estado de Israel en 1948, gracias sobre todo, al máximo apoyo de los colonialistas británicos.
A raíz de la victoria militar israelí en la segunda guerra árabe-israelí en junio de 1967, los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, fueron atrapados por las garras de las tropas de ocupación israelíes.
Paz, espejismo y asentamientos
Fue en septiembre del año 1993, cuando el primer ministro israelí Isaac Rabin y el dirigente palestino Yasser Arafat, acordaron mediante su firma resucitar Palestina, devolviéndole su nombre y su identidad.
Aquel acuerdo de paz -palestino israelí- no era real, sino puro espejismo, puesto que meses más tarde a aquel logro histórico, su co-artífice Rabin, fue asesinado por la hegemónica derecha israelí, que pisoteó a continuación dicho acuerdo de paz, asesinando de ese modo el sueño del pueblo palestino de crear un Estado libre y soberano.
Pocos meses posteriores al asesinato de Rabin, el nuevo primer ministro israelí Benjamin Netanyahu -el instigador de dicho crimen-, decidió aumentar drásticamente el número de asentamientos judíos en Jerusalén Este y en todo el territorio de Cisjordania.
Como consecuencia de la política de “Apartheid” y de limpieza étnica de Netanyahu y de sus socios de gobierno, decenas de colonias israelíes fueron construidas en tierras palestinas, y que han sido pobladas por centenares de miles de muy extremistas colonos judíos.
Estos colonos cuentan con importantes subvenciones del Estado por instalarse en dichas colonias y, cuentan además con otras importantes subvenciones por cada hijo nacido en ellas.
Estas ventajas explican por lo tanto, el porqué el número de hijos de dichas familias de colonos no para de aumentar al igual que los conejos.
Durante estas cinco décadas de ocupación israelí de Gaza y Cisjordania -1967-2016-, EEUU y la UE, han venido tolerando y consintiendo la creación de infinidad de asentamientos judíos a lo largo y ancho de Cisjordania, guardando un vergonzoso silencio.
Europa, la hipocresía.
Lamentablemente, cuando una gran parte del territorio del hipotético futuro Estado palestino, había sido devorado por centenares de miles de colonos judíos, es cuando a algunos parlamentos y gobernantes europeos, se les haya ocurrido reconocer a Palestina.
Tristemente, durante largas décadas, los gobiernos europeos y sus parlamentos, han venido cediendo a las presiones israelíes, consintiendo su violación de las Convenciones de Ginebra e impidiendo la imposición de sanciones por la ONU contra Israel por sus incesantes violaciones.
Indudablemente, la larga serie de errores europeos, en detrimento de los legítimos derechos del pueblo palestino, comenzaron a raíz de la segunda guerra árabe-israelí de junio de 1967.
A raíz de la derrota árabe en dicha guerra, el ejército israelí, ocupó los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, además de los Altos del Golán sirios y del desierto egipcio del Sinaí.
A finales de quel mismo año, el representante británico ante el Consejo de Seguridad de la ONU, había presentado la resolución 242, que exigía la retirada israelí de los territorios árabes ocupados a cambio de una paz justa y duradera con los países árabes.
Dicha resolución vinculante, fue aprobada por unanimidad por todos los miembros de dicho Consejo y por los países árabes afectados por dicha ocupación.
Sorprendentemente, el gobierno israelí, rechazó el cumplimiento de la citada vinculante resolución y, el veto de EEUU ante el citado Consejo, impidió la imposición de las pertinentes sanciones contra Israel por dicho incumplimiento.
Lamentablemente, los gobiernos europeos, aliados de EEUU, cometieron el grave error, de no haber impedido, el citado injusto, erróneo e ilegal veto norteamericano.
Igualmente, dichos gobiernos, cometieron el grave error, no forzando al gobierno israelí al cumplimiento de dicha resolución, ni imponiendo tampoco sanción europea alguna contra dicho Estado por el citado incumplimiento.
Aquella injusticia flagrante europea-norteamericana, consintiendo dicho incumpliendo israelí, fue y sigue siendo, la generadora del indescriptible calvario de cinco millones de palestinos bajo la ocupación israelí desde 1967.
Si los gobiernos europeos hubiesen actuado con sentido común, con sensatéz, con honradéz y con justicia, obligando a Israel al cumplimiento de dicha resolución; habrían asegurado el regreso inmediato a sus hogares de aquellos centenares de miles de palestinos, que habían huido a raíz de la citada ocupación israelí de 1967.
Obviamente, habrían evitado la anexión de Jerusalén Este al Estado de Israel y, habrían imposibilitado la construcción de un solo asentamiento judío en tierras palestinas.
Tristemente, la UE, siempre dependía de la postura norteamericana a la hora de actuar cara al conflicto palestino-israelí, adoptando siempre voluntariamente dicha postura, o cediendo a las fuertes presiones de su aliado americano.
Eso fue justo lo que ocurrió con la citada resolución 242 y, lo mismo que ha venido ocurriendo a lo largo de las últimas cinco décadas.
Durante largos años, EEUU, presionaba y chantajeaba a la Autoridad Nacional Palestina, con el fin de impedir el ingreso de Palestina en la ONU como miembro observador.
Lamentablemente, la UE, al igual que EEUU, también presionaba y chantajeaba a los palestinos durante largos años, con el fin de impedir su ingreso en la ONU como miembro observador, cediendo a las presiones de su aliado americano y a las presiones de los propios gobernantes israelíes.
Y cuando por fin, Palestina, fue admitida por la ONU como miembro observador, dicha admisión fue recibida con absoluto desagrado por EEUU y por la mayoría de los gobiernos europeos.
Mientras los dirigentes europeos y americanos, no cesaban de presionar y chantajear a los palestinos, iban consintiendo simultáneamente que decenas de miles de colonos judíos sigan colonizando gran parte de las zonas rurales y agrícolas palestinas.
Justo ahora y cuando una gran parte de las tierras palestinas han sido y siguen siendo devoradas por la gran avalancha de colonos judíos, es cuando algunos gobernantes europeos y sus parlamentos, hayan decidido reconocer al Estado palestino, siendo ya demasiado tarde.
Evidentemente, dicho reconocimiento, constituye un insulto a la inteligencia humana y una auténtica burla al pueblo palestino, puesto que se trata de un reconocimiento insignificante, inútil, simbólico y no vinculante.
Los señores parlamentarios europeos y sus gobernantes, condicionan el reconocimiento real y definitivo de dicho Estado a la firma previa de un acuerdo de paz negociado palestino-israelí. Indudablemente, los parlamentarios y gobernantes europeos, no parecen tener una buena memoria, puesto que no se acuerdan o no quieren recordar, las largas décadas de negociaciones directas e indirectas entre palestinos e israelíes.
Largas décadas de infructuosas y fracasadas negociaciones debido a la excesiva intransigencia, y a las increíbles ambiciones expansionistas de los gobernantes israelíes.
Tampoco se acuerdan de los nueve largos meses del 2013 que, Obama, tenía encerrados entre cuatro paredes a negociadores israelíes y palestinos, tratando mediante el acoso y el chantaje de forzar la rendición incondicional de estos últimos y su sumisión a los ilegales dictados de Netanyahu.
Tristemente, durante aquel largo periodo de diálogo de sordos, Obama, no tuvo el mínimo reparo, consintiendo la construcción en tierras palestinas de quince mil nuevas viviendas para los colonos judíos, cediendo a las presiones de Netanyahu.
Por consiguiente, vincular el reconocimiento real y definitivo del Estado de Palestina a la previa firma de un acuerdo de paz negociado palestino-israelí, resulta muy bochornoso.
Simplemente, porque Israel jamás ha tratado y jamás tratará de negociar con seriedad y en igualdad de condiciones con los palestinos, sino, siempre ha tratado y seguirá tratando de imponerles sus absurdas e ilegales condiciones.
Un Estado con grandes ambiciones expansionistas, con uno de los ejércitos más poderosos del mundo y, que cuenta además con el apoyo incondicional de sus aliados EEUU, la UE y la OTAN; jamás negociaría con la mínima seriedad con un Estado ficticio, llamado Palestina.
Siendo éste último además, desamparado, sin armas, sin ejército, asediado, muy castigado de muchas maneras por los gobernantes israelíes, por su ejército y por sus colonos y casi sin territorio. Seguir exigiendo por lo tanto a los exhaustos y expoliados palestinos, que sigan negociando con su despiadado e inhumano verdugo israelí, constituye un insulto al sentido común y a los propios palestinos.
Este inútil e insignificante reconocimiento, supeditado a la previa firma de un acuerdo de paz palestino-israelí, no nos sirve de consuelo, porque no es razonable y, por lo tanto, ni es real, ni es sincero.
En cuanto a la fórmula pregonada por algunos dirigentes europeos, sugiriendo un reconocimiento mutuo simultáneo entre Palestina e Israel, ésta idea carece de toda lógica.
Simplemente, porque a día de hoy, Israel, ocupa y controla a través de su ejército y de sus centenares de miles de colonos una gran parte del hipotético futuro Estado palestino y, controla además todos sus recursos hidráulicos.
