Fidel saluda a Lucius Walker, líder de los Pastores por la paz. 25 de julio de 2010 Foto: Estudios Revolución. |
Por Dra. Gloria M. León Rojas (Historiadora, miembro de la UNEAC, UNHIC y ADHILAC)
Mientras el mundo preocupado y atónito recibe “la crónica de
la muerte anunciada” de quien sabe cuantos miles o millones de seres
humanos y la acción militar contra Siria puede ser el preámbulo de un conflicto impredecible, declarado por el presidente Obama,
premio Nobel de la Paz, a quien se le escapó la paloma y quiere
cazarla, yo quiero hacer la crónica de la vida, de la fertilidad de los
sueños de otros hombres.
El 8 de septiembre del 2000, día de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba,
Ochún, diosa de las aguas mansas y dulces se entreteje misteriosamente
con hilos de la memoria con el 7 de septiembre del 2010, día de la
Virgen de Regla, virgen negra, Yemayá y hermana de Ochún en la santería.
El inicio del siglo XXI encontraba a Fidel
enfrascado en múltiples tareas, una de ellas era la sensible batalla
por el regreso del niño Elián, retenido en Estados Unidos en contra de
la voluntad de su padre; otra la Escuela Latinoamericana de Medicina,
creada en noviembre de 1998 para formar médicos para el mundo. Para
julio del 2000 terminaban los primeros 1929 estudiantes de 18 países, su
primer año, parte del ciclo básico de la carrera de medicina en la ELAM.
El 6 de septiembre del 2000 Fidel participa en LA CUMBRE DEL MILENIO
celebrada en NACIONES UNIDAS, en Nueva York. En el discurso ante
ciento cincuenta jefes de estado en la Cumbre analiza críticamente el
estado de los países pobres y las urgencias que reclaman el nuevo siglo y
que deben ser atendidas.
Nada de lo que existe en el orden económico y político sirve a los
intereses de la humanidad. No puede sostenerse. Hay que cambiarlo. (…)
somos ya más de 6 mil millones de habitantes de los cuales el 80 por
ciento es pobre. Enfermedades milenarias de los países del Tercer Mundo
como la malaria, la tuberculosis, y otras igualmente mortíferas no han
sido vencidas; nuevas epidemias como el SIDA amenazan con extinguir la
población de naciones enteras, mientras los países ricos invierten sumas
fabulosas en gastos militares y lujos, y una plaga voraz de
especuladores intercambian monedas, acciones y otros valores reales o
ficticios, por sumas que se elevan a millones de millones de dólares
cada día. La naturaleza es destrozada, el clima cambia a ojos vista, las
aguas para el consumo humano se contaminan y escasean; los mares ven
agotarse las fuentes de alimentos para el hombre; recursos vitales no
renovables se derrochan en lujos y vanidades.
(…) el objetivo fundamental de las Naciones Unidas, en el siglo
apremiante que comienza, es el de salvar al mundo no sólo de la guerra
sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y
la destrucción de los medios naturales indispensables para la
existencia humana. ¡Y debe hacerlo con premura antes de que sea
demasiado tarde!
La memoria de un cronista original, el veterano y sagaz periodista
Luis Báez, atrapa la esencia de los acontecimientos, testigo excepcional
de la potencialidad comunicativa de Fidel en el exterior. En “cuarenta y
cinco salidas desde Cuba” del Comandante, ha sido parte de su
delegación. Apunta que más allá de las diferencias culturales, de
lenguas, credos, ideologías, Fidel logra con sus interlocutores una
comunicación siempre sorpresiva. Pero la asistencia a la Cumbre del
Milenio en Nueva York tiene además del riesgo del país en cuestión, el
hecho de que ocurrió en un período de agudas tensiones víspera de las
elecciones presidenciales. Báez rememora los principales comentarios de
la prensa durante la estancia de Fidel en Estados Unidos. “La Prensa
de Nueva York lo describía en la sesión de la Cumbre ‘vestido con traje
azul y lentes…pocas palabras y muchos aplausos… Fidel sigue siendo la
atracción de la Cumbre.’ La CNN anunciaba que ‘en la cumbre para
salvar el milenio…vaya donde vaya y diga lo que diga lo seguro es que
el corpulento barbudo dominará la atención’, lo que corroboró el New York Times:
‘Fidel fue la figura de la cumbre del Milenio’. Los medios prestaron
una atención sobre dimensionada al inevitable saludo protocolar entre
Fidel y el presidente Clinton.”
