
Tomado de Descubriendo Verdades
Por Percy Francisco Alvarado Godoy
La FNCA ha
sido desde su creación un instrumento para condicionar la política
norteamericana hacia Cuba.
Muchos
elementos evidencian cómo las diferentes administraciones norteamericanas la
han empleado, indistintamente, como punta de lanza de su política agresiva,
recibiendo fondos millonarios a través de sus agencias federales como la CIA y
la USAID para articular en cada momento sus planes encaminados a destruir por
cualquier vía posible a la Revolución.
Cuando les
ha sido necesario, tal como ocurrió con el destape de las corruptelas de Adolfo
Franco, han colocado en la USAID a personeros de la FNCA como José Cárdenas, ex
directivo de la misma. Esta fue la salida para descongelar en el 2008 los
fondos destinados para propiciar la subversión contra Cuba y tratar de mantener
las emisiones de Radio y TV Martí.
La ambiciosa
FNCA publicó por ese entonces un informe en el que denunció que tan solo el 17
% de los fondos eran realmente empleados para apoyar a la contrarrevolución
interna. Fue una jugada maestra encaminada a lograr el malsano propósito de
monopolizar el dinero de la USAID, desplazando del privilegiado papel a otras
organizaciones radicadas en EE UU, tales como el Centro por una Cuba libre, el
Directorio Democrático Cubano, el Grupo de Apoyo a la Democracia y Acción
Democrática.
No fue, sin
embargo, hasta el 2011 cuando la USAID comenzó a tener en cuenta con más
atención a la FNCA y a su Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC),
luego de haberle retirado su financiamiento tras los escándalos de sus vínculos
con Luis Posada Carriles y la oleada terrorista en la década de los noventa,
así como su participación en el secuestro del niño Elián González, lo cual
provocó una seria caída de imagen para la misma. La USAID tuvo siempre la
certeza de que la FNCA empleó parte de los fondos entregados a ella en
actividades terroristas contra objetivos económicos, políticos y sociales
dentro de Cuba, distanciándose de la misma, al menos, de forma pública.
Fue en el
2011 cuando la USAID aprobó 3.4 millones de USD para la FHRC, parte de los que
fueron dirigidos hacia los grupúsculos contrarrevolucionarios por los que
apostaban los directores de la FNCA. Otra parte importante de los fondos, a
falta de serias auditorías, fueron a parar a los bolsillos de los propios
intermediarios y unos pocos liderzuelos dentro de la Isla.
Los envíos
destinados por la FHRC a sus grupúsculos seleccionados, fundamentalmente
consistentes en computadoras, teléfonos celulares, cámaras, materiales
impresos, soportes digitales, alimentos, medicinas, productos higiénicos y
ropa, nunca han sido significativos.
La misma
suspicacia acaba de ocurrir recientemente cuando se dio a conocer que la FNCA
destinó más de 250,000 USD para un curso para jóvenes contrarrevolucionarios
auspiciado por el Centro de Iniciativa Latinoamericana y del Caribe del Miami
Dade College, con la intención de capacitarlos como potenciales líderes de la
contrarrevolución interna y, sin embargo, luego de la deserción de tres de
ellos, se filtró la falta de aptitudes de casi todos para cumplir con las
expectativas puestas en ellos.
La Fundación
Nacional Cubano Americana (FNCA) se encuentra ahora financiando la actividad de
algunos grupúsculos como la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y las llamadas
Damas de Blanco.
Con Obama,
la FNCA ha usado los aportes de la USAID para promover acciones no pacíficas y
declarado corte violento como fueron los planes para atentar contra la visita
de Benedicto XVI a La Habana y la Feria Internacional de La Habana 2013,
denunciados por mí oportunamente.
Tal vez el
momento de mayor espaldarazo por parte de Obama a la FNCA tuvo lugar el 8 de
noviembre de 2013, cuando el presidente usó la casa del Chairman de la misma,
Jorge Mas Santos, para buscar contribuciones para los demócratas. A cambio,
Obama prometió a la FNCA la monopolización de los fondos de la USAID. Fue, a
todas luces, un acuerdo muy parecido a los usados por la mafia. Así se
completaba la intención de Obama de centralizar los fondos de la USAID,
iniciada desde el 2012, cuando el Departamento de Estado centró sus esfuerzos
en sus dependencias identificadas como la Oficina de Latinoamérica y el Caribe
(LAC), la Oficina de la Democracia, Derechos Humanos y el Trabajo (DRL) y la
Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental. También concedió a la Sección de
Intereses de EE UU en La Habana el privilegio de canalizar ciertas partidas de
financiamiento dentro del territorio nacional cubano.
En un
artículo de mi autoría, titulado Paradoja FNCA: primero explotar Tropicana y
ahora evocarlo, destaco el hecho de que fue el propio entonces presidente de la
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC), Luis Zúñiga Rey, quien
reclutó a varias personas –entre las que me encontraba yo, así como el
ciudadano cubanos Olfiris Pérez Cabrera-, para hacer volar el famoso cabaret
Tropicana, en la década de los 90.
En el citado
artículo destaco el disparatado sueño de la FNCA de recrear una versión
futurista en la Noche Tropical 2014: “Lo que resulta una aberración es que los
propios organizadores de estos planes terroristas contra Tropicana, muchos de
los cuales se encuentran aún vinculados a la Fundación de Derechos Humanos, una
fachada de la FNCA, encargada de promover y financiar la subversión en Cuba,
planeen recrear al cabaret Tropicana, tal y como pudiera ser en el 2020, si
ocurriera una “transición democrática” en Cuba.” (1)
Siempre tuve
la certeza de que los fondos empleados por el ala militar de la FNCA para
destruir Tropicana, diversos centros hoteleros y recreativos, termoeléctricas,
industrias, refinerías, así como otros objetivos, cuyos planes se fraguaron en
1993 y fueron dándose a la luz en los años venideros con la oleada de atentados
que tuvieron lugar entre los años 1996 al 2001, fueron financiados con fondos
de la USAID.
No tengo
duda alguna de que la FHRC, creada bajo la misma decisión ejecutiva del
presidente Reagan, al igual que su matriz FNCA, bajo decreto 501 (c) 3, ha sido
una de las más agresivas organizaciones terroristas y subversivas contra Cuba,
siempre bajo la tutela de la USAID.
La labor desarrollada
por la FNCA en el sostenimiento de la guerra ideológica anticubana, incluye no
solo la guerra sicológica, sino también la guerra sucia, directa, en la que sus
directivos, junto al Consejo por la Libertad de Cuba, han tenido amplia
experiencia en las últimas décadas. Manejando ahora grandes sumas de dinero
para la subversión son aún más peligrosos. Pruebas existen de que en los
últimos meses la FNCA ha estado involucrada secretamente en la contratación de
mercenarios en el exterior para realizar acciones violentas contra Cuba, tal
como ocurrió durante la pasada visita de Benedicto XVI y la Feria Internacional
del Libro de la Habana 2013. (2)
(1) http://percy-francisco.blogspot.com/2014/09/paradoja-fnca-primero-explotar.html
(2) http://percy-francisco.blogspot.com/2013/11/obama-la-fnca-y-los-turbios-compromisos.html
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