viernes, 10 de marzo de 2017

Ana Tijoux: “No podemos pensar un feminismo, un antipatriarcado, sin un anticapitalismo”

Por Ana María Tijoux

El Feminismo otro

Estamos enfrentadas y enfrentados a la inexorable violencia y vivimos tiempos muy álgidos, estamos frente a momentos históricos donde la velocidad del mercado y la depravación de esta no solo parece carcomer la esencia de la humanidad, tornando el mundo hacia un oscurantismo de un fascismo exacerbado sin precedentes, si no que provoca la tremenda barbarie de un genocidio perpetuado por siglos y siglos en contra de la mujer. Un fascismo naturalizado, estatizado, normalizado y hasta profundizado, la ola de violencia de esta parece tomar una envergadura de pasos gigantes, “es un monstruo grande que pisa fuerte”, cantaban, y la historia, nuestra historia, parece ser testigo inexorable de esto.

Me toca el privilegio de viajar por mi trabajo y con este de observar, oír, colaborar, mirar reconocer y reconocerme, sin embargo no existe viaje alguno donde la violencia de género no se me refriegue en mis pliegues y no interpele mi conciencia, desde loa compañeras y compañeros en México, antropólogos forenses que ejecutan un trabajo milimétrico, de reconocimiento de osamentas de miles de mujeres asesinadas, hasta compartir con la hija de Berta Cáceres, cruelmente asesinada en Honduras, que conocí durante su viaje en España mientras interpelaba a las empresas Multinacionales culpables del asesinato de su madre u oír el relato de Rut, compañera ecuatoriana, cuya hija de 11 años fue encontrada brutalmente violada y asesinada en su colegio, hasta leer las historias de las compañeras asesinadas en Wallmapu, Macarena Valdés, colgada por un aparente suicidio, cuando luchaba de forma paralela contra una central Hidroeléctrica que se pretende instalar en Tranguil, Panguipulli.

Y acá la preguntaba es clave: ¿Cuándo hablamos de Feminismo? porque esto no puede quedar sujeto a la liviandad de un modelo que solo busca quitar la esencia de su fuerza, haciendo poleras (remeras) para multitiendas porque esta lucha es mucho más grande que una simple consiga de televisión y de rostros, es aquella lucha y que se reproduce de la recuperación de la memoria histórica de nuestras luchadoras, aquellas olvidadas en los cajones de las revoluciones, hasta las lecturas que despiertan las sinapsis del pensar, contra este Patriarcado reproducido en nuestros cuerpos y nuestras vidas, desde el colegio, desde lo social, y hasta lo más ínfimo e intimo.

No podemos pensar un feminismo, un antipatriarcado, sin un anticapitalismo, sin un antifascismo, sin un antirracismo y sin una lucha de clases, todas estas luchas, son una lucha y que requieren un empuje político histórico, de una sincronía diametralmente perfecta, pues nos toca de forma imperante la tarea de volver a empoderarnos del concepto feminismo, y romper con las cadenas de la publicidad engañosa y victimizadora, las mujeres que luchan tienen las faldas puestas compañeras y compañeros, contra esta guerra que se ha ido perpetuando a lo largo de la historia y por todas ellas nos toca alinearnos profundizarnos y accionarnos.

Porque el feminismo es liberación, y por ello debemos liberarnos de la opresión del capital, porque el feminismo otro no es un slogan, es acción cotidiana, sencilla pero fuerte, es transformación, es comunidad, es libertad.

*Columna para RVF de Ana María Tijoux; mujer, hija, madre, compañera, cantante, feminista y muchas cosas más.

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