Tomado de Opera Mundi
Por Salim Lamrani.
Desde
1998, cinco agentes de los servicios de inteligencia cubanos están
encarcelados en Estados Unidos por infiltrarse en grupúsculos del exilio
cubano implicados en el terrorismo contra la isla.
1. Desde
el triunfo de la Revolución en 1959, Cuba ha sido víctima de una
intensa campaña de terrorismo procedente de Estados Unidos, con el
objetivo de derrocar a Fidel Castro. Según los archivos desclasificados
de Washington, entre octubre de 1960 y abril de 1961, la CIA introdujo
en la isla 75 toneladas de explosivos y 45 toneladas de armas. En el
espacio de esos siete meses, realizó 110 atentados con dinamita, hizo
estallar 200 bombas, descarrilló 6 trenes, quemó 150 fábricas y desató
150 incendios en los cañaverales. La CIA apoyó a cerca de 300 grupos
paramilitares con un total de 4.000 individuos.
2. En 1971, la CIA usó armas químicas y biológicas contra Cuba
introduciendo la fiebre porcina. Ese atentado causó la muerte de medio
millón de cabezas de ganado, principal fuente de proteínas de la isla.
3. El 6 de octubre de 1976, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch,
antiguos agentes de la CIA, perpetraron el primer acto de terrorismo
aéreo de la historia del continente americano e hicieron estallar en
pleno vuelo
un avión civil de Cubana de Aviación. En total, 73 personas perdieron
la vida, entre ellas todo el equipo juvenil cubano de esgrima que
acababa de ganar los juegos panamericanos.
4. Orlando Bosch, ya fallecido, nunca fue enjuiciado por el atentado
de Barbados que costó la vida a 73 personas. No obstante, no faltaban
las pruebas. Un informe del Departamento de Justicia
de 1989 apuntaba lo siguiente: Orlando Bosch “expresó y demostró varias
veces una voluntad de infligir heridas y causar la muerte de modo
indiscriminado”. Joe Whitley, entonces viceministro de Justicia, subrayó
en ese informe las razones por las cuales Bosch, quien cumplía una pena
de prisión en Estados Unidos por atacar con bazuca un barco polaco en
la bahía de Miami, debía ser deportado cuando saliera de la cárcel: “La
explosión del avión civil cubano el 6 de octubre de 1976 era una
operación de la CORU bajo la dirección de Bosch”. Pero no fue deportado a
Cuba como deseaba Whitley. El 20 de julio de 1990, George H. W. Bush
decidió concederle el perdón presidencial, tras la petición del lobby
cubano de Miami. Poco tiempo después, a guisa de agradecimiento, su hijo
Jeb Bush fue elegido gobernador de Florida.
5. Orlando Bosch nunca renegó su pasado terrorista. El 5 de abril de
2006, Juan Manuel Cao, periodista del Canal 41 de Miami, invitó a Bosch:
-Juan Manuel Cao: ¿Usted derribó ese avión en 1976?
-Orlando Bosch: Si le digo que estaba implicado me estaría inculpando y si le digo que no participé en esa acción, me diría que soy un mentiroso. Entonces no voy a confirmar mi participación y tampoco voy a negarla.
-Juan Manuel Cao: En esa acción, 76 [en realidad 73] personas fueron asesinadas.
-Orlando Bosch: No, chico, en la guerra que nosotros los cubanos que amamos la libertad llevamos contra el tirano, tienes que derribar aviones, tienes que hundir barcos, tienes que estar listo para atacar todo lo que está a tu alcance.
-Juan Manuel Cao: ¿No tiene usted ningún remordimiento por los que murieron en ese atentado, por sus familias?
-Orlando Bosch: ¿Quién estaba a bordo de ese avión? Cuatro miembros del Partido Comunista, cinco norcoreanos, cinco [en realidad once] guyaneses. ¡Coño chico! ¡Cuatro miembros del Partido! ¿Quiénes estaban presentes? ¡Nuestros enemigos!
