Gustavo
de la Torre Morales
Dentro de
las celebridades que nos tocan más el corazón, se encuentra el Día de la Madre
o Día de las Madres; ya que para algunas culturas, acentuar la pluralidad se
hace tan esencial y evidente como expresión de solidaridad en el festejo, con
las restantes progenitoras de amigos, compañeros, conocidos y demás en otros
países.
Esta
festividad data desde el 250 a.n.e. en las que se rendían en la
antigua Grecia a la diosa Rhea, madre de Júpiter, Neptuno y Plutón.
En el
mundo hay diversas fechas para esta conmemoración que honorifica a las madres. El primer domingo del mes de mayo es
el señalado para celebrarlo en Portugal, Sudáfrica y España. En países como
Aruba, Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela,
Estados Unidos, Nueva Zelanda, Italia, Jamaica, Puerto Rico, Bermuda, Belice,
Cuba, Colombia, Canadá, Las Bahamas, Australia, Turquía, Austria, Trinidad y
Tobago, Surinam, Barbados, la celebración se lleva a cabo el segundo domingo de
mayo.
Así
como en Francia, República Dominicana y Suecia se designó el último domingo de
mayo; en la República Argentina es el tercer domingo de octubre. En Noruega se
escogió el segundo domingo de febrero, en el Reino Unido es el cuarto domingo
de cuaresma y en Panamá la fecha elegida es el 8 de diciembre.
Hay otros
países que tienen fechas señaladas para esta festividad. Por ejemplo, en El Salvador, India, México,
Guatemala, Malasia, Pakistán, Singapur, Omán lo celebran el 10 de mayo, en Samoa es el 14 de mayo, en Polonia
es el 26 de mayo y en
Nicaragua es el 30 de mayo. En Albania es el 8 de marzo, en Costa Rica es el 15
de agosto y en Indonesia es el 22 de diciembre.
Realmente
lo importante no es la fecha ni la época del año, sino el rendirle meritorio
respeto y cariño a nuestras madres; a todas aquellas que sin pensar en el
sacrificio que hacen, entregan desde su mismo epicentro del alma, todo el
posible amor con que llenan la vida.
Sin
restar felicidad a tan magnánimo festejo, no puedo dejar de expresar mi
solidaridad hacia todas esas madres que lloran a sus hijas e hijos: consumidos
por la hambruna, desaparecidos, secuestrados, torturados, asesinados u
obligados a emigrar por políticas engendradas en gobiernos serviles a los
cantos de sirena neoliberales, o por las guerras de rapiñas impuestas por las apetencias
de potencias imperiales. A estas madres también todo mi respeto.
Mi
mayor expresión de admiración a todas esas madres cubanas que, como Marianas
Grajales, vieron a sus Titanes levantar el machete mientras cabalgaban en la
manigua contra el coloniaje durante el siglo XIX o levantaron el fusil en la
sierra Maestra o transitaron el túnel del clandestinaje en el llano, para darle
a la Patria, Cuba, su verdadera libertad e independencia, alcanzada el 1º de
enero de 1959. También a todas esas madres que hoy siguen aportando en la
construcción del socialismo y se imponen, con tesón, a todas las dificultades
impuestas por políticas genocidas del imperialismo y sus lacayos.
Mi
admiración a las abuelas de Plaza de Mayo, signo eterno de lucha, resistencia y firmeza; a todas las madres
catalanas, que le dieron a la historia de esta nación miles de Isidre Lluçàs i
Casanoves, niño que a ritmo de tambor derrotó a las bien pertrechadas tropas
francesas, y persisten en la actualidad como valientes timbaleros que siguen retumbando
la historia de esta tierra para rescatar sus valores culturales identitarios,
mientras cantan con gran orgullo: “Nací en el Mediterráneo”.
También
mis respetos a todas las madres de España, que dieron sus mayores riquezas humanas
por una República arrebatada a golpe de fascismo y hoy siguen en el empeño de
levantar banderas contra estos gobiernos herederos del franquismo, para darle
un mejor mañana a sus futuras generaciones.
Y,
por supuesto, así mismo celebro a todas las madres, en cualquier rincón de este
mundo, que dieron y dan a sus hijas e hijos dignas muestras de altruismo, de
abnegación y denuedo; siendo consecuentes en sembrar en sus pequeñas y
pequeños, aquellos valores que nos dignifican como seres humanos: sinceridad,
honestidad, modestia, compañerismo, responsabilidad, autocrítica, firmeza de
principios y solidaridad.
Junto
a ellas, a mi madre, a mi hermana y a mi compañera que hoy camina junto a mí,
construyendo nuestro futuro.
MADRE:
Me busco en tu rostro
y en el palpitar de colibrí
que brota como manantial
en tu pecho de arcoíris.
Descubro
un mundo de mariposas
y el calor
de una roja rosa en tus ojos.
Me
sorprenden las notas de tus labios
y la caricia
de tu sonrisa.
Reposo
en tus manos
como
un príncipe en su aventura,
porque
estás ahí como fértil brisa
que
tempestuosamente acaricia con dulzura.
Y cada día me pinto tu amor en el alma
y navego por las tierras de los sueños
y miro el sol levantarse con alas de zunzún
y me siento grande por tenerte a mi lado.
La primavera suena sus campanas
en cada rincón de mi diminuto cuerpo
y sé que interrumpo tu paz
con las travesuras de duendecillo.
Soy esa
gema del futuro.
Me vestiré
con lo que pongas sobre mi alma,
viajaré
con los pasos que calces en mis pies
y yo seré
el eco de tu voz desde el fondo del pasado.
Te quiero
por ser mi hada,
por romper
tu descanso sin exégesis,
por ser lo
más importante para mí,
forjando a
mi lado el mañana.
Para ti,
mamá, todo mi amor.
¡FELICIDADES!
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