Este miércoles, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. ha aprobado una resolución que solicita al presidente Barack Obama sancionar a Venezuela, a quien acusa de reprimir violentamente las protestas que se adelantan desde principios de febrero por parte de grupos de la ultraderecha venezolana, haciendo eco de las matrices de los medios de la derecha internacional.
"Estamos preparados, si es
necesario, para invocar la Carta Democrática Interamericana en la OEA (Organización
de Estados Americanos) e implicarnos de varias formas, con sanciones o de otra
forma, pero la economía allí ya es bastante frágil", fueron las palabras
del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, de acuerdo con una nota de EFE.
Desde una audiencia en el Comité
de Gastos de la Cámara de Representantes, el jefe de la diplomacia
estadounidense afirmó que el gobierno de Barack Obama ha estado "en
contacto con países vecinos" pero cree que “es hora de que la OEA y los
países de la región asuman un papel más activo".
Según afirmó para una entrevista
a Russia Today (RT), el especialista José Manzaneda: “de esta manera Washington
intenta que el dominio del petróleo del país vuelva a estar en manos
norteamericanas, (como fue en la IV República) pues EE.UU. es el país más
interesado en las relaciones comerciales con Venezuela porque tiene 'una alta
dependencia del petróleo venezolano' y lo que Washington intenta es controlar
los precios del petróleo que vende este país sudamericano”.
El jueves y viernes pasado, el
Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), analizó la
situación en Venezuela en dos sesiones extraordinarias, pero finalmente
descartó las opciones más radicales, apoyadas por EE.UU., Panamá y Canadá, de
convocar a los cancilleres del continente o decidir el envío de una misión
observadora a Venezuela.
En ese sentido, los embajadores
de los países miembros aprobaron por 29 votos a favor y 3 en contra, una
declaración que llama a continuar el "diálogo nacional" en Venezuela,
una fórmula que satisfizo a Caracas y decepcionó a EE.UU., que lo interpretó
como una abierta validación de la respuesta de Maduro a la crisis que atraviesa
la Patria de Bolívar.
Por su parte, los cancilleres de
los países que constituyen la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) crearán
una comisión para mediar en la crisis que vive Venezuela, según lo anunció la
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff: “Si algo realmente molesta (a EE.UU.) es
la participación de nuevos actores de la geopolítica continental como es el
caso de Unasur o de otras alianzas estratégicas de la región como el Alba o
incluso Mercosur", concluyó Manzaneda.
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