Un grupo de cubanos refugiados desde septiembre pasado en Panamá protesta frente a la Cancillería panameña |
Por Nicanor León Cotayo.
Al gobierno panameño de Ricardo Martinelli se le ha creado una muy
embarazosa situación con un grupo de cubanos allí “refugiados”.
Llegaron al istmo luego de estar detenidos en las Bahamas, donde
arribaron sin documentos por vía marítima, lugar en que –según ellos-
fueron maltratados.
De acuerdo a sus versiones públicas tocaron suelo panameño el cinco
de septiembre último y las autoridades prometieron concederles “asilo
político”.
Sin embargo, a más de cinco meses de aquel suceso, estos supuestos
refugiados cubanos ofrecen a la prensa una historia muy distinta de su
vida actual.
Este lunes algunos ocuparon un pequeño jardín, en la plaza Bolívar
frente a la Cancillería, llevando en sus manos catres para dormir y
pancartas que denuncian su tragedia.
Un despacho cablegráfico de la francesa AFP llegó a plantear que esos
cubanos afirman vivir en Panamá “como perros”, y por tanto iniciarán
una huelga de hambre.
La France Press añadió que un grupo de esos balseros comenzarían esa
protesta “al estimar que han sido engañados por el gobierno de
Martinelli”, al que exigen la nacionalidad panameña o la salida del
país.
“Queremos la ciudadanía prometida, y si no, vamos a pedir a gritos que nos saquen de Panamá”, advirtió Edelis Savón, portavoz del grupo.
Y prosiguió: “El asilo fue todo una mentira, venimos como asilados y aquí estamos como perros en la calle sin privilegios ni nada”.
Otro de los cubanos, Eulises Benitez, declaró a la AFP: iniciamos la huelga de hambre reclamando a este país, “al que nos trajeron engañados” nuestros derechos como asilados políticos.
Los denunciantes repiten a la prensa que, cuando se les concedió refugio, la administración Martinelli les prometió documentos, que les facilitarían un trabajo, tener una casa y traer a sus familiares.
Sin embargo, por ser extranjeros muchos empresarios los rechazan, y su documentación personal no autoriza lograr un empleo, adquirir una vivienda o sacar de los bancos el dinero que sus familiares les envíen desde Estados Unidos.
Otro en huelga de hambre, Yudián Chala, previno de manera contundente: estamos metidos en un laberinto sin salida.
“Queremos la ciudadanía prometida, y si no, vamos a pedir a gritos que nos saquen de Panamá”, advirtió Edelis Savón, portavoz del grupo.
Y prosiguió: “El asilo fue todo una mentira, venimos como asilados y aquí estamos como perros en la calle sin privilegios ni nada”.
Otro de los cubanos, Eulises Benitez, declaró a la AFP: iniciamos la huelga de hambre reclamando a este país, “al que nos trajeron engañados” nuestros derechos como asilados políticos.
Los denunciantes repiten a la prensa que, cuando se les concedió refugio, la administración Martinelli les prometió documentos, que les facilitarían un trabajo, tener una casa y traer a sus familiares.
Sin embargo, por ser extranjeros muchos empresarios los rechazan, y su documentación personal no autoriza lograr un empleo, adquirir una vivienda o sacar de los bancos el dinero que sus familiares les envíen desde Estados Unidos.
Otro en huelga de hambre, Yudián Chala, previno de manera contundente: estamos metidos en un laberinto sin salida.
Analistas opinaron que tales hechos colocan entre signos de interrogación la imagen vendida por Martinelli de ser un ferviente partidario de los derechos humanos.
Muy incómodo para el presidente panameño, que ha crucificado a Cuba,
Venezuela, entre otras, naciones independientes, bajo el estigma de no
ser democráticas.
Pero el forcejeo que acontece ahora en su territorio es aún más
delicado, pues refleja duras imputaciones contra Martinelli por parte
de sus “asilados anticastristas”.
¿Qué han dicho? Según ellos el gobierno panameño les ofreció refugio,
más villas y castillas, cuando estaban retenidos en Bahamas.
Sin embargo, ahora son los titulados “anticastristas quienes, allí
mismo, denuncian ante el mundo que Martinelli, en su afán por cautivar a
Washingon, les mintió.
Esto equivale a decir que no tienen vivienda, trabajo ni documentos
que los legalice para desenvolverse en aquella sociedad, o sea, los han
transformado en una suerte de pequeña tribu nómada.
¿Tendrá de nuevo el presidente de Panamá valor suficiente como para hablar otra vez sobre los derechos humanos en Cuba?
Un combinado adarme de ética y sentido común recomendaría no hacerlo.
Ricardo Martinelli estuvo ausente de la Segunda Cumbre de Estados
Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) efectuada en enero en La Habana.
Unos lo atribuyeron a su permanente cuestionamiento sobre los derechos en la isla, otros a la orden impartida sin gran éxito por Washington de restar credibilidad a la cita.
Unos lo atribuyeron a su permanente cuestionamiento sobre los derechos en la isla, otros a la orden impartida sin gran éxito por Washington de restar credibilidad a la cita.
Incluso muchos llegaron a no descartar el motivo de su ausencia a esas dos posibilidades.
Mientras, el drama del grupo de cubanos que Martinelli “asiló” en
Ciudad Panamá, se proyecta hacia el final de su puesta en escena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario