Tomado de El Heraldo Cubano.
Por Arthur Gonzalez
El asalariado de los norteamericanos Guillermo Fariñas, uno de los
favorecidos con el manipulado Premio Andrei Sajarov, otorgado solo a los
que trabajan a favor de las posiciones orientadas y financiadas por
Washington, reconoció en Miami la importancia que tiene para la
contrarrevolución interna, la mafia anticubana radicada en esa ciudad.
Nada novedoso, pues como el mismo afirmó en su discurso pronunciado en la Casa Bacardí de la Universidad de Miami el 21 de agosto, esa parte de la comunidad cubana que mantiene posiciones recalcitrantes hacia Cuba, es precisamente la que sirve de caja de resonancia de las mentiras y tergiversaciones que transmiten los grupúsculos desde la Isla, a través de los centros creados para esos fines dentro de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana.
De igual forma, esa mafia anticubana es la que disemina y entrega parte del presupuesto asignado por la Casa Blanca de 20 millones de usd anuales, para las acciones subversivas contra el Gobierno cubano, dinero con el cual mantienen a sus grupitos en la Isla; les envían y recargan teléfonos celulares, así como otros medios de comunicación con propaganda formulada por los especialistas en guerra sicológica de la CIA, que les permite soñar en derrocar a la Revolución.
Fariñas reiteró su solicitud para que le envíen sistemáticamente dinero fresco, ya que sin ese no hay contrarrevolución interna, al constituir el único interés que los hace participar en actos provocativos, como se demuestra fehacientemente entre las integrantes de las llamadas Damas de Blanco, que cuando su autotitulada presidenta, la grosera e inculta Berta Soler, no paga los 25 pesos convertibles, no tiene acompañamiento en sus marchas dominicales.
No obstante, dejó en claro que existe apropiación indebida de esos recursos y por tanto solicitó a sus patrocinadores que le exijan a los receptores en la Isla, transparencia en el uso que le den a las “ayudas”. “Pídanle cuentas del destino de lo enviado para evitar malos entendidos”, suplicó; aspecto que prueba una vez más la baja calaña de los llamados “disidentes” internos.
Reconoció que la contrarrevolución en Cuba está dividida y que su futuro es muy incierto.
Finalmente destacó el apoyo que dio la mafia de Miami a las Damas de Blanco, cuando organizaron una marcha por las calles de la pequeña Habana, pero se le olvidó mencionar que en la misma participaron algunos asesinos en serie y terroristas connotados como Luis Posada Carriles, algo que subraya la naturaleza de quienes la integran, aunque según expresó “aprendió” mucho en todos los lugares donde estuvo con los principales mafiosos y destacó las “enseñanzas” que recibió del viejo colaborador de la CIA, el polaco Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad, a quien conoció personalmente en su viaje de preparación en Polonia.
Ese contacto es una prueba del anhelo de la CIA por aplicar en Cuba el mismo plan que llevaron a cabo en ese país europeo, pero no han tenido en cuenta que la historia patria de ambas naciones es bien diferente; mientras Polonia fue liberada por las tropas soviéticas, Cuba organizó un ejército de obreros, campesinos e intelectuales que derrocó a los aliados de los norteamericanos: los asesinos y testaferros del dictador Fulgencio Batista, cuyos hijos y nietos integran hoy el núcleo central de la mafia anticubana.
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