Foto: Roberto Suárez |
Por Ileana Borges Díaz
Mientras en el mundo 158 millones de niños y niñas de entre cinco y 14 años están sometidos a la explotación laboral, según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los pequeños en Cuba disfrutan de sus derechos.
La voluntad política del Estado Cubano -desde el triunfo de la Revolución en enero de 1959- desterró del archipiélago el trabajo infantil, el cual priva a los chicos de su niñez y perjudica su desarrollo físico y psicológico.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) indica, además, que ese tipo de actividad interfiere con su escolarización, les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado, el cual les roba mucho tiempo.
Al contrario de lo que sucede en muchos lugares del mundo, donde la marginación social, la extrema pobreza y las redes de explotación infantil afloran en las calles, los niños en Cuba tienen acceso gratuito a la educación con carácter obligatorio, hasta los 14 años de edad.
La creación de los Círculos Infantiles, la implementación del programa de estimulación temprana "Educa a Tu Hijo", el desarrollo del Programa Educativo Comunitario "Para la Vida" y el fomento de una cultura de derechos a través del proyecto "Por un Mundo al Derecho" la ubican como modelo.
Hoy el país exhibe una tasa de escolarización en la enseñanza primaria por encima del ciento por ciento, y ningún niño de cinco a 14 años practica el trabajo infantil, según estadísticas de la UNICEF.
La nación caribeña siendo bloqueada y con escasos recursos logra la implementación de los derechos de la niñez, también aplicables a los pequeños con alguna discapacidad física o mental.
Así lo confirmó recientemente en La Habana, Seija Toro, representante en Cuba de la UNICEF , al presentar el Estado Mundial de la Infancia, reporte anual de esa organización dedicado en 2013 a la nueva generación con discapacidad.
La directiva destacó el trabajo con este sector de la población, y agradeció la transparencia del Estado al facilitar las estadísticas sobre la atención brindada a los menores de edad, información que en otros países es muy difícil de recopilar.
Para los cubanos la Convención de los Derechos del Niño posee un carácter de ley nacional, la cual se refleja en la existencia de una comisión permanente en el Parlamento, para atender problemáticas referidas a la educación y protección de los menores.
Sin embargo, en zonas de gran exclusión, como América Latina y África, se viola ese instrumento jurídico, el cual en su artículo 19 regula proteger al infante contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluida la sexual.
El gobierno de la mayor isla de las Antillas ha ratificado la Convención y la de los Derechos de las Personas con Discapacidad, y desde diciembre de 1992 cuenta con una oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia. (Agencia Cubana de Noticias)
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