Dos días más tarde, el viernes 8 de septiembre, Fidel realizaba su
última actividad en la Iglesia Riverside donde casi 3 mil personas
–activistas, religiosos, sindicalistas, latinos, negros, inmigrantes,
estudiantes, maestros, artistas—así como, el reverendo Lucius Walker,
director de Pastores por la Paz, uno de los principales organizadores
del encuentro, el actor Danny Glover y la humanista Joan Brown Campbell,
ex secretaria general del Consejo Nacional de Iglesias y figura central
en el apoyo para el regreso a la isla del niño Elián González,
ofrecieron la bienvenida a Fidel Castro. Según los corresponsales Jim
Cason y David Brooks “Todo lo que no le cupo en su intervención de siete
minutos ante el pleno de la Cumbre lo desarrolló durante cuatro horas y
16 minutos –seguramente el segundo discurso más largo del líder cubano
en Estados Unidos, ante un público que ondeaba banderitas cubanas y
coreaba ‘Cuba sí, bloqueo no’, desde las 10 de la noche hasta poco
después de las dos de la madrugada. El discurso del presidente cubano
concluyó con un ‘buenos días’”.
Este cálido y multitudinario acto expresaba la voluntad y el esfuerzo
de sectores populares para crear una nueva relación con Cuba. Relación
que con ese público se había iniciado cuarenta años atrás en Harlem y
donde Fidel dijo encontraba “a sus mejores amigos” rememorando su
encuentro con Malcom X un 19 de septiembre de 1960. Fidel había viajado a Nueva York para hablar ante la XV Asamblea General de la ONU y sufrió
la hostilidad de la administración del entonces presidente Dwight
Eisenhower (1953-1961). Debido a la falta de garantías para su
seguridad, la delegación de la isla se trasladó al barrio negro de
Harlem, donde se instaló en el hotel Theresa, agasajado con sincera
amistad y hospitalidad por la comunidad afronorteamericana liderada por
Malcolm X que acogió a la delegación y se reunió con Fidel. Este
recordaba:
"Debo decir que, cuando venía hacia acá, recordaba mis cuatro visitas a
las Naciones Unidas. En la primera ocasión me expulsaron del hotel en
las inmediaciones de las Naciones Unidas. Yo tenía que escoger entre dos
opciones: montar una casa de campaña en el patio de las Naciones Unidas
—y como guerrillero recién salido de las montañas no me parecía una
cosa muy difícil (Aplausos)—, o marchar hacia Harlem, uno de cuyos
hoteles me había invitado (Aplausos). Y yo decidí de inmediato: “Me voy a
Harlem, porque allí están mis mejores amigos” (Aplausos y
exclamaciones)." (Discurso de Fidel Castro, en la Iglesia Riverside, 8
septiembre 2000).
La cálida y popular bienvenida ofrecida por el pueblo de Harlem y las
autoridades del hotel marcó para siempre el desarrollo de los vínculos
de los revolucionarios cubanos y los progresistas afro norteamericanos.
La sentencia de Fidel en la Asamblea conservaba cuarenta años después
toda su vigencia: “Desaparezca la filosofía del despojo y desaparecerá
la filosofía de la guerra”.
En el discurso de la Iglesia Riverside Fidel analizó con datos y
cifras escalofriantes, la catastrófica situación social y de salud de
los países pobres y exhortó a la sensibilidad y solidaridad. “La especie
humana-dijo- alcanzará su grado más alto de conciencia cuando cada
pueblo sea capaz de sufrir como propio el dolor de los demás pueblos del
mundo.” Y confesaba que:
"Descubrí hace poco algo que me dejó admirado: nos visitaron varios
representantes del Caucus Negro —hablo de esto porque ellos hablaron del
tema a la prensa es la primera vez que yo menciono esto públicamente—, y
un legislador de Mississippi —por un distrito de ese estado— al que yo
le hablaba de estos programas me dijo: ´Óigame, yo tengo muchos lugares
en mi distrito que no tienen un solo médico.’ Le digo: ¡Cómo! Ah, ahora
me doy cuenta de que ustedes son el Tercer Mundo de Estados Unidos.
