Foto: Roberto Chile |
Pasado mañana, 9 de mayo, se conmemorará el 70 aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria.
Dada la diferencia de hora, cuando elaboro estas líneas, los soldados y
oficiales del Ejército de la Federación de Rusia llenos de orgullo,
estarán ejercitando en la Plaza Roja de Moscú con los rápidos y
marciales pasos que los caracterizan.
Lenin fue un genial estratega revolucionario que no vaciló en asumir
las ideas de Marx y llevarlas a cabo en un país inmenso y solo en parte
industrializado, cuyo partido proletario se convirtió en el más radical y
audaz del planeta tras la mayor matanza que el capitalismo había
promovido en el mundo, donde por primera vez los tanques, las armas
automáticas, la aviación y los gases asfixiantes hicieron su aparición
en las guerras, y hasta un famoso cañón capaz de lanzar un pesado
proyectil a más de cien kilómetros hizo constar su participación en la
sangrienta contienda.
De aquella matanza surgió la Liga de las Naciones, una institución
que debía preservar la paz y no logró siquiera impedir el avance
acelerado del colonialismo en África, gran parte de Asia, Oceanía, el
Caribe, Canadá, y un grosero neocolonialismo en América Latina.
Apenas 20 años después, otra espantosa guerra mundial se desató en
Europa, cuyo preámbulo fue la Guerra Civil en España, iniciada en 1936.
Tras la aplastante derrota nazi, las naciones cifraron sus esperanzas en
la Organización de las Naciones Unidas, que se esfuerza por crear la
cooperación que ponga fin a las agresiones y las guerras, donde los
países puedan preservar la paz, el desarrollo y la cooperación pacífica
de los Estados grandes y pequeños, ricos o pobres del planeta.
Millones de científicos podrían, entre otras tareas, incrementar las
posibilidades de supervivencia de la especie humana, ya amenazada con la
escasez de agua y alimentos para miles de millones de personas en un
breve lapso de tiempo.
Somos ya 7 300 millones los habitantes en el planeta. En el año 1800
solo había 978 millones; esta cifra se elevó a 6 070 millones en el año
2000; y en el 2050, según cálculos conservadores, habrá 10 mil millones.
Desde luego, apenas se menciona que a Europa Occidental arriban
embarcaciones repletas de emigrantes que se transportan en cualquier
objeto que flote, un río de emigrantes africanos, del continente
colonizado por los europeos durante cientos de años.
Hace 23 años, en una Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo expresé: “Una importante especie biológica está en
riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus
condiciones naturales de vida: el hombre.” No sabía entonces sin embargo
cuán cerca estábamos de ello.
Al conmemorarse el 70 aniversario de la Victoria en la Gran
Guerra Patria, deseo hacer constar nuestra profunda admiración por el
heroico pueblo soviético que prestó a la humanidad un colosal servicio.
Hoy es posible la sólida alianza entre los pueblos de la Federación
Rusa y el Estado de más rápido avance económico del mundo: la República
Popular China; ambos países con su estrecha cooperación, su avanzada
ciencia y sus poderosos ejércitos y valientes soldados constituyen un
escudo poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida
de nuestra especie pueda preservarse.
La salud física y mental, y el espíritu de solidaridad son normas que
deben prevalecer, o el destino del ser humano, este que conocemos, se
perderá para siempre.
Los 27 millones de soviéticos que murieron en la Gran Guerra Patria,
lo hicieron también por la humanidad y por el derecho a pensar y a ser
socialistas, ser marxistas-leninistas, ser comunistas, y a salir de la
prehistoria.
Fidel Castro Ruz
Mayo 7 de 2015
10 y 14 p.m.
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