-Juan Manuel Cao: ¿Y los esgrimistas? ¿Y los niños a bordo?
-Orlando Bosch: Estaba en Caracas. Vi a las niñas en la televisión. Eran seis. Después de la competición, la capitana de las seis dedicó su triunfo al tirano, etc. Hizo un discurso muy elogioso hacia el tirano. Ya nos habíamos puesto de acuerdo en Santo Domingo, cualquier persona que viene de Cuba y que glorifique al tirano debía correr los mismos riesgos que esos hombres y mujeres que luchan con esa tiranía.
-Juan Manuel Cao: Si tuviera que encontrarse con los familiares de las víctimas, ¿no le parecería difícil…?
-Orlando Bosch: No, porque en fin de cuentas los que estaban presentes tenían que saber que cooperaban con la tiranía en Cuba.
6. En 1981, la CIA introdujo en Cuba el dengue hemorrágico, virus
extraño al continente americano, que causó 344.203 víctimas y provocó la
muerte de 158 personas, entre ellas 101 niños.
7. En 1997, una ola de atentados terroristas golpeó la industria
turística cubana, con decenas de víctimas. Fabio Di Celmo, joven turista
italiano, perdió la vida en la explosión de una bomba en el hotel
Copacabana.
8. El 12 de julio de 1998, en una entrevista al New York Times, Luis
Posada Carriles reivindicó la paternidad intelectual de los atentados de
1997. Según él, el italiano “se encontraba en el lugar equivocado en el
momento equivocado”. No expresó ningún arrepentimiento: “Duermo como un
bebé”. Posada Carriles nunca ha sido juzgado por sus actividades
terroristas y vive tranquilamente en Miami bajo la protección de Estados
Unidos, que se niega a juzgarlo o extraditarlo a Cuba o a Venezuela,
donde cometió también crímenes en los años 70. No obstante, el gobierno
de Estados Unidos reconoce “los importantes antecedentes delictivos y de
violencia en los cuales murieron civiles inocentes” de Posada Carriles,
así como el “peligro [que representa] para la seguridad nacional de
Estados Unidos y para la comunidad”.
9. No hay la menor duda sobre la culpabilidad de Posada Carriles.
Además de la entrevista al New York Times y la declaración de
Washington, los archivos del FBI y de la CIA, desclasificados
respectivamente en 2005 y 2006, califican a Posada Carriles de “peor
terrorista del hemisferio”. Del mismo modo, Posada reivindica
abiertamente su trayectoria terrorista en su autobiografía titulada Los
caminos del guerrero.
10. Así, de 1959 a 1997, Estados Unidos realizó no menos de 5.780
acciones terroristas contra Cuba, que costaron la vida a 3.478 personas e
incapacitaron a otras 2.099. El propio Fidel Castro ha sido víctima de
637 intentos de asesinato.
11. La extrema derecha de origen cubano, organizada y financiada por
la CIA durante décadas, preparó la gran mayoría de esas agresiones desde
la Florida. Actúa con toda impunidad pues se ha beneficiado
históricamente de la protección de Washington. Al inicio de los años
1990, frente al recrudecimiento de los actos terroristas, Cuba decidió
enviar a varios de sus agentes para infiltrar esos sectores del exilio,
implicados en la violencia.
12. Estos agentes pudieron impedir cerca de 170 atentados contra Cuba informando a tiempo a las autoridades de La Habana.
13. En junio de 1998, el gobierno de La Habana, tras lograr
constituir un voluminoso informe sobre 64 personas implicadas en el
terrorismo contra Cuba que vivían en la Florida, invitó a dos
importantes responsables del FBI. Estados Unidos se expresó al respecto:
“En junio de 1998, tras una serie de atentados y de amenazas de ataques
con bomba contra ciudadanos cubanos, un equipo del FBI se reunió en La
Habana con las autoridades cubanas. Las conversaciones se centraron en
las acusaciones según las cuales residentes estadounidenses habrían
participado en una conspiración terrorista vinculada a atentados con
bomba. En aquella época, las autoridades cubanas y el FBI intercambiaron
pruebas que se debían analizar en Washington DC”.
14. Hasta hoy, a pesar de las numerosas pruebas, ninguna de las 64
personas ha sido molestada por las autoridades estadounidenses.
15. Tres meses después, el 12 de septiembre de 1998, tras una
minuciosa investigación, el FBI procedió al arresto de cinco agentes
cubanos infiltrados en los grupúsculos terroristas de Miami: René
González Sehweret, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort,
Antonio Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández Nordelo.
16. El 14 de septiembre de 1998, el Gran Jurado de Florida (fiscalía)
acusó a los 5 de infiltrar a los grupos terroristas. El cargo era
jurídicamente insostenible. El jurado rectificó su procedimiento y
presentó 26 cargos. El primer cargo se refiere a “una conspiración para
cometer delitos contra Estados Unidos”, como agentes del gobierno
cubano. El segundo cargo expone una “conspiración para comunicar a Cuba
informaciones relativas a la defensa nacional de Estados Unidos”. El
tercer cargo acusa a Gerardo Hernández de un cuádruple homicidio
voluntario. Según la Fiscalía, sería responsable directamente de los
acontecimientos del 24 de febrero de 1996 cuando dos avionetas de la
organización terrorista Hermanos al rescate fueron derribadas por la
seguridad aérea de La Habana, tras violar varias veces el espacio aéreo
cubano.
17. Durante todo el juicio, el fiscal no fue capaz de presentar la menor prueba de estos tres cargos, rechazados por la defensa.
18. Los otros 23 cargos son menores y se refieren al uso de una falsa
identidad, al hecho de no matricularse como agente de una potencia
extranjera, etc. La defensa reconoció esas violaciones e invocó la
doctrina de la Necesidad que estipula que es posible ignorar la
legislación si el objetivo es impedir la realización de un mal mayor.
Por ejemplo, entrar con allanamiento en una casa para apagar un incendio
constituye técnicamente una violación de propiedad, pero dado que el
objetivo es impedir que la casa se queme, la ley no persigue al autor de
dicha infracción. La defensa admitió que los 5 habían violado la ley
desde un punto de vista técnico pero explicó que era necesario. Si los 5
hubieran revelado su verdadera identidad, no habrían podido infiltrar a
los grupúsculos terroristas e impedir los atentados contra Cuba.
19. Como la fiscalía no podía probar los actos de espionaje decidió
acusar a los 5 de conspiración para cometer actos de espionaje. El cargo
no necesita pruebas. Sólo basta convencer al jurado “más allá de una
duda razonable” que son culpables.
20. Desde su arresto hasta el 3 de febrero de 2000, es decir durante
17 meses, los 5 estuvieron confinados en celdas de aislamiento, lejos de
los demás detenidos. Estuvieron en el “hueco” durante todo ese periodo
sin comunicación exterior. No obstante, el código de prisiones de
Estados Unidos sólo prevé el aislamiento para individuos que cometieron
crímenes de sangre y sólo durante 60 días como máximo.
21. Durante el juicio, la fiscalía invocó la Ley de Procedimiento
para la Información Clasificada y presentó al jurado elementos contra
los acusados. Al mismo tiempo prohibió a la defensa consultarlos y por
consiguiente poder recusarlos ante el Tribunal. Así, 20.000 páginas de
documentos se usaron contra los 5 sin derecho a réplica.
22. Consciente de la fragilidad de la acusación por la ausencia de
pruebas factuales, el fiscal repitió tres veces durante el juicio que
los 5 habían llegado a Miami “para destruir Estados Unidos”, sin
reacción de la presidenta del Tribunal.
