Autor: Laura Becquer Paseiro
Venezuela ha sentido una dinámica de guerra contemporánea en la cual se
cambian los ejércitos por el bombardeo mediático, las acciones
terroristas, con el consecuente llamado al desconocimiento del gobierno
en el poder. Muchos analistas ubican estos procedimientos en la
denominada Guerra de Cuarta Generación, sustentada ideológicamente en la
teoría de la propaganda de los manuales nazi.
La Máster venezolana en Seguridad y Defensa Integral de la Nación, Marisela Andrade, denomina esa forma de proceder como Tácticas Asimétricas Irregulares (TAI), las cuales se utilizan para desestabilizar, sembrar dudas en la población, descontrolar, confundir, emboscar, amedrentar, cundir pánico, provocar ansiedad; hasta llegar a un estado de exaltación y enajenación mental en los asedios.
La también analista política comentó a Granma que algo muy común de las TAI es que se cuelan en el descontento de la gente, y que sus enemigos principales son el Estado, el Gobierno y las Fuerzas de seguridad y defensa de la nación responsables del orden de la República.
Antes de comenzar a operar requieren garantías del control del ambiente internacional a favor de la acción bélica irregular, por lo que ella posee la ofensiva inicial y cuenta con el apoyo interno y externo de fuerzas. En esa primera parte la situación se define según los intereses de las grandes transnacionales que luchan por la conquista de recursos naturales, precisa.
La especialista en Planificación Estratégica señala que entre los objetivos de estas guerras con TAI, se encuentran la localización y exterminio de los objetivos políticos claves; la conformación de un ambiente de ruptura del orden constitucional favorable para una invasión o ataque militar extranjero; y ejecutar la intervención con la consecuente llegada de fuerzas multinacionales con planes y programas de recuperación social y económica.
El Estado afectado, en este caso la República Bolivariana de Venezuela, debe empeñarse en obtener la victoria sin ejecutar una operación bélica militar. Su éxito se basa en la resistencia, en la conciencia en el pueblo y en agotar estrategias de paz, de diálogo sin condiciones o requerimientos que no sean el respeto a las diferencias para buscar acuerdos de convivencia abarcadores, sostiene Andrade.
La especialista consultada por este diario describe como “extraordinaria” la estrategia del Gobierno Bolivariano encabezado por el presidente Nicolás Maduro. Esas concentraciones pacíficas demuestran el deseo de un pueblo que ama la paz y, apegado a la Constitución, defiende su voto. Asimismo, es una gestión presidencial contextualizada en reiterados llamados al diálogo y de esa forma multiplica su eficiencia al lado del pueblo, generando más seguridad y confianza, acota.
Un componente clave para el éxito de estas operaciones psicológicas es el papel de las Fuerzas Armadas.
En el caso venezolano, la cohesión cívico-militar alcanzada luego de la llegada al poder del presidente Hugo Chávez en 1998, se ha ido fortaleciendo. La diferencia del escenario venezolano con otros en los cuales se ha aplicado el manual, radica precisamente en que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sigue leal al juramento de la Patria, a la Constitución y al Gobierno elegido constitucionalmente a través de elecciones libres, populares, soberanas, transparentes y reconocidas internacionalmente, indica Andrade.
En el plano externo el Estado objeto de las TAI debe mantener una ofensiva en los diversos foros multilaterales. De esta forma, muestra al mundo lo que los grandes medios de comunicación se empeñan en ocultar.
Se debe ir más allá de las denuncias en el intento por desmontar la matriz de opinión internacional y presentar pruebas contundentes, a fin de sumar nuevas voces que apoyen la defensa regional del Estado vulnerado internacionalmente, en el marco de los convenios internacionales y regionales, sostiene.
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