Tomado de CubaDebate
Por Rafael de la Osa Díaz
Mucho se habla por estos días en Cuba de Internet, ancho de banda, 
fibra óptica, cable submarino, banda ancha y otro grupo de términos 
relacionados con el mundo de las Tecnologías de la Información y las 
Comunicaciones (TIC), pero que cada cual lo interpreta a su manera y 
saca sus propias conclusiones, incluyendo la prensa y lo que se difunde 
por diferentes medios.
Creo que parte de la culpa de este enjambre de dispares comentarios 
lo tiene la falta de comunicación que ha existido sobre estos temas y la
 inapropiada forma en que casi siempre se ha hecho referencia cuando de 
los mismos se ha hablado.
El síndrome del triunfalismo que aún nos acompaña, en cercana alianza
 con el establecido secretismo que se mantiene, azuzado por las hostiles
 condiciones en que nuestro país enfrenta sus relaciones comerciales 
internacionales, frente a un inhumano e irracional bloqueo de todo tipo,
 establecido y mantenido durante años por los diferentes gobiernos de 
Estados Unidos desde la década de los años 60 del pasado siglo, 
conforman una sólida mezcla con la que se construye con mayor o menor 
grado de justificación el muro que impide el acceso a la información que
 sobre el tema debería conocerse.
Por eso me pareció importante añadir un comentario más, para 
reflexionar un poco sobre estas tecnologías, sus implicaciones y 
posibilidades de uso en nuestro país, para comprender mejor la realidad a
 la que nos enfrentamos en materia de comunicaciones a corto y mediano 
plazo. Tan perjudiciales pueden ser los cantos de triunfo y victoria 
anticipados, como los pesimistas pensamientos de que todo está mal y 
nada ha cambiado.
EL FAMOSO CABLE DE FIBRA ÓPTICA
Comencemos por el famoso cable de fibra óptica.
¿Si Cuba tiene acceso a Internet desde 1996, qué mejora trae el Cable
 con Venezuela? En primer lugar tenemos que comprender lo que significa 
una conexión a través de un cable y la que funciona de manera 
inalámbrica.
Por el bloqueo aplicado por Estados Unidos a Cuba, nuestro país no 
contaba con un cable físico para sus comunicaciones con el mundo. 
Existió en Cuba este tipo de conexión, precisamente con Estados Unidos, 
antes de 1959, a través del cual se realizaban las llamadas telefónicas 
internacionales. Una vez más por el bloqueo, Cuba tuvo que establecer 
sus comunicaciones a través de enlaces satelitales, para lo que hay que 
pagar, permanentemente, una cuota mensual en dependencia del “ancho de 
banda” que se contrate para este servicio.
A diferencia del servicio a través del satélite, cuando Ud. cuenta 
con un cable, paga por su instalación y ya no tiene que pagar más por el
 uso del soporte o medio de transporte. Evidentemente el cable tendrá un
 tiempo de vida útil, y requerirá de mantenimientos cada cierto tiempo; 
pero si se planificó bien, se supone que el costo por mes durante un 
período, digamos de 10 años, es muy superior al arrendar mediante 
satélite el mismo ancho de banda que el habilitado mediante un servicio 
por cable físico.
Podríamos concluir que establecer conexiones por vía satelital 
permite contratar el ancho que uno quiere, para el uso que uno se 
proponga, el tiempo que necesite, sin realizar mayores inversiones. Por 
otra parte establecer una conexión vía cable implica una inversión 
inicial, tiende a utilizarse para comunicaciones estables a mediano y 
largo plazo y permite un variado número de servicios de gran demanda, lo
 que abarata sus costos en el tiempo.
Sin dudas las necesidades de comunicación de un país se asemejan más a
 las posibilidades que brindan las conexiones vía cable, especialmente 
cuando son, como en nuestro caso, a través de un cable de fibra óptica, 
que permite utilizarlo según las necesidades, con una expectativa 
bastante grande en relación con el incremento de su uso a largo plazo.
Ahora bien, contar con la posibilidad de una conexión vía cable 
submarino de fibra óptica no quiere decir que ya tenemos habilitados los
 servicios sobre él. Contamos solamente con el medio de transporte.
El SERVICIO DE TELEFONÍA
El primer servicio en que se piensa, aún en la era de Internet, al 
contar con un canal de comunicación internacional, es el servicio de 
telefonía. Es un servicio aún muy demandado, que típicamente crece 
exponencialmente en la misma medida que se abarata el pago por el mismo.
 Es también muy bondadoso, económicamente hablando, pues recibe dinero 
tanto la compañía que contrata el servicio como la que lo brinda y es de
 los servicios que más rápido permite recuperar las inversiones 
realizadas en infraestructura.
