Por Lydia Esther Ochoa
Radio Angulo
Hoy es el
Día de la Cultura Cubana, 142 años atrás hubiéramos querido estar en Bayamo
cantando por primera vez junto a su pueblo el Himno que nació insurgente sobre
la montura de un jinete mambí, Pedro (“Perucho”) Figueredo.
Aquel 20 de Octubre de 1868 fue gestado otro símbolo de la Patria, un himno
esplendoroso, cuyo grito de combate trasciende en tiempo y espacio, y es
suprema expresión cubana de identidad y heroísmo, y una definición de nuestra
cultura.
Justamente la cultura cubana se identifica con la manera de aceptar los desafíos y continuar preservando la nación a la manera del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, que llamó a tomar las armas por la independencia nacional, dijo que todos los hombre eran iguales, libertó a sus esclavos y después cayó de frente al enemigo para hacer realidad la letra del himno de todos los cubanos.
Es también la frente herida de Calixto García que prefirió morir para no caer prisionero del enemigo, es su pensamiento encauzado en “Libres para siempre o batallando siempre para ser libres”, y su extraordinaria carta de protesta contra la prepotencia del mando militar yanqui que no dejó entrar al héroe mambí en Santiago de Cuba.
Es el gesto sublime de Rubén Martínez Villena exigiendo una carga para matar bribones y acabar las obras de las Revoluciones, y Camilo Cienfuegos recitando versos de “Mi bandera”, del poeta Bonifacio Byrne, dando al pueblo la certeza de que siempre ondearía victoriosa bajo el cielo cubano.
Es el ultimo instante del miliciano Eduardo García Delgado, que antes de morir en playa Girón, ametrallado por la aviación mercenaria, escribió con su sangre el nombre de Fidel, y los jóvenes alfabetizadores que en llanos y montañas enseñaron a leer y escribir en 1961 a más de 700 mil cubanos, y los que levantaron en medio de la montaña una escuela y una institución cultural.
El himno cubano hace desafiar la muerte a los hijos de esta tierra porque “morir por la patria es vivir”, como expresa una de sus estrofas. Así en el campo de las ideas y la carga al machete se forjó la nación cubana y junto a ella la cultura, porque una y otra son la savia de un pueblo que sabe honrar a la manera martiana a sus mártires y a sus héroes en cada nueva etapa de la lucha por la soberanía nacional.
Ciertamente el pueblo cubano está orgulloso de su identidad y de su cultura, y de que exista, enaltecida por otras fechas patrióticas, el 20 de Octubre de 1868 cuando “Perucho” Figueredo escribió, antes de partir al combate, la letra y los bayameses cantaron el himno por primera vez, que acompañaría para siempre en las trincheras de ideas y de piedras a la bandera del triángulo rojo, la estrella de plata y las listas azules y blancas.
Justamente la cultura cubana se identifica con la manera de aceptar los desafíos y continuar preservando la nación a la manera del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, que llamó a tomar las armas por la independencia nacional, dijo que todos los hombre eran iguales, libertó a sus esclavos y después cayó de frente al enemigo para hacer realidad la letra del himno de todos los cubanos.
Es también la frente herida de Calixto García que prefirió morir para no caer prisionero del enemigo, es su pensamiento encauzado en “Libres para siempre o batallando siempre para ser libres”, y su extraordinaria carta de protesta contra la prepotencia del mando militar yanqui que no dejó entrar al héroe mambí en Santiago de Cuba.
Es el gesto sublime de Rubén Martínez Villena exigiendo una carga para matar bribones y acabar las obras de las Revoluciones, y Camilo Cienfuegos recitando versos de “Mi bandera”, del poeta Bonifacio Byrne, dando al pueblo la certeza de que siempre ondearía victoriosa bajo el cielo cubano.
Es el ultimo instante del miliciano Eduardo García Delgado, que antes de morir en playa Girón, ametrallado por la aviación mercenaria, escribió con su sangre el nombre de Fidel, y los jóvenes alfabetizadores que en llanos y montañas enseñaron a leer y escribir en 1961 a más de 700 mil cubanos, y los que levantaron en medio de la montaña una escuela y una institución cultural.
El himno cubano hace desafiar la muerte a los hijos de esta tierra porque “morir por la patria es vivir”, como expresa una de sus estrofas. Así en el campo de las ideas y la carga al machete se forjó la nación cubana y junto a ella la cultura, porque una y otra son la savia de un pueblo que sabe honrar a la manera martiana a sus mártires y a sus héroes en cada nueva etapa de la lucha por la soberanía nacional.
Ciertamente el pueblo cubano está orgulloso de su identidad y de su cultura, y de que exista, enaltecida por otras fechas patrióticas, el 20 de Octubre de 1868 cuando “Perucho” Figueredo escribió, antes de partir al combate, la letra y los bayameses cantaron el himno por primera vez, que acompañaría para siempre en las trincheras de ideas y de piedras a la bandera del triángulo rojo, la estrella de plata y las listas azules y blancas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario