Por Omar Pérez Salomón.
Lo que parece una sorpresa para muchos, fue alertado y
denunciado hace unos 20 años por Fidel Castro. Las
revelaciones de Edward Snowden sobre
los programas de espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por
sus siglas en inglés) estadounidense, han generado un escándalo creciente, en la medida que se continúan revelando nuevas
informaciones.
No se puede desconocer que a mediados de la década de 1980 los
servicios de inteligencia de EE.UU., de varios países europeos y Japón
mantenían estrechos vínculos en la guerra que sostenía el imperialismo contra
la Unión Soviética. De esa época es el conocido dossier Farewell, que provocó el
primer caso conocido de ciberguerra, ejecutado contra la URSS. Estas relaciones
se mantienen en la actualidad.
El hombre más espiado por la comunidad de inteligencia de EE.UU.
desde mediados de los años 90 denunció el andamiaje de vigilancia montado por
el imperialismo yanqui y sus aliados, que permite al decir de Fidel, “descubrir
un gato en una azotea de cualquier casa”.
Veamos las aseveraciones del comandante Fidel Castro al
respecto:
Tienen el mundo lleno de satélites espiándolo todo; claro, eso
los hace dueños de las comunicaciones. Si nosotros habláramos por teléfono con
cualquier país y dijéramos cosas que no se deban decir por teléfono, seríamos
grandes idiotas. No hay conversación telefónica oficial de este país que no la
capten; no hay conversaciones con personalidades políticas o con empresas de
cierta importancia que no las capten. Las captan todas, porque el bloqueo es
mucho más que prohibir vender y comprar; no se imaginan ustedes lo que es el
bloqueo. El bloqueo es una persecución incesante
contra toda actividad comercial que el país trate de realizar.
1995
Ahora los imperialistas estarán más convencidos; lo digo porque
pienso que nos están viendo aunque sea por satélite, porque los satélites
yanquis andan merodeando por todas partes y espiándolo todo, y, aunque estén a
miles de kilómetros, me imagino que podrán ver también esta multitud.
1996
Tiene todo un sistema de espionaje montado, independientemente
de que sus satélites son capaces de descubrir un gato en una azotea de
cualquier casa de la Ciudad de La Habana o cualquier edificio; un espionaje técnico
colosal por medio de satélites, por medios radio electrónicos y de todo tipo,
captando comunicaciones y buscando información. Capta todas las llamadas
cubanas; no hay conversación que yo pueda sostener con cualquier dirigente
latinoamericano o cualquier político en el exterior que no sea captada por
Estados Unidos. Estamos sometidos a un espionaje total y feroz.
1998
A veces yo redacto algunas de estas notas, por la importancia
que tienen, con la información que suministran los compañeros inmediatamente,
después de recibir un cable cifrado o en forma abierta, o muchas veces una
llamada telefónica. Las conversaciones a través de un celular las puede captar
cualquiera. En Estados Unidos recogen todo de las conversaciones, de todos los
gobiernos de América Latina y ministros, eso es algo que se conoce.
Como he dicho otras veces, con relación al tema, hay personas en
nuestro país tan ingenuas que creen que escondiéndose detrás de una mata de
plátanos nadie se va a enterar de lo que están conversando, y resulta que
Estados Unidos posee un sistema desarrollado en la época de la guerra fría,
capaz de captar dos mil millones de conversaciones simultáneamente; no un
millón, ni dos millones, dos mil millones de comunicaciones simultáneamente.
2003
Algo que hiere la sensibilidad de las personas, en cualquier
sistema social, es el irrespeto a su privacidad. Antes, por ejemplo, las leyes
protegían la correspondencia. Más tarde la protección se extendió a las
comunicaciones telefónicas, un medio de comunicación más rápido e instantáneo.
Las leyes de Estados Unidos prohibían su intercepción sin permiso judicial. Su
violación daba lugar a demandas judiciales, que en ese país llegaron a elevarse
a cuantiosas sumas.
El 9 de julio pasado, mientras Bush se reunía con sus colegas
del G-8 y el gobierno de Estados Unidos —pese a sus genocidios— pretendía ser
considerado campeón de los derechos humanos, el Senado de Estados Unidos
aprobó, por 68 votos a favor y 28 en contra, una ley que moderniza la Ley de
Espionaje y concede inmunidad a las empresas de telecomunicaciones que
colaboran con el gobierno.
La lucha contra el terrorismo es el consabido pretexto, y las
intercepciones se venían realizando durante años sin permiso alguno. “Ahora es
más fácil proteger a los estadounidenses”, declaró Bush, al retornar al país,
desde la rosaleda de la Casa Blanca.
La iniciativa autoriza escuchas telefónicas sin permiso judicial
que utilizan las redes de Estados Unidos, sean de estadounidenses o de
extranjeros.
La ley anterior, que data de 1978, no incluía las nuevas
tecnologías de comunicaciones como celulares, Internet y correo electrónico.
Como la inmensa mayoría de las comunicaciones son captadas por
Estados Unidos, la medida aprobada protege a las empresas de comunicaciones de
demandas multimillonarias de personas que aleguen violación de privacidad.
2008
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