Por lo general la empresa que busca tener este tipo de servicio, a 
través del canal de transporte de que disponga, contrata el mismo a una 
empresa suministradora (carrier), la cual se busca según el análisis que
 se haga de los lugares y países desde donde mayor cantidad de llamadas 
puedan realizarse o recibirse. Por ejemplo, digamos que España es un 
país con el cual Cuba tiene habitualmente un alto tráfico de 
comunicaciones telefónicas en Europa, no así con otros países como 
Alemania, Italia, Francia e Inglaterra, aunque no dejan de ser mercados 
interesantes. Pues Cuba puede contratar los servicios a una empresa 
española y esta “enruta” hacia Cuba además, todo el tráfico telefónico 
del resto de los países de Europa. Así, a través de un solo “carrier”, 
se contrata el servicio de una región más amplia que permite aumentar el
 volumen de llamadas. Este proceso se puede repetir con otros países en 
Asia o América, quedando conformada una cadena de empresas que cubran la
 mayor parte del mundo en sus comunicaciones con Cuba. 
Independientemente del punto de origen de la llamada, suele ser un 
arreglo muy común.
Del conjunto de llamadas que se realiza desde y hacia Cuba, se pacta 
un por ciento de ganancias con el “carrier” que tramita las mismas en 
una región. Por ejemplo, 50% para ambas partes de todo el tráfico.
Es de suponer que Cuba trabaja en establecer estos contratos 
internacionales, en busca de rebajas considerables a las 
extraordinariamente caras tarifas actuales, para favorecer un incremento
 del tráfico y monetizar el servicio y la inversión. Este proceso 
tampoco es ajeno a las presiones y limitaciones que el Gobierno de 
Estados Unidos establece sobre los posibles socios comerciales de Cuba.
EL PAGO DE INTERNET SE HACE EN UNA SOLA VÍA
Pero la situación no es la misma si se trata del servicio de Internet
 con todos los servicios asociados al mismo. En este caso solo se paga 
según el ancho de banda que se contrate, pero el ingreso solo se genera 
desde adentro del país, pues el pago de Internet se hace en una sola 
vía, en dirección al punto más cercano a su “espina dorsal” o 
“backbone”, situado en los Estados Unidos, tema que ha sido objeto de 
discusión en la arena internacional innumerables veces pero sin cambios 
hasta la fecha.
Por tanto, atendiendo a la situación económica del país, la más 
rápida amortización del canal de comunicaciones que representa el cable 
submarino, se logrará con el servicio de voz (telefonía) y no con el de 
acceso a Internet. Es lógico entonces comprender que se contratará un 
ancho de banda para acceder a Internet, proporcional a la capacidad de 
pago que se tenga, y por un rato no será ni siquiera suficiente para 
cubrir la actual demanda de las capacidades instaladas, en permanente 
estado de congestión con índices superiores al 95%.
Por tanto es imposible por el momento eliminar el enlace satelital, 
ni incrementar la conectividad de manera sensible a los usuarios, ni 
reducir considerablemente las tarifas, pero claro que ayuda contar ya 
con el cable submarino que cada día será más y mejor utilizado 
permitiendo un sensible crecimiento en su uso en el mediano plazo.
Veamos entonces la situación interna del país.
¿A donde se conecta este cable? Pues a una especie de “espina dorsal”
 o “backbone” nacional que interconecta todas las centrales principales 
de ETECSA.
En la primera mitad del primer decenio de este siglo, ETECSA acometió
 un fuerte proceso inversionista que modernizó su estructura principal, 
pasando a ser completamente digital, con una conexión entre sus 
principales nodos por canales de fibra óptica.
La fiabilidad de un cable de fibra óptica es muy superior a todos sus
 antecesores, no solo por la cantidad de disímiles conexiones que se 
pueden establecer a través de él, sino por su fiabilidad y bajos índices
 de pérdida, que tienden a cero. Por tanto es lógico que las principales
 conexiones del país se realicen con conectores de este tipo, pero es un
 proceso costoso y difícil de llevar a todos los puntos de la red.
El planificado proceso de modernización de ETECSA se vio frenado por 
los problemas económicos del país, por lo que no llegó a cubrir los 
cambios previstos en todas las centrales de abonados (o sea a donde 
realmente nos conectamos cuando hacemos una llamada) y mucho menos hasta
 la casa de cada abonado, que era la última etapa del mismo.
No pretendo explicar cómo funcionaban las tradicionales plantas 
telefónicas de los años 90, pero es importante entender que su 
modernización las lleva a parecerse mucho al esquema de una red local. 
Para los que conocen un poquito de comunicaciones y redes, diríamos que 
una moderna central telefónica no es más que una red tipo Ethernet con 
protocolo ip y tráfico de paquetes similar a Internet. Traduciendo a un 
lenguaje más coloquial, diríamos que se parece mucho a una red local de 
computadores de cualquier empresa con acceso a Internet incluido, pero 
dedicado a trasmitir voz, aunque también trasmite datos como las redes 
informáticas.
