Tomado de Cubainformación.
Por Sandra Álvarez Ramírez (Cortesía de la Revista Sexología y Sociedad) - Revista Mujeres.
Cheveux à peigner, cheveux à brosser,
à entortiller puis à natter,
ou tout simplement à laisser flotter.
BELL HOOKS (1)
El pasado de esclavitud vivido en América por las personas
provenientes de África y sus descendientes contribuyó a que la situación
social de estas personas fuera única.
Los cuerpos de las mujeres negras les habían sido expropiados y eran
exhibidos desnudos en las subastas de esclavos, prestos a ser
pertenencia de quien pudiera comprarlos: «cuerpos sacrificables», (2) como
les denominaría bell hooks.
Sobre la mano de obra esclava —formada fundamentalmente por personas
indias, africanas y algunas criollas— descansaba el desarrollo económico
del país, por lo que la esclavitud constituyó el modo de producción
fundamental.
En estas circunstancias se engendraría un profundo racismo y el
subsiguiente sistema de valores, creencias y estereotipos, de los cuales
las mujeres también fueron objeto.
Del mismo modo, muchas de las esclavas eran apartadas de sus
descendientes, a pesar de que los reglamentos de esclavos prohibían la
venta por separado de las familias con hijos menores de siete años.(3)
Ellas trabajaban en las plantaciones agrícolas codo a codo con los
hombres; de manera que cuando fueron libres, luego de la abolición de la
esclavitud en 1886, no fue la primera vez que salieran a trabajar, pues
ya lo habían hecho con anterioridad para bien de la economía de sus
amos y algunas de ellas, previo a su arribo a América.
Además, las esclavas fueron cosificadas en varias instancias:
primero, como mano de obra; segundo, como madres de leche de los hijos e
hijas de los amos; tercero, por los amos varones, quienes las desearon,
violaron y violentaron, lo que subrayaba la disponibilidad forzosa en
la que se encontraban.
Por tanto, la esclavitud ofreció un terreno fértil al racismo. Como
recientemente reconociera Esteban Morales en su libro Desafíos de la
problemática racial en Cuba:
Fue la esclavitud la que engendró el racismo y no a la inversa.
Siguiéndole la construcción de todo un andamiaje social, político,
ideológico y cultural, dentro del cual, finalmente, el esclavo terminó
siéndolo, también por ser negro. Aun y cuando en la historia, raza y
esclavitud, durante mucho tiempo, no habían sido equivalentes.(4)
bell hooks intentaría descolocar el discurso hegemónico relativo a la
sexualidad de las mujeres negras y mestizas que se ha legitimado en la
sociedad patriarcal, alertando sobre el tratamiento de éstas como objeto
del deseo; pues las «representaciones de los cuerpos femeninos negros
en la cultura popular raras veces subvierten o critican las imágenes de
la sexualidad femenina negra que eran parte del aparato cultural del
racismo del siglo XIX y que todavía hoy modela las percepciones».(5)
En la actualidad, el tratamiento en la música, la literatura y en el
audiovisual de los cuerpos negros ya no adjudica a las mujeres tal
disponibilidad pasiva —relacionada con la subordinación de la
esclavitud. En su lugar aparecen como figuras del deseo y son
representadas como destino ineludible para hombres (negros y blancos)
con vida sexual activa.(6) Al analizar el filme School Daze (Aulas
turbulentas) de Spike Lee, bell hooks lo expresa de esta manera:
Cuando llaman la atención sobre el cuerpo de una manera que invita a
la mirada […] a concentrarse exclusivamente en los fondillos, las
celebraciones contemporáneas de esta parte de la anatomía no subvierten
exitosamente las representaciones sexistas/racistas.(7)
El estereotipo acerca de hipersexualidad de las mujeres
afrodescendientes lleva implícita la creencia de que las personas negras
están más cerca de los primates y, por tanto, de la naturaleza. Es como
si fueran más primitivas, más salvajes, menos educables, lo que, unido a
los criterios biologicistas que prevalecen en torno a la sexualidad
como una función que es dominada por los instintos, nos puede conducir a
una representación hiperbolizada de la sexualidad.
En relación con la producción cinematográfica, la misma hook ha
remarcado la ausencia de la mujer afrodescendiente real en los filmes (8) y
alerta sobre la adjudicación de papeles estereotipados a las mujeres
negras. Consecuentemente, bell hooks pasaría muchos años sin asistir a
una sala de cine porque «yo no voy a ver esas imágenes en la pantalla
que me destruyen. yo [sic] no voy a escrutar el rostro de mi ausencia».(9)
Asimismo, la imposición de patrones blancos de belleza —y, por ende,
el descrédito de la belleza negra— ha sido uno de los fuertes de la
cultura patriarcal sexista/racista/etnocentrista. La belleza occidental
pasa, necesariamente, por el rostro del individuo.
