domingo, 26 de mayo de 2013

Monopolios mediáticos sobre un cruento asesinato de un soldado británico. La omisión también desinforma.

Soldado Lee Rigby, asesinado el pasado miércoles 22 de mayo.
Medios internacionales se han hecho ecos de la horripilante noticia del asesinato del soldado Drummer lee Rigby, el pasado miércoles 22 de mayo, en la calle John Wilson del barrio Woolwich, , en las cercanías al cuartel de la artillería montada real, en Londres. El joven de 25 años era natural de Manchester, padre de un niño, miembro del Segundo Batallón del Regimiento Real de Carabineros y había servido en misiones en Afganistán, donde el Ejército británico combate a los talibanes. 

Fotografías y letreros estallaron en las primeras planas de muchos diarios, así como en noticiarios de televisión. Todos, sin excepción alguna, se limitaron a repetirse mutuamente sobre los escasos y escalofriantes detalles del violento incidente, sobre las características étnicas de los agresores, evidenciando claramente sus condiciones de inmigrados, y sus afiliaciones religiosas al Islam; así como de la conducta desafiante que ambos agresores adoptaron justo después de apuñalar al soldado; lo cual conllevó a que fueran abatidos a tiros por agentes armados.

 
Uno de los atacantes posa frente a una cámara de un aficionado para mandar su mensaje del por qué de su barbarie.
La “democrática libertad de expresión” demostrada fue darle bombo y platillo a las palabras de funcionarios del gobiernos, quienes calificaron el incidente de “bárbaro” o “enfermizo de violencia”.

La ágil respuesta de la Ministra del Interior, Theresa may, fue convocar a una reunión urgente del Comité de Seguridad Nacional (COBRA) para valorar si el hecho era un ataque terrorista aislado o no.

El vídeo realizado por parte de uno de los curiosos de paso por el lugar a uno de los agresores y la fría calificación del asesinato deja mucho que desear en la propia valoración de los hechos. No importa mucho buscar los posibles motivos, más allá de enmarcarlo un simple acto terrorista.

“Tenemos que luchar contra ellos, como ellos luchan contra nosotros, ojo por ojo y diente por diente. Lamento que las mujeres hayan tenido que ver esto, pero en nuestra tierra las mujeres tienen que ver lo mismo. Nunca estarán a salvo. Quiten a su Gobierno, porque a ellos, ustedes no les importan". Casi todos los mass medias divulgaron estas escasas palabras dichas por el atacante que sale en el vídeo y que ya le ha dado la vuelta al mundo, pero ninguno fue capaz de ir más allá, con un análisis profundo a lo que el atacante pudiera haber querido referirse.

Si damos una simple mirada al pasado, se puede ver que el imperio británico ha invadido casi el Inglaterra ha invadido a casi el 90% de los países existentes en los cinco continentes, entre ellos la mayor parte de los países africanos y árabes_  ¡Eh! ¿Qué dice usted? ¿Qué eso no tiene nada que ver?

Bueno, veamos, sin pensar mucho, no hacen falta profundas conclusiones para saber que cualquiera de las invasiones conllevaron el asesinato en masa de pobladores, dominación hegemonía, expolio de recursos, penetración de cultura, cambio de la estructura social, imposición de leyes y conductas sociales bajo un paraguas de “civilización”, exclusión de la religión autóctona e imposición de la extranjera, creación de diferencias sociales y el uso de los pobladores sólo como mano de obra barata, etc., etc., etc.

¿Qué dice usted? ¿Qué eso ya es cosa del pasado? Bien, veamos.

Aunque discurren tiempos contemporáneos donde todo está muy modernizado en lo tecnológico, cultural y social,  aun Inglaterra sigue aferrada a mantener el estatus de metrópolis al continuar poseyendo colonias y participando en guerras de rapiñas que se inventa el llamado Primer Mundo, como miembros de “santísimas” instituciones internacionales, como la OTAN (por sus siglas en español: Organización del Tratado Atlántico Norte

¡Ah! Para su conocimiento, Inglaterra es miembro de la misma, la cual es una organización internacional de carácter militar, con una declarada actitud belicosa, con soldados (algunos de ellos ingleses) esparcidos en auto-“legalizadas” invasiones por varios países_ incluyendo países africanos y árabes. Países que por el abogo “divino” de los soldados_ en este caso específico_ ingleses, además de llevar la cacareada “civilización” o “democracia”, también perpetran actos vandálicos contra las poblaciones autóctonas.

La arrogancia del mundo occidental, de creerse el obligo del mundo y prototipo civilizatorio para el resto del mundo (principalmente de países menos desarrollados) no puede esperar más que una reacción desmedida como la ocurrida en el barrio Woolwich.

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Esa insolencia persiste en el Primer Ministro, David William Donald Cameron, quien con apoyo de la poderosa propaganda de los medios han calificado este doloroso incidente bajo la hipótesis de “atentado terrorista” y, como el que no quiere la cosa, acentúa la radicalidad xenófoba de la ultraderecha inglesa contra el islamismo, sólo porque el atacante mencionó a Alá. ¡Nada! Simplemente aparentar como si Inglaterra fuese una legendaria víctima. Pero para colmo, el premier se atreve de hablar del pasado: “Ya hemos sufrido este tipo de ataques en el pasado, y siempre hemos ganado” y no faltó un alarde de victimismo al decir: “Quienes cometieron esto intentaron dividirnos. Pero deben saber que algo así solo nos unirá y nos hará más fuertes”.
 
Manifestaciones se ultraderechistas.
¿Y qué podemos decir de todos los años que Inglaterra lleva cometiendo actos terroristas contra otros pueblos? Estoy plenamente de acuerdo que el asesinato es un acto injustificado y condenable de la manera más contundente dentro de la legalidad, pero no se puede pretender que no exista una reacción, aunque sea radicalmente injustificada, por personas que se asqueen de ser subyugados por mezquinos intereses foráneos.

Siempre hay un día que termina por desbordar una copa y aparezca quien se toma la venganza como vía de liberar la bestia dolida que se lleva encerrada por tanta carga de opresión vivida.

Muy a pesar de los convulsos enfrentamientos que se viven hoy en día en las calles de Inglaterra entre los cuerpos policiales y el pueblo indignado, un joven inglés falleció en un terrorífico linchamiento en las “tranquilas” calles de un poblado inglés.

La prensa, al servicio del gran capital y el poder, no se puede aguantar y da su “aporte” a seguir incrementando la condicionada aversión existente contra todo lo que indique inmigración. Pero esta misma prensa no es capaz de hablar de los desmanes, como dijo el atacante, que tienen que sobrellevar quienes sufren invasiones, como las que ha llevado a cabo Inglaterra, o de las que ha sido cómplice.

De todas maneras, para tranquilidad de la ciudadanía del Reino Unido, el famoso Comité COBRA se ha remitido solamente a ampliar el abanico de investigación, previniendo nuevos ataques terroristas, y desplegar 1 200 agentes más en las calles de Londres. ¡Ah! Pero de enmendar todas las barbaries cometidas y siguen cometiendo contra otros pueblos ¡Nada!

El pasado no se puede olvidar si aún en el presente se siguen cometiendo barbaries contra los pueblos. Los monopolios mediáticos deberían ser serios con la búsqueda de sus "noticias", porque omitir es también una manera de desinformar.

Reitero, no estoy de acuerdo con el diente por diente y sólo deseo que otras familias no tengan que lamentar una pérdida humana más. Pero es justo mencionar que no es la religión islámica, ni quienes proceden de países árabes o africanos quienes tienen la culpa de tales reacciones. Son los gobiernos de los países poderosos de este planeta los que siembran bestias con sus operaciones de “paz”.

Es paradójico, cuando otros son calificados de terroristas por estos gobiernos capitalistas que se pintan de santos al decir que llevan la democracia a otros países, aunque sus actos de “paz” sean con terrorismo belicista.

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