Como de costumbre, el presidente cubano se mostró
muy crítico durante su intervención el 7 de julio de 2013 ante el Parlamento
cubano. Se afirma, otra vez, en su papel de primer disidente del
país.
1.
Con la
legalización del dólar en 1993 después de la grave crisis económica que golpeó
Cuba tras el desmoronamiento del bloque soviético, se estableció un sistema de
dualidad monetaria en el país. En 2002, además del peso cubano y del dólar, se
introdujo el peso convertible (CUC) en la isla. De 2002 a 2004 circularon así
tres monedas en Cuba hasta la desaparición del dólar en 2004. Ahora, el peso
cubano convive con el peso convertible con una diferencia de valor de 1 a 24.
Esta doble moneda es fuente de desigualdad en la nación en la medida en que la
mayoría de los cubanos reciben su salario en pesos cubanos y no en CUC,
reservados al sector turístico. Raúl Castro es consciente de esta realidad.
Según él, “el fenómeno de la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos
más importantes para el progreso de la nación”.
2.
El
presidente cubano es un acérrimo detractor de la indolencia e incompetencia que
caracterizan a veces los cubanos y enfatiza “la necesidad de una lucha enérgica
y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más diversas
esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso
militantes”.
3.
La crisis
económica que engendró el Periodo Especial que empezó en 1991 ha tenido un
impacto sumamente negativo en los valores de la sociedad cubana, que es ahora
menos solidaria y más egoísta. “Hemos percibido con dolor […] el acrecentado
deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la
vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los
demás”.
4.
Raúl
Castro fustiga los robos recurrentes que se comenten contra el Estado, que se
han vuelto la norma: “Una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al
Estado”.
5.
El
presidente denuncia también “las construcciones ilegales, además en lugares
indebidos” así como “la ocupación no autorizada de
viviendas”.
6.
El reino
de la “impunidad” favorece “la comercialización ilícita de bienes y servicios”
en Cuba y afecta ampliamente la economía nacional y los recursos del
Estado.
7.
Un
importante número de funcionarios cubanos no cumple los horarios en los centros
laborales por los cuales reciben un salario, lo que impacta negativamente en la
productividad del país y afecta al buen funcionamiento de los servicios
públicos.
8.
“El hurto
y sacrificio ilegal de ganado” es un fenómeno en plena expansión, así como “la
captura de especies marinas en peligro de extinción”, “la tala de recursos
forestales, incluyendo en el magnífico Jardín Botánico de La
Habana”
9.
“El
acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores” se ha
vuelta una actividad lucrativa en Cuba donde personas sin escrúpulos aprovechan
las dificultades y vicisitudes cotidianas de la población para dedicarse a la
especulación.
10.
El
desarrollo de juegos ilegales está en pleno auge en la isla e implica sumas
consecuentes.
11.
La
corrupción es una realidad endémica en Cuba y numerosos funcionarios aceptan
“sobornos y prebendas”.
12.
Cierta
categoría de la población se dedica al “asedio al turismo”, lo que puede
representar un grave peligro para la economía del país que depende de este
sector, el cual representa la tercera fuente de ingresos de la
nación.
13.
Raúl
Castro lamenta las violaciones del “deber ciudadano” y los atentados contra la
vida en comunidad. Fustiga el escándalo diurno y nocturno, el hecho de marcar
paredes o botar desechos en la vía, el consumo de alcohol en lugares públicos y
conducir vehículos en estado de embriaguez, así como la destrucción de bienes
públicos, hechos cada vez más recurrentes en la
sociedad.
14.
Las
violaciones de las reglas elementales de la higiene, como la cría de cerdos en
plena ciudad, ponen en peligro la salud de la
población.
15.
El fraude
en el pago del pasaje en el transporte público también es un fenómeno
preocupante, al cual se agrega el robo de los ingresos de la venta de pasajes
por los propios “trabajadores del sector”.
16.
A pesar de
medio siglo de Revolución y la elaboración de un sistema social basado en la
solidaridad y la ayuda a los más vulnerables, el presidente cubano constata que
“se ignoran las más elementales normas de caballerosidad y respeto hacia los
ancianos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños e impedidos
físicos”.
17.
Lo más
grave según él es que “todo esto sucede ante nuestras narices, sin concitar la
repulsa y el enfrentamiento ciudadanos”.
18.
La
educación es uno de los grandes logros del proceso revolucionario cubano y uno
de los pilares de la cohesión social. No obstante, este sector no está exento de
críticas. Raúl Castro denuncia la implicación de algunos maestros y familiares
en casos de fraude académico, con consecuencias nefastas para la sociedad. “Es
sabido que el hogar y la escuela conforman el sagrado binomio de la formación
del individuo en función de la sociedad y estos actos representan ya no solo un
perjuicio social, sino graves grietas de carácter familiar y escolar […]. La
familia y la escuela deben inculcar a los niños el respeto a las reglas de la
sociedad”.
19.
Raúl
Castro admite que aunque se hayan privilegiado la prevención y el trabajo
político para resolver los problemas más que la fuerza coercitiva de la ley,
conviene “reconocer que no siempre ha resultado
suficiente”
20.
El
presidente cubano reconoce que la plaga de la “corrupción administrativa” toca a
los cuadros e incluso a algunos altos dirigentes.
21.
“Hemos
retrocedido en cultura y civismo ciudadanos”, enfatiza Raúl
Castro.
22.
“Tengo la
amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más instruida, pero no
necesariamente más culta”.
23.
El
presidente cubano fustiga “la falta de exigencia, de orden y disciplina”, “la
ausencia de sistematicidad en el trabajo a los diferentes niveles de dirección y
la falta de respeto, en primer lugar por las entidades estatales de la
institucionalidad vigente”.
24.
¿Cómo es
posible exigir entonces que la población respete las reglas vigentes si el mismo
Estado no respeta la ley?, pregunta Raúl Castro.
25.
Como de
costumbre, Raúl Castro se mostró directo, incisivo e implacable con los miembros
de su propio gobierno: “Al propio tiempo, los dirigentes desde las instancias
nacionales, hasta la base, deben abandonar la pasividad y la inercia en su
conducta; deben dejar de mirar al otro lado, cuando el problema está aquí, para
no verlo”.
*Doctor
en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris
IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y
periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula The Economic War Against Cuba. A Historical
and Legal Perspective on the U.S. Blockade, New York, Monthly Review Press,
2013, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade.
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