El ANCHO DE BANDA ENTRE LAS CENTRALES PRINCIPALES
El ancho de banda existente hoy entre las centrales principales de 
ETECSA está aún utilizado muy por debajo de sus posibilidades. Como la 
mayoría de las personas que se conectan a una red de información en Cuba
 lo que trata de buscar en primer lugar es información fuera de Cuba y 
como la mayoría de las redes privadas o por sector de nuestro país son 
redes estructuradas desde su inicio de forma vertical, con muy poco 
nivel de interconexión con sus homólogos de otros sectores, pues la gran
 capacidad instalada para la trasmisión de datos a nivel nacional 
alcanza cifras similares al ancho de banda del país para acceder a 
Internet, que en descarga no supera los 390 Mbps.
Pongamos un ejemplo. Si desde un hospital en una provincia del país 
se trata de consultar el sitio Web del periódico local hospedado en un 
servidor de la prensa en la propia provincia, la señal viaja desde la 
computadora del hospital hasta el nodo central de la red Infomed ubicado
 en La Habana, según las condiciones y velocidad que esta red tenga 
contratado en cada tramo desde el hospital provincial hasta el nodo 
central de Infomed, de ahí transita por un canal hacia las Red de ETECSA
 que lo enruta por el camino más corto al servidor donde está hospedado 
el sitio Web del periódico provincial, según las velocidades y ancho de 
banda de estos enlaces. Si esto estuviera estructurado de otra forma, 
del hospital se llegaría al periódico de la provincia sin salir de las 
conexiones de ETECSA de esa provincia y aprovechando todo el ancho de 
banda disponible de la Red de ETECSA que es el proveedor de servicios 
del país y cuenta con conexiones de fibra óptica entre sus centros 
principales con una gran capacidad de ancho de banda. Más incluso se 
notaría la velocidad si desde el mismo hospital trataran de descargar un
 libro del sitio Web de la Biblioteca Nacional ubicado en algún servidor
 de La Habana si estuviera también conectado directamente a la red de 
ETECSA.
Quedaría hablar entonces de la forma en que se conectan los usuarios 
finales de una red a todo este andamiaje de redes, cables, nodos y 
sistemas.
Cuando un usuario se conecta a la Red Nacional desde una computadora 
ubicada dentro de la red local de una entidad que a su vez está enlazada
 a la Red de ETECSA mediante un enlace solo dedicado a este fin, es como
 si tuviéramos una extensión o ramificación de esa red nacional dentro 
de esta entidad.
EL ENLACE CONMUTADO
Pero no siempre es así como se produce la conexión de los usuarios en
 Cuba. En muchos casos esta conexión se realiza mediante un modem y 
estableciendo la conexión mediante una llamada telefónica. Es lo que se 
conoce como un enlace conmutado. La conexión por esta vía es mucho más 
lenta, pues nunca logra superar los 52 Kbps y precisamente la velocidad 
del último tramo de la conexión determina en el tope de la velocidad que
 se puede alcanzar por un usuario en la Red.
Como es de suponer la solución estaría en lograr que todos los 
usuarios se conectaran de manera similar al primer caso, pero esto 
requiere de inversión, y no cualquier inversión sino la más costosa de 
todo el proceso por su dimensión. Por suerte existen diversos medios y 
formas de conectar este “último tramo” de la red (se conoce como “la 
última milla”) y no necesariamente mediante un cable, sino también de 
forma inalámbrica.
Pero este tema lo podemos tratar de manera más amplia en otro trabajo.
Como conclusión podríamos decir que son significativas las ventajas 
de contar con un cable submarino para las comunicaciones 
internacionales, aunque esto no representa una mejora directa en el 
incremento de las facilidades de acceso a Internet de los usuarios 
cubanos si no median otros desarrollos intermedios.
La lógica indica que el país irá contratando la velocidad del canal 
que sea capaz de ir pagando y que inicialmente la recuperación económica
 se realizará mediante el incremento de las llamadas telefónicas a 
partir de la disminución de las tarifas internacionales.
Paralelamente se irán implementando soluciones diversas para la 
conexión de los usuarios finales, utilizando diversas tecnologías desde 
las zonas con mayores facilidades tecnológicas hacia las que tienen 
menos infraestructura.
Será un proceso más visible en el mediano y largo plazo que irá 
acompañado de otras medidas como el incremento de las salas colectivas 
para el acceso a la Red y de las posibilidades de las redes ya 
existentes favoreciendo determinadas áreas como las Universidades, el 
Polo Científico del país, áreas productivas que lo necesiten y diversos 
sectores sociales, según las capacidades de pago.
Una aclaración más. Aunque aún se discute a qué llamar “banda ancha” 
en la región de América Latina, los indicadores están por encima de 1 
Mbps a nivel de usuario, por tanto es todavía un sueño que se pueda 
generalizar el mismo, aún en un sector de la población.
Quizás sea solo una opinión más al caótico concierto de interrogantes
 y contradicciones, pero reafirmo que el cable no lo es todo… aunque es 
el camino.
(Fuente: CUBARTE)
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