Mucho se ha hablado, con pruebas incluso, del conflicto que
se cierne a Siria y el complot que prepara la Casa Blanca, con la cara de Obama
al frente, para llevar a cabo un genocida ataque contra ese pueblo del Oriente
Medio.
La lista de países invadidos por Estados Unidos es bien
larga. En las redes se hacen referencias a los últimos 30 años, siendo más de 4
decenas las víctimas del imperialismo yanqui en ese período, en algunos casos en más de una ocasión.
Obama se encuentra con una opinión pública adversa y
contraria a más guerras, pero el presidente Nobel de la Paz tiene que dar
respuesta positiva de llevar la guerra a Siria a un círculo poderoso: unos
ávido de probar y vender sus juguetes bélicos y otros ansiosos por morder el
pastel de los recursos naturales de la zona.
La Octava Cumbre del G20 no ha tenido como motor fundamental
la solución de la crisis económica que aflora a gran parte del planeta (por no
decir a todos); sino por la insistencia del presidente norteamericano en lleva a
cabo una intifada contra Siria para dar un escarmiento al gobierno de ese país
por supuestos ataques
con armas químicas, el 21 de agosto, en las afueras de Damasco, en un
suburbio de Ghouta.
Amén que los expertos de la ONU no dieron por certeras las
acusaciones de que haya sido el gobierno sirio y por otras vías se ha
demostrado que dichas armas fueron usadas por los “rebeldes sirios” (un
ejército conformado por mercenarios pagados por potencias europeas y bien asesorados
desde Estados Unidos), Obama persiste en culpar a Bashar al-Assad de ese ataque
en Ghouta.
Los monopolios mediáticos han sido un eslabón fundamental en
la manipulación y las mentiras que se mueven en la campaña de Obama.
Aunque Mariano Rajoy ha intentado mantenerse al margen del
caso Siria, finalmente sus piernas se hicieron merengues en el encuentro con
Obama, en el marco de la Cumbre del G20. El Departamento
de Estado norteamericano ha publicado este 6 de septiembre, un documento
donde expone los gobiernos que apoyan una urgente “respuesta” contra Siria, y
entre estos se menciona a España.
El documento señala que... “El uso de armas
químicas en cualquier lugar disminuye la seguridad de las personas en todas partes. Dejarlo sin respuesta, aumenta el riesgo de un mayor
uso y la proliferación de estas armas.”
Condenamos en los
términos más enérgicos el horrible
ataque con armas químicas en los suburbios de Damasco el 21 de agosto,
que se cobró la vida de tantos
hombres, mujeres y niños.”
... Pedimos una fuerte reacción internacional ante esta grave violación de
las normas del mundo y llamamos a la consciencia de que se enviará un mensaje claro de que este tipo de atrocidad nunca
puede repetirse. Los que perpetraron estos crímenes deben rendir cuentas.”
Tomando en cuento lo planteado en el documento, ¿No deberíamos
darle una respuesta enérgica al gobierno de los Estados
Unidos por el uso de armas químicas en Viet Nam, o de llevar a cabo guerras
bacteriológicas
contra otras naciones, como el caso de Cuba?
¿Si el uso de armas químicas disminuye la seguridad de las
personas, el crear allende guerras de rapiña no elimina la seguridad de los
pueblos invadidos? ¿Cuántos civiles inocentes no han muerto, sin seguridad
alguna, por el uso de drones
asesinos por parte de los Estados Unidos y con la firma de Barack Obama?
En la intervención de Obama en la
Cumbre, el mandatario expresó: "Fui elegido para acabar guerras, no para
iniciarlas, pero tenemos que tomar decisiones difíciles cuando
defendemos las cosas que nos importan". ¿Qué es lo que realmente le
importa, el dominio global, liquidar todo vestigio de gobiernos que no sigan
las normas imperiales o realmente acabar con las guerras?
Primero que todo habría que averiguar cuál guerra ha acabado
el afroamericano “Nobel de la Paz”, porque hasta el momento se ha anunciado
mucho, pero siguen las tropas estadounidenses en los diferentes frentes de
conflictos donde Estados Unidos se ha involucrado… y las fechas de término se
alargan y se alargan y se alargan…
Segundo, es muy evidente que lo único preocupante para los
gobiernos de los Estados Unidos son sus intereses económicos, geopolíticos, etc..; sus ganancias, su posición
aventajada de fuerza económica. No les interesan los derechos de los pueblos ni la conviviencia pacífica.
