Muchas
veces, cuando se habla de la transición del franquismo al nuevo período de los
gobiernos de españa, se dice (con cierto alarde de cambios y avances) período
de la democracia.
Realmente
me quedo un poco impactado cuando veo que, amén de sólo algunas conquistas
alcanzadas en los primeros años que beneficiaron a toda la sociedad española;
más bien los beneficios fueron crear las bases para que las grandes empresas
pudieran desarrollar el período del consumismo. Un etapa sombreada por el
desarrollo de lentejuelas entre "pan y circo".
Igualmente,
para sostener el vocablo "democracia" se apuntaló el mismo con
"Estado de Bienestar". Algo simuladamente más aceptable; pero que no
implica tácitamente democracia, cuando el bipartidismo se apoderó de los
mecanismos leguleyos para sentarse solamente ellos en el cachumbambe (a lo
cubano, pero denominado balancín de 2 plazas en España).
Ahora
el pueblo de todo el Estado Español se está despertando de tanta ignominia que
ha implementado el gobierno dirigido por el Partido Popular (continuando
algunas de las políticas que ya venían aplicándose desde que el Partido
Socialista Español estaba en el poder). Medidas que eufemísticamente han
llamado de austeridad, por sus inmensos niveles de recortes a los servicios
públicos o de privatizaciones de muchos de ellos, y que sólo han favorecido a
los que ya tienen en sus bolsillos grandes fortunas (el 1%).
Tanto
que los dirigentes de los partidos de la derecha española y de centro hablan de
democracia, ahora están asustaditos porque se va moviendo por toda la península
un movimiento que exige sus derechos pacíficamente, pero enérgico.
Diferentes
sectores de la sociedad van formando arterías en una sóla dirección, con un
punto de concentración común para decirle al gobierno de España ¡Basta! Las
demandas son claras y justas:
No más represión a las manifestaciones
pacíficas.
Trabajo digno.
Salud pública y de calidad.
Educación pública y de calidad.
Respeto a las jubilaciones.
Detener los desahucios.
No a los bancos y banqueros corruptos
y ladrones.
No a mantener políticos chorizos y
oportunistas.
Respeto a
los derechos
de emigrantes.
No
a las políticas de camisa de fuerzas y estrangulamiento de la Troika Europea.
Sin
embargo, en vez de mostrar respeto al derecho al reclamo de la sociedad, la
derecha española criminaliza, con apoyo de los medios de comunicación
privados y oficiales, a la marea humana que se mueve pacíficamente desde
diferentes lugares para convergen en Madrid.
Los
monopolios no representan los intereses del pueblo, por eso omiten, tergiversan
o manipulan la realidad de los hechos que va sucediendo. Las mentiras de los Mass Medias se deben a que tienen que
responder a los centros de poder que les contratan, les financian y facilitan
los ingresos con sus campañas. Los monopolios mediáticos nunca responderán a
los intereses del pueblo, sino de quienes les aportan los
beneficios y engrosan sus arcas (los centros de poder de las grandes empresas
capitalistas que prefieren una sociedad adicta al consumismo).
Siempre hay quienes se tienden en el suelo para dejarse pisar mientras pasan los poderosos y una vez estén lejos, se levantan con banderitas en representación de sindicatos. Ni los líderes de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez, han tenido la moral para pronunciarse sobre las marchas... ¿Dónde están ahora?
Hasta la misma Ejecutiva de CC.OO del Cuerpo de Bomberos de Madrid ha tenido pronunciamiento, emplazando a Toxo.
Tanto los Mass Medias, como personeros representativos del poder, se creen paladines de la verdad. Hay que aprender a discernir la verdad
de la mentira, la realidad de los hechos a la manipulación orquestada a los
intereses burgueses, lo que crea valores humanos de lo que siembra
individualismo y alienación, de lo funde humanamente a lo que envilece.
Es la dignidad humana la que puede
crear realmente una democracia que permita una mayor participación del pueblo
en las cuestiones esenciales del país.
Esta Marcha de la Dignidad trae en
ella misma la democracia en sus reclamos y banderas.
Esta Marcha de la Dignidad es sinónimo
de justicia social.
Una vez más se demuestra que el
capitalismo no tiene en su esencia ejercicios democráticos, sino reformas de
coloretes para seguir dando “Pan-y-Circo”: desigualdades sociales, crisis
cíclicas, limitaciones de derechos humanos, mentiras y manipulaciones, impunidad
a políticos corruptos y descompuestos, tijeretazos a beneficios públicos para
seguir aportando a las arcas de los ricos, privatizaciones, desempleo,
desahucios, división de la sociedad, promulgación del individualismo y un
larguísimo etcétera que no tiene nada que ver con el vocablo democracia.
Bueno Rajoy, ya que tanto te jartas de
hablar de “democracia” ¿Qué paso darás ahora? ¿Cargar con fuerzas policiales y antimotines
contra el pueblo o buscar soluciones, haciendo justicia, a sus reclamos?
La democracia está por llegar a este país... y puede que pronto.
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