Una delegación de 165 trabajadores médicos cubanos ha llegado a Sierra Leona para ayudar a combatir la enfermedad. Glenna Gordon para The Wall Street Journal. |
Drew Hinshaw, en Freetown, Sierra Leona, y Betsy McKay, en Atlanta -
The Wall Street Journal.- Mientras crece el riesgo de que el ébola se
propague a otros países, Estados Unidos ha hecho un llamado para que
otros gobiernos envíen personal médico a África Occidental, donde hay
miles de vidas en peligro. Pocos han respondido al pedido, aunque un
país en particular lo ha hecho con vigor: Cuba.
Durante las tres semanas desde que el presidente estadounidense,
Barack Obama, envió el primer contingente de casi 4.000 soldados a
África Occidental, la lucha por contener el ébola ha creado aliados
inesperados. Quizás ninguno sea tan extraño como los médicos cubanos que
aúnan esfuerzos con el ejército de EE.UU. para combatir la fatal
enfermedad.
China, India y Rusia, que aspiran a convertirse en potencias
mundiales, han hecho muchos negocios en África, pero sus contribuciones a
la lucha contra la epidemia han sido, hasta ahora, muy pequeñas. Y
países con sistemas de salud que se cuentan entre los más avanzados del
mundo han llegado demasiado tarde a la crisis, indicaron líderes de los
países afectados por el ébola.
La semana pasada, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió al menos un aumento de 20 veces en la ayuda.
Por su parte, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, dijo
la semana pasada que “la respuesta internacional ha sido lenta”. La
mandataria pidió más personal médico, en declaraciones realizadas en
Monrovia y transmitidas a una conferencia del Banco Mundial sobre la
enfermedad en Washington. “Más que nunca, necesitamos personal
calificado y dedicado para sumarse a la lucha contra el ébola”.
Cuba respondió al pedido. La isla envió 165 trabajadores de la salud a
Sierra Leona, uno de los países afectados. La cifra es
desproporcionadamente alta para una pequeña isla de 11 millones de
habitantes. El personal cubano se suma a equipos en África Occidental de
varios países que son auspiciados por organizaciones de ayuda. Médicos
Sin Fronteras afirma que tiene unos 250 trabajadores internacionales en
la región y casi 3.000 que trabajan en la epidemia del ébola en total.
Cuba juega desde hace tiempo un papel importante en África, con el
envío de tropas para ayudar en la expulsión de los militares
sudafricanos de Angola y entrenar guerrillas que se sumaron a la lucha
armada de Nelson Mandela contra el apartheid. A comienzo de los años 60,
el Che Guevara viajó para intentar fomentar una revolución en el este
de la recién independizada República Democrática del Congo, sólo para
encontrarse lado a lado con hombres que luego consideró más interesados
en el saqueo que en el socialismo global.
“No podemos liberar solos un país que no quiere luchar”, le contestó en una carta desanimada al líder cubano Fidel Castro.
En cambio, el médico argentino sugirió que Cuba enviara otra cosa:
doctores. Desde entonces, Cuba ha despachado decenas de miles de
trabajadores de la salud a otros países. Después de los terremotos de
2005 y 2010 en Pakistán y Haití, La Habana envió cientos de trabajadores
médicos, indicó Jorge Delgado Bustillo, director de la Brigada Médica
cubana en Sierra Leona.
Los 165 trabajadores de la salud en Sierra Leona representan, en
comparación, una respuesta cauta. “Trabajamos con malaria, cólera,
dengue, situaciones de desastres, inundaciones en Venezuela,
inundaciones en Guatemala, inundaciones en Belice”, dijo Bustillo.
“¿Pero ébola? Es la primera vez para los cubanos”.
El miércoles pasado, la bandera cubana ocupaba una pared entera en un
salón de conferencias en Freetown, donde los médicos esperaban que el
gobierno de Sierra Leona les diera la bienvenida oficial. Un funcionario
australiano de la Organización Mundial de la Salud responsable de
entrenarlos los observaba preocupado, al ver sus muestras de afecto,
como palmadas en la espalda o apretones de manos. Funcionarios de salud
pública advierten que el ébola puede contagiarse por contacto, ya que el
virus es transmitido a través de fluidos corporales como la
transpiración.
En la lucha contra el virus, EE.UU. es el mayor país donante, con el
compromiso de enviar unos 4.000 soldados y casi US$400 millones en otro
tipo de ayuda. Más de 2.600 voluntarios se han inscrito en un sitio web
del gobierno para un posible despliegue.
El mayor socio comercial de África, China, ha indicado que brindaría
US$1 millón en efectivo más US$2 millones en alimentos y especialistas
por país a Liberia, Sierra Leona y Guinea. El gigante asiático también
enviará 170 trabajadores médicos a Liberia, según la agencia de noticias
estatal Xinhua.
India, que tiene profundos lazos comerciales y conexiones aéreas con
África Occidental, hace poco prometió contribuir US$12,5 millones,
aunque no aportará personal médico. Brasil, que pasó una década
cortejando a los países africanos, contribuyó con unos US$413.000.
Rusia, Japón, Sudáfrica y otros países africanos, así como Francia y el
Reino Unido han contribuido en mayor y menor grado.
No obstante, la situación requiere de mayor ayuda. Sólo Liberia
necesita unos 10.000 trabajadores de la salud cualificados, y una
cantidad similar se necesita en Sierra Leona, según el gobierno de
EE.UU. Hasta ahora, la mayor brigada médica individual en Sierra Leona
es la cubana. “Cuba es el único país que conozco que está respondiendo
con recursos humanos en términos de médicos y enfermeras”, dijo
Nkosazana Dlamini-Zuma, presidenta del directorio de la Unión Africana.
No será suficiente, sostuvo Abdulai Baratay, vocero del gobierno de
Sierra Leona. “Aunque apreciamos a los cubanos (…) aún creemos que, a la
tasa de propagación actual, necesitamos más personal en el terreno”.
Algunos gobiernos, incluido el de China, se quejan de que simplemente no tienen la experiencia suficiente con el ébola.
Este es el vacío que está llenando Cuba. Mientras que consultores de
EE.UU. se alojan en un hotel de lujo, los 165 trabajadores médicos
cubanos comparten habitaciones triples en uno de los hoteles más
económicos de Freetown. Los inodoros del hotel están rotos y las moscas
vuelan alrededor de manteles manchados donde los cubanos comen en
turnos.
“No es Sierra Leona la que nos necesita”, dijo Yosvany Vera, un
médico de 36 años mientras comía un plato de arroz. “El mundo nos
necesita”.
Matina Stevis en Johannesburgo, Megumi Fujikawa en Tokio, Gregory
L. White en Moscú, Carlos Tejada en Beijing, Paulo Trevisani en
Brasília y Gordon Fairclough en Nueva Delhi contribuyeron a este
artículo.
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