lunes, 30 de marzo de 2015

Estados Unidos define como Seguridad Nacional el garantizar sus intereses nacionales mediante su poderío e influencia en el mundo.

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Tomado de ContraInjerencia
Por Nestor García Iturbe.

El gobierno de Estados Unidos, con bastante frecuencia, lleva a cabo actividades, muchas de ella punitivas, en las que aduce como justificación a lo que están realizando, que se ha visto amenazada su Seguridad Nacional.
 
Cualquiera de estas actividades, lo mismo puede ser la invasión a un país, el derrocamiento de un gobierno, el asesinato de un grupo de personas, que la imposición de sanciones económicas a un país o alguno de sus ciudadanos.

En el mes de febrero del 2015, el Premio Nobel de la Paz firmó un documento titulado Estrategia de Seguridad Nacional, donde establecía no solamente lo que Estados Unidos considera su Seguridad Nacional, sino además las acciones que están dispuestos a realizar con el fin de garantizar esta.

Como también recientemente, el propio Premio Nobel de la Paz declaró y firmó un decreto donde establecía que nuestra república hermana, Venezuela, era una amenaza para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, considero es conveniente entrar en el análisis de lo que considera su Seguridad Nacional el “gigante de las siete leguas”.

El primer concepto que se pone de manifiesto en el documento es que la Seguridad Nacional de Estados Unidos es necesario asegurarla mediante el dominio mundial, donde según ellos no, debe existir otro líder que Estados Unidos.

El documento dice textualmente: “La Estrategia de Seguridad Nacional permite a Estados Unidos garantizar su interés nacional mediante un liderazgo fuerte y sostenible. Esto es lo que establece los principios y prioridades para dirigir el poder de Estados Unidos y su influencia en el mundo…”

Como plantea el documento, al hablar de Seguridad Nacional, se habla de garantizar los intereses nacionales de Estados Unidos, no solamente los que pudieran situarse en el territorio de dicha nación, sino los que la misma se ha adjudicado en distintos países del mundo, hacia donde dirigen su poder e influencia.

“Estos tiempos complejos han dejado claro el poder y la centralización de lo indispensable que resulta el liderazgo de Estados Unidos en el mundo… Un fuerte consenso se mantiene a todo lo largo de nuestro actuar político, la pregunta no es cuando Estados Unidos será el líder, sino como es que actuaremos como líder con vistas al futuro.”

Según ellos mismos, resulta indispensable su liderazgo en el mundo, claro está, para poder mantener su presencia y aprovechamiento de los recursos de otros países en estos tiempos complejos, donde una serie de naciones se han apartado de la órbita de influencia estadounidense. Se pone de manifiesto la pérdida de liderazgo cuando algunos se preguntan cuando Estados Unidos será el líder, sin embargo la idea que se desarrolla en el documento de Obama es que ya son los líderes y deben actuar pensando en el futuro. Un pensamiento que pone de manifiesto un proceder hegemónico y prepotente, donde no se respeta la soberanía de otras naciones.

“Nosotros guiaremos utilizando todos los instrumentos de poder de Estados Unidos. Nuestra influencia es mayor cuando combinamos todas nuestras ventajas estratégicas. Nuestros militares siempre estarán listos para defender nuestro interés nacional, a la vez de dar una un nivel adecuado a nuestra diplomacia.”

Esto que plantea el documento no es nada nuevo, es la ratificación de la estrategia utilizada durante años para desarrollar las guerras de rapiña llevadas a cabo por Estados Unidos, donde se combinan todos los instrumentos con que cuenta el imperio, los militares, económicos, políticos, la subversión y la mentira.

La referencia a los militares y su permanente disposición combativa, lo cual es algo que todos conocemos, es una forma de justificar la gran cantidad de dinero que ese país destina al mantenimiento de las fuerzas armadas y las operaciones militares que realiza en todas partes del mundo.

Lo del nivel adecuado a la diplomacia, es un alerta para que el actuar de los militares no sea tan inhumano y criminal, que no deje espacio para que los diplomáticos defiendan y justifiquen las acciones que los mismos realizan.

“Estados Unidos utilizará su fuerza militar, unilateralmente si fuera necesario, cuando nuestros intereses lo demanden: cuando nuestros ciudadanos se vean amenazados, cuando nuestro modo de vida se encuentre en peligro y cuando la seguridad de nuestros aliados esté en juego.”

Realmente esta es la continuación de la llamada Doctrina Bush, fundamentada en atacar sin haber sido atacado. Es una declaración donde se omite todo tipo de consulta o decisión por los órganos correspondientes de Naciones Unidas. Atacarán unilateralmente cuando sus intereses lo demanden. Además serían ellos los que determinarán las circunstancias para justifica el ataque, es decir que el “cuando” no va acompañado de una decisión colectiva o de un órgano internacional.

Esto además ofrece una justificación para los propósitos intervencionistas de Estados Unidos. Todos recordamos que en el caso de Granada, dicho país consideró que un grupo de estadounidenses estaban en peligro, desembarcaron sus fuerzas y no solamente “salvaron” a los estadounidenses, sin que de paso derrocaron el gobierno establecido e implantaron otro en su lugar.

El modo de vida en Estados Unidos se ha visto amenazado, según el gobierno de dicha nación, cuando algún país productor de petróleo ha tratado de mantener una posición independiente y de beneficio a sus ciudadanos. Toda una serie de aventuras militares se han fundamentado en pretextos, como en el caso de Irak y las armas de destrucción masiva, que nunca existieron, para derrocar al gobierno, asesinar a sus líderes e implantar un gobierno que actúa acorde a los intereses de Estados Unidos.

Cuando nos referimos a la proclama del 9 de marzo, también firmada por el Premio Nobel de la Paz, donde declara que Venezuela representa un peligro para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, argumenta el planteamiento haciendo referencia a “ la erosión de las garantías a los derechos humanos, la persecución a los oponentes políticos, restricción a la libertad de prensa ,uso de la violencia y violaciones de los derechos humanos en respuesta a las protestas contra el gobierno, arrestos arbitrarios y detención de los que protestan contra el gobierno…”

Ninguno de estos argumentos forma parte de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, acorde al contenido del documento de febrero del 2015, salvo que el mismo tenga un anexo secreto, o una cláusula que no aparece en el mismo.

La proclama del 9 de marzo es una muestra más de la injerencia estadounidense en los asuntos internos de un país, fabricando pretextos y tergiversando situaciones, que ellos mismos se han encargado en crear utilizando a sus asalariados.

La respuesta del pueblo Venezolano, de los pueblos de América Latina y de los pueblos del Mundo es una muestra de que los tiempos han cambiado y la impunidad con que actuaba el gobierno de Estados Unidos ha pasado a mejor vida.

“Los árboles sean de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas”. José Martí. (Nuestra América)

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