Mientras, algo más de dos millones de palestinos de las ciudades y aldeas de Cisjordania, se encuentran recluidos en “guetos”, rodeados por sus verdugos y rabiosos colonos judíos; otros dos millones de palestinos, malviven en la cárcel sin techo más masificada y más grande del mundo, llamada “Gaza”.
Estos, están rodeados por mar por los barcos de guerra israelíes, rodeados por tierra por los tanques, baterías de misiles y de artillería pesada, y controlados y muy vigilados desde el aire por los helicópteros, aviones de combate y satélites israelíes.
Palestinos, los sacrificados.
Indudablemente, la paciencia, es la virtud más apreciada de un ser humano y, por desgracia, los palestinos pueden alardear de sus cinco siglos de paciencia, muy a su pesar.
Primero fueron cuatro largos siglos, soportando la ocupación de los otomanos. A continuación, soportando treinta años de colonialismo británico y ahorcamientos de sus activistas, intelectuales y sindicalistas a manos de sus repugnantes represores británicos.
Finalmente, han venido soportando, las últimas cinco décadas, las peores atrocidades a manos de los sucesivos gobiernos israelíes, a manos de su ejército y obviamente, a manos de los centenares de miles de extremistas y racistas colonos judíos.
Estos últimos, a menudo se divierten, destrozando coches, cosechas, escaparates y cometiendo agresiones físicas contra los desamparados palestinos, ante la atenta mirada y la protección de los militares israelíes.
Mientras cerca de cinco millones de palestinos en Gaza y Cisjordania, han venido sufriendo todo tipo de atrocidades a manos del ejército israelí y de sus colonos, desde hace ya cinco décadas; otros cinco millones de refugiados palestinos, han venido soportando su particular calvario en la diáspora, especialmente, en Líbano y en Siria.
En el verano de 1975, en plena guerra civil en Líbano, centenares de refugiados palestinos, fueron enterrados por el ejército sirio, bajo los escombros de sus campos de refugiados en pleno centro de la capital libanesa Beirut.
En el verano de 1982, el ejército israelí, encabezado por el ministro de defensa Ariel Sharon, invadió Líbano con el fin de aniquilar a la guerrilla palestina de Arafat.
En su avance triunfal hacia la capital Beirut, el ejército israelí, contó con la pasividad del modesto ejército libanés, con la pasividad de los treinta mil militares sirios acampados en Líbano, con la complicidad de las milicias maronitas libanesas y con el beneplácito de EEUU y de la UE.
Diez mil muertos entre refugiados y guerrilleros palestinos, fue el balance final de varios meses de asedio e incesante bombardeo israelí de los campamentos de refugiados palestinos de “Sabra y Chatila” en pleno centro de Beirut.
Al cabo de aquel largo verano de asedio y bombardeo israelí, el gobierno francés, acordó con Arafat, su retirada junto a su guerrilla del Líbano y, de manera simultánea, Sharon, se comprometió a regresar de inmediato con sus tropas a Israel.
Arafat, cumplió de inmediato lo acordado con Francia, embarcando junto a sus combatientes a bordo de los barcos franceses, con el fin de ser ubicados en destierros lejanos.
Sharon en cambio, incumplió su promesa, dando la orden a su ejército a penetrar en el sector musulmán de Beirut y autorizando a sus aliados maronitas, el exterminio de tres mil refugiados palestinos en los campamentos de “Sabra y Chatila”, ubicados en dicho sector.
Aquellas terroríficas imágenes de miles de cadáveres de niños y mujeres palestinos, esparcidos por dichos campamentos, no hirieron en absoluto los sentimientos de la insensible clase política europea y, mucho menos los sentimientos de los insensibles norteamericanos.
Sin embargo, sí hirieron en cambio, muy profundamente, los sentimientos de centenares de miles de sensibles ciudadanos israelíes, forzando estos, la renuncia inmediata del criminal de guerra Sharon a su cargo de ministro de defensa.
Netanyahu, el monstruo
En cuanto a los años 2004, 2006, 2008, 2009, 2010, 2012 y 2014, todos ellos, están asociados con los peores crímenes, perpetrados por el ejército israelí y por su aviación contra la población de Gaza.
Obviamente, los peores crímenes del citado ejército y de su aviación, corresponden a las matanzas del verano del 2014 -ordenadas por Netanyahu-.
Fueron cerca de dos meses de incesante bombardeo israelí por tierra, mar y aire, sembrando la muerte y la enorme destrucción en todos los rincones de Gaza, además, ante la atenta mirada, pasividad, indiferencia y el consentimiento de EEUU, de la OTAN, de Rusia y de la UE.
Pocas semanas anteriores a dicho prolongado y devastador bombardeo de Netanyahu contra Gaza, la organización Hamas, gobernadora de Gaza, había acordado con su rival político, el presidente palestino Abbas, la formación de un gobierno palestino de unidad nacional.
Hamas, había otorgado al presidente palestino, todos los poderes para negociar la paz con Israel, en el nombre de los cerca de cinco millones de palestinos de Gaza y Cisjordania.
Aquella era una inmejorable ocasión para reactivar el proceso de paz palestino-israelí, puesto que el presidente Abbas, era el único interlocutor válido, aceptado por Israel, por EEUU y por la UE.
Sorprendentemente, el jefe del gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, puso el grito en el cielo al conocer la formación del citado moderado gobierno palestino, exigiendo a la vez al presidente Abbas, la disolución de dicho gobierno y su ruptura inmediata con Hamas.
Aquella enérgica, sorprendente y condenable reacción de Netanyahu, rechazando aquel gobierno palestino moderado de unidad nacional, y negando tajantemente negociar con él, era la confirmación palpable a su rotundo rechazo de lograr una verdadera paz con los palestinos.
Lamentablemente, EEUU y la UE, en lugar de reconocer y apoyar al nuevo gobierno palestino, se limitaron en cambio, a cumplir con la tradición, dando la razón a Netanyahu; no reconociendo al nuevo gobierno palestino y, negando de ese modo, al igual que su aliado Netanyahu, el derecho de los palestinos a disfrutar de una paz justa y duradera.
Pocos días posteriores a la formación del citado gobierno, fueron asesinados tres adolescentes israelíes a manos de dos jóvenes palestinos.
Aquel fue un hecho lamentable y aislado, que no guardaba relación alguna con Hamas, pero que sin embargo, iba a servir de perfecta excusa a Netanyahu para descargar todo el profundo odio que siente hacia los palestinos.
El cataclismo producido por Netanyahu fue muy premeditado, devastador y que se prolongó cerca de dos meses, ante la atenta mirada y el consentimiento de sus tradicionales aliados.
Fueron dos largos meses de diversión para Netanyahu, para su aviación, para sus barcos de guerra y para su ejército de tierra.
Dos meses masacrando a muchos centenares de palestinos y, reduciendo a escombros todas las escuelas, hospitales, depósitos de agua potable, centrales eléctricas, muchos miles de viviendas y edificios y todas las infraestructuras de Gaza, con el consentimiento de EEUU y de la UE.
A raíz de dicho cataclismo ordenado por Netanyahu aquel verano del 2014, centenares de militares israelíes, denunciaron en un manifiesto, la orden dada por Netanyahu al ejército y a la aviación, de provocar el máximo daño a la población civil de Gaza y a sus propiedades.
Dicho manifiesto que fue publicado por la prensa israelí, no fue desmentido por Netanyahu, confirmando de ese modo, la absoluta veracidad de todo su contenido.
Así es Netanyahu, un criminal de guerra muy afortunado, puesto que es impune, y sobre todo intocable por el Tribunal de La Haya, gracias a EEUU, su valedor, defensor y protector que, jamás permitiría que fuera juzgado por todos sus espeluznantes crímenes contra el pueblo palestino.
Palestinos, doble exterminio.
Resulta muy curioso, pero lo cierto, es que mientras Netanyahu masacraba sin piedad a los palestinos de Gaza aquel verano del 2014, el genocida presidente sirio Bashar Al Asad, masacraba simultáneamente a los refugiados palestinos del campamento “Al Yarmouk” en Damasco.
Medio millón de refugiados del citado campamento, fueron víctimas de la hambruna a lo largo de cuatro años de asedio del ejército sirio, puesto que el genocida Bashar Al Asad, no permitía la entrada en dicho campamento de los suministros de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos “UNRWA”.
Mientras por un lado el criminal ejército sirio, se divertía bombardeando y asediando a dichos refugiados aquel largo periodo, la escoria de retrasados mentales y salvajes criminales llamados yihadistas, también, se divertían masacrando, simultáneamente, a los palestinos en el mismo escenario.
Aquel campamento que parecía una ciudad y, que albergaba antes del 2011 a medio millón de refugiados palestinos, se ha reducido a escombros, donde siguen vagando, sólo, unos pocos miles de hambrientos refugiados palestinos.
Todo gracias por un lado, a la cobardía y salvajadas del genocida presidente sirio y de su ejército y, por el otro lado, gracias a las monstruosidades de aquel rebaño de mercenarios borrachos, drogadictos y salvajes criminales llamados yihadistas.
Gaza, el holocausto palestino
En cuanto a Gaza se refiere, lamentablemente, este territorio palestino, ha venido siendo muy castigado por el ejército israelí y por su aviación a lo largo de los últimos trece años.
De sus dos millones de habitantes, más de la mitad, son refugiados y descendientes de refugiados de la primera guerra árabe-israelí de 1948.
