Por ISABEL RUBIO
Queda claro que es
al Gobierno de EE.UU. y a sectores muy extremistas de la derecha
española a quienes les interesa potenciar el tema Carromero. Sin
embargo, no se trata de un genuino interés por hallar una supuesta
verdad oculta. Todos los que han seguido las idas y venidas de joven
político español, han tenido la oportunidad de ver las inverosímiles
contradicciones del “niño pijo” del PP y darse cuenta que es solo agua y
sal lo que podría encontrarse detrás de esa pretendida investigación
internacional sobre el sonado accidente, pues de haber tenido elementos
certeros y concretos ya los hubieran dado a la luz.
Sin embargo, mantener el asunto en boga es en gran medida el interés
de los centros de subversión, no pocos, que se ocupan de alentar las
campañas contra Cuba. El presupuesto asignado para revertir la
Revolución Cubana se ha convertido en verdadera factoría de
organizaciones y proyectos de los cuales viven no solo los llamados
“disidentes” cubanos dentro y fuera de la isla, sino también un espectro
amplio de políticos, académicos y aprendices de activistas por los
derechos humanos, que ultrajan a quienes de verdad han corrido
verdaderos riesgos, como es el caso de Mandela, Rigoberta Menchú y la
propia Rosa Parker, cuyo nombre mal utilizan organizaciones c/r
radicadas en Miami con la descarada anuencia de los políticos
norteamericanos. No importan si la noticia es falsa o no y si la causa
es real o defendible. Si les permite ganar visibilidad, obtener
viáticos, participar en eventos y obtener dinero para sus propios
proyectos políticos personales, bienvenida sea la causa.
Siguiendo las pistas de quienes estarían promoviendo la gira de la
Payá por Latinoamérica, a partir de los que se han involucrado en la
promoción de la agenda, salta a la vista un grupo al parecer liderado
por una diputada argentina del Partido de derecha Propuesta Republicana
(PRO), nombrada Cornelia Schmidt-Liermann.
Recientemente, (17 de agosto ) el Diario las Américas, vocero de la
ultraderecha de origen cubano radicada en Miami, publicó un artículo
escrito por el contrarrevolucionario de origen cubano, Ángel Cuadras,
que difundía cómo varias organizaciones del exilio se habían reunido en
la sede de la Organización Junta Patriótica Cubana, en una recepción
especial ofrecida a la diputada nacional argentina Cornelia
Schmidt-Liermann, junto con otros miembros, en representación del Grupo
Parlamentario por la Democracia en Cuba. Tratándose de la Junta
Patriótica Cubana, Cornelia debió reunirse con lo más recalcitrante de
ese llamado exilio, pues la Junta es una suerte de coalición que reúne a
grupos tan extremistas como Alpha 66.
Los propósitos políticos que según el artículo se propone el grupo,
revelan claramente las tendencias ultraderechistas que defienden y que
trascienden no solo el afán de derrocar a la Revolución Cubana, sino lo
que, en su argot político, conforman los países progresistas de la
región:
… “vivimos tiempos difíciles en América Latina”, por cuanto en algunos países hallamos democracia y desarrollo, pero en otros hay una “profunda crisis ante el avance de gobiernos populistas y autoritarios”, pronunciaron.
El llamado grupo parlamentario se proclamó, como “una nueva
integración está en marcha, ya somos más de 40 diputados y senadores
provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela” y que entre sus
objetivos está el “ser el puente para las ideas, reclamos y actividades
de los luchadores democráticos de la isla”.
Sin embargo, acostumbrados como estamos a que las cifras sean
infladas para que el dinero fluya mejor, no dudaría en considerar que la
lista ha sido adulterada, pues al margen de la diversidad ideológica
que debemos respetar, muchos diputados lo pensarían dos veces antes de
vincularse a un grupo conectado con sectores que han sido ampliamente
descaracterizados, no solo por sus nefastas alianzas sino por las
constantes denuncias de robo y lucro personal de los fondos asignados,
amén de las luchas intestinas que los carcome.
El proyecto tiene sus orígenes en el interés declarado del Gobierno
de EE.UU. y organizaciones de Miami de ampliar la creación de
organizaciones y redes contra Cuba en América Latina, lo cual sería
financiado con fondos de la NED y el IRI, reeditando algo que ya fue
intentado en el primer quinquenio de los 2000, con la creación de los
Grupos de Solidaridad con Cuba en los parlamentos de algunos países del
área, y en los cuales participó también el Directorio Democrático Cubano
y la ONG checa Peoplee in Need. Estos proyectos fracasaron, a pesar de
las abultadas sumas de dinero que se les destinó. Solo quedaron algunas
entelequias que como JaimeTrobo en Uruguay, se ocupa bastante en
solitario de armar sus “shows parlamentarios”.
Fuentes de Miami apuntan que nuevamente la NED estaría financiando
esta y otras organizaciones para amplificar el trabajo contra Cuba y el
Alba en diversos países de América Latina, pero especialmente allí donde
consideran existen condiciones para que sectores de derecha avancen,
como es el caso de Argentina, de cara a las próximas elecciones, pero
especialmente a las Presidenciales.
El mencionado grupo vio la luz justo en el marco de la celebración de
la Cumbre de la CELAC en Santiago de Chile en enero 2013, con mínima
membresía; con el objetivo de ganar en visibilidad, dada la presencia de
gran cantidad de delegaciones en el mismo y la intención, no lograda,
de presentar un frente de oposición a esta iniciativa latinoamericanista
y anticolonialista, en un contexto en el que los más derechistas de la
democracia cristiana chilena, se rasgaban las vestiduras en franca
campaña contra Cuba teniendo a la Payá como eje.
Parece que el laboratorio subversivo no fue suficiente en aquel
momento y en abril del 2013 volvieron a la carga durante un evento de la
Fundación Libertad, institución sombrilla para promover todo el
pensamiento neoliberal de derecha, devoto absoluto del sacrosanto
mercado en la región.
Según publicó la web Misceláneas de Cuba
(http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article), el Grupo Parlamentario
Latinoamericano por la Democracia en Cuba se presentó en Buenos Aires el
día 12 de abril, coordinado por la ya mencionada diputada argentina
Cornelia Schmidt-Liermann. Cita el artículo que en la fecha
Schmidt–Liermann afirmó: “debemos actuar como factor de garantía de la
comunidad internacional para fortalecer los valores comunes como la
libertad, la democracia y la paz” y reclamó “transparencia en las
elecciones de Venezuela” que estaban previstas para los días venideros.
Siguiendo el ejemplo de su amo, Cornelia se autoasigna un papel de
“mesías redentor” y “ángel de la guarda”, que solo un discurso simplón y
hueco puede contener.
La presencia en dicho evento de experimentados y viejos “sabuesos” de
la guerra sucia contra Cuba, tales como el cubano Carlos Alberto Montaner y el norteamericano Marc Wachtenheim, presidente del Center for
Freedom and Democracy, le dan una connotación particular que sin duda
trasciende lo académico, político e ideológico. El pedigrí de estos
personajes, entrenados en la fabricación de mentiras y la articulación
de operaciones encubiertas, y clasificados en el argot del espionaje
como “operadores” de la CIA, dieron a esa reunión un sesgo de cierta
conspiración y conexión con los Servicios Especiales Norteamericanos.
El escritor y periodista Carlos Alberto Montaner, homenajeado durante
el acto, se manifestó a favor de este tipo de iniciativas “donde
legisladores latinoamericanos apoyan a los cubanos y venezolanos en
estos tiempos donde su libertad está en peligro”.
A Carlos Alberto Montaner, quien huyera de Cuba para escapar de una
sanción por sus actos terroristas, la CIA le construyó una fachada de
periodista, de académico, y de “gurú” del futuro latinoamericano, a
fuerza de premios, de financiamientos, de garantizarles espacios en la
prensa más reaccionaria de la región y costearle la Editorial Playor, y
la Agencia Firma Press, donde se fabricaron cualquier cantidad de
historias y de noticias falsas y que se ocupó de editar su obra
colonialista e imperial.
Nunca el público tendrá acceso a un documento que demuestre las
operaciones encubiertas de la CIA en las que Montaner haya participado.
Sin embargo, cualquiera con cierta capacidad de análisis, que haya
seguido su trayectoria de propagandista imperial podrá darse cuenta de
cual realmente es su tarea. Lo que parece fama y espacios ganados, no es
sino fama y espacios construidos.
Nadie lo definió mejor que Luis Ortega, periodista de origen cubano,
ya fallecido, radicado en EE.UU. y que fuera escritor del Diario La
Prensa de Nueva York, cuando de Montaner dijo, entre otros atributos:
“Montaner no es, exactamente, un periodista…Es un hombre que hace propaganda (ya sabemos de que y para que), es un agente publicitario”. También dijo que “soñando con ser un gran escritor, no ha logrado ser sino un agente promotor de Congresos y Festivales, lo que confirma su trayectoria”. Y dijo más: “Montaner es capaz de cambiarle el nombre a la Celestina y publicarla con el nombre de un disidente castrista”.
De esa aseveración puede hablar el contrarrevolucionario de origen
cubano, Armando Valladares, convertido mediante una operación dirigida
por la CIA y articulada directamente por Montaner, de sicario de la
tiranía batistiana y contrarrevolucionario, en poeta, inválido, antes de
que EE.UU. le asignara por un tiempo el rango de embajador, solo para
que tuviera capacidad de excretar diatribas contra Cuba en las antiguas
Comisiones de Derechos Humanos en Ginebra en las que EE.UU. imponía su
voluntad.
El también “operador” al servicio de la CIA y presidente del Center
for Freedom and Democracy, Marc Wachtenheim, hizo alegatos
propagandísticos a favor de la “democracia y la libertad”. Marc
wachtenheim, según documentos judiciales, siendo el jefe de los
programas contra Cuba de la FUPAD (organización que dirigió hasta el
2010), le pagó al ciudadano norteamericano Alan Gross, encarcelado en
Cuba por desarrollar acciones contra la soberanía cubana, $5,500 para
comprar un teléfono satelital, una laptop y un teléfono celular en el
2007, los cuales debía distribuir en la isla a nombre de la FUPAD.
(http://www.elnuevoherald.com/2012/01/25/vfullstory/1111285/sale-a-la-luz-documento-con-detalles.html#storylink=cpy
Según las revelaciones que hizo Cuba entre el 2010 y 2011, Marc
Wachtenheim visitó la isla en varias oportunidades entre los años 2002 y
2009, para abastecer con dinero y recursos tecnológicos a miembros de
la “oposición” interna cubana y monitorear y evaluar el trabajo
subversivo que realizaba bajo la cobertura de la FUPAD. El agente
encubierto de la Seguridad del Estado Cubana, José Collera Vento,
denunció en aquel momento que Marc Wachtenheim en persona le había dado
entrenamiento para realizar su trabajo de manera clandestina y le brindo
los recursos para desarrollarlo.
Como ocurrió en Chile, también en Argentina “los oradores declararon
la urgente necesidad de una investigación internacional independiente
sobre el accidente de Carromero, e hicieron un llamado para la pronta
liberación del preso político Alan Gross”.
Es evidente que el guión de la reunión fue factura norteamericana,
porque no queda muy claro que le puede interesar a América Latina el
tema de la liberación de Alan Gross.
La protagónica Schmidt-Lyerman nuevamente en su rol de estandarte de
las “libertades” resaltó entonces que “la defensa de la democracia y los
derechos humanos constituye un patrimonio de todos y es nuestro deber
protegerlos” y llamó a convertir al Grupo en un fuerte contrapeso del
“internacionalismo revolucionario” y del FORO DE SAO PAULO, que para los
hombres progresistas de la región, es una expresión genuina y diversa
de los intereses y esperanzas de nuestros pueblos.
En el propio evento se decidió, según cita el artículo, que el
conocido como APDA (Alianza Parlamentaria Democrática de América), que
organizó el diputado boliviano de derecha Adrián Oliva, se uniera al
anterior, buscando efectismo mediático de manera que fluya el
financiamiento de la USAID y la NED. Adrián Oliva y APDA están
estrechamente ligados a UNOAMERICA, quien lo financia, y al terrorista
Peña Esclusa, fugitivo de la justicia venezolana.
Más allá de las agendas y los propósitos declarados, visto en el
contexto de lo que ocurre en Latinoamérica hoy, y siguiendo
milimétricamente los pasos que da la derecha, los propósitos de estos
conciábulos y estos grupos, parecen estar más allá de impulsar una
campaña sobre el caso Carromero, incluso más allá de la amenaza a la
Revolución Cubana y a Venezuela. Se trata de colocar temas, tener los
“issues” de campaña, como diría un norteamericano, y articular todo un
andamiaje para desmontar al ALBA y los gobiernos progresistas de la
región.
EE.UU., a riesgo de continuar perdiendo credibilidad, no puede darse
el lujo de aprobar en el Congreso de EE.UU. un presupuesto contra cada
país incómodo del continente, aunque siempre existen los fondos
secretos. Sin embargo, el presupuesto contra Cuba es grande, más de 20
millones y de él se abastece no solo la contrarrevolución cubana.
Medianamente solapado por la agenda “anticastrista” hay un proyecto
de mayor calado contra las fuerzas progresistas del continente.
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