Por Andrés Gómez, director de Areítodigital Miami.
Una vez que finalmente se logre el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas entre ambos países entonces comenzará un largo,
controvertido y áspero proceso negociador entre ambos gobiernos en pos
de lograr la ansiada normalización de las relaciones entre ambas
naciones, entre ambos pueblos.
Largo, controvertido y áspero, por decirlo de alguna manera, será este
proceso si el gobierno de Estados Unidos se mantiene en los propósitos
anunciados de su nueva política con Cuba, que según las declaraciones de
Roberta Jacobson, Secretaria Asistente de Estado de Estados Unidos, la
funcionaria de más alto nivel encargada hasta el presente de estos
asuntos: “Mi país está cambiando de táctica o la forma de implementar su
política pero no ha abandonado sus fines”.
¿Qué normalización de relaciones será posible entre ambos países si
este es el propósito de la supuesta nueva política de Estados Unidos con
Cuba?
En un proceso negociador de “Te doy y me das” entre Estados Unidos y
Cuba, ¿qué le puede dar Cuba a Estados Unidos a cambio de que el
gobierno de Estados Unidos elimine la Ley Helms-Burton y todas las demás
regulaciones que conforman la política genocida de Bloqueo, lo que en
este país se conoce eufemísticamente como Embargo, que por llamarle
Embargo no deja de ser igualmente genocida? ¿Qué le puede dar Cuba a
Estados Unidos para que ese gobierno elimine la también genocida Ley de
Ajuste Cubano? ¿Qué le puede dar Cuba a Estados Unidos para que ese
gobierno le devuelva a Cuba el territorio ocupado ilegalmente y por la
fuerza en la bahía de Guantánamo, donde por más de un siglo tiene
establecida una base naval y militar, como también durante los últimos
años, mantiene un infame campo de concentración? ¿Qué le puede dar Cuba a
Estados Unidos para que ese gobierno termine y se denuncie por la
política de Terrorismo de Estado mantenida por Washington contra el
pueblo cubano desde 1959? ¿Qué le puede dar Cuba a Estados Unidos para
que ese gobierno lleve ante los tribunales de Estados Unidos a los
terroristas de la extrema derecha cubana radicados en Estados Unidos y
otros países culpables de innumerables y odiosos crímenes, ejecutores de
esa terrible política de Terrorismo de Estado?
¿Qué le puede dar el pueblo cubano al gobierno de Estados Unidos para
que éste cese la política de agresión permanente que en contra de los
cubanos y las cubanas Washington ha mantenido desde el triunfo de la
Revolución en 1959?
¿Qué le puede dar el pueblo cubano al gobierno de Estados Unidos en un
proceso negociador semejante sino son su soberanía, sus derechos a la
autodeterminación, su independencia, su revolución socialista, todos sus
derechos y libertades, sus excepcionales logros, sus magnos
sacrificios, la sangre derramada y los muertos irrecuperables de los
últimos más de 56 años?
¿Es este el proceso negociador que ofrece el gobierno de Estados Unidos
al pueblo cubano para lograr la normalización de relaciones entre ambos
países?
Lo único que sensatamente puede y debe hacer el gobierno de Estados
Unidos, lo único que realmente puede hacer para lograr la normalización
de las relaciones entre ambos pueblos, es desmantelar unilateral e
incondicionalmente todo el andamiaje de guerra que ha puesto en pie
durante los últimos 56 años en contra del pueblo de Cuba; todo el
andamiaje que ha constituido y constituye su política de agresión
permanente en contra de las libertades y derechos del pueblo cubano, en
contra del derecho inalienable de ese valeroso pueblo a vivir y
desarrollarse en paz.
Y ahora, ¿cómo va a resolver el gobierno de Estados Unidos en este
proceso de normalización de relaciones entre ambos pueblos no ya la
terminación y condena de su política de Terrorismo de Estado en contra
del pueblo cubano sino cómo ese gobierno va llevar ante los tribunales
por sus abominables crímenes a los terroristas -- sus criados, sus
aliados-- que la ejecutaron a través de largas décadas? Decisiones
indispensables para poder lograr una normalización de relaciones entre
ambos pueblos.
Nada fácil va a serle a Washington desmantelar ese abominable muñeco y
lograr que se haga justicia como las víctimas y el pueblo cubano
reclaman.
¿Cuántas son las víctimas en Cuba de esa política de terrorismo? De
acuerdo a las cifras oficiales han sido 3,478 los muertos y 2,099 los
incapacitados físicos. Dado el horror producto de las políticas
imperiales de agresión y guerra a otros pueblos durante las últimas
décadas quizás no resulte terrible a los lectores el número de cubanas y
cubanos muertos y discapacitados a consecuencia de todos estos años de
una sostenida campaña terrorista.
Fidel lo supo poner en el contexto correcto en un memorable discurso el
6 de octubre de 2001 al recordar a las 73 víctimas del infame atentado,
perpetrado por estas mismas bestias, contra un avión civil de Cubana de
Aviación el 6 de octubre de 1976.
Explicó Fidel: “Comparando la población de Cuba [el 6 de octubre de
1976] con la de Estados Unidos el 11 de septiembre pasado, es como si 7
aviones norteamericanos cada uno con 300 pasajeros a bordo hubiesen sido
derribados el mismo día, a la misma vez… Y si estimásemos en la misma
proporción de poblaciones las 3,478 vidas cubanas perdidas debido a
estas acciones terroristas originadas en Estados Unidos es como si
88,434 personas hubiesen sido asesinadas en Estados Unidos en
actividades terroristas, que equivale al número de soldados
norteamericanos muertos en las guerras de Corea y Vietnam .”
Interminable y terrible es la vivencia y los resultados de esta vil
política estadounidense de Terrorismo de Estado contra el pueblo cubano.
Como también, salvando las diferencias, duro lo ha sido para nosotros
los cubanos que, también por décadas, hemos defendido a nuestro pueblo
en las mismas madrigueras que los monstruos que han ejecutado esta
política viven y gozan de la impunidad brindada por Washington.
El pasado 28 de abril se cumplieron 36 años del atentado y muerte, un
día después, de nuestro compañero del Comité Nacional de la Brigada
Antonio Maceo, Carlos Muñiz Varela, en San Juan de Puerto Rico sin que
aún sus asesinos, terroristas miembros de la extrema derecha cubana
radicada en Miami y Puerto Rico, hayan sido llevados ante los tribunales
para que se haga justicia. Las autoridades federales encargadas de esos
terribles asuntos, el FBI principalmente, son los culpables de que no
se haya podido hacer justicia. Se niegan a hacer público las pruebas en
su poder que demuestran la culpabilidad de los asesinos.
Pero en Puerto Rico también los familiares y compañeros de Carlos,
cubanos y puertorriqueños por igual, dirigidos por su hijo, Carlos Muñiz
Pérez, hoy mayor que su padre era en 1979 cuando cayera asesinado con
26 años de edad, y nuestro compañero Raúl Álzaga, no han cesado en su
empeño por lograr que se haga justicia a él y a Santiago Mari Pesquera,
joven luchador independentista boricua.
Entonces, ¿qué de los terroristas de Washington en Miami, Puerto Rico y
otros lugares, cubanos de la extrema derecha contrarrevolucionaria,
ejecutores de la política de Terrorismo de Estado de Estados Unidos que
tanta sangre y sufrimiento le ha costado al pueblo cubano durante tantas
largas décadas?
Aquí están en Miami, vivos aún. Algunos de ellos son: Félix Rodríguez,
Luis Posada Carriles, Pedro Remón, Frank Castro Paz, Santiago Álvarez
Magriñat, Osvaldo Bencomo Robaina, Sergio Ramos Suárez, Secundino
Carrera, Ramón Saúl Sánchez, Guillermo Novo Sampol, Antonio de la Cova,
Virgilio Paz Romero, Héctor Fabián, José Dionisio Suárez Esquivel y Luis
Crespo. No son muchos los aquí nombrados, es sólo una muestra, pero sí
son muchos sus odiosos crímenes.
En estos tiempos de cambios estos terroristas deben sentirse muy
vulnerables y hasta desprotegidos… Los jefes que los han amparado, si
aún viven, están muy viejos ya y sin el poder de antes. Los asesinos
saben que muchas cosas están cambiando. Como mantiene la señora Roberta
Jacobson, su gobierno no ha abandonado los fines de su política respecto
a Cuba, aunque sí ha cambiado de táctica, la forma de implementar su
política… Ahora, cualquier cosa es posible.
Estos terroristas, lacayos de lo peor del poder imperial, saben que las
potencias imperiales a través de la historia, y Estados Unidos en
particular, han demostrado no tener madre y menos aún amigos. Sólo
intereses.
¿Sabrán ya que quizás tengan su tiempo exactamente contado? Ojalá.
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