Aquellos pocos centenares de miles de palestinos que, huyeron despavoridos de las matanzas indiscriminadas de las bandas terroristas sionistas, se han convertido en algo más de un millón, al cabo de siete décadas de destierro.
Así es, siete décadas de infructuosa espera de poder regresar a sus tierras y a sus hogares, arrebatados por las decenas de miles de terroristas sionistas, con la colaboración y el consentimiento de las tropas colonialistas británicas.
Tristemente, Gaza, ha venido siendo una fuente inagotable de muy tristes noticias, en todos los medios de comunicación de todo el mundo, a lo largo de los últimos trece años.
La innegable destrucción de Gaza por parte del ejército israelí y de su aviación, junto al paulatino exterminio de su población y los impedimentos de Netanyahu a su reconstrucción, son los generadores del interés de dichos medios de comunicación.
Aquella estrategia de tierra quemada, junto al prolongado asedio por tierra, mar y aire, impuesto por Netanyahu contra la población de Gaza, pretende dinamitar la moral de la población, con el fin de forzar su éxodo masivo.
Los recientes informes de la ONU, han venido confirmando el éxito de la citada estrategia de Netanyahu, asegurando que no menos del 50% de la población de Gaza, está decidida a abandonar dicho territorio debido a sus infernales condiciones de vida, provocadas por Israel y, consentidas por EEUU y por la UE.
La altísima tasa de paro en Gaza, la enorme escasez de agua potable, de electricidad y de alimentos, la desnutrición infantil, la falta de medicamentos y vacunas, la agonía del sector pesquero y del sector agrícola, la muerte del sector ganadero y la altísima tasa de mortandad infantil -ésta confirmada por la ONU-; todos estos gravísimos problemas y otros más, han sido generados por el salvaje y muy prolongado asedio israelí y, cuyo objetivo primordial, consiste en forzar el masivo abandono del territorio por sus habitantes.
A continuación, procederá Netanyahu a poblar dicho hipotético abandonado territorio por centenares de miles de colonos judíos, e imponiendo de inmediato su anexión definitiva al Estado de Israel como un hecho consumado.
Cisjordania, el infierno
En cuanto a la estrategia de Netanyahu en Cisjordania se refiere, ésta, consiste en la expropiación de la mayor parte de tierras palestinas, con el fin de construir el mayor número de asentamientos judíos en dichas tierras arrebatadas a los palestinos, tal como ha venido ocurriendo desde 1967. Tristemente, todos los abundantes recursos hidráulicos de Cisjordania, han sido y siguen siendo expoliados por los centenares de miles de colonos judíos, con el respaldo de sus gobernantes y la protección de su ejército.
Mientras Netanyahu asigna a sus centenares de miles de colonos el 90% de las aguas de Cisjordania, a los tres millones de palestinos -propietarios de dichas aguas-, en cambio, los obliga a resignarse con el 10% restante de sus aguas.
Mientras los citados colonos israelíes derrochan tantísima agua palestina a su antojo, los palestinos de Cisjordania en cambio, contemplan, impotentes y consternados, la agonía del sector agro-ganadero debido a la escasísima cantidad de agua, asignada a ellos por el criminal Netanyhu, a través de una empresa israelí creada por él.
Obviamente, la diabólica e inhumana estrategia que, ha venido empleando Netanyahu estos últimos años en Gaza y en Cisjordania, pretende dinamitar la moral de la población palestina, con el fin de forzar su éxodo, procediendo a continuación a su inmediata anexión al Estado de Israel.
¿Quién podría impedir que se produzca semejante tragedia palestina? Nadie en absoluto.
Los incondicionales aliados de Israel, EEUU y la UE, no han hecho jamás nada digno en favor de los legítimos derechos del pueblo palestino y, sí, en cambio, siempre han venido respaldando de muchas maneras, las largas décadas de crímenes israelíes contra los palestinos.
Por lo tanto, EEUU y la UE, no moverán un solo dedo con el fin de impedir semejante tragedia.
Tristemente, Rusia y China, han venido demostrando las últimas dos décadas su absoluta carencia del mínimo interés por lo que ha venido ocurriendo y por lo que podría ocurrir a los palestinos.
Mientras los fantoches gobernantes árabes, tampoco están en condiciones de impedir semejante drama palestino a manos de Netanyahu y de su omnipotente maquinaria de guerra.
La ONU, instrumento de EEUU, tampoco está en condiciones de actuar de justo árbitro.
Tristemente, ante la muy convulsa situación del mundo árabe, el respaldo incondicional de EEUU y de la UE, la parálisis de la ONU y la absoluta indiferencia de China y de Rusia, Israel, ha sido capaz de colonizar gran parte de Cisjordania, estrangulando simultáneamente, toda actividad laboral y económica de la franja de Gaza.