(Aplausos y exclamaciones). Y le dije: Estamos dispuestos a enviarles
algunos médicos gratuitamente, igual que lo hacemos con otros países del
Tercer Mundo."
Es más fácil todavía enviar a los estudiantes de medicina. Ellos
están en esa tarea, y desde aquí puedo afirmar que estamos dispuestos a
recibir a 250 estudiantes por año procedentes del Tercer Mundo
norteamericano. (Aplausos) Aprenderán, además, español, y se
relacionarán con jóvenes de todo el hemisferio, a los que trasmitirán lo
que conocen sobre Estados Unidos y la cultura norteamericana. Ellos les
mostrarán la cultura de todos sus países."
Y ya que mencioné una cifra, se trata de 250 becas por año pero en el
primer curso de premédica, que comienza en marzo, podemos ofrecerles
500 para incluir otras minorías. La selección no correría por parte
nuestra; correría por parte de los representantes que deseen ayudar a
jóvenes humildes de sus distritos a estudiar medicina, con el compromiso
de regresar a sus lugares de origen cuando se gradúen como médicos."
(Discurso de Fidel en la Iglesia Riverside, 8 de septiembre 2000).
Al presentar a Fidel, el reverendo James Forbes, de la iglesia
Riverside, señaló “que oraría porque lo que aquí estamos haciendo lleve
a que ese apretón de manos entre Castro y el presidente Bill Clinton en
la Cumbre del Milenio, pase a ser un abrazo.” Este hecho acaparó la
atención de la prensa y no el ofrecimiento de becas para estudiar
medicina a los jóvenes humildes del pueblo norteamericano, además de
silenciadas las becas se vieron obstaculizadas por la permanencia del
bloqueo.
Fidel analizó la situación mundial, los desafíos del nuevo milenio,
las guerras, la pobreza, las enfermedades y la destrucción del planeta y
exhortó a los países ricos y a los hombres de buena voluntad a cambiar
el rumbo hacia la destrucción de la raza humana. Explicó la política
exterior cubana, el internacionalismo en África y el apoyo a la lucha
contra el apartheid, derrotando a los sudafricanos en Angola, y la
solidaridad con los pueblos afectados por los huracanes George y Mitch a
donde se enviaron miles de médicos organizados en un programa Integral
de Salud y se creaba una Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM)
para ofrecer miles de becas a jóvenes humildes y de zonas apartadas para
estudiar medicina, el cual lo hacía extensivo al pueblo norteamericano
también de forma gratuita. En la diplomacia de los “gestos” Estados
Unidos nunca lo ha tenido en cuenta.
José Serrano, congresista por Nueva York y uno de los presentadores
de Castro, y Maxine Waters, congresista por California, que había
visitado a Cuba en febrero de 1999 y en enero del 2000, declararon que
continuarían los esfuerzos para dar fin al bloqueo y se abrazaron con
Fidel.
Báez en su crónica de entonces describió la pantalla grande en el
altar de la iglesia, exhibiendo documentales cubanos, la tardanza de una
hora para comenzar el acto, la entrada de Fidel como un gigante, la
impresionante concentración de público en las calles adyacentes con
televisores lleno de colorido que se resistían a despedirlo, el discurso
emotivo de la emigración cubana patriótica , la alegría de los
feligreses para él “la ceremonia tuvo de rito magia” y escribió que el
legendario “el viejo guerrillero que comanda los destinos de Cuba
deseaba regresar a la patria para liderar nuevas batallas ” como el
Quijote que es y será. (Conversación con Luis Báez)
Rafael Dausá, joven e inteligente diplomático, era el
segundo Jefe de la Misión Cubana en la ONU y recuerda con emoción esos
días de tensión, gran preocupación y también felicidad. En la
sesión de la Cumbre del Milenio reinaba las expectativas sobre la
participación de Fidel y antes y después de su discurso los jefes de
estado y representantes de los diferentes países querían saludarlo e
intercambiar con él. En las afueras de la Iglesia Riverside desde horas
temprano en la mañana se iban concentrando los aspirantes a un asiento
en la Iglesia. Todos querían ver a Fidel. Muchos quedaron en una sala
aledaña y en los alrededores, era una multitud, pero era impresionante
el silencio, solo quebrado por los aplausos y los vítores a Cuba y
volvía ese silencio profundo que el eco de la Iglesia y las verdades
irrefutables y el contenido ético de sus palabras asequibles a todos con
diferentes niveles culturales e ideologías, agigantaban su estatura
moral. Fidel estaba feliz, con deseos de conversar.
