Por Patricio Montesinos
Los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez dieron a la humanidad uno de los más grandes regalos, la “Operación Milagro”, que le ha devuelto la visión y atendido a más de tres millones de ciudadanos en el mundo, aseguró el prestigioso escritor e intelectual Ignacio Ramonet.
En una entrevista al conocido programa “Mesa Redonda”, de la Televisión Cubana, Ramonet resaltó el humanismo de los líderes históricos de las revoluciones de Cuba, y bolivariana de Venezuela, creadores de ese proyecto médico dirigido especialmente a los más desposeídos de Nuestra América, y de otras regiones del planeta tierra.
El autor de “Cien horas con Fidel” rememoró varias anécdotas de cuando le realizó las entrevistas a su interlocutor para su afamado y excelente libro, publicado y reeditado en numerosos países, y en diversos idiomas.
Recordó que entonces él (Ramonet) usaba gafas (espejuelos) porque era miope, y fue el Comandante en Jefe de la Revolución de la mayor de las Antillas quien lo convenció para que se operara en La Habana.
El además sociólogo, periodista y analista político de origen español radicado en Francia contó seguidamente que tomó en serio el consejo de Fidel, y se sometió a una intervención quirúrgica en el reconocido hospital Ramón Pando Ferrer, donde le hicieron recuperar la visión y quitarse definitivamente los lentes.
A partir de ese momento, dijo, “tengo ojos cubanos”, como muchos hombres, mujeres, ancianos y niños de la Patria Grande y del mundo, y ello gracias a ese enorme regalo solidario de Fidel y Chávez, y por supuesto de los pueblos de Cuba y Venezuela.
Ramonet tuvo palabras de elogios para la medicina de la nación caribeña, para sus galenos y muy particularmente para el Instituto Oftalmológico habanero Ramón Pando Ferrer, en el que diariamente sus doctores y personal asistencial hacen una colosal labor humana, aseguró.
El autor de relevantes libros, entre ellos “Mi primera vida” sobre Chávez “, recordó con especial admiración al líder bolivariano y a Fidel, quienes se convirtieron en dos de sus mejores amigos.
Pero, al menos a mi juicio, lo que más sobresalió de las afirmaciones del intelectual español fue que las hizo como si ambos aún nos acompañaran físicamente, en presente, igual que lo hacen, claro, millones de agradecidos que reconocen la obra y la valentía de esos gigantes de Nuestra América.
Y ciertamente, es que Fidel y Chávez nacieron para vivir eternamente… ¡Chapó! para Ramonet.
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