Por Gustavo de la Torre Morales
El
pueblo de Cuba ha sufrido por 56 años consecutivos los embates de una política
agresiva desplegada por los gobiernos de Estados Unidos, los cuales han dado
cobijo bajo su paraguas hegemónico a las organizaciones terroristas y
anticubanas que se han anclado en territorio de ese país y que han perpetrado
miles de actos vandálicos.
El
gobierno y el pueblo cubanos han elevado sus voces de denuncias en diferentes
podios nacionales e internacionales. Incluso, siendo el país que debido a las
agresiones cometidas por estas organizaciones, asesoradas y financiadas por la
CIA, fue incluida en una endemoniada lista de países patrocinadores del
terrorismo, cuando Cuba nunca ha agredido a otro país.
Pero
Cuba no ha sido la única víctima en la carrera hegemónica, injerencista y
agresiva de la política exterior estadounidense y el actual presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, tiene bien claro la depauperada imagen que
Estados Unidos se ha labrado frente a los ojos de los pueblos.
La
realidad actual del continente americano muestra el autoaislamiento a que Estados Unidos se ha
sometido con su conducta militarista y de imposición económica. Por eso, el
mandatario de descendencia afroamericana, de
la Casa Blanca, lleva tiempo centrando sus discursos, con grandes
esfuerzos, en omitir, incluso cree que con el descaro de su carismático
quehacer borrará de la memoria de los pueblos, el pasado de agresiones que ha
labrado su país.
En
la V
Cumbre de las Américas el Presidente estadounidense dijo: “Para progresar, no podemos seguir cautivos de los
desacuerdos del pasado (…) Con demasiada frecuencia se ha perdido la
oportunidad de construir una nueva alianza de las Américas a causa de debates
caducos (…) No he venido aquí para debatir acerca del pasado; he venido aquí
para tratar del futuro.” (1).
Después
de que el escenario de la región forzara, sin remedio alguno, a la permisiva
participación de Cuba en las Cumbres (prohibida por orientación exclusiva del
gobierno de Estados Unidos), teniendo en cuenta que el instrumento imperialista
de la OEA (Organización de Estados Americanos) se le iba a pique frente a los
nuevos organismos creados en el Caribe y Cono Sur, en la VII Cumbre de las
Américas, el
mandatario estadounidense en su intervención volvió a recurrir a la estrategia
de borrón y “cuenta nueva”: “Soy un estudiante de la historia, por lo que tiendo a
estar realmente familiarizado con muchos de estos episodios que se han
mencionado (refiriéndose a las declaraciones de Rafael Correa sobre
el intervencionismo de Estados Unidos en los países latinoamericanos). Yo soy el
primero en reconocer que el ejercicio de la responsabilidad de Estados Unidos
en torno a los derechos humanos, no siempre ha sido consistente. Y ciertamente
estoy consciente de que hay capítulos oscuros de nuestra propia historia en la
que no hemos observado los principios e ideales sobre los que se fundó el país
(...) Estados Unidos nunca hace una reclamación sobre ser perfectos. Hacemos
una reclamación acerca de ser abiertos al cambio. Así que yo diría simplemente
que podemos, supongo, pasar mucho tiempo hablando de agravios del pasado, y
supongo que es posible utilizar los Estados Unidos como una excusa a mano de
vez en cuando para los problemas políticos que pueden estar ocurriendo en el
país. Pero eso no va a traer progreso.” (2)
Por supuesto no es, ni será, la primera y última vez
que recurra a declaraciones que santifiquen la política exterior de los
gobiernos de su país, incluyendo el que él mismo preside; pero que al menos
sirvan como disco rayado: repetir y repetir hasta que se quede como una “verdad”
en la mente de la opinión pública. Sin embargo, por mucho que el mandatario
norteamericano quiera que empecemos de cero, hasta su propio gobierno no ha
dado un voto de confianza para ello.