23. El juicio se desarrolló en Miami, ciudad que el exilio cubano,
hostil al gobierno de La Habana, controla a todos los niveles (alcaldía,
policía, medios informativos, etc.). Era entonces imposible cualquier
veredicto imparcial. El Tribunal se negó a transferir el juicio a Fort
Lauderdale, a 25 kilómetros de Miami, en violación del la sexta Enmienda
de la Constitución de Estados Unidos que estipula que “en todos los
procedimientos penales, el acusado tendrá derecho a un juicio público e
inmediato por parte de un jurado imparcial del Estado y del distrito
donde se cometió el delito”. Del mismo modo, la legislación judicial
estipula que todo acusado tiene derecho de pedir el traslado de su
juicio hacia otra ciudad u otro distrito, si el Tribunal considera que
el lugar donde se ha de abrir el juicio está manchado de prejuicios
contra los inculpados. No se respetó esta regla.
24. Antes del inicio del juicio, se lanzó una violenta campaña
mediática contra los 5. Según la investigación que realizó el psicólogo
Garry Morgan en el condado de Miami Dade, a petición de la defensa y del
Tribunal, el 69% de las personas consultadas tenían prejuicios contra
los acusados. El 49% confesó no poder ser justo e imparcial en caso de
ser nombrados miembros del Jurado.
25. Por otra parte, los documentos federales revelaron que el
gobierno de Estados Unidos estipendió a varios periodistas de Miami –44
en total– para publicar artículos negativos sobre los 5 y Cuba. Esto,
además de constituir una grave violación de la ética periodística,
influenció al jurado. Así, durante los 194 días que separan el momento
de su arresto en septiembre de 1998 y la fecha de su condena el
diciembre de 2001, el Miami Herald (305) y el Nuevo Herald (806), los
dos principales diarios de Miami, publicaron un total de 1.111 artículos
–todos hostiles– sobre el caso de los 5, o sea un promedio de 5 por
día.
26. Los jurados fueron amenazados de muerte si absolvían a los
acusados como lo muestran varios artículos de la prensa local. Así,
según un artículo del Nuevo Herald titulado “Miedo a ser jurado en
juicio de espías” del 2 de diciembre de 2000, “el miedo de una reacción
violenta por parte del exilio cubano si un jurado decide absolver a
cinco hombres acusados de ser espías del régimen de la isla ha llevado a
numerosos candidatos potenciales a pedir a la jueza que los excusara de
su deber cívico”. Un miembro del jurado testificó: “Sí, tengo miedo
para mi seguridad si el veredicto no es del agrado de la comunidad
cubana”.
27. Las transcripciones de los minutos del juicio demuestran también
que los 5 no podían de ningún modo tener un veredicto justo e imparcial.
La misma jueza Joan A. Lenard, quien presidió el caso, se quejó de la
presencia de camarógrafos y de provocadores delante de las puertas del
Tribunal que intimidaba a los jurados. Las cámaras los perseguían hasta
en sus coches y se filmaban las placas de matriculación. Los miembros
del jurado expresaron su preocupación a la jueza, la cual redactó un
informe al respecto: “Están preocupados pues se sienten bajo presión y
filmados”.
28. Los argumentos que demuestran que los 5 no habían realizado
actividades de espionaje no fueron presentados por la defensa, sino por
militares estadounidenses de alto rango: el contralmirante de la Marina
de Guerra de Estados Unidos Eugene Carroll, el General de División del
Ejército de Estados Unidos Edwards Breed Atkeson y el Teniente General
de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos James R. Clapper. Para
justificar el acto de “conspiración para realizar actos de espionaje”,
el fiscal se valió del hecho de que Antonio Guerrero trabajada en un
taller de metalurgia de la base de entrenamiento del ejército en Boca
Chica.
La defensa interrogó a los militares:
-Pregunta para Eugene Carroll sobre Boca Chica: “¿Qué información
sobre la táctica y los entrenamientos de la Marina de Guerra de Estados
Unidos podría ser útil al Ejército Cubano?”
-Respuesta: “Ninguna que yo sepa”.
-Preguntas para el General Atkeson: “¿Hay diferencias entre nuestra relación con el Pacto de Varsovia y la Unión Soviética en Europa y nuestra relación con Cuba?”
-”Sí, Hay diferencias”.
-”¿Cuáles son esas diferencias?”