Palestina, impotencia y diplomacia.
Obviamente, ante un enemigo muy poderoso, con uno de los ejércitos más inhumanos y más destructivos de la tierra, con un enorme arsenal de armas químicas y de todo tipo de armas destructivas norteamericanas, y con un arsenal de armas nucleares, a los desamparados palestinos, sólo, les quedan las insignificantes armas de la política y de la diplomacia.
Siendo Palestina un miembro observador de la ONU, le otorga el legítimo derecho de denunciar, todas y cada una de las violaciones israelíes del derecho internacional, de las Convenciones de Ginebra y de denunciar el sistemático incumplimiento israelí de todas las resoluciones -vinculantes y no vinculantes- de la ONU.
Europa, la clave
Obviamente, la UE, siendo garante y firmante del acuerdo de paz palestino-israelí, firmado por Rabin y Arafat en septiembre de 1993, debería desempeñar un papel imparcial y decisivo, enderezando el rumbo equivocado de su aliado Israel y de Netanyahu.
Cabe destacar que la economía israelí goza de una salud casi perfecta, pero sólo gracias a la excesiva generosidad de la UE, cuyos mercados, absorben más del 90% de las exportaciones israelíes, además, con enormes ventajas arancelarias.
Por lo tanto, no cabe la menor duda de que la UE, es la principal valedora de la economía israelí y, sin su excesiva generosidad, este país, estaría abocado a una irremediable bancarrota.
Por consiguiente, la UE, está en perfectas condiciones y moralmente obligada, a forzar a su aliado Israel a que fuera más respetuoso con el derecho internacional, con las Convenciones de Ginebra, con los acuerdos de paz firmados con los palestinos y con todas las resoluciones de la ONU.
La UE, no debería seguir actuando al remolque de EEUU, puesto que este último país, sólo, ha venido esforzándose desde hace ya muchas décadas, en el exterminio indiscriminado de palestinos a través de su maquinaria de guerra, empleada por su incondicional aliado Israel.
A lo largo de los últimos diez años de feroz asedio israelí contra Gaza y, de exterminio indiscriminado de su población a manos del ejército israelí y de su aviación, la UE al igual que EEUU, ha venido pregonando el derecho de Israel a defenderse, siendo realmente el país agresor. Por consiguiente, la UE, EEUU y la OTAN, no han venido alegando el derecho de Israel a defenderse, sino, han venido alegando, simplemente, su derecho a masacrar, despiadadamente a la población palestina de Gaza.
Hamas e Israel, la terquedad.
No cabe la menor duda de que el movimiento integrista Hamas, había desempeñado un papel decisivo en la Intifada de las piedras de finales de la década de los años ochenta y, que condujo a la firma de aquel histórico acuerdo de paz palestino-israelí en septiembre de 1993.
Pero, no es menos cierto que dicho movimiento, había intentado obstaculizar a través de sus métodos terroristas, el avance del proceso de paz, emprendido por Arafat, -con el firme apoyo de la gran mayoría de la población palestina bajo la ocupación israelí-.
Lamentablemente, las atrocidades israelíes, cometidas contra la población palestina por el fallecido primer ministro Ariel Sharon y por sus sucesores Ehud Olmert y Benjamin Netanyahu, sólo, han contribuido al endurecimiento del terrorismo de Hamas estos últimos años.
Sin embargo, y a pesar de la drástica reducción del lanzamiento de cohetes artesanales muy deficientes desde Gaza contra territorio israelí, Israel, no ha cesado nunca en su guerra de terrorismo de Estado contra Gaza.
Los años 2004, 2006, 2008, 2009, 2010, 2012 y el último cataclismo del verano del 2014, todos estos años, están asociados con la guerra despiadada del terrorismo de Estado que, Israel, ha venido empleando contra la población de Gaza los últimos trece años.
Lamentablemente, el afianzamiento en el poder de Hamas en Gaza, solo ha servido de perfecta excusa para Israel, para perpetuar su férreo y asfixiante asedio por tierra, mar y aire contra Gaza. Obviamente, dicho asedio, ha venido empeorando a marchas forzadas las ya insoportables condiciones de vida de la población de Gaza.
Por consiguiente, sería imprescindible la inmediata renuncia de Hamas a su protagonismo político y terrorista, como único modo de aliviar el calvario de la población de Gaza.
Una hipotética renuncia de Hamas al citado protagonismo, obligaría a Israel a poner fin a su ilegal y muy prolongado asedio contra Gaza, pondría fin a los bombardeos israelíes y facilitaría la reconstrucción del destruido territorio.