Por tanto, labios, nariz, y cabello son los centros de atención, ya
que «un supuesto esencial ha sido que los negros —con nuestro pelo
pasudo, nariz chata, labios gruesos, piel oscura, prognatismo y
esteatopigia— son feos»,(10) creencia que se ha traducido regularmente en
que:
[...] la belleza y la deformidad corporales varían en correlación con
la belleza y la deformidad morales, así como con la capacidad cultural e
intelectual general. […] las condiciones sociales actuales hacen que la
apariencia física sea central para la construcción de la condición de
mujer [womanhood] y la feminidad; y completamente periférica para la
construcción de la condición de hombre [manhood] y la masculinidad, la
conversación sobre la belleza física se reduce más o menos a una
conversación sobre la condición de mujer, la feminidad y las mujeres.(11)
De manera similar, se ha reforzado por mucho tiempo la creencia de
que el pelo lacio es un componente de la belleza física. (12) Para las
mujeres negras o afrodescendientes, el tratamiento y peinado del cabello
es una actividad que demanda tiempo, recursos, creatividad, y en cierta
medida va unida a parte de la historia familiar de estas mujeres.
Los escritos de las mujeres negras confirman la importancia cardinal
del cabello en el abuso psicológico de que son objeto. Virtualmente
todas las novelas y obras autobiográficas de escritoras negras contienen
algún tratamiento de la cuestión de la discriminación contra las
mujeres negras a causa de la textura del cabello.(13)
Por consiguiente, los tratamientos para desrizar el cabello se tornan
harto discutibles en el orden simbólico. Ellos no solo evidencian
procesos hegemónicos de belleza, sino también llevan la carga pesada del
coloniaje, a partir de la observancia de las dinámicas que, alrededor
del desrizado del cabello, se dan socialmente. En este sentido, Hook
alerta: La realidad es que el cabello alisado está vinculado
históricamente y actualmente a un sistema de dominación racial que les
inculca a las personas negras, y especialmente a las mujeres negras, que
no somos aceptables como somos, que no somos hermosas.
[…] Es más importante que las mujeres negras opongan resistencia al
racismo y al sexismo por todos los medios; que todo aspecto de nuestra
representación sea una feroz resistencia, una celebración radical de
nuestra solicitud y respeto por nosotras mismas.(14)
En Cuba son recientes los estudios o prácticas que iniciarían esta
tendencia. Éstos han hecho énfasis en la imagen de la mujer negra en la
publicidad o su presencia en los medios de comunicación. En este
sentido, las investigadoras Norma R. Guillard e Irene E. Ruiz han
realizado estudios que parten de los presupuestos del feminismo negro.
El trabajo de Norma R. Guillard, titulado «La mujer negra. Su
representación gráfica y los estereotipos en la publicidad», comienza
con el esbozo de los elementos relacionados con la diversidad racial que
subsisten en el imaginario popular. Luego se acerca a las principales
imágenes raciales que se usan en la publicidad y la participación
específica de mujeres negras y mestizas.
Los resultados, analizados en relación con la categoría
«identidad»,(15) revelan cómo la autoestima y la autoimagen de estas
mujeres son frecuentemente violentadas en los medios publicitarios.(16)
Por su parte, Irene E. Ruiz realizó un trabajo descriptivo sobre la
presencia de las mujeres negras y mestizas en la televisión cubana en
las múltiples profesiones posibles. El aporte fundamental de este
estudio se encuentra en las recomendaciones realizadas, en las que los
valores de las personas negras y mestizas y su autoconciencia racial son
los pilares fundamentales. Tales sugerencias recorren desde el ámbito
educacional hasta el desarrollo de productos comunicativos en los cuales
sea posible observar la diversidad cultural, racial, social,…(17)
Cuerpos vendibles y cabellos desrizados han sido parte de la
colonización que llega también al campo cultural, a las inmediaciones
del arte, al cine y a los medios de comunicación en general. Nos toca
entonces asomarnos con nuevas miradas e intentar desconstruir patrones y
estereotipos en virtud de una representación más justa y diversa de
nuestra propia existencia.
NOTAS
1 bell hooks: Frisettes en fête, Points de suspension, Paris, 2001.
Gloria Watkins, cuyo seudónimo es bell hooks, prefiere que éste se
escriba en minúscula.
2 bell hooks: «Vendiendo bollitos calientes. Representaciones de la
sexualidad femenina negra», Criterios, La Habana, no. 43, 2003, p. 33.
3 Véase María de los Ángeles Meriño Fuentes y Aisnara Perera Díaz:
«Matrimonio y familia en el ingenio, una utopía posible. La Habana
(1811-1886)», en
http://historia_demografica.tripod.com/bhds/bhd39/maraisn.pdf
Consultado: 21 de febrero de 2008. En este texto las investigadoras
abordan las relaciones de parentesco que se establecían entre los
esclavos de uno y otro sexo.
4 Esteban Morales: Desafíos de la problemática racial en Cuba, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2007, p. 57.
