Por Andrés Gómez, director de Areítodigital.
El 27 de agosto pasado el Tribunal Federal de
Distrito del Distrito de Columbia hizo público su fallo ordenando al
Departamento de Estado federal que entregue todos los documentos en su
poder relacionados al pago ilegal por agencias federales a 44
periodistas de Miami durante los años 1998 a 2002, los años durante los
cuales los Cinco fueron detenidos, encausados, enjuiciados y condenados
en esta misma ciudad.
Los pagos a estos periodistas se hicieron
directamente por agencias oficiales de propaganda del gobierno federal:
la Agencia de Información de Estados Unidos [United States Information
Agency], la Junta de Gobernadores sobre Trasmisiones [Broadcasting Board
of Governors] y su agencia la Oficina de Trasmisiones a Cuba [Office of
Cuba Broadcasting].
El conocimiento sobre este financiamiento
ilegal por parte del gobierno federal a estos 44 periodistas en Miami se
supo a través de las investigaciones de documentos de las mencionadas
agencias de propaganda que durante largos años ha realizado el Comité
Nacional a Favor de la Libertad de los Cinco de Estados Unidos.
Documentos que fueron obtenidos a través de la Ley de Libertad de
Información [Freedom of Information Act, FOIA] con el imprescindible
auxilio de la Asociación del Fondo a Favor de los Derechos Civiles
[Partnership for Civil Justice Fund], un bufete progresista radicado en
Washington D.C.
Esta orden del tribunal obedece a una demanda
judicial presentada en junio pasado por la Asociación del Fondo a Favor
de los Derechos Civiles contra el Departamento de Estado para obligar a
éste a que entregara los documentos en cuestión, ahora bajo su custodia,
al periódico Liberation.
Estos 44 periodistas escribieron, publicaron o
reportaron en los órganos de prensa para los que entonces trabajaban
miles de artículos “saturando los medios de prensa de Miami con
artículos y reportajes hostiles, incendiarios y discriminatorios sobre
Cuba y los Cinco durante su arresto y enjuiciamiento en Miami”, como
mantiene la demanda judicial presentada en junio pasado.
Al hacerlo, y al estar siendo pagados estos 44
periodistas durante esos años por las agencias de propaganda del
gobierno federal, el gobierno de Estados Unidos violó la integridad de
los procesos judiciales garantizados por la constitución federal que
aseguran un juicio imparcial, en este caso a los Cinco. Además, la Ley
Smith-Mundt de 1948 terminantemente prohíbe al gobierno de Estados
Unidos financiar actividades que puedan influir o manipular la opinión
pública en territorio estadounidense, como fue en este caso, antes y
durante el juicio de los Cinco, el propósito del gobierno federal.
Este fallo del Tribunal Federal del Distrito
de Columbia es de importancia fundamental en el proceso de apelación
extraordinaria –de habeas corpus- de, ahora 3 de los Cinco: Gerardo,
Ramón y Antonio. La información que se obtendrá de los documentos que el
Departamento de Estado, ha rehusado entregar, y que ahora por esta
orden judicial está obligado a hacerlo, formará parte integral del
actual proceso de apelación de la defensa en su exigencia que los
tribunales declaren nulo el juicio de los Cinco y sus condenas.
El 4to de los Cinco que se mantiene en
prisión, Fernando González, recientemente se retiró del proceso de
apelación extraordinaria ya que su condena, de 17 años y 9 meses en
prisión, finaliza en el mes de febrero próximo, 2014. De continuar
Fernando siendo parte del proceso de apelación extraordinaria, las leyes
determinan que hubiese tenido que permanecer encarcelado hasta
terminarse el mismo.
La orden del Tribunal de Distrito Federal de
agosto pasado al Departamento de Estado es terminante. Le ordena a que:
1. “con toda prontitud complete una búsqueda que con suficiente
probabilidad produzca todos los documentos que competen en este caso que
estén en su posesión, custodia o control…” 2. “…produzca el primer
grupo de los documentos en su posesión sujetos a ser hechos públicos
bajo la Ley de Libertad de Información [FOIA, por sus siglas en inglés]
para el 26 de octubre de 2013, y hacer públicos documentos adicionales
cada seis semanas hasta completar este proceso de hacer públicos todos
los documentos pertinentes en este caso para el 31 de marzo de 2014”.
La orden judicial también contempla –como
ocurre en la inmensa mayoría de los casos que agencias o departamentos
federales no quieren hacer público documentos en su poder, como la ley
los obliga — la posibilidad que el Departamento de Estado estime por
diferentes motivos no hacer público algunos de esos documentos, y
establece la fecha del 14 de abril de 2014 como fecha límite para que
produzca un índice de todos esos documentos. La orden también establece
otras dos fechas para la respuesta del demandante a la postura del
Departamento de Estado, y a su vez para la contra respuesta del
Departamento de Estado al demandante; la última de éstas sería el 5 de
julio de 2014.
En una nota aclaratoria de este proceso, Carl
Messineo, Director Legal de la Asociación del Fondo a Favor de los
Derechos Civiles, el bufete encargado de la demanda, mantiene, “Uno
podría suponer que esta orden judicial resulte en que el Departamento de
Estado produzca de manera satisfactoria y completa todos los documentos
requeridos. Pero el no hacerlo es una decisión de carácter político.
Más que nada podríamos suponer que esta orden judicial es una victoria
inicial en lo que podría ser una alargada batalla legal.”
A pesar de todas los posibles dificultades
legales que el Departamento de Estado interponga en el afán del gobierno
federal de negarse a cumplir, desde un principio --desde el mismo día
que decidió arrestar a los Cinco durante el verano de 1998--, los
preceptos constitucionales que le garantizan a los Cinco su condición de
hombres libres y un proceso judicial imparcial y transparente, el fallo
de la jueza Beryl Howell del Tribunal Federal de Distrito del Distrito
de Columbia es un fallo decisivo, una importantísima victoria, para el
proceso extraordinario de apelación, ahora de 3 de los Cinco, así como
para la extraordinaria campaña política a nivel mundial que
inexorablemente lograrán hacer realidad su libertad.
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