Evidentemente, dicha renuncia de Hamas, debería coincidir de forma simultánea con el cese inmediato del asedio israelí, la retirada inmediata de sus barcos de guerra de la costa de Gaza y, de sus fuerzas terrestres de la frontera con Gaza y naturalmente, la presencia simultánea de los cascos azules de la ONU en la costa de Gaza y en su frontera con Israel.
Palestina y la democracia
No cabe la menor duda de que la renuncia inmediata de Hamas y también de Al Fatah y del presidente Abbas a cualquier protagonismo, dando paso a una nueva generación política joven y muy activa, facilitaría la regeneración democrática de la vida política palestina.
Igualmente, sería imprescindible, la celebración en Gaza y en Cisjordania de elecciones libres y democráticas, legislativas y municipales, avaladas y supervisadas por observadores de la ONU, de la UE y de la Liga Árabe.
Obviamente, todos los candidatos, no deberían tener vínculo alguno con las reliquias del pasado, Hamas y Al Fatah.
A continuación, el nuevo gobierno palestino, debería negociar en igualdad de condiciones con las autoridades israelíes, no cediendo nunca a las presiones y a los chantajes de EEUU y de la UE sobre los palestinos, tal como ha venido ocurriendo desde siempre hasta ahora.
Evidentemente, el citado hipotético nuevo gobierno palestino, no debería dudar nunca en denunciar ante todos los organismos internacionales, todas las atrocidades, que han venido cometiendo los gobernantes, ejército y colonos israelíes a lo largo de las últimas cinco décadas.
Gaza, el genocidio infantil
Cabe destacar el reciente informe de la ONU sobre la mortandad infantil en Gaza.
Según el citado informe, los diez años de inhumano asedio israelí contra Gaza, impidiendo la entrada en el territorio de alimentos, medicinas, vacunas y de todo tipo de ayuda humanitaria, ha contribuido al espectácular aumento de la mortandad infantil en Gaza.
El citado informe, afirma que la mortandad infantil, en Gaza, es únicamente comparable a la elevadísima mortandad infantil que hubo en Irak, entre el año 1990 y 2003.
Dicha altísima mortandad infantil, se produjo en Irak como consecuencia del férreo embargo, impuesto en aquel entonces por EEUU, impidiendo, durante trece largos años, la entrada de alimentos, medicinas y vacunas en Irak.
En ambos casos, la falta de alimentos, medicinas y vacunas, provocaron la muerte antes de cumplirse el año, de centenares de miles de bebés en Irak y de decenas de miles de bebés palestinos en Gaza.
Este infrahumano genocidio infantil silencioso y paulatino, solo tuvo lugar en Irak y en Gaza y, sus autores, fueron EEUU e Israel respectivamente.
Gaza y Cisjordania, la tenebrosidad
Tristemente, según el informe más reciente de la ONU, debido a las infrahumanas condiciones de vida, que ha venido padeciendo la población de Gaza, a causa del citado inhumano asedio israelí, éste territorio será inhabitable en el plazo de cinco años.
Eso significa que, una nueva y gigantesca catástrofe humanitaria, idéntica a la catástrofe humanitaria de Siria, podría producirse perfectamente a corto plazo y, que será protagonizada en ésta ocasión, por los cerca de cinco millones de palestinos de Gaza y Cisjordania.
Estas hipotéticas -no descartables- avalanchas millonarias de refugiados palestinos, podrían agravar muchísimo más el problema de los inmigrantes y de los refugiados en Europa.
Por consiguiente, le conviene mucho a Europa, reaccionar antes de que fuera demasiado tarde. Dicha reacción, consiste en ejercer máximas presiones sobre Israel y EEUU -principales responsables y culpables del drama palestino-, con el fin de lograr una solución justa y duradera, que impediría con toda seguridad que se produzca el citado indeseable cataclismo.
Del mismo modo que EEUU, había sido capaz de arrastrar a sus aliados europeos, a las injustas y absurdas guerras contra Irak y contra Afganistán, reduciendo a ambos a escombros y convirtiéndolos en Estados fallidos, estos, deberían arrastrar a su aliado americano hacia la consecución de una solución justa y duradera al drama palestino.
Dicen que abrazándose al dolor es casi sofocarlo y, eso es justo lo que ha venido haciendo el pueblo palestino desde hace ya muchas décadas.
Obama ¡Qué generoso!
En noviembre del 2015, el presidente Obama sorprendió a Netanyahu, asegurándole el aumento en dos mil millones de dólares adicionales a la ya multimillonaria ayuda anual americana al Estado de Israel.
Y de forma simultánea, le garantizó el envío inmediato de un enorme arsenal de armas y municiones, con el fin de seguir divirtiéndose, masacrando a los palestinos, puesto que no tiene a otras víctimas a quienes masacrar.
Ante tanta generosidad de Obama hacia Netanyahu en su mencionada visita a EEUU, este último, le prometió estudiar la posibilidad de la creación de un Estado palestino.
Justo dos semanas más tarde, el Secretario de Estado norteamericano John Kerry, realizó una visita a Israel, con el único fin de comprobar la buena voluntad, mostrada por Netanyahu en su mencionada visita a EEUU dos semanas atrás.
En su visita a Israel, John Kerry, solicitó a Netanyahu la devolución a los palestinos de 40.000 metros cuadrados, con el fin de construir viviendas palestinas.
“Ni cuarenta mil, ni diez mil y ni un sólo metro cuadrado será devuelto a los palestinos”.
Así de tajante y de sincero, se mostró Netanyahu a la citada petición de Netanyahu.
La verdad es que la desfachatez de Netanyahu, traspasa todos los límites, fingiendo ser bueno, siendo en realidad, el más perverso, el más falso, el más mentiroso y lógicamente, el criminal más cruel de la tierra.
Intifada de los cuchillos.
Lamentablemente, las muy dramáticas condiciones de vida de la población palestina bajo la ocupación israelí y, la perdida de toda confianza en EEUU, en la UE y en la ONU, han conducido al nacimiento de la tristemente célebre “Intifada de los cuchillos”.
Obviamente, los culpables de la aparición de este tipo de inaceptable y condenable violencia, cuentan con nombres y apellidos, encabezados por el peor y más cruel terrorista de este siglo, llamado Benjamin Netanyahu.
Este criminal de guerra junto a sus socios de gobierno de la extrema derecha y de los partidos ultra-religiosos, seguidos por su ejército y por sus colonos, todos ellos, son los únicos culpables de la aparición de este odioso fenómeno.
Obviamente, aquellos jóvenes palestinos que tratan de acuchillar o de atropellar a militares, policías, colonos o simples civiles israelíes, son conscientes de que serán abatidos de inmediato y, por lo tanto, se trata de jóvenes suicidas, puesto que mueren matando.
Fueron cerca de dos centenares de jóvenes palestinos abatidos por los israelíes -suicidas e inocentes- y una treintena de israelíes, acuchillados o atropellados por dichos jóvenes palestinos, a lo largo del año 2015.
A lo largo de cinco décadas de ocupación, Israel, ha venido pisoteando todas las resoluciones de la ONU, el derecho internacional, todos los acuerdos firmados con los palestinos y, sobre todo, todas las Convenciones de Ginebra.
Y mientras tanto, sus incondicionales aliados europeos y americanos, han venido mostrando, su indiferencia y su consentimiento a todas las barbaries de los gobernantes israelíes, de su ejército y de sus colonos.
Los múltiples informes de la ONU y de varias ONG israelíes, defensoras de los derechos humanos, confirman, la muy dramática situación de la población palestina, víctima del atropello y de las atrocidades israelíes.
Por consiguiente, no debería sorprender a nadie, el nuevo terror de los cuchillos, fruto de la profunda frustración y absoluto pesimismo de los citados jóvenes suicidas palestinos, cara al presente y cara al futuro.
Todo gracias a la absoluta insensibilidad de Netanyahu, de sus socios de gobierno y lógicamente, gracias a sus muy insensibles aliados europeos y americanos.
No cabe la menor duda de que todas las personas sensatas, rechazan tajantemente, ese tipo de actos violentos.
Sin embargo, antes de acusar a dichos jóvenes suicidas, les conviene a muchos israelíes, europeos y norteamericanos ponerse en la piel de estos, sólo, por unos muy pocos instantes, analizando con realismo e imparcialidad las raíces de la profunda frustración de dichos jóvenes suicidas, con el fin de extraer las justas conclusiones.
Europa, la falsedad
Conviene recordar que en el año 2004, una cumbre europea, había acordado, boicotear todos los productos israelíes, procedentes de los asentamientos israelíes, instalados ilegalmente en tierras palestinas en Cisjordania.
Ya han transcurrido trece largos años y, sin embargo, todos los mercados europeos, están inundados más que nunca por todo tipo de productos israelíes, procedentes de dichas colonias israelíes, instaladas en las tierras arrebatadas por la fuerza a los desamparados palestinos.
Con tanto favoritismo, tanta generosidad, tanta tolerancia, tanto apoyo, tanta hipocresía y tanta parcialidad a favor de Israel, la Unión Europea, sólo, ha conseguido profundizar más que nunca la desconfianza del pueblo palestino hacia su clase política y, aumentando drásticamente a la vez, su frustración y su pesimismo cara al presente y cara al futuro.
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