Por Juan Fernández López.
El Presidente de EE.UU. reconoció el 17
de diciembre de 2014 el fracaso de las políticas aplicadas contra Cuba
por los gobiernos de su país a lo largo de 55 años y anunció el inicio
de una nueva era en las relaciones bilaterales.
La Administración Obama sin embargo ha
mantenido la constante campaña anticubana que cuestiona el cumplimiento
de los derechos humanos, porque supuestamente -según argumentan desde
todas las tribunas- están obligados a defender sus valores. ¿Y los
nuestros. Acaso no tenemos derecho a defenderlos?
Debo aclarar que de los 60
instrumentos internacionales relativos a los derechos humanos, Cuba ha
ratificado 43 y EE.UU. solo 18.
Además, mientras se manipula el tema de
la Isla, Washington mantiene relaciones diplomáticas, económicas,
comerciales y financieras con alrededor de 100 países, donde según el
propio informe del Departamento de Estado sobre Derechos Humanos de
2013, tienen lugar flagrantes violaciones como asesinatos
extrajudiciales, abuso infantil, uso excesivo de la fuerza incluyendo la
tortura, tráfico de personas, utilización de menores en conflictos
armados, persecuciones religiosas, entre otros. Categóricamente podemos
afirmar que ninguna de estas prácticas ocurre en Cuba.
¿Cómo explicar entonces este tratamiento
diferenciado? El tema de los derechos humanos y la democracia, según
los manuales de la subversión y la guerra no convencional, han sido
instrumentos recurrentes, llevados y traídos para tratar de minar el
prestigio y la autoridad de los adversarios.
Además, como regla a las fuerzas
mercenarias que se fabrican, financian y sustentan violando
flagrantemente las leyes de países soberanos y las normas del Derecho
Internacional, se les acredita como “defensores de los derechos
humanos”, para lo cual los entrenan en escuelas propias o de sus
aliados; les patrocinan giras internacionales como si fueran artistas
famosos; los integran en delegaciones para shows en la ONU, en foros
internacionales especialmente diseñados y orquestados, en el Congreso
norteamericano o banquetes en Miami; los lanzan a las calles para armar
provocaciones y enfrentamientos que permitan alimentar la maquinaria
propagandística imperial, y los premian con miles de dólares o
finalmente con la visa para vivir en EE.UU.
Los dirigentes cubanos han expresado
reiteradamente desde mucho antes del 17 de diciembre de 2014 su
disposición a hablar con EE.UU. sobre todos los temas de Cuba y de ese
país. En materia de derechos humanos tenemos razones y muchas conquistas
que mostrar y defender, porque corren por las venas del nacimiento
mismo de la nación cubana y de quienes forjaron la unidad, la
independencia, la libertad y soberanía de la Patria desde 1868 hasta
hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario