El VII Congreso del Partido Comunista de
Cuba (PCC) pasó por los grandes medios de información con igual publicidad a la
que estamos acostumbrados: sin profundizar más que no sean aquellos puntuales
“artículos” por “periodistas” contratados donde, en búsqueda de ser creíbles,
matizaban algunos datos oficiales dados por la prensa cubana con las habituales
citas de descréditos promulgadas por decreto. Algunos con tonos casi rozando lo
“moderado” para buscar mayor impacto en los lectores (Diario de Cuba, 14yMedio, CiberCuba, La Vanguardia, AP
o Agencia EFE) y otros sin desviarse un ápice de los
dictados establecidos por una política de agresiones cuando se trata de Cuba
(El Nuevo Herald, El Clarin, El País, El Diario ABC, etc.). Todos, de una forma
u otra, machacando en la existencia de una cerrada “cúpula” por la generación
histórica y en la reiterada falta de diversidad política por la existencia de
un solo partido.
Sin saber a qué clavo agarrarse, muchos de
estos medios se aprovecharon de la “inquietud” expresada públicamente por el militante Francisco
Rodríguez Cruz, a través de su blog Paquito
el de Cuba, para levantar simplemente polvareda propagandística.
Incluso, el diario El País, en un artículo
titulado “El secretismo marca el primer congreso del Partido Comunista de Cuba
tras el deshielo”, firmado por Juan Jesús Aznarez, mantuvo la línea editorial
de constante odio
visceral contra nuestro sistema político económico, con un sutil, pero
vomitivo, amago de descrédito, acusando a la dirección del Partido
de mantener los documentos en el estricto “secretismo” frente a la militancia y
del resto de la ciudadanía, calzando dicha tesis en “palabras” del intelectual cubano Esteban Morales Domínguez_ Por
cierto, dicen que las escribió en su blog (yo no las encontré), pero sin
establecer un link de la entrada donde las escribió, se han expandido como
virus contagioso junto al descontento de Francisco Rodríguez (“militante” que
también se hace eco textual de
lo publicado en la prensa extranjera).
Sin embargo, es una lástima que el
articulista de El País, Juan Jesús Aznarez, no haya tenido la delicadeza de
leerse el artículo de Esteban Morales, Un
modelo para el análisis de las relaciones Cuba - Estados Unidos después del 17D
(yo sí pongo enlace), publicado en su blog, donde sin perder su
sincera y oportuna crítica a indiscutibles problemas internos (pero exponiendo
también propuestas de solución sólidas), reconoce que la Revolución cubana es verdadera y que sólo por su ejemplo y política
exterior solidaria se ha ganado un consistente prestigio y respeto por los
pueblos del mundo. Por eso la nueva política del gobierno de Estados Unidos
está direccionada a la debilitación del socialismo cubano desde dentro.
¿Por qué no se han hecho eco de esto
último?
Una vez más se sigue demostrando una
constante en la ecuación propagandística contra Cuba: la intención de crear una
adversa opinión internacional hacia la dirección histórica de la Revolución y
el Partido; entendiéndose la existencia de una desconexión de la fuerza de
vanguardia partidista con la realidad del pueblo.
Creo que muy poca moral se tiene, desde
estos grandes negocios de la gran prensa (incluyo a sus lacayos alternativos),
para exigirle a Cuba lo que viene poniendo en práctica desde los inicios del
triunfo de la Revolución: un proceso marcado gracias a ese vínculo directo existente
entre el Partido, el gobierno y el pueblo bajo el principio de UNIDAD; una
democracia basada en la consulta constante, en la participación directa y en procesos
electivos marcados por la transparencia.
La defensa de la soberanía se ha llevado a
cabo por el alto grado de sacrificio que todo el pueblo ha puesto en esta
importante tarea, afrontando las agresiones imperialistas y el genocida bloqueo
(que los monopolios mediáticos edulcoran con el vocablo “embargo”); pero
también porque el PCC ha sido la fuerza vanguardia que se ha convertido en el
Estado Mayor político del proletariado cubano, logrando una indestructible
cohesión en todos los sectores sociales y fortaleciendo la consciencia
política, exigiendo con ejemplo y asumiendo con responsabilidad su función de
guía en la construcción del socialismo. El Partido
Comunista de Cuba no fue creado para dividir la sociedad cubana, ni para
responder a un sector determinado y simpatizante; sino para romper con todo el
esquema oligárquico y burgués proveniente de la neorepública y convertirse en
el referente político para todos(as) los(as) cubanos(as), realzando como factor
fundamental de fortaleza social y victoria, el principio de UNIDAD.
El proceso socialista cubano aporta
suficiente cultura al pueblo para sostener criterios serios, establecer
procesos de análisis y buscar válidas soluciones a los problemas del país.
Durante estos 57 años de Revolución, la participación de la militancia del PCC
y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en diversos procesos de debates en
colectivo, son muestras del gran valor político que se le otorga a la
participación y la inclusión de sus miembros; lo cual se ha demostrado en los diversos
Congresos del PCC (1975,
1980, 1986, 1991, 1997, 2011 y este último de abril de 2016), pero
mucho más, cuando los importante debates se han trasladado al resto de la
sociedad para que sigan sintiendo suya esa porción de responsabilidad
individual y colectiva, en la construcción del futuro del país. Como sentenció el
reelecto Primer Secretario del PCC, Raúl Castro Ruz: “La
Revolución jamás encontrará solución a sus problemas de espaldas al pueblo”.
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