sábado, 30 de mayo de 2015

La Cumbre de las Américas y la estrategia de Obama de “Borrón y cuenta nueva”.

Por Gustavo de la Torre Morales


El pueblo de Cuba ha sufrido por 56 años consecutivos los embates de una política agresiva desplegada por los gobiernos de Estados Unidos, los cuales han dado cobijo bajo su paraguas hegemónico a las organizaciones terroristas y anticubanas que se han anclado en territorio de ese país y que han perpetrado miles de actos vandálicos.
El gobierno y el pueblo cubanos han elevado sus voces de denuncias en diferentes podios nacionales e internacionales. Incluso, siendo el país que debido a las agresiones cometidas por estas organizaciones, asesoradas y financiadas por la CIA, fue incluida en una endemoniada lista de países patrocinadores del terrorismo, cuando Cuba nunca ha agredido a otro país.
Pero Cuba no ha sido la única víctima en la carrera hegemónica, injerencista y agresiva de la política exterior estadounidense y el actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene bien claro la depauperada imagen que Estados Unidos se ha labrado frente a los ojos de los pueblos.
La realidad actual del continente americano muestra el  autoaislamiento a que Estados Unidos se ha sometido con su conducta militarista y de imposición económica. Por eso, el mandatario de descendencia afroamericana, de la Casa Blanca, lleva tiempo centrando sus discursos, con grandes esfuerzos, en omitir, incluso cree que con el descaro de su carismático quehacer borrará de la memoria de los pueblos, el pasado de agresiones que ha labrado su país.
En la V Cumbre de las Américas el Presidente estadounidense dijo: “Para progresar, no podemos seguir cautivos de los desacuerdos del pasado (…) Con demasiada frecuencia se ha perdido la oportunidad de construir una nueva alianza de las Américas a causa de debates caducos (…) No he venido aquí para debatir acerca del pasado; he venido aquí para tratar del futuro.” (1).
Después de que el escenario de la región forzara, sin remedio alguno, a la permisiva participación de Cuba en las Cumbres (prohibida por orientación exclusiva del gobierno de Estados Unidos), teniendo en cuenta que el instrumento imperialista de la OEA (Organización de Estados Americanos) se le iba a pique frente a los nuevos organismos creados en el Caribe y Cono Sur, en la VII Cumbre de las Américas, el mandatario estadounidense en su intervención volvió a recurrir a la estrategia de borrón y “cuenta nueva”: “Soy un estudiante de la historia, por lo que tiendo a estar realmente familiarizado con muchos de estos episodios que se han mencionado (refiriéndose a las declaraciones de Rafael Correa sobre el intervencionismo de Estados Unidos en los países latinoamericanos). Yo soy el primero en reconocer que el ejercicio de la responsabilidad de Estados Unidos en torno a los derechos humanos, no siempre ha sido consistente. Y ciertamente estoy consciente de que hay capítulos oscuros de nuestra propia historia en la que no hemos observado los principios e ideales sobre los que se fundó el país (...) Estados Unidos nunca hace una reclamación sobre ser perfectos. Hacemos una reclamación acerca de ser abiertos al cambio. Así que yo diría simplemente que podemos, supongo, pasar mucho tiempo hablando de agravios del pasado, y supongo que es posible utilizar los Estados Unidos como una excusa a mano de vez en cuando para los problemas políticos que pueden estar ocurriendo en el país. Pero eso no va a traer progreso.” (2)
Por supuesto no es, ni será, la primera y última vez que recurra a declaraciones que santifiquen la política exterior de los gobiernos de su país, incluyendo el que él mismo preside; pero que al menos sirvan como disco rayado: repetir y repetir hasta que se quede como una “verdad” en la mente de la opinión pública. Sin embargo, por mucho que el mandatario norteamericano quiera que empecemos de cero, hasta su propio gobierno no ha dado un voto de confianza para ello.