El discurso de
Obama ante el pleno de la VI Cumbre de las Américas celebrado en Cartagena
(Colombia) en el 2012, recordó que la Carta
Democrática Interamericana declara, al decir las siguientes palabras: "Por último, el avance de la democracia y los
derechos humanos. En la Carta Democrática Interamericana nuestras naciones
declararon que "los pueblos de las Américas tienen derecho a la democracia
y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla". Debido a que
hemos defendido, la mayoría de los pueblos en las Américas viven ahora en
democracias. Debido a que la defendimos, en Honduras, sentamos las bases para
el regreso al Estado de Derecho.” (3)
Pero
es curioso que Obama llame la atención sobre el caso de Honduras, ya que pocos
meses después de llegar a la Casa Blanca, se llevó a cabo el golpe de Estado
perpetrado en ese país sudamericano, en junio de 2009, contra un presidente
elegido constitucionalmente, Manuel Zelaya Rosarios, debido a que éste decidió,
desde su primer día de mandato, aprobar una nueva Ley de Participación
Ciudadana (para ejecutar consultas populares sobre las principales cuestiones
nacionales, reforzando la democracia participativa); de lanzar un programa de
protección de los bosques en la zona del río Plátano, el cual no conllevaría el
detrimento de la ecología; de integrarse en la Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América (ALBA) para favorecer al país del programa
Petrocaribe (con crédito del 40% de petróleo adquirido a una tasa de interés
del 1% en un periodo de 25 años), lo cual le permitiría mayores inversiones en
los campos de la salud y educación; además de lanzar la propuesta de una
consulta popular sobre la posible elección de una Asamblea Constituyente. Medidas
que sólo molestaban a los grandes intereses norteamericanos y a la oligarquía
nacional hondureña, los dos actores principales del orquestado golpe de Estado el
28 de junio de 2009 y que impusieron como presidente de facto a Roberto Micheletti,
el cual sumió al país en un caos de represiones y una oleada
asesinatos de opositores políticos, sindicalistas y periodistas. Un escenario con
dos puestas: el golpe y el caos; aplaudidas desde el gobierno norteamericano
con Obama a la cabeza y con la implicación de la CIA en los hechos.
¿Así
es como dice Obama que defendieron la democracia y los derechos humanos en
Honduras? Repasemos
fugazmente algunas páginas de las “incursiones” de Estados Unidos en las
Américas; pero para no hacerlo tan extenso, veamos sólo algunos ejemplos de los
siglos XX y XXI.
Todas las
incursiones de Estados Unidos en América Central y Sur entraron dentro de las
llamadas Black
Operations del Proyecto FUBELT (Track
II), las cuales estaban destinadas a socavar los gobiernos que no siguieran
los dictados de Washington.
Uno
de las dianas fue el gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz, derrocado en un
golpe militar, en 1954, ejecutado por un pequeño ejército de
mercenarios que contaba con apoyo aéreo de aparatos estadounidenses sin
identificaciones. Este mini-ejército había sido entrenado por la CIA y dicha
operación fue denominada como “PBSUCCESS”. Estados
Unidos apoyó la impuesta presidencia de Castillo Armas, quien sumó al país en
40 años de guerra civil.
Las dictaduras de los Somozas contaron con total apoyo
del gobierno de los Estados Unidos, tomando
en cuenta que desde el gobierno de Luis Somoza Debayle se favoreció la
instalación en Nicaragua de importantes negocios yanquis, como: Citigroup, Bank of
America, Chase Manhattan Bank, Morgan Guaranty Trust, Wells Fargo Bank, Banco
de Londres Y Montreal Limitado, Sears, Westinghouse y Coca Cola; entre otros
para el juego, la prostitución y el ocio. Igualmente el gobierno de los Estados
Unidos convenientemente dio el visto bueno a la dictadura de Anastacio Somoza Debayle
(hermano de Luis), quien hundió al país en represión, encarcelaciones, torturas
y asesinatos. No se puede dejar de mencionar que una vez triunfó la Revolución
sandinista, la respuesta de Estados Unidos fue el reclutar, entrenar y
financiar la contrarrevolución nicaragüense (los llamados Contra), quienes se
entrenaban con militares norteamericanos en Honduras. Incluso, Estados Unidos
fue condenado por la Corte Internacional de Justicia por minar puertos nicaragüenses
y saltarse las reglas del Derecho Internacional (algo que constantemente
realiza).
