Por Benito Sacaluga.
Hace unos días
en Telecinco, la dama del broche dijo, dos veces al menos, que si
estuviera en su mano derogaría, eliminaría la Ley de Memoria Histórica;
esa ley que el gobierno del PP nunca ha cumplido ni hecho cumplir y a la
que Rajoy dejó sin presupuesto nada más llegar a su palacio de La
Moncloa. Unas declaraciones que no le deberían salir gratis. Isabel San
Sebastian, sentada enfrente, ser revolvía de gozo en su silla, para ella
solo existen las victimas de ETA, las derivadas de la guerra civil y
del franquismo parecen ser efectos colaterales de una gran Cruzada.
Aguirre debería
explicar con argumentos sólidos los motivos que tiene para que una Ley,
sea la que sea, aprobada en un parlamento democrático deba ser borrada
del mapa. Si como es el caso hablamos de una ley cuyo fin principal es
hacer justicia a unos cuantos cientos de miles de españoles, la postura
de esta señora chirría en los odios de cualquier demócrata y a los
familiares de las víctimas nos provoca, sobre todo, asco. Quizás Aguirre
tenga pensado, si llega a ser alcaldesa de Madrid y una vez derogada la
Ley por el Gobierno, emprender un maratoniano cambio de los nombres de
las calles y plazas de la capital para que los insignes asesinos
franquistas vuelvan a darles nombre. Hablando de Aguirre todo es
posible. Hasta puede que el madrileño Paseo de la Castellana vuelva a
denominarse Avenida del Generalísimo y las estatuas ecuestres del
dictador, que por cierto era del arma de Infantería y poco o nada montó a
caballo, sean rescatadas de los depósitos municipales para ser
colocadas en alguna plaza o en alguna rotonda. O quizás lo que Aguirre
pretende, simple y llanamente, es silenciar una vez más las voces de
aquellos que solo persiguen dignificar la memoria de sus antepasados.
Teniendo en cuenta que estamos en plena pre-campaña electoral, al hacer
estas manifestaciones Aguirre intuye que mantendrá los votos de aquellos
nostálgicos del franquismo que hoy coquetean con Vox. Para rematar la
oferta ultraconservadora, la candidata desfila orgullosa junto a los
detractores del aborto.
Dejando a un
lado la vertiente económica del liberalismo, y centrándonos en su
esencia política, ese liberalismo del que tanto presume Aguirre, debería
recordar esta señora que unas de las principales bases en las que se
sustenta la opción liberal son la defensa de las libertades civiles y la
oposición frontal a cualquier clase de despotismo, según esto y a la
vista de su trayectoria la candidata Aguirre tiene de liberal lo mismo
que Fernando VII.
La Ley de
Memoria Histórica adolece de muchos defectos y sus lagunas son muchas e
importantes, quizás demasiadas bajo mi punto de vista, pero es lo único
que tienen hoy las familias de las victimas de la Guerra Civil y del
franquismo para al menos poder dignificar la memoria de sus antepasados y
para intentar evitar que los nombres de sus asesinos sigan figurando en
la dirección postal de sus domicilios. Una ley que Rajoy prometió
abolir cuando estaba en campaña electoral, al igual que hoy manifiesta
Aguirre. Rajoy la mantuvo pero la dejó sin presupuesto económico, ahora
Aguirre quisiera ir más lejos y borrarla de nuestro ordenamiento
jurídico. Está claro que no existen motivos económicos para su
destrucción, las razones para tal despropósito hay que buscarlas ni más
ni menos que en el testamento politico del dictador Franco:
"...No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta".
igual de claro
que para Esperanza Aguirre aquellos que no comulgan con su absolutismo
no son otra cosa que enemigos de España, adoradores de Marx, de Chavez,
de Castro....confabulados bajo la dirección de un renovado Lucifer para
construir un muro en los Pirineos y un puente colgante hasta Irak con
escala en Grecia.
Ahora es a los
indecisos, a esa parte de la ciudadanía que aún piensa que el Partido
Popular es un partido de centro-derecha, a los que les toca aclarar sus
ideas antes de ir a votar. El PP nunca ha sido un partido de centro, ni
de centro derecha, ni de centro nada, ha representado y representa a la
derecha más rancia y sus filas están repletas de franquistas,
pseudo-franquistas y franquistas de nuevo cuño Mientras que en el
panorama politico español no existía otro partido de derechas que
pudiera arrebatarle los votos de los radicales y los ultra-católicos el
PP ha ocultado su esencia, ha evitado que sus verdaderos propósitos
fueran explícitos, ahora que Vox engrosa sus filas con militantes
populares, el partido de Aguirre enseña sus verdaderas cartas y hasta
quiere parecer más de derechas que el propio Vox, vano intento cuando
todos sabemos, o deberiamos saber, que tanto Vox como el Partido Popular
son dos patas del mismo banco, las dos patas restantes son la Monarquía
y la Iglesia Católica. Un banco al que la Memoria Histórica amenaza con
despojar de su engañoso barniz dejando así al descubierto su verdadera
esencia. Y claro, Aguirre condesa y Grande de España esto no lo puede
permitir.
Vargas Llosa escribió en El Pais, en 2012: "La vamos a echar mucho de menos. Todos".
Que equivocado estaba don Mario, Aguirre ni se ha retirado de la
política, ni ha dejado de ser noticia. Lo de "Todos" debe de tratarse de
un error de imprenta, digo yo.
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