Para quienes trabajábamos en la Misión fue reconfortante. El
hostigamiento a los funcionarios cubanos es permanente, unas veces
sutil y otras no. Los hijos van de un piso a otro, de la escuelita al
apartamento, en el mismo edificio. La suegra de un funcionario una tarde
pretendía sacar a sus dos nietos pequeños al parque cercano, pero
olvidó que era jueves, día en el que algunos pagados concurren con
carteles a piquetear contra Cuba. Enfurecidos le gritaron ‘vieja
asesina’, sin tener en cuenta los estragos de las palabras en la mente
de los niños.
Entonces en la noche con gran cautela y muy bajito para que no los
oyeran la mamá y la abuela, le preguntaron a su padre si era verdad que
su abuela era mala. “Qué difícil explicar a los niños las razones de tal
comportamiento”. Unos días después llegó Fidel y al final de la
estancia se reunió con todos los miembros de la Misión y afectivamente
saludó a cada uno, los niños recitaron, le regalaron dibujos, Fidel le
firmó autógrafos y todos estaban orgullosos y felices, principalmente
los dos niños porque “si Fidel quería a su abuela ella no podía ser
mala.”
Fidel también se despidió de los funcionarios de la ONU y de quienes
habían estado oficialmente dándole protección, miembros de la Policía
de Nueva York y del FBI. Más de una foto recogió para la memoria a Fidel
intercambiando su gorra y poniéndose la del Policía neoyorquino.
(Conversación con Rafael Dausá)
Rememora el Dr. Luis Estruch Rancaño , cuanto regocijo sentía
Lucius por el encuentro de Fidel con el pueblo afro descendiente y le
contaba que Fidel esa noche en la Riverside se interesó mucho por su
experiencia personal como trabajador social en los barrios marginales,
en su batalla contra la discriminación racial. “Necesitamos que Fidel
viaje muchas veces a los Estados Unidos para que el pueblo conozca la
verdad de Cuba y del mundo” le afirmó Lucius. (Conversación con el Dr.
Luis Estruch Rancaño)
El Caucus Negro Congresional (CBC) fue fundado en enero de 1969 por
los doce congresistas afronorteamericanos que integraban el Congreso de
Estados Unidos en aquel momento. En los primeros 50 años del siglo XX
solamente cuatro afronorteamericanos fueron electos al Congreso. En el
2000 el CBC contaba con 42 miembros. En mayo del 2000 otra delegación
del Caucus visitó Cuba.
Varios de los representantes de ese grupo congresional han mantenido
posiciones constructivas respecto a Cuba, influyentes miembros
realizaron acciones positivas durante la batalla por el regreso de
Elián.
Estos congresistas fueron los primeros en recibir de parte Fidel la
disposición de Cuba para asignar un número de becas a jóvenes de bajos
ingresos con el propósito de estudiar Medicina en Cuba, seleccionados
por el Caucus Negro Congresional. Igual proposición le hizo a la ONG
Pastores por la Paz, presidida por el Reverendo Lucius Walker, quien
envió los primeros estudiantes a la Escuela Latinoamericana de Medicina
(ELAM). (Fidel Castro, Reflexiones “Los 7 congresistas que nos visitan”,
Cubadebate, 6 de abril 2009)
En noviembre del 2000 el Dr. Juan D. Carrizo Estévez, como Rector
de la ELAM y el Dr. Luis Estruch Rancaño, funcionario del Consejo de
Estado viajaron a Estados Unidos para reunirse con congresistas del
Caucus y autoridades académicas para explicar las características de la
ELAM y el Plan de Estudio de Medicina.
El Dr. Estruch viajó por segunda vez en el 2003 y dictó conferencias
en varias universidades explicando el proyecto ELAM y el desarrollo de
la Biotecnología en Cuba.
Pero fue el 8 de septiembre del 2000 en la Iglesia Riverside donde
Fidel dio la “buena nueva” y hacía público el ofrecimiento de becas a
jóvenes norteamericanos para estudiar medicina en Cuba. Era un gran
gesto y también un gran reto. Para Lucius Walker y su equipo constituía
un desafío. La hostilidad hacia Cuba en los medios informativos había
creado un estereotipo sobre la sociedad cubana y conformaban una
determinada percepción que no favorecía el aspirar a estudiar durante
seis años en el país enemigo. Sin embargo se presentaron los candidatos.
El proceso de selección, legalización de documentos, permiso para
viajar a Cuba, transportación, implicaba la búsqueda de financiamiento y
de apoyo. El Caucus negro jugó un papel muy importante.
Para la Escuela de medicina cubana era también un desafío, una prueba
de fuego. Era un experimento del cual mucho tendría que ver el
prestigio futuro de la ELAM, se trataba de la pertinencia del graduado,
de su nivel profesional, si los egresados norteamericanos vencían
exitosamente o no los requerimientos para la reválida. Con ellos las
exigencias serían mayores por el pecado de haber estudiado en la Isla
con becas del gobierno cubano.
El 11 de septiembre del 2001 cundió el pánico en Estados Unidos y
marcó un viraje en las relaciones internacionales. El derribo de las
Torres Gemelas en New York evidenciaba la vulnerabilidad del gigante y
servía de pretexto para una histeria antiterrorista que impulsaría el
presupuesto militar y el intervencionismo norteamericano en cualquier
rincón “oscuro” del mundo. Las presiones y acciones anticubanas de la
administración George Bush contra los viajes y la presencia en Cuba de
personas bajo la jurisdicción de Estados Unidos, arreciaron.
En la ELAM se encontraban estudiando más de veinte norteamericanos.
La orden del Departamento de Estado fue categórica: regresar a los
Estados Unidos. El gobierno cubano habilitó una línea telefónica
internacional abierta, gratuita, para que los estudiantes trataran de
contactar a sus familiares en New York. Carrizo se reunió con ellos para
conocer su decisión. Fidel había orientado a Chomy que respetaran la
decisión de los estudiantes, si querían regresar y no tenían dinero para
el pasaje, Cuba cubriría los gastos. Si decidían quedarse tendrían todo
el apoyo de la Escuela y el estado cubano. Excepto tres, la mayoría
decidió quedarse y enviaron cartas pidiendo ayuda a los congresistas
negros. Lucius Walker y la congresista demócrata por California Bárbara
Lee, quien dirigió el proceso y se entrevistó con el Secretario de
Estado, Collin Powell; catorce congresistas con su firma avalaban la
solicitud y tuvieron éxito. Les fue autorizada la licencia y
permanencia legal a los jóvenes norteamericanos estudiantes de Medicina
en Cuba. Hasta ese momento los estudiantes viajaban amparados en los
acuerdos de intercambio académico con la Universidad de La Habana.
Fue el primer y único reconocimiento oficial del gobierno de Estados
Unidos, de la administración de Bush, a un proyecto académico para
estudiar medicina en Cuba. Los estudiantes norteamericanos de la ELAM
constituyeron el único puente de amistad que sobrevivió después del
derribo de las Torres Gemelas. (Conversación con Estruch)
Un pequeño y gran éxito del Caucus Negro que posibilitó que jóvenes
humildes de Estados Unidos se hicieran médicos y que la bandera de las
cincuenta estrellas siguiera –sin menoscabo- ondeando en el pabellón de
las naciones junto a todas las otras de los rincones “oscuros” de la
tierra, en una Escuela de Medicina en Cuba. Pese a todo, los egresados
norteamericanos no han podido sanar el alma enferma de las relaciones
malditas que impone el bloqueo y el imperio se empeña en que la
generosidad cubana no es más que un amor subversivo.
