lunes, 3 de marzo de 2014

Crimea: Apuntes en las vísperas

Tomado de CubAhora
Por Elsa Claro

Una fuerte confrontación se cierne sobre el mundo a partir de los acontecimientos en Ucrania, particularizados de momento en Crimea. El sábado tuvo lugar una reunión urgente del Consejo  de Seguridad de la ONU donde los embajadores de Ucrania y Rusia intercambiaron imputaciones. Los de Kíev acusaron a Moscú de agresión a su país, en aludido a tropas que, según exponen, arribaron a Crimea.  El Kremlin, en tanto, defendió sus actos al tiempo que hizo severas críticas al amplio influjo y concurso de Occidente en el litigio interno ucraniano.


En el ínterin, el presidente Barack Obama, en fugaz intervención de apenas minutos y sin derecho a preguntas de los periodistas, dijo hoy que "habrá costes" si Rusia decide intervenir militarmente en la península de Crimea, advirtiendo que cualquier violación de la soberanía ucraniana será "profundamente desestabilizadora". Lo expuesto por el mandatario estadounidense, fue interpretado en diferentes medios como una amenaza.


Para este domingo se citó a una reunión especial  de  la OTAN, síntoma alarmante en el debate y se supone que el lunes arribe a Rusia la ex primera ministra de Ucrania y jefa del partido Batkivschina, Yulia Timoshenko, a título personal, según aclaraciones de prensa, habida cuenta que los principales puestos oficiales de Ucrania están a cargo de sus allegados.


CRIMEA


Para tener un alcance o concluir de qué lado pudiera andar la razón en este pleito que promete ingratos desenlaces, o desatar los peores nudos que se han fraguado en los últimos años, resulta saludable recordar pasajes de los antecedentes acumulados por la disputada zona.


Le península estuvo en manos griegas, romanas, mongolas  y de otros imperios y antiguos invasores. En 1475, la ocupan los otomanos asistidos por tártaros que ya tenían bajo su control parte de la zona. Esas dos comunidades tuvieron el dominio hasta 1777, cuando el régimen de los zares los derrota.


Se mantiene como parte del Imperio ruso  desde 1783. Al término de las Guerras Napoleónicas Austria, Gran Bretaña, Rusia, y Prusia había suscrito acuerdos que permitieron 4 décadas de paz en Europa, pero en 1854 y durante 2 años  se desarrolla la conocida como Guerra de Crimea, durante la cual se enfrentan de nuevo los rusos (esta vez con menos fortuna) con los turcos otomanos, ayudados, en ese segundo momento, por una alianza británico-francesa.


A partir de 1917, en Crimea se asienta gran número de anticomunistas (con apoyo alemán, británico, francés, estadounidense y turco. Son los conocidos como ejercito blanco) opuestos a los bolcheviques que depusieron al zar Nicolás I.


En 1921, al término de esa guerra civil, Crimea se convierte en república autónoma, como parte de la Unión Soviética, y es cedida a los tártaros de la zona. Durante la II Guerra Mundial la ocupan los nazis, quienes logran retener el territorio hasta 1944 cuando es liberado por el Ejército Rojo.


En el 45, Josef Stalin decide desterrar a los tártaros hacia zonas de Asia Central acusándolos de haber colaborado con los agresores alemanes. En 1954 el entonces presidente de la URSS, Nikita Kruchov, decidió traspasar ese encave a Ucrania, como “regalo” personal a su país nativo.


Cuando en 1991 Ucrania se independiza surgen disputas entre Kíev y Moscú, con respecto al enclave, sobre todo por la posesión y emplazamiento de la Flota del Mar Negro. En 1997 se logra un acuerdo mediante el cual Rusia adquiere el 80% de la  importante escuadra naval y se le otorga el arrendamiento -por 20 años- del puerto de Sebastopol. Hubo pactos y arreglos posteriores también.


En 1994,  fue elegido presiente de Crimea Yuri Meshkov,  al frente de una coalición de fuerzas políticas que aspiraban a reunificar el enclave con Rusia. Los movimientos emprendidos fueron desautorizados por el entonces jefe del gobierno ucraniano Leonid Kuchma, quien asume el control de la península hasta que, después, nombra un sustituto. El suceso, aunque fracasado, se  puede considerar el primer intento de separar esta comarca de Ucrania y devolverla a la Federación rusa.


Casual o no, esos hechos coincidieron con un préstamo del FMI a Ucrania que a solo 3 años de comenzar vida aparte, se encontraba ya en fuertes aprietos económicos que aumentarían con las privatizaciones que a modo de reformas iniciaría el mismo jefe de estado a posteriori.


El Banco Mundial se sumó al salvataje y Estados Unidos también aumentó la ayuda financiera que le daba a Ucrania, y, al parecer por reciprocidad, Kuchma decide sumarse al programa Socios por la Paz, considerada la antesala para un ingreso pleno a la OTAN, paso este último no ejecutado por la elevada oposición popular y debido a decisiones de gobernantes posteriores.


En Crimea habita una mayoría de rusos (60%), le siguen los ucranianos y después tártaros y búlgaros.


Con tanto pendiente por ocurrir y hacer, al cierre de estas notas, no son prudentes los vaticinios, solo aportar elementos de juicio como los aquí puestos a disposición de nuestros lectores y dejar anotado que el curso de los hechos pudiera involucrar no solo a Ucrania y Rusia por Crimea, sino a otras naciones, insertadas en el conflicto con agenda propia y turbadores afanes.

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