-”Los cubanos no constituyen una amenaza para nosotros”. Así, Atkeson desmintió las acusaciones del fiscal (“Vinieron para destruir Estados Unidos”).
-”¿Cuál es la relación entre el temor de ser atacado y la búsqueda de información?”
-”Pienso que utilizan sus servicios de inteligencia para descubrir si realmente nos preparamos para atacarlos”.
-”En el examen que usted realizó de los documentos, ¿encontró documentos clasificados como secretos?”
-”No”
-”¿Encontró instrucciones para que agentes busquen documentos que puedan perjudicar a Estados Unidos?”
-”No”
-Preguntas para Clapper: “¿Está usted de acuerdo para decir que el acceso a una información pública no constituye un acto de espionaje?”
-”Sí”
-”Usted, con su experiencia en inteligencia, ¿clasificaría a Cuba como una amenaza militar para Estados Unidos?
-”No, en absoluto. Cuba no representa una amenaza”.
-”¿Encontró alguna prueba que indique que Gerardo Hernández intentaba conseguir informaciones secretas?”
-”Que yo recuerde, no”.
-”En cambio, lo que descubrió usted, es que pidió a alguien que consiguiera informaciones públicas ¿no es cierto?”
-”Sí”.
29. El FBI también confirmó a la prensa que los secretos militares
estadounidenses nunca estuvieron en peligro. El Pentágono intervino y
certificó que no disponía de ningún indicio de que los 5 habían tenido
acceso a informaciones clasificadas como secretas o sensibles.
30. En cuanto a Hernández, acusado de asesinato, el Fiscal reconoció
que “vistas las pruebas presentadas durante el juicio, demostrar la
implicación de Gerardo Hernández representa un obstáculo imposible para
Estados Unidos”. No obstante, la Fiscalía certifica que el avión de
Hermanos al Rescate fue derribado en el espacio aéreo internacional, lo
que constituiría un grave crimen. Ahora bien, la publicación de las
imágenes satelitales a disposición de Estados Unidos permitiría elucidar
este caso e indicar sin duda posible si el avión se encontraba en el
espacio aéreo cubano o internacional, y entonces confirmar o no la
culpabilidad de Gerardo Hernández, acusado de informar a Cuba de la
incursión aérea. No obstante, desde 1996, Washington se niega a publicar
estas imágenes, invocando una cuestión de seguridad nacional, mientras
la Organización Civil Internacional, encargada de la investigación, las
ha solicitado varias veces.
31. A pesar de la confesión del Fiscal y la ausencia de pruebas,
todos los miembros del jurado declararon a Gerardo Hernández culpable de
asesinato con premeditación, sin hacer ninguna pregunta al acusado ni a
la fiscalía. No exigieron la menor clarificación al respecto. Los
jurados escucharon en total a 74 testigos, entre ellos 43 contra los
acusados. A pesar de un informe de varias decenas de miles de páginas,
varias decenas de cargos, deliberaron en unas horas e incluso anunciaron
de antemano el día y la hora exacta de la publicación del veredicto.
Ricardo Alarcón, antiguo presidente del Parlamento Cubano enfatizó esta
anomalía: “¡No se puede anunciar una hora precisa para publicar un
veredicto! Es algo imposible pues nadie sabe cuánto tiempo durarán las
deliberaciones, a menos que el caso esté decidido de antemano. Además,
se trata del juicio más largo de la historia de la justicia
estadounidense”.
32. Los 5 fueron severamente condenados. Gerardo Hernández Nordelo
recibió dos cadenas perpetuas más 15 años. Ramón Labañino Salazar fue
condenado a la reclusión criminal perpetua más 18 años. Antonio Guerrero
Rodríguez recibió una cadena perpetua más 10 años. En cuanto a Fernando
González Llort fue condenado a 19 años de prisión y René Gonzalez
Sehweret a 15 años de cárcel. En total, los 5 fueron sentenciados a
cuatro cadenas perpetuas más 77 años.