En cada verano e invierno a partir del 2002 -para comenzar el Pre
Médico y/o estudiar Español, llegaba Lucius y su equipo y también padres
de los alumnos a entregar formalmente a Carrizo y la dirección de la
Escuela los candidatos a galenos, las más preciadas joyas del futuro que
siguiendo el evangelio debían “amar al prójimo como a sí mismos”.
“La ELAM se convirtió en una puerta abierta a la esperanza de los
pobres” y era visitada por un sinnúmero de personalidades religiosas,
académicas y políticas, entre ellas el ex presidente demócrata James
Carter en mayo del 2002, sitio donde coincidió con Lucius y Fidel los
presentó.
En el 2005 el huracán Katrina azotó el sur de los Estados Unidos,
Nueva Orleans estaba destruida. Fidel concibió la creación de la Brigada
Henry Reeve, organizada y equipada en la ELAM, integrada por médicos
cubanos de alto nivel y diferentes especialidades con experiencia en ese
tipo de evento, para socorrer a los miles de afectados por el huracán.
Fidel reiteró el ofrecimiento de ayuda médica al pueblo de Estados
Unidos en el programa televisivo Mesa Redonda, el 2 de septiembre de
2005.
El silencio se tornó en negativa y esa fue la triste respuesta del
gobierno norteamericano a un verdadero gesto humanitario que podía
salvar vidas a los más desfavorecidos, los afro descendientes del sur
de los Estados.
En el 2006 se graduó el primer estudiante norteamericano-Raúl Cedric
quien había estudiado medicina durante tres años en Estados Unidos,
pero su situación económica le impedía continuar. La ELAM le permitió
culminar gratuitamente su carrera.
En el 2007 se graduaron siete estudiantes norteamericanos, incluyendo una de El Bronx.
Lucius y su equipo se ocuparían de buscar el financiamiento para el
regreso de los egresados, la legalización de los documentos, las
coordinaciones con las instituciones académicas norteamericanas para los
steps, exámenes de revalidación del título de médicos, etc.
En abril del 2009 otra delegación del Caucus Negro visita a Cuba,
presidida por Barbara Lee, representante por el Estado de California,
quien en cinco ocasiones anteriores había visitado Cuba y mantenía con
Lucius una estrecha relación y un fuerte apoyo para los estudiantes
norteamericanos en la Escuela. Reiteró pronunciamientos públicos
previos y expresó su intención de realizar gestiones con la
administración de Barack Obama para propiciar un cambio de política
hacia Cuba, y la reactivación de los intercambios entre iglesias de
ambos países. De ella dijo Fidel admiraba “su espíritu combativo y
capacidad de lucha”. Se opuso abiertamente a la guerra contra Irak en el
Congreso.
En enero del 2010 un terremoto devasta Haití, los egresados de la
ELAM constituyen la Brigada Internacional Henry Reeve de la ELAM y
marchan a prestar servicio junto a la Brigada Médica Cubana. Siete de
los primeros egresados norteamericanos fueron directamente desde Estados
Unidos el 3 de febrero. “Estos dedicados y talentosos médicos están
listos para servir: recibieron sus títulos en Cuba y están preparados de
manera única para los múltiples desafíos de esta misión urgente”, dijo
el reverendo Lucius Walker.
Lucius Walker fue el alma del proyecto ELAM en Estados Unidos.
Otorgó becas a casi 200 jóvenes norteamericanos. A los graduados los
apoyó en la inserción en los servicios de salud pública en Estados
Unidos. Y también fue Quijote de la solidaridad con Cuba, defensor de la
verdad, batallador contra las calumnias y amigo franco, sincero y
entrañable de Fidel y la Revolución. Cada visita de Lucius a las
provincias cubanas era un acontecimiento lleno de amor recíproco.
El reverendo nació en Roselle, New Jersey en agosto de 1930. Se graduó de la Universidad Shaw en Raleigh, Carolina del Norte en 1954. Cuatro años más tarde recibió su Maestría en Divinidad de la Escuela Teológica Andover Newton, y en 1963 obtuvo una Maestría en Trabajo Social de la Universidad de Wisconsin.