5 bell hooks: ob. cit. en nota 2, p. 32.
6 Ibíd., p. 33.
7 Al igual que bell hooks, Michelle Wallace reconoce la ausencia de
la mujer negra en la pantalla y, cuando está presente, es de forma
estereotipada. Véase Michelle Wallace: Dark Designs & Visual
Culture, Duke University Press, Durham and London, 2004, pp. 130-133.
8 bell hooks: «Une femme noire revient au cinema (“Vous souvenez-
vous de sapphire?”)», CinémAction, 20 ans de théories féministes sur le
cinéma, no. 61, 1993, p. 77.
9 Paul C. Taylor: «El derriz de Malcom y los colores de Danto; o
cuatro peticiones lógicas concernientes a la raza, la belleza y…»,
Criterios, La Habana, no. 34, 2003, p 51.
10 Ibíd.
11 Ibíd.
12 Ibíd., p. 53.
13 Pauklette Caldwell: «A hair piece», Duke Law Journal, vol. 41, no. 2, 1991, pp. 365-396. Citado por Paul C. Taylor: ob. cit.
14 bell hooks: «Alisando nuestro pelo», La Gaceta de Cuba, no. 1, enero-febrero, 2005, p. 73.
15 A partir de la categoría «identidad» desarrollada por la doctora
en Psicología Carolina de la Torre en Las identidades. Una mirada desde
la psicología, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana
Juan Marinello, La Habana, 2001.
16 Norma R. Guillard: «La mujer negra. Su representación gráfica y
los estereotipos en la publicidad», en http://negracubana.nireblog.com
consultado 15 de junio 2007.
17 Irene Esther Ruiz: «Para verte mejor. Un estudio a cerca de la
presencia de la mujer negra en la televisión cubana», en
http://negracubana.nireblog.com Consultado: 15 de junio de 2007.
Bibliografía
CARNEIRO, SUELI (s.a.). «Ennegrecer al feminismo del feminismo». En
www.ciudadaniasexual.org/foro/Articulo_Sueli_Carneiro-Brasil.pdf Consultado: 28 de febrero de 2005.
CURIEL, OCHY (2007). «Los aportes de las afrodescendientes a la
teoría y la práctica feminista. Desuniversalizando el sujeto “Mujeres”».
En Perfiles del feminismo iberoamericano, vol. III, Catálogos, Buenos
Aires, p. 163.
DYER, RICHARD (2003). «La cuestión de la blancura». Criterios, La
Habana, no. 43, pp. 60-74. Geledés (1993). Cadernos Geledés, São Paulo,
no.
4. GONZÁLEZ, LÉLIA (1988). Por un feminismo afrolatinoamericano. Isis Internacional.
HOOKS, BELL (1981). ain’t a woman. black women and feminism. South End Press, 1981.
———— (2001). Frisettes en fête. Points de suspension, Paris.
———— (2003). «Vendiendo bollitos calientes. Representaciones de la
sexualidad femenina negra». Criterios, La Habana, no. 43, pp. 29-49.
———— (2005). «Alisando nuestro pelo». La Gaceta de Cuba, no. 1, enero-febrero, pp. 70-73.
STOLCKE, VERENA (s.a.). «Antropología del género. El cómo y el porqué
de las mujeres». En www.cholonautas.edu.pe Consultado: 12 de julio de
2007.
———— (1992). Racismo y sexualidad en la Cuba colonial. Alianza Editorial, Madrid.
WALLACE, MICHELLE (2004). Dark Designs & Visual Culture. Duke University Press, Durham and London.
bellhooksbell hooks (pseudónimo de Gloria Watkins, n. 1952). Una de
las más destacadas investigadoras feministas estadounidenses. En sus
trabajos se interconectan los problemas de género, raza, enseñanza y
medios masivos actuales. Es profesora distinguida de Inglés en el City
College de Nueva York. Entre sus numerosos libros figuran: No soy una
mujer: Mujeres negras y feminismo (1981); Teoría feminista: Del margen
al centro (1984) ; Replicando con insolencia: Pensando como feminista,
pensando como negra (1989); Anhelo: Raza, clase y política cultural
(1990); Miradas/apariencias negras: Raza y representación (1992);
Enseñando a transgredir: La educación como práctica de la libertad
(1994); Cultura fuera de la ley: Resistiendo la representación (1994);
Matando la rabia: Acabando con el racismo (1995) ; Arte en mi mente:
Política visual (1995) Salvación: Los negros y el amor (2001) y
Comunión: La búsqueda femenina del amor (2002). [Por decisión razonada
de la autora, su pseudónimo se escribe siempre sin mayúsculas.]
El título original de este trabajo de Sandra Alvarez Ramírez es
"Esclavitud y cuerpos al desnudo. La sexualidad y la belleza de la mujer
negra" . Apareció publicado originalmente en la revista Sexología y
Sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario