Tomado de la Revista Cuba Internacional Nº 386 (páginas 26 y 27).
Por Martha Andrés Román
Vienen desde
las más diversas latitudes cargados de ilusiones y suelen llevarse profundas
enseñanzas, buenos recuerdos, historias de amor y promesas de amistad perpetua,
porque para los jóvenes extranjeros estudiar en Cuba representa una experiencia
única.
Arriban
desde el tórrido Ecuador, las pampas desnudas, el exótico y milenario Oriente o
la insular Oceanía, traen a la nación caribeña el sabor de sus culturas y
costumbres, pero desde que pisan suelo cubano comienzan a beber del espíritu y
las esencias de una tierra que los acoge como hijos propios.
Quizás por
eso, en la declaración final de la IV Brigada Internacional de Estudiantes
Extranjeros, los miembros del grupo solidario proclamaron su condición de
estudiantes cubanos nacidos en el extranjero y lanzaron un potente grito de
“¡Viva Cuba libre!”.
Medicina,
deportes, ingeniería, ciencias sociales, muchas son las disciplinas cursadas
por estos jóvenes en centros
de altos estudios de todo el país, siempre con el compromiso de poner los
conocimientos académicos y humanistas en beneficio de sus pueblos.
En el caso
de la carrera de Medicina, por ejemplo, en el curso escolar 2011-2012 se
graduaron en Cuba 5 694 jóvenes provenientes de 59 países, como muestra de
solidaridad internacionalista, según refirió el diario Granma.
Las naciones
con mayor número de egresados —los cuales se prepararon gratuitamente en las
Universidades de Ciencias Médicas de la Isla— fueron Bolivia, con más de 2 400;
Nicaragua, 429; Perú,
453; Ecuador, 208; Colombia, 175; y Guatemala, 170.
Para el
salvadoreño Javier Castillo, estudiante de Cultura Física, su participación en
la brigada de solidaridad se debe al deseo de retribuir lo que Cuba les ha
dado, no solo en el plano académico, sino en la enseñanza del humanismo y el
internacionalismo.
La Brigada
Internacional, que reunió a 154 alumnos de 38 países, se realizó en solidaridad
con los Cinco antiterroristas cubanos condenados en Estados Unidos y con el
propósito de abogar “por la amistad entre los pueblos del mundo”.
Castillo
declaró a Prensa Latinaque el caso de Fernando González, Antonio Guerrero,
Ramón Labañino, Gerardo
Hernández y René González, conocidos internacionalmente como los Cinco, debe
difundirse en el mundo entero, y que los jóvenes que estudian en la Isla pueden
jugar un gran papel al regresar a sus países.
Reunidos en
el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, de la occidental provincia de
Artemisa, los jóvenes llegados de América Latina, Asia, África y Oceanía
calificaron como una gran oportunidad el poder cursar sus estudios superiores
en Cuba, donde existe un personal docente altamente preparado.
Moudar
Mousa, joven palestino que cursa el cuarto año de la especialidad de
Fisioterapia, expresó que estar en la nación caribeña es una experiencia
importante porque los prepara profesionalmente a través del alto nivel de
educación y salud desarrollado.
Además,
comentó, constantemente estamos aprendiendo muchas cosas, tanto de la realidad
cubana como de
cultura, historia y situación de muchos otros países, porque coincidimos
jóvenes de todas las procedencias.
Sobre su
participación en la Brigada Internacional, Mousa manifestó que a través de la
misma se ha ratificado también el apoyo brindado por Cuba a causas como la de
Palestina, a la vez que pudieron intercambiar con jóvenes de diferentes
naciones sobre esas y otras realidades.
Para el
mongol Batmunkh Erdenebat, estudiante de la carrera de Cultura Física en la
especialidad de judo, es una excelente posibilidad estar en un país con amplia
tradición internacional en ese deporte, experiencia que podrá llevar después a
su país.
La paraguaya
Romina Vergara, quien arribó el pasado marzo para formarse como médico, afirmó
haber llegado con el conocimiento del alto profesionalismo que caracteriza a
los doctores cubanos.
En su país,
explicó, existen muchos médicos graduados en la isla antillana, los cuales
sobresalen por su humanismo y la disposición de atender a las personas con
menos recursos.
Ese criterio
lo comparten la también paraguaya Delia Leguizamón, así como Maday González y
Shirley Parra, de Bolivia, quienes transmitieron su interés por convertirse en
médicos de ciencia y conciencia, de acuerdo con los principios que guían la
enseñanza de esa especialidad en Cuba.
Ma Tiantong,
de China, vino a la nación antillana para acercarse al conocimiento del
español, pues su aspiración es convertirse en diplomático y fortalecer el
puente entre dos países con amplios nexos, en medio de los conflictos
existentes hoy a nivel internacional.
Por eso
valoró de muy positivas las actividades realizadas en la brigada estudiantil,
como parte de las cuales se reunieron con familiares de los Cinco y con
dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación Estudiantil
Universitaria.
Los miembros
de la agrupación solidaria, que dedicaron una semana de sus vacaciones a
realizar trabajo productivo de apoyo a la Isla, también recibieron conferencias
sobre el proceso de actualización de la economía cubana y sobre las causas de
pueblos como el palestino y el saharaui.
AGRADECIMIENTO
A LOS CUBANOS
En la
jornada de clausura de la brigada, Julián Gutiérrez y Kamissague Diakite, de
Colombia y Mali, respectivamente, leyeron la declaración final aprobada por
todos los miembros de la agrupación.
El texto
recogió el sentimiento fraternal, solidario y de agradecimiento al pueblo
cubano por la abnegación, el altruismo y ejemplo para otras naciones, así como
por el apoyo a la lucha de varios países a favor del bienestar social.
Reflejó
además la denuncia de las múltiples acciones que emprende el imperialismo por
someter a las culturas de otros países, con el poderío militar, económico,
comunicativo y de constante tergiversación de sus costumbres para justificar
sus crímenes.
Formamos
parte del movimiento estudiantil que no aceptará que la educación siga siendo
un gran monopolio y apoyará cada causa a favor de la justicia, como las de los
estudiantes chilenos y los puertorriqueños, agregaron.
La
declaración ratificó además la responsabilidad con la defensa de revoluciones
sociales como las de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, y la solidaridad
con los pueblos palestino y saharaui.
El texto
transmitió el sentir de más de un centenar de jóvenes extranjeros que, como
otros miles con acceso en Cuba a una enseñanza superior de calidad, muchas
veces vedada en sus países, quisieron retribuir a la Isla el compromiso y la
entrega.
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