El ejército de mercenarios cubanos, que
tenían sus vínculos con la dictadura de Fulgencio Batista o los grandes
negocios de los consorcios norteamericanos anclados en Cuba y que fue derrocada
por la Revolución cubana, fue entrenado por la CIA para llevar a cabo la
fracasada invasión por Playa Girón en abril de 1961, pero que costó varias
vidas humanas. Esta fue la primera derrota sufrida por el imperialismo en
América Latina y no podía quedar sin castigo esta rebeldía; por eso la CIA
montó la connotada Operación
Mongoose (Operación Mangosta), aprobada el 30 de noviembre de 1962, la cual
contaba con operaciones de guerra económica, militares, de inteligencia, de
subversión política ideológica y de guerra biológica, para ser un total de 5
000 acciones de sabotaje y actos terroristas contra Cuba en menos de 10 meses. Incluso
se creó la Operación ZRRIFLE para
eliminar físicamente a Fidel Castro Ruz, donde se involucró a figuras de la
mafia, como Johnny Roselli y Sam Giancana. Más tarde otros jefes del
crimen como Carlos Marcello, Santo Trafficante y Meyer Lansky para llevar a
cabo el asesinato.
La CIA estuvo involucrada con asesoramiento
y financiación, puso en práctica el “Plan de Contingencia para Brasil”, de
Lincoln Gordon (embajador), que resultó en el exitoso golpe de Estado
perpetrado en Brasil, en 1964, contra “Jango”, João
Belchior Marques Goulart, simplemente porque decidió restringir la
participación de las empresas extranjeras en sectores estratégicos de la
economía, puso en práctica una política exterior independiente a los dictados
del Tío Sam, estableció relaciones con la otrora URSS y se negó a apoyar la
propuesta de invasión a Cuba.
Las dictaduras militares de Argentina también contaron
con la indulgencia de los gobiernos de Estados Unidos, mucho más aquellas que
se erigieron a partir de 1943, principalmente las dirigidas por las juntas
militares desde 1973 a 1986, que estuvieron bajo el mando de Jorge Rafael
Videla hasta Augusto
Jorge Hughes y que condujeron a la encarcelación, la tortura, el asesinato o la
desaparición de miles de miles de personas. No se puede olvidar el enfermizo proceder
del robo de más de 400 niños (hijos de desaparecidos o asesinados por las
dictaduras), entregados a familias militares, por creerse que rompiendo el
vínculo familiar se rompía de igual manera el vínculo hereditario de la
subversión revolucionaria.
El gobierno de los Estados Unidos fue un
artífice esencial en la llamada Operación Condor, plan de inteligencia
entre las dictaduras de Argentina,
Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, la contrarrevolución cubana y los
servicios secretos de Francia, para acallar las voces molestas en el cono Sur. El
imperialismo norteamericano fue miembro clave, siempre "proporcionó la
organización, la inteligencia y tecnológicos de asistencia financiera a la
operación." EEUU facilitó las comunicaciones para la Operación
Cóndor.
Salvador Allende fue asesinado en un golpe de Estado
perpetrado por un sector militar y apoyado por Estados Unidos, solo porque el
presidente chileno constitucionalmente elegido era marxista, no favoreció los apetitos de las
transnacionales extranjeras como la United Fruit Company y con el apoyo popular
intentó establecer un Estado socialista usando medios legales del poder
ejecutivo. En el poder se instauró a Augusto Pinochet, militar que también
estableció el crimen y la represión contra el pueblo como filosofía del
régimen.
El
salvador, en la década de los 80, también estuvo gobernado por las llamadas
fuerzas gubernamentales (entre ellas los llamados escuadrones de la muerte) fueron
creadas, armadas y asesoradas por la CIA y donde la
famosa Escuela de las Américas jugó un importante papel.
El presidente haitiano Jean Beltrand Aristide también
fue derrocado por un golpe militar que contó con el apoyo de la CIA y la DIA (Agencia
de Inteligencia de Defensa), en 1991. Como caso curioso, por mucho que el
presidente de Estados Unidos intentó restaurar al presidente a consecuencia de
la condena de la opinión pública, se vio entorpecido por las órdenes de la CIA.
Cuatro años después de Aristide de haber sido elegido presidente nuevamente en
el 2000, la CIA entrenó a miembros de la
FRAPH para crear el caos en el país y proporcionar la excusa de la invasión
llevada a cabo y que terminó con la destitución de Aristide como presidente.
Granada y
Panamá también sufrieron invasiones por el ejército norteamericano y donde se
instauraron gobiernos títeres. Algo que no han podido llevar a término en Cuba para
derrocar la Revolución socialista y por eso no cesan en seguir aplicando una
política hostil: bloqueo económico, sabotajes a la economía cubana o la
ridícula inclusión de Cuba en una lista patrocinadora del terrorismo y que este
29 de mayo fue finalmente retirada.
Sin embargo,
lo que pasa por alto el presidente Barack Obama, junto con él la llamada prensa
“libre” que también se presta de eco, es que la confianza no es un producto sujeto
a la tasación mercantil ni a una regla de imposición conductual que tiene que
primar por la aplicación de la fuerza. La confianza es un valor emocional que
se gana a través de actos que brinden esperanza, una seguridad establecida en
el compromiso moral y conductual. La misma no se rige por imposiciones,
condicionamientos o chantajes. La confianza no está sujeta a la demostración de
fuerzas y nunca se alcanzaría por medios de la injuria o el engaño; sino de la
demostración de voluntades humanistas, solidarias, de cooperación, de
salvaguarda de la vida humana y material, de la disposición de todas las
fortalezas inherentes para la construcción de la estabilidad, la equidad y el
goce de todos (TODOS) a los derechos esenciales.
¿Cómo
Obama pretende que se le tenga confianza y se olvide todo ese pasado que aún
persiste como política hostil de su gobierno, si recientemente desde su
gobierno y la CIA se ha apoyado a la oposición venezolana para crear el caos en
el país (llamadas guarimbas y que han causado una cuarentena de muertes) y,
además, se atreve a firmar una Orden Ejecutiva que declara a Venezuela una “inusual
y extraordinaria amenaza contra la Seguridad Nacional de Estados Unidos, cuando
sabe bien que no es real?
¿Cree
Obama que es fácil olvidar que gobiernos anteriores de Estados Unidos se han
involucrado en la instauración de gobiernos totalitarios como el caso de Chiang
Kai-shek en Taipei, en Grecia de 1949 que llevó a miles de combatientes de ELAS-EAM
a ser encarcelados, exiliados o ejecutados; reclutó y entrenó a exiliados
albaneses 1949-53 para derrocar al gobierno comunista de ese país e instaurar
en el poder a Xhafer Deva, quien supervisó la deportación de judíos y
comunistas a Auschwitz; proporcionó apoyo a las fuerzas de Francia y dejó caer
sobre el país 2 millones de toneladas de bombas; en 1969 asesinó a casi medio
millón de camboyanos en un bombardeo donde se dejaron caer más bombas que en
Alemania y Japón juntas en la Segunda Guerra Mundial; o asesinaron a líderes
como es el caso de Patricio Lumumba, para lo que se contó con la explícita
autorización del presidente Eisenhower y en un cable de la CIA, el director de
la Agencia, Allen Dulles señalaba que "la
destitución de Lumumba debe ser un objetivo primordial y urgente y que, bajo
las presentes condiciones, debería ser una prioridad fundamental de nuestra
acción encubierta" y, entre muchísimas otras más acciones
hegemónicas y criminales?
¿Cree Obama que es fácil olvidar que gobiernos
anteriores de Estados Unidos se han involucrado en la creación, entrenamiento y
financiación de ejércitos opositores y mercenarios en diversos países o de
líderes dictatoriales y corruptos que han sido instrumentos oportunos para la
CIA, como el caso del panameño Manuel Noriega o el irakí Sadam
Husein o el yihadista saudita Osama bin Laden?
¿Cree
Obama que
es fácil olvidar que gobiernos anteriores de Estados Unidos se han involucrado en
el tráfico y carteles de la drogas, como es el caso de Irán-Gate o el grupo mejicano
Zeta, el cual está formado por las fuerzas de seguridad mexicanas y entrenados
por las fuerzas especiales de Estados Unidos en la Escuela de las Américas en
Fort Benning, Georgia, y en Fort Bragg, Carolina del Norte; sin mencionar que
Estados Unidos es el mayor
consumidor en el mundo y que con gran sadismo dice combatir este flagelo?