El discurso de Obama ante el pleno de la VI Cumbre de las Américas celebrado en Cartagena (Colombia) en el 2012, recordó que la Carta Democrática Interamericana declara, al decir las siguientes palabras: "Por último, el avance de la democracia y los derechos humanos. En la Carta Democrática Interamericana nuestras naciones declararon que "los pueblos de las Américas tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla". Debido a que hemos defendido, la mayoría de los pueblos en las Américas viven ahora en democracias. Debido a que la defendimos, en Honduras, sentamos las bases para el regreso al Estado de Derecho.” (3)
Pero es curioso que Obama llame la atención sobre el caso de Honduras, ya que pocos meses después de llegar a la Casa Blanca, se llevó a cabo el golpe de Estado perpetrado en ese país sudamericano, en junio de 2009, contra un presidente elegido constitucionalmente, Manuel Zelaya Rosarios, debido a que éste decidió, desde su primer día de mandato, aprobar una nueva Ley de Participación Ciudadana (para ejecutar consultas populares sobre las principales cuestiones nacionales, reforzando la democracia participativa); de lanzar un programa de protección de los bosques en la zona del río Plátano, el cual no conllevaría el detrimento de la ecología; de integrarse en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para favorecer al país del programa Petrocaribe (con crédito del 40% de petróleo adquirido a una tasa de interés del 1% en un periodo de 25 años), lo cual le permitiría mayores inversiones en los campos de la salud y educación; además de lanzar la propuesta de una consulta popular sobre la posible elección de una Asamblea Constituyente. Medidas que sólo molestaban a los grandes intereses norteamericanos y a la oligarquía nacional hondureña, los dos actores principales del orquestado golpe de Estado el 28 de junio de 2009 y que impusieron como presidente de facto a Roberto Micheletti, el cual sumió al país en un caos de represiones y una oleada asesinatos de opositores políticos, sindicalistas y periodistas. Un escenario con dos puestas: el golpe y el caos; aplaudidas desde el gobierno norteamericano con Obama a la cabeza y con la implicación de la CIA en los hechos.
¿Así es como dice Obama que defendieron la democracia y los derechos humanos en Honduras? Repasemos fugazmente algunas páginas de las “incursiones” de Estados Unidos en las Américas; pero para no hacerlo tan extenso, veamos sólo algunos ejemplos de los siglos XX y XXI.
Todas las incursiones de Estados Unidos en América Central y Sur entraron dentro de las llamadas Black Operations del Proyecto FUBELT (Track II), las cuales estaban destinadas a socavar los gobiernos que no siguieran los dictados de Washington.
Uno de las dianas fue el gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz, derrocado en un golpe militar, en 1954, ejecutado por un pequeño ejército de mercenarios que contaba con apoyo aéreo de aparatos estadounidenses sin identificaciones. Este mini-ejército había sido entrenado por la CIA y dicha operación fue denominada como “PBSUCCESS”. Estados Unidos apoyó la impuesta presidencia de Castillo Armas, quien sumó al país en 40 años de guerra civil.
Las dictaduras de los Somozas contaron con total apoyo del gobierno de los Estados Unidos, tomando  en cuenta que desde el gobierno de Luis Somoza Debayle se favoreció la instalación en Nicaragua de importantes negocios yanquis, como: Citigroup, Bank of America, Chase Manhattan Bank, Morgan Guaranty Trust, Wells Fargo Bank, Banco de Londres Y Montreal Limitado, Sears, Westinghouse y Coca Cola; entre otros para el juego, la prostitución y el ocio. Igualmente el gobierno de los Estados Unidos convenientemente dio el visto bueno a la dictadura de Anastacio Somoza Debayle (hermano de Luis), quien hundió al país en represión, encarcelaciones, torturas y asesinatos. No se puede dejar de mencionar que una vez triunfó la Revolución sandinista, la respuesta de Estados Unidos fue el reclutar, entrenar y financiar la contrarrevolución nicaragüense (los llamados Contra), quienes se entrenaban con militares norteamericanos en Honduras. Incluso, Estados Unidos fue condenado por la Corte Internacional de Justicia por minar puertos nicaragüenses y saltarse las reglas del Derecho Internacional (algo que constantemente realiza).
