Por David Torres.
Mariano hizo historia
ayer en la Asamblea de las Naciones Unidas. En la misma tribuna donde
Yaser Arafat apareció con un ramo de olivo y una pistola y Nikita
Krushev con un zapato, Mariano fue el único líder mundial que habló con
pelos en la lengua. Como había que tratar algún tema internacional,
Mariano disertó sobre Gibraltar, un problema que nos interesa a los
españoles más bien poco, pero es que si no era Gibraltar al final le
hubiera tocado hablar de la cadera del rey, del fichaje de Bale o del
toro de la Vega, prácticamente los únicos temas que domina. De lo demás,
Mariano no sabe, no contesta.
Lo demostró
ampliamente en una larga entrevista concedida a Bloomberg TV, una cadena
que dudó entre emitir el diálogo con Mariano o un especial de Aida.
Al final los directivos se decantaron por Mariano porque tenía mucha
más gracia, aunque se iba a entender lo mismo. De hecho, a nuestro
presidente le debió sorprender encontrarse en una sucursal de La Sexta
en inglés. Más sorprendida estaba la periodista encargada de
entrevistarlo, que estuvo a punto de quitarle la barba y las gafas para
ver si debajo descubría a Nixon. Básicamente le preguntó por Bárcenas,
por la corrupción de la política española y por Esperanza Aguirre, un
cuestionario verdaderamente insólito para un noticiario neoyorquino,
donde uno esperaría un debate profundo sobre tauromaquia y fútbol en
lugar de tales nimiedades.
Cuando le preguntaron
sobre los cuadernos de Bárcenas, Mariano estuvo a punto de bordar
aquella improvisación magistral de Robert DeNiro en Taxi Driver: “You talkin’ to me?”
Pero al final no se atrevió con el inglés, lo cual fue una lástima, y
prefirió seguir en el papel que ha bordado toda su vida: el de Doctor
No. No hubo financiación ilegal y además no se puede demostrar. El de
Doctor No no es un papel sencillo, no basta con decir no, no: hay que
esforzarse un montón en ir contra corriente. Mariano es un Doctor No del
método y lo explicó con apabullante claridad: “Yo trabajo para darle la
vuelta a las previsiones. Fíjese las previsiones económicas que había
sobre España y dijimos: Vamos a trabajar para darle la vuelta”. Ahí
tiene toda la razón, le dieron la vuelta a las previsiones económicas y
se cayeron todas al fondo del barranco junto con seis millones de
parados y las perspectivas de empleo a cero.
“Ahora vamos también a
trabajar para cambiar algunas cosas que están instaladas en el conjunto
de la sociedad española”. Aquí Mariano se puso críptico y la periodista
no se atrevió a que especificara si se refería al sistema educativo
recién desguazado, a la sanidad en estado de coma o a esa fea costumbre
que tienen los españoles de dormir bajo techo y que se está acabando
gracias a la diligencia policial, que no duda en devolver las viviendas a
sus legítimos propietarios, los bancos, aunque para ello haya que echar a la puta calle a niños y a ancianos inválidos. A lo mejor dijo “cosas” donde quería decir “casas”. Vete a saber.
Cuando la periodista,
siempre obcecada en esquivar la ingente labor del gobierno español en
defensa de la cultura taurina, le preguntó sobre la destrucción de las
pruebas requeridas por el juez, el Doctor No se refugió en su búnker de
sabiduría socrática: “Lo desconozco absolutamente. No sé si estaban, si
estuvieron, si alguien las quitó. No puedo hablar de ese asunto porque
lo desconozco”. La envidia cochina de Nixon revolviéndose en su tumba se
oyó claramente en varios micrófonos pochos de la CIA. Probablemente la
única entrevista en la historia de la televisión estadounidense donde el
entrevistado salió del plató más desconocido aún que antes de entrar.
______________________________________________________________
Nota aparte:
Me tomo la libertad de citar uno de los comentarios realizados en la web El Público.es donde originalmente se publica este artículo de opinión, por la brillante exposición de su comentarista sobre las "personalidades del Partido Popular.
En realidad, no tiene desperdicio... a reírse un poco:
#6 Comentario por SEÑORITA ESCARLATA