Pero,
para que le sea mucho más cercano a Obama ¿Cree el mandatario norteamericano
que se puede olvidar que su gobierno está involucrado en las llamadas
Primaveras Árabes o en las diversas Revoluciones de Colores que han trasladado
a diversas regiones?
Podríamos
asumir, a duras penas que el presidente Barack Obama tiene mucha “voluntad” de
mejorar las relaciones de Estados Unidos con los países de América del Sur y el
Caribe; pero él no es el gobierno de su país, sino una pieza prescindible del
engranaje principal. ¿Cómo creer en la buena voluntad del presidente
norteamericano si, muy a pesar de haber reconocido tajantemente el fracaso de
esa política agresiva, maneja la política por una vía más diplomática: el golpe
blando, la subversión ideológica, el desarraigo cultural, la omisión voluntaria
de la historia de los pueblos, la tergiversación de los hechos o la
manipulación de la información para servir a los círculos de poder económico?
¿Cómo
creer en las palabras de Barack Obama, si su gobierno, que dice trabaja para el
desarme nuclear y presiona a que Irán para que no desarrolle su programa pacífico
de energía nuclear; pero no firma el Tratado de No Proliferación de armas
nucleares y hace escaramuzas para que no haya presión sobre Israel para que
detenga su carrera armamentista de este tipo de armas?
¿Han
leído o escuchado ustedes los comentarios del
presidente norteamericano, Barack Obama, realizados en la Conferencia de
Prensa, el 11 de abril a las 5:26 pm, después de terminada VII La Cumbre de las Américas, en el Centro de Convenciones ATLAPA, en Ciudad
de Panamá?
Por
supuesto que leer sus declaraciones y la ronda de tres preguntas y respuestas
que surgió posteriormente, es como asistir a la puesta en teatro de una obra
bien orquestada y dirigida, en la cual el guión está establecido para temas
específicos: relaciones con Cuba y programa nuclear de Irán. El resto de las
cuestiones importantes que se trataron en La Cumbre pasaron inadvertidamente
para el Presidente de Estados Unidos y, cómo no, vetados para cualquier
pregunta de esa prensa que se le denomina “libre”.
Declaraciones
muy oportunas que omiten intencionalmente los crímenes de gobierno sionista de Israel
contra Palestina, de los asesinatos en Yemén por grupos financiados por gobiernos
extranjeros, de la proliferación de “actividades” en bases militares
estadounidenses ancladas en la región de América del Sur, seguir siendo
indulgente con las operaciones de la OTAN y el propio ejército norteamericano en
Oriente Medio o de financiar, el mantenimiento de cárceles donde se aplica la tortura (Guantánamo, es una de ellaas) y proliferar acciones subversivas de la oposición
en nuestros países, entre otros temas importancia.
El
mandatario norteamericano sólo centra su atención en crear una opinión adversa
contra el gobierno de Irán y su deseo de llevar a cabo un programa pacífico de
energía y en sobredimensionar su “angelical” interés de llevar a los cubanos a
asumir los “valores” estadounidenses.
Pero
creo que si desea poner los valores norteamericanos como idílicos, creo que
Obama, que tan “interesado está” en los Derechos Humanos en Cuba, debería
preocuparme mucho más por su propio patio, donde hay cerca de 2.5 millones de
niños que viven en las calle, más del 40% de la población no tiene cobertura
sanitaria, la marginalidad racial y xenófoba marca pautas en su sociedad, la
desigualdad social que es un abismo latente y de las revueltas populares
debidas a la brutalidad policial contra el sector afroamericano y latino.
Si
Obama no es capaz de cambiar la realidad actual de su país y borrar la historia
criminal de los gobiernos de Estados Unidos (incluyendo el suyo), cómo cree el
mandatario que nuestros pueblos la borren y olviden.
1-Palabras del presidente Obama en la Ceremonia de Apertura
de la Cumbre de las Américas (según traducción del sitio oficial de la
Organización de Estados Americanos):
2-Declaraciones del Presiddente Barack Obama en la Sesión de la Primera
Plenaria de la Cumbre de las Américas:
3-
Discurso de Obama ante el pleno de la VI Cumbre de las Américas celebrado en
Cartagena (Colombia) en el 2012:
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