Y tercero, como expresó el compañero Fidel Castro en la XV
Asamblea general de la ONU, en 1960, y que aún son palabras vigentes: “Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra.”
Por tanto, si realmente Barack Obama desea acabar con las
guerras, una de las primeras cosas que debería eliminar de su gobierno es el
multimillonario presupuesto que se dedica a la industria armamentista y otros
presupuestos dedicados a financiar mercenarios o a espiar
gobiernos y personas (más de 700 mil millones de dólares al presupuesto militar,
para el caso Cuba cuenta con 20 millones de dólares y 52,6 mil millones de
dólares destinados a la NSA y a la CIA, respectivamente). Una vez los gobiernos
de los Estados Unidos, como principal promotor del genocidio, aprenda a cesar
su filosofía del despojo de libertades, soberanías, derechos y recursos de
otros pueblos, entonces será cuando comenzará a poner fin a las guerras.
En referencia a España, o mejor dicho, el gobierno de
Mariano Rajoy debería abstenerse, como mínimo, de formar parte de cruzadas
genocidas de este tipo; ya que las manos de los gobiernos españoles no están
limpias en referencia a la producción
y venta de material bélico. Debemos recordar que en este país se
construyeron bombas
de racimo y minas antipersonales (estando prohibidas por acuerdos
internacionales).
Además, España escaló en el 2012 hasta el séptimo puesto dentro
de los 10 mayores suministradores de armas en el mundo; teniendo por delante a Estados Unidos, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido. Su cuota
de mercado está por encima de un 2,5% en el mercado mundial (según datos del Instituto
Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI)).
Según datos, en el período 2002-2006 logró exportar 1,284
millones de dólares y en el período de 2007-2011 un total de 3,408 millones de
dólares.
Hay de cerca de 150
empresas españolas o radicadas en el país que participan en la construcción
de material militar y cerca de 14
entidades bancarias que aprobaron operaciones financieras con empresas
constructoras de armas controvertidas: bombas de racimo, minas antipersonas y
armas biológicas, químicas y, sobre todo, nucleares (según centro de investigación
internacional Profundo para la organización Setem).
Tanto Barack Obama como el despistado Mariano Rajoy, consecutivamente
exponen en sus presentaciones frente a la prensa, de la necesidad de optar medidas
de austeridad para sortear la crisis económica; pero derrochan millones en el
sector militar… y no tan militar, como subvencionar grupos mercenarios en
otros países con gobiernos indeseados por el Tío Sam.
Rajoy no comparece en cámaras porque no tiene moral para
ello. No puede hablar de apoyo a una guerra de rapiña cuando enfrenta un
altísimo desempleo (paro). ¿Cómo puede Mariano Rajoy hablar de prosperidad,
democracia y libertades, si su gobierno apoya en las sobras un vil intento de
agresión contra otro pueblo? ¿Cómo puede Mariano Rajoy, o cualquiera de su
gabinete, hablar de austeridad para enfrentar la crisis, si destinan millones
de euros a sustentar sucias guerras en otros países o a construir material militar
y de exterminio humano?
Obama no desea cerrar su último año de mandato con nota de
desaprobado y por tanto no quiere correr el riesgo de aparecer como el único
malo de la película. Se ve obligado a hacer la tarea de alistar a otros en este
cometido. Entre ellos a los gobiernos lacayos, débiles y serviles “incondicionalmente”.
España sería uno de esos que pagaría justo por pecadores, aún cuando su
presidente no ha tenido el valor de hacer público la noticia del apoyo de su
gobierno a la campaña guerrerista de Obama contra Siria.
El pueblo de todo el Estado español y sus Comunidades Autonómicas,
deben levantar la voz (sea en castellano o en sus lenguas natales) para decirle
a Rajoy y a Obama:
¡No a la guerra contra Siria!
Los pueblos de todo el mundo deben alzar la voz para decirle
a Obama y sus lacayos criminales de Europa e Israel:
¡No a la guerra contra Siria!
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