En ese año 1963 el reverendo Martin Luther King lideraba la lucha por
los derechos civiles y movilizaba a miles de hombres y mujeres. El
discurso del 28 de agosto fue su testamento político convocando a luchar
por lograr el “Sueño” de la igualdad racial, de los derechos civiles y
sociales. Legado que cultivó Lucius.
A partir de mayo de 1964, Walker fue un patrocinador de la Comisión Nacional para Abolir la Casa de Actividades Antiamericanas. En 1967 fundó la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria (IFCO). Dos años más tarde recibió un grado honorario de Doctor en Humanidades en el Malcolm X College de Chicago.
Walker se desempeñó como Secretario General Adjunto del Consejo Nacional de Iglesias desde 1973 hasta 1978, momento en el que volvió a IFCO como su director ejecutivo. En 1984 se convirtió en pastor de la Iglesia Bautista de la Salvación (en Brooklyn, Nueva York), dedicado a la predicación del evangelio social. En 1988 Walker fue herido en un ataque de la Contra en Nicaragüa, en el que fallecieron varios civiles. El pastor acusó al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan de asesinato y concibió el proyecto Pastores por la Paz, con el objetivo de brindar ayuda humanitaria a los pueblos que la necesitaran, y de acuerdo con IFCO, organizó:
“Caravanas de ayuda humanitaria como una manera de ayudar a las víctimas de la política exterior de EE.UU. … [en] Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Chiapas, y Cuba”
Lucius Walker impulsó 21 Caravanas de Amistad desde 1992 hasta su muerte en septiembre de 2010,
para llevar a Cuba asistencia humanitaria y medicinas en camiones
escolares amarillos, sin pedir autorización ni licencia a las
autoridades. El objetivo de tal iniciativa fue romper el cerco
estadounidense contra la nación antillana, el cual consideró inmoral.
Lucius Walker Jr fue el Pastor, el activista social y defensor de los Derechos humanos
quien durante toda su vida fue un crítico de la política imperialista
de su país y de las consecuencias de ésta en los pueblos del Tercer Mundo.
(Tomado de Cubadebate, “Síntesis biográfica de Lucius Walker”, 12
septiembre 2010; Iris de Armas Padrino “Reverendo Lucius Walker”,
Cubadebate, Miércoles, 08 de Septiembre de 2010)
Narciso Ortiz, uno de los catorce egresados de la ELAM en el 2010,
norteamericano de origen dominicano, llegó en el segundo grupo de
egresados estadounidenses a Haití.
Siempre tenía el deseo de hacerme médico pero se hizo difícil y hasta
pensé que no tenía capacidad para ello. El mismo sistema te hace dudar
de ti. Cuando conocí al Reverendo Lucius Walker, todo cambió, ya que él
puso en mi camino la luz para ver todo lo que yo era y mi posible
destino. Fue el compañero y líder que me puso en contacto con Cuba, y
las ideas de Fidel y la gran revolución cubana, y con su gente que
tanto se ha sacrificado y luchado. Es interesante que la persona que me
introduce a esta gran revolución y pueblo sea un Afro Americano.
Lucius siempre nos decía ‘sean los mejores estudiantes que puedan ser,
deben ser médicos revolucionarios, servir al más sufrido, sean el puente
necesario y sano entre Cuba y Estados Unidos, la mejor manera de
medir a un hombre es por sus hechos’. Y nosotros somos los hechos de
Lucius Walker.
Lo primero que me impactó al llegar a Haití fue ver a la salida del
aeropuerto, en medio de las ruinas de la capital, pasar un tanque de
la ONU. Y de verdad me llamó la atención, me sorprendió. Me preguntaba
qué hacía un tanque entre tanta gente desvalida que necesitaban ayuda
médica y material para sobrevivir. También me pregunté cuánto costaría y
cuánto se podría hacer con el costo de un tanque de la ONU.
Éramos 5 de los EEUU, representando los estados de California,
Pennsylvania, Illinois, y mi persona New Jersey. Todos coincidíamos en
este punto. Nos tocó el Departamento de Arte Bonite.