33. A guisa de comparación, Antonio Guerrero, que no tuvo acceso a ningún documento secreto, fue condenado a la misma cadena perpetua que Richard Amis, el más famoso espía de la historia de Estados Unidos, quien durante años había robado miles de documentos secretos y se los había vendido a la Unión Soviética.
34. La jueza Lenard reconoció que René González, condenado a 15 años
por no registrarse como agente de una nación extranjera en el
Departamento de Estado, había infiltrado a grupúsculos violentos para
evitar futuros ataques contra Cuba: “El terrorismo, que se cometa contra
inocentes en Estados Unidos o en Cuba, en Israel o Jordania, en Irlanda
del Norte o India, es malévolo y malo. Pero los actos terroristas de
los demás no puede excusar la conducta equivocada e ilegal de este
acusado ni de ningún otro”.
35. Así, además de condenar a los 5 a largas penas de prisión, el
Tribunal tuvo cuidado de proteger a los grupúsculos violentos de Florida
vinculados con el terrorismo contra Cuba. La fiscalía tuvo un discurso
bastante insólito. Además de la pena de 15 años de cárcel contra René
González, exigió que se le impusiera una sanción de tres años de
libertad supervisada tras expresar su “preocupación sobre el hecho de
que este acusado, después de cumplir su pena, retomará sus actividades”.
La jueza aceptó la petición e impuso la siguiente restricción a
González: “Como condición especial adicional a su liberación
supervisada, se le prohíbe al acusado asociarse con individuos o grupos
tales como los terroristas, los miembros de organizaciones que
preconizan la violencia y figuras del crimen organizado o visitar los
lugares específicos que frecuentan”. Así, la jueza Lenard admitió la
existencia de grupos terroristas en Miami, sin actuar en su contra.
36. En 2003, la defensa lanzó el proceso de apelación en la Corte de Atlanta.
37. El 27 de mayo de 2005, el Grupo de Trabajo sobre las Detenciones
Arbitrarias de las Naciones Unidas declaró que la detención de los 5 era
arbitraria y violaba el Derecho Internacional.
38. El 9 de agosto de 2005, la Corte de Apelación del Onceno Circuito
de Atlanta anuló el juicio de primera instancia y reconoció que no se
trataba de un caso de espionaje ni de un atentado contra la seguridad
nacional.
39. La fiscalía de Florida apeló la decisión de la Corte de Apelación
de Atlanta. Por primera vez en la historia de la Justicia de Estados
Unidos, una Corte de Apelación decidió volver a revisar su propio
juicio. Normalmente, el caso sigue hasta la Corte Suprema, pero después
de presiones políticas, el Tribunal aceptó oír de nuevo a las dos partes
el 14 de febrero de 2006.
40. El 2 de septiembre de 2008, la Corte de Apelación de Atlanta
confirmó las sentencias de Gerardo Hernández y René González e invalidó
las penas de Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino. En
dicha ocasión, la Corte reconoció otra vez que los acusados no habían
transmitido ningún documento secreto o información sobre la defensa
nacional e invalidó el cargo de “conspiración para cometer actos de
espionaje”. Por otra parte, en un documento de 16 páginas, Phyllis
Kravitch, uno de los tres jueces de la Corte de Apelación, afirmó que el
gobierno de Estados Unidos no había proporcionado los elementos de
prueba necesarios para sustentar la acusación de “conspiración para
cometer un asesinato” contra Gerardo Hernández.
41. El 15 de junio de 2009, la Corte Suprema hizo partícipe de su
decisión de no estudiar el caso de los 5, sin dar explicaciones, a pesar
de los argumentos que brindó la defensa, y a pesar de 12 peticiones
Amicus Curiae (amigos de la Corte), proceso que permite a personalidades
e instituciones jurídicas o asambleas legislativas solicitar a la Corte
Suprema de Estados Unidos sobre un caso. Se trata de la más importante
petición Amicus Curiae de la historia de Estados Unidos. Entre esos
Amicus Curiae se encontraban 10 Premios Nobel: Jose Ramos-Horta, Wole
Soyinka, Adolfo Pérez Esquivel, Nadine Gordimer, Rigoberta Menchú, José
Saramago, Zhores Alferov, Dario Fo, Günter Grass y Máiread Corrigan
Maguire. En Estados Unidos, la National Association of Criminal Defense
Lawyers, los Cuban-American Scholars, el Ibero-American Federation of
Ombudsmen, el National Jury Project, el William C Velazques Institute
and the Mexican American Political Association, el National Lawyers
Guild et la National Conference of Black Lawyers, el Civil Right Clinic
de l’Howard University School of Law, la International Association of
Democratic Lawyers, la Florida Association of Criminal Defense
Lawyers-Miami Chapter, el Center for International Policy y el Council
on Hemispheric Affairs también solicitaron a la Corte Suprema. A ello se
agregan las peticiones de Mary Robinson, antigua presidenta de Irlanda y
Alta Comisaria de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas entre
1997 y 2002, del Senado mexicano por unanimidad, todas tendencias
políticas, de la Asamblea Nacional de Panamá, de 75 miembros del
Parlamento Europeo, de 56 parlamentarios canadienses y de más de un
centenar de parlamentarios británicos, entre otros.
42. El 13 de octubre de 2009, el Tribunal de Florida, obligado por la
Corte de Apelación de Atlanta a modificar las sentencias de 3 de los 5,
hizo públicas las nuevas condenas. Así, la pena de Antonio Guerrero
pasó de cadena perpetua y 10 años a 21 años más 5 años de libertad
supervisada. El 8 de diciembre de 2009, Fernando González vio su
sentencia pasar de 19 años a 17 años y 9 meses. En cuanto a Ramón
Labañino, se le rebajó su condena de cadena perpetua más 18 años a 30
años de prisión.
43. El 14 de junio de 2010, la defensa lanzó un proceso de apelación
en hábeas corpuspara Gerardo Hernández. Se trata del último recurso
legal posible en el sistema judicial estadounidense. Esta apelación se
basa en dos aspectos. Primero, la Fiscalía no presentó ninguna prueba
para el cargo de “conspiración para cometer un asesinato”. Luego, el
acusado no se benefició de un juicio imparcial por la atmósfera hostil
de Miami y, sobre todo, porque se ha descubierto que el gobierno de
Estados Unidos había pagado a periodistas locales para difundir noticias
negativas sobre Cuba y los 5. Hasta hoy, el Tribunal no ha tomado su
decisión.
44. Los familiares de los 5 sufrieron varios casos de tortura
psicológica y moral. Adriana Pérez O’Conor, esposa de Gerardo Hernández,
no ha podido visitar a su marido desde 1998. El 25 de junio de 2002,
consiguió una visa para ejercer su derecho de visita en Los Ángeles
donde se encontraba Hernández. Pero al llegar a Estados Unidos, el FBI
la arrestó, la interrogó durante 11 horas y la expulsó a Cuba, sin que
ella pudiera volver a ver a su esposo.
45. Para impedir las visitas consulares a los 5, ésos se encuentran en penitenciarias distintas en los cuatro rincones del país.
46. El 7 de octubre de 2011, René González salió de prisión tras
cumplir su pena. Como fue también condenado a 3 años de libertad
supervisada por su nacionalidad estadounidense, se quedó en Estados
Unidos. El 3 de mayo de 2013, la jueza Lenard aceptó su petición de
regresar a Cuba, con tal de que renunciara a su ciudadanía
estadounidense, lo que hizo.
47. Wayne S. Smith, antiguo embajador de Estados Unidos en Cuba entre
1979 y 1982, expresó su punto de vista sobre este caso: “Desde luego,
los cinco, Gerardo Hernández, Luis Medina, Antonio Guerrero, René
González, y Rubén Campa eran miembros de los servicios de inteligencia
cubanos. No obstante, fueron mandados a Estados Unidos no para espiar al
gobierno americano, sus instalaciones o su personal, sino más bien para
infiltrar las organizaciones del exilio cubano que llevaban actividades
terroristas contra Cuba. La idea, en aquella época, era, una vez
recopiladas las pruebas, invitar a representantes del FBI a Cuba y
entregarles el informe, con la esperanza de que Estados Unidos tomaría
las medidas necesarias para parar estas actividades. Conforme a ese
plan, en junio de 1998, representantes del FBI fueron invitados a Cuba y
se reunieron con sus homólogos cubanos. Luego regresaron a Estados
Unidos con 64 informes sobre las actividades de los exilados. Los
cubanos esperaron que Estados Unidos tomara medidas para detener esas
actividades. Esperaron en vano. No se tomó ninguna acción. Al contrario,
unos meses más tarde, aparentemente gracias a los documentos que
proporcionaron los cubanos, el FBI arrestó a los cinco cubanos y en 2001
los sometieron a un juicio totalmente amañado donde el sentimiento
anticastrista era efectivamente tan fuerte que era imposible reunir a un
jurado imparcial […]. La fiscalía fue incapaz de presentar la menor
prueba de que los cinco estaban implicados en actividades de espionaje u
otros crímenes (salvo el hecho de ser agentes no declarados de una
potencia extranjera)”.
48. El Coronel Lawrence Wilkerson, antiguo Jefe de Estado Mayor del
gabinete del ex secretario de Estado Colin Powell (bajo la
administración Bush), también se expresó al respecto: “Este caso se
lleva las palmas: castigar con cadena perpetua a hombres que vinieron
aquí para
determinar cómo y cuándo su país iba a ser atacado por personas que
violan las leyes norteamericanas. Estos hombres estaban desarmados, no
intentaron hacer ningún daño físico a Estados Unidos, y sus motivos eran
proteger a sus conciudadanos de una invasión y de reiterados ataques
por parte de cubano-americanos que viven en la Florida. Y debemos
preguntarnos también, ¿cómo es que nos hemos convertido en un refugio
para supuestos terroristas? ¿Cómo es que nosotros —los Estados Unidos de
Norteamérica— podemos tener un puesto en nuestra propia lista de
estados patrocinadores del terrorismo?”
49. Por primera vez, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas condenó un juicio en Estados Unidos y apuntó que “el clima
sesgado y perjudicial contra los acusados” era tal que era imposible para
un tribunal de Miami dar prueba de “la objetividad y de la
imparcialidad necesarias para cumplir sus obligaciones para un juicio
equitativo”. Amnistía Internacional considera también que los 5 no se
beneficiaron de un juicio imparcial.
50. El caso de los 5 ilustra el doble rasero que Estados Unidos
aplica en su “lucha contra el terrorismo”. No obstante, parece también
que los medios informativos occidentales lo aplican pues no sólo
censuran este escándalo judicial y político, ignoran la historia del
terrorismo contra Cuba, sino que también absuelven mediáticamente a Luis
Posada Carriles, el más peligroso terrorista del hemisferio americano
según el FBI, negándose a calificarlo de terrorista. Prefieren otros
términos tales como “militante”, “militante cubano”, “militante
anticastrista”, “exilado cubano”, “exilado anticastrista”, “militante
anticomunista”, “anticomunista”. Así, los medios occidentales aceptan,
asimilan y promueven la doctrina del “buen y del mal terrorista” que ha
elaborado Washington y parecen dispuestos a aceptar tácitamente
justificar un tipo
de violencia y denunciar lo que califican de terrorismo arbitrario. El
matiz varía según la víctima. Si es occidental –más precisamente si es
originaria de un país desarrollado–, los responsables son, con razón,
criminales sin fe ni ley. Cuando es del Tercer Mundo, cubana por
ejemplo, se convierten en “militante”, “militante cubano”, “militante
anticastrista”, “exilado cubano”, “exilado anticastrista”, “militante
anticomunista” o “anticomunista”.
*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad
Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la
Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre
Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face
au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un
prólogo de Eduardo Galeano.
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