El ejército de mercenarios cubanos, que tenían sus vínculos con la dictadura de Fulgencio Batista o los grandes negocios de los consorcios norteamericanos anclados en Cuba y que fue derrocada por la Revolución cubana, fue entrenado por la CIA para llevar a cabo la fracasada invasión por Playa Girón en abril de 1961, pero que costó varias vidas humanas. Esta fue la primera derrota sufrida por el imperialismo en América Latina y no podía quedar sin castigo esta rebeldía; por eso la CIA montó la connotada Operación Mongoose (Operación Mangosta), aprobada el 30 de noviembre de 1962, la cual contaba con operaciones de guerra económica, militares, de inteligencia, de subversión política ideológica y de guerra biológica, para ser un total de 5 000 acciones de sabotaje y actos terroristas contra Cuba en menos de 10 meses. Incluso se creó la Operación ZRRIFLE para eliminar físicamente a Fidel Castro Ruz, donde se involucró a figuras de la mafia, como Johnny Roselli y Sam Giancana. Más tarde otros jefes del crimen como Carlos Marcello, Santo Trafficante y Meyer Lansky para llevar a cabo el asesinato.

La CIA estuvo involucrada con asesoramiento y financiación, puso en práctica el “Plan de Contingencia para Brasil”, de Lincoln Gordon (embajador), que resultó en el exitoso golpe de Estado perpetrado en Brasil, en 1964, contra “Jango”, João Belchior Marques Goulart, simplemente porque decidió restringir la participación de las empresas extranjeras en sectores estratégicos de la economía, puso en práctica una política exterior independiente a los dictados del Tío Sam, estableció relaciones con la otrora URSS y se negó a apoyar la propuesta de invasión a Cuba.
Las dictaduras militares de Argentina también contaron con la indulgencia de los gobiernos de Estados Unidos, mucho más aquellas que se erigieron a partir de 1943, principalmente las dirigidas por las juntas militares desde 1973 a 1986, que estuvieron bajo el mando de Jorge Rafael Videla hasta Augusto Jorge Hughes y que condujeron a la encarcelación, la tortura, el asesinato o la desaparición de miles de miles de personas. No se puede olvidar el enfermizo proceder del robo de más de 400 niños (hijos de desaparecidos o asesinados por las dictaduras), entregados a familias militares, por creerse que rompiendo el vínculo familiar se rompía de igual manera el vínculo hereditario de la subversión revolucionaria.
El gobierno de los Estados Unidos fue un artífice esencial en la llamada Operación Condor, plan de inteligencia entre las dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, la contrarrevolución cubana y los servicios secretos de Francia, para acallar las voces molestas en el cono Sur. El imperialismo norteamericano fue miembro clave, siempre "proporcionó la organización, la inteligencia y tecnológicos de asistencia financiera a la operación." EEUU facilitó las comunicaciones para la Operación Cóndor.
Salvador Allende fue asesinado en un golpe de Estado perpetrado por un sector militar y apoyado por Estados Unidos, solo porque el presidente chileno constitucionalmente elegido era marxista, no favoreció los apetitos de las transnacionales extranjeras como la United Fruit Company y con el apoyo popular intentó establecer un Estado socialista usando medios legales del poder ejecutivo. En el poder se instauró a Augusto Pinochet, militar que también estableció el crimen y la represión contra el pueblo como filosofía del régimen.
El salvador, en la década de los 80, también estuvo gobernado por las llamadas fuerzas gubernamentales (entre ellas los llamados escuadrones de la muerte) fueron creadas, armadas y asesoradas por la CIA y donde la famosa Escuela de las Américas jugó un importante papel.
El presidente haitiano Jean Beltrand Aristide también fue derrocado por un golpe militar que contó con el apoyo de la CIA y la DIA (Agencia de Inteligencia de Defensa), en 1991. Como caso curioso, por mucho que el presidente de Estados Unidos intentó restaurar al presidente a consecuencia de la condena de la opinión pública, se vio entorpecido por las órdenes de la CIA. Cuatro años después de Aristide de haber sido elegido presidente nuevamente en el 2000, la  CIA entrenó a miembros de la FRAPH para crear el caos en el país y proporcionar la excusa de la invasión llevada a cabo y que terminó con la destitución de Aristide como presidente.
Granada y Panamá también sufrieron invasiones por el ejército norteamericano y donde se instauraron gobiernos títeres. Algo que no han podido llevar a término en Cuba para derrocar la Revolución socialista y por eso no cesan en seguir aplicando una política hostil: bloqueo económico, sabotajes a la economía cubana o la ridícula inclusión de Cuba en una lista patrocinadora del terrorismo y que este 29 de mayo fue finalmente retirada.
Sin embargo, lo que pasa por alto el presidente Barack Obama, junto con él la llamada prensa “libre” que también se presta de eco, es que la confianza no es un producto sujeto a la tasación mercantil ni a una regla de imposición conductual que tiene que primar por la aplicación de la fuerza. La confianza es un valor emocional que se gana a través de actos que brinden esperanza, una seguridad establecida en el compromiso moral y conductual. La misma no se rige por imposiciones, condicionamientos o chantajes. La confianza no está sujeta a la demostración de fuerzas y nunca se alcanzaría por medios de la injuria o el engaño; sino de la demostración de voluntades humanistas, solidarias, de cooperación, de salvaguarda de la vida humana y material, de la disposición de todas las fortalezas inherentes para la construcción de la estabilidad, la equidad y el goce de todos (TODOS) a los derechos esenciales.
¿Cómo Obama pretende que se le tenga confianza y se olvide todo ese pasado que aún persiste como política hostil de su gobierno, si recientemente desde su gobierno y la CIA se ha apoyado a la oposición venezolana para crear el caos en el país (llamadas guarimbas y que han causado una cuarentena de muertes) y, además, se atreve a firmar una Orden Ejecutiva que declara a Venezuela una “inusual y extraordinaria amenaza contra la Seguridad Nacional de Estados Unidos, cuando sabe bien que no es real?
¿Cree Obama que es fácil olvidar que gobiernos anteriores de Estados Unidos se han involucrado en la instauración de gobiernos totalitarios como el caso de Chiang Kai-shek en Taipei, en Grecia de 1949 que llevó a miles de combatientes de ELAS-EAM a ser encarcelados, exiliados o ejecutados; reclutó y entrenó a exiliados albaneses 1949-53 para derrocar al gobierno comunista de ese país e instaurar en el poder a Xhafer Deva, quien supervisó la deportación de judíos y comunistas a Auschwitz; proporcionó apoyo a las fuerzas de Francia y dejó caer sobre el país 2 millones de toneladas de bombas; en 1969 asesinó a casi medio millón de camboyanos en un bombardeo donde se dejaron caer más bombas que en Alemania y Japón juntas en la Segunda Guerra Mundial; o asesinaron a líderes como es el caso de Patricio Lumumba, para lo que se contó con la explícita autorización del presidente Eisenhower y en un cable de la CIA, el director de la Agencia, Allen Dulles señalaba que "la destitución de Lumumba debe ser un objetivo primordial y urgente y que, bajo las presentes condiciones, debería ser una prioridad fundamental de nuestra acción encubierta" y, entre muchísimas otras más acciones hegemónicas y criminales?
¿Cree Obama que es fácil olvidar que gobiernos anteriores de Estados Unidos se han involucrado en la creación, entrenamiento y financiación de ejércitos opositores y mercenarios en diversos países o de líderes dictatoriales y corruptos que han sido instrumentos oportunos para la CIA, como el caso del panameño Manuel Noriega o el irakí Sadam Husein o el yihadista saudita Osama bin Laden?
¿Cree Obama que es fácil olvidar que gobiernos anteriores de Estados Unidos se han involucrado en el tráfico y carteles de la drogas, como es el caso de Irán-Gate o el grupo mejicano Zeta, el cual está formado por las fuerzas de seguridad mexicanas y entrenados por las fuerzas especiales de Estados Unidos en la Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia, y en Fort Bragg, Carolina del Norte; sin mencionar que Estados Unidos es el mayor consumidor en el mundo y que con gran sadismo dice combatir este flagelo?
Pero, para que le sea mucho más cercano a Obama ¿Cree el mandatario norteamericano que se puede olvidar que su gobierno está involucrado en las llamadas Primaveras Árabes o en las diversas Revoluciones de Colores que han trasladado a diversas regiones?
Podríamos asumir, a duras penas que el presidente Barack Obama tiene mucha “voluntad” de mejorar las relaciones de Estados Unidos con los países de América del Sur y el Caribe; pero él no es el gobierno de su país, sino una pieza prescindible del engranaje principal. ¿Cómo creer en la buena voluntad del presidente norteamericano si, muy a pesar de haber reconocido tajantemente el fracaso de esa política agresiva, maneja la política por una vía más diplomática: el golpe blando, la subversión ideológica, el desarraigo cultural, la omisión voluntaria de la historia de los pueblos, la tergiversación de los hechos o la manipulación de la información para servir a los círculos de poder económico?
¿Cómo creer en las palabras de Barack Obama, si su gobierno, que dice trabaja para el desarme nuclear y presiona a que Irán para que no desarrolle su programa pacífico de energía nuclear; pero no firma el Tratado de No Proliferación de armas nucleares y hace escaramuzas para que no haya presión sobre Israel para que detenga su carrera armamentista de este tipo de armas?
¿Han leído o escuchado ustedes los comentarios del presidente norteamericano, Barack Obama, realizados en la Conferencia de Prensa, el 11 de abril a las 5:26 pm, después de terminada VII La Cumbre de las Américas, en el Centro de Convenciones ATLAPA, en Ciudad de Panamá?
Por supuesto que leer sus declaraciones y la ronda de tres preguntas y respuestas que surgió posteriormente, es como asistir a la puesta en teatro de una obra bien orquestada y dirigida, en la cual el guión está establecido para temas específicos: relaciones con Cuba y programa nuclear de Irán. El resto de las cuestiones importantes que se trataron en La Cumbre pasaron inadvertidamente para el Presidente de Estados Unidos y, cómo no, vetados para cualquier pregunta de esa prensa que se le denomina “libre”.
Declaraciones muy oportunas que omiten intencionalmente los crímenes de gobierno sionista de Israel contra Palestina, de los asesinatos en Yemén por grupos financiados por gobiernos extranjeros, de la proliferación de “actividades” en bases militares estadounidenses ancladas en la región de América del Sur, seguir siendo indulgente con las operaciones de la OTAN y el propio ejército norteamericano en Oriente Medio o de financiar, el mantenimiento de cárceles donde se aplica la tortura (Guantánamo, es una de ellaas) y proliferar acciones subversivas de la oposición en nuestros países, entre otros temas importancia.
El mandatario norteamericano sólo centra su atención en crear una opinión adversa contra el gobierno de Irán y su deseo de llevar a cabo un programa pacífico de energía y en sobredimensionar su “angelical” interés de llevar a los cubanos a asumir los “valores” estadounidenses.
Pero creo que si desea poner los valores norteamericanos como idílicos, creo que Obama, que tan “interesado está” en los Derechos Humanos en Cuba, debería preocuparme mucho más por su propio patio, donde hay cerca de 2.5 millones de niños que viven en las calle, más del 40% de la población no tiene cobertura sanitaria, la marginalidad racial y xenófoba marca pautas en su sociedad, la desigualdad social que es un abismo latente y de las revueltas populares debidas a la brutalidad policial contra el sector afroamericano y latino.
Si Obama no es capaz de cambiar la realidad actual de su país y borrar la historia criminal de los gobiernos de Estados Unidos (incluyendo el suyo), cómo cree el mandatario que nuestros pueblos la borren y olviden.
1-Palabras del presidente Obama en la Ceremonia de Apertura de la Cumbre de las Américas (según traducción del sitio oficial de la Organización de Estados Americanos):
2-Declaraciones del Presiddente Barack Obama en la Sesión de la Primera Plenaria de la Cumbre de las Américas:
3- Discurso de Obama ante el pleno de la VI Cumbre de las Américas celebrado en Cartagena (Colombia) en el 2012:

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