El pueblo norteamericano está muy mal informado. ¿Por qué Estados
Unidos que hasta ha ocupado militarmente a Haití y ahora también a
través de las tropas de la ONU no contribuye de una manera eficiente a
la reconstrucción de este pueblo? Son preguntas sin respuestas.
No podré por ahora seguirle escribiendo desde L`Estere. Se ha
desatado una epidemia de cólera y trabajamos día y noche para salvar
cuántas vidas sea posible. Mucha gente comenta que la introdujo la
MINUSTHA. Pelearemos por la victoria de la vida sobre la muerte. SOMOS
LA SEMILLA DEL EJEMPLO DE LUCIUS Y FIDEL. 24 de diciembre 2010.
(Gloria León, Haití en la memoria, La Habana Editorial Ciencias Sociales, 2012 pp85-88)
Un sacerdote episcopal, Profesor del John Jay College of Criminal Justice, de la Ciudad Universitaria de Nueva York planteaba.
Un punto importantísimo en la formación médica de estos jóvenes
-norteamericanos en la ELAM- lo es el que no fueron entrenados para
comercializar con la medicina.
A diferencia de lo que hacemos en las escuelas de medicinas en
Estados Unidos, aprendieron que la medicina social tiene como meta
principal el salvar vidas y que es inmoral, deshonesto y profano el
utilizar esta carrera para producir o acumular dinero.
Estos jóvenes tienen claro que la salud es un derecho no un privilegio.
Esto por supuesto, tal y como la revolución cubana, les hace más espirituales y les acerca más a Dios.
De aquí el que constantemente me pregunte; ¿cómo una persona
religiosa como Bush tiene tanta maldad y crueldad para la imagen de Dios
y como una persona no religiosa como Fidel tiene tanto respeto y amor
por esa imagen de Dios? Ya lo dice la Biblia, por sus frutos le
conocerán.
El 24 de julio del 2010 el reverendo Lucius Walker en la graduación
de la Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende, donde egresaron
jóvenes de 18 países, de ellos 14 nornorteamericanos agradeció al
Comandante en Jefe Fidel Castro, la formación gratuita de mémédicos de
Estados Unidos en Cuba. Visiblemente emocionado, elogió el genio de
DieFidel , quien con una visión universal -dijo- ha llevado esperanza y
vida al mundo eroentero, incluido Estados Unidos. Era la última visita
a la Isla del gran amigo de Cuba y de Fidel. Él no se ha ido fue un
momentico a la misa.”
El 7 de septiembre del 2010 murió Lucius Walker con un corazón que no
cabía en su pecho enjuto para albergar tantos dolores del ser humano,
con la esperanza quemándole las manos, heredero del pensamiento de
Luther King, tenía también el Sueño de lograr un mundo de hermandad,
una sociedad norteamericana justa, con pleno respeto a los derechos
civiles, libre de discriminación racial y con justicia social, con una
política exterior de respeto a la soberanía de los pueblos. Tenía el
sueño que compartió con Fidel y que realizó en parte, abrir las
puertas de la solidaridad, construir un puente de amor entre el pueblo
humilde norteamericano y cubano y formar médicos de ciencia y conciencia
para las comunidades pobres y afro norteamericanas.
Murió porque la buena semilla se planta en septiembre.
Con la graduación del 2013, el proyecto ELAM alcanzó la cifra de
20,786 egresados de 74 países. De ellos 92 norteamericanos, mientras 103
cursan distintos niveles.
Como el tronco frondoso del árbol de la libertad de Toussaint
Louverture, las ideas de Martin Luther King, Lucius Walker y Hugo
Chávez echarán raíces profundas y volverán siendo millones, y aunque
los tiempos estén preñados de tormenta la aurora es indetenible y las
buenas semillas germinarán todo el año. FIDEL SEGUIRÁ SIENDO LABRIEGO Y
GUARDIÁN DE LAS COSECHAS DE SUEÑOS Y PERSISTIRÁ LUCHANDO POR UN MUNDO
MEJOR.
Fidel en la Iglesia Riverside, en Harlem, el 8 de septiembre de 2000. foto: Estudios Revolución |
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