Tomado de Coordinadora de Solidaridad con Nicaragua y el ALBA.
Por Edwind Sánchez.
La
incorporación constitucional de la mujer a partir de los cargos de elección
popular, contenida en la actualización de la Carta Magna, es un acto de
justicia histórica que se vuelve modelo en Latinoamérica, donde la cultura
patriarcal ocupa su geografía a niveles demenciales.
El sandinismo colocó en la agenda nacional el tema de la mujer,
en particular por el impulso de la escritora Rosario Murillo, al lograr una
síntesis para visibilizar su presencia. Será la primera vez que ellas ocuparán
con todas las de la ley su lugar en el mapa de Nicaragua, calcado
exclusivamente, hasta hoy, para uso masculino.
No es que en el pasado no haya tomado parte en los momentos
cruciales que ha vivido nuestro país, la mayoría de las veces sin permiso del
"macho", sino que ahora hay una propuesta de institucionalizar el
concepto. Por supuesto, cuentan los esfuerzos de algunas organizaciones de
género que marcaron las pautas para su ulterior desarrollo.
Por esto no debe verse como una "dádiva" de los
hombres. Al contrario, es un espacio peleado a pulso, ganado en el campo y los
mercados, en los estudios y el temprano trabajo, en las cooperativas y el
emprendedurismo, en Usura Cero y Hambre Cero.
Tampoco debe reducirse a un asunto de números y sumas, según se
desinforma desde ciertas siglas sandinofóbicas, con tal de no admitir que es
una reivindicación de carne y hueso, desplegada por todas las letras que hacen
del terruño una residencia más justa. Sí, son ciudadanas que empezaron a llenar
de vida los tan vacíos títulos supremos del Estado y del sistema: La Nación, La
Patria, La República, La Democracia... para coronarla de mujer con su máxima
gracia, Nicaragua.
Es difícil negar que desde 2007 la mujer alcanzó un protagonismo
jamás visto. A la vuelta de seis años, los resultados son palpables, aunque
siempre aparecerá la escasa minoría contenciosa que por mera costumbre de
oponerse al FSLN, desvalorizará este parteaguas que sintoniza con el principio
bíblico: "Dios no hace acepción de personas". Jesús escandalizó al
patriarcado hebreo por hablar de tú a tú, con la samaritana.
Más de la mitad de la población nicaragüense es femenina, es
decir, las victorias del Frente Sandinista fueron selladas en las urnas por
mano de mujer. En otras palabras, hay una identificación que a estas alturas ya
es maciza, con las posibilidades abiertas al género desde el partido rojinegro.
En la lista del privilegio
Si ya lo reiteran las encuestadoras locales, en la penúltima
semana de octubre el Foro Económico Mundial posicionó a Nicaragua en el
envidiable puesto número 10 de los principales países para ser mujer. La única
nación de las tres Américas que se codea con la mayor parte de la prosperidad
nórdica: Islandia, la del primer puesto; Noruega, Finlandia, Suecia,
Dinamarca...
Nuestra décima posición en el ranking mundial, después de Suiza,
no salió de ninguna tómbola; fue por el dinamismo de las damas y las jóvenes,
aprovechando la política de género del Gobierno de Reconciliación y Unidad. Es,
a su vez, su contribución a la humanidad para cambiar lo tan equivocado que los
hombres hemos dejado al mundo.
"Nos sentimos contentos, orgullosos, no nos sentimos
plenamente satisfechos, pero sabemos que hemos ido avanzando y sabemos por qué
es que somos valientes las mujeres; es que somos decididas, trabajadoras,
capaces y responsables", exclamó Rosario, al conocer la magnífica buena
nueva.
No es, pues, casualidad que se constitucionalice "la
participación igualitaria en las candidaturas de elección popular de hombres y
mujeres, 50% de mujeres y 50% de hombres de forma alterna".
El Foro para elaborar el listado, conjuga las "áreas clave
de la vida cotidiana como salud, educación, empleo y política". Islandia,
país que encabeza los sitiales del privilegio "es la nación en la que las
mujeres disfrutan del acceso más equitativo a la educación y al cuidado de la
salud".
Es muy revelador que las riquezas de la Tierra de nada sirven
cuando a la mujer se le ve como un accesorio o porque dale-pues. El informe
detalla que "ningún país del G20, grupo que reúne a las naciones más
industrializadas del mundo, está entre los 10 mejor evaluados".
A pesar de la guerra sucia mediática, y de algunos operadores
políticos en el extranjero, contra la gestión del presidente Daniel Ortega, la
limpia realidad es que Nicaragua supera en 10 escalones, y más, a Canadá y
Estados Unidos. El primero en el sitio 20 y el segundo en el 23.
La BBC subrayó en el reporte que "Canadá está avanzado en
educación, pero no tanto en política". Y por su parte, la potencia del
norte "está por debajo de Canadá en política, pero aventaja a su vecino en
salud y economía. Ambos países están empatados en educación".
Como es habitual, los adalides del pasado no dijeron una sola
palabra sobre este laurel global, violentando el artículo 66 de la Constitución
--- y los propios de las convenciones internacionales--- al que la extrema
derecha ha querido privatizar únicamente en su favor: "los nicaragüenses
tienen derecho a la información veraz...".
Se necesitaría ser un / una radical militante del odio para no
reconocer en los Nuevos Tiempos, el protagonismo de las mujeres: verdaderas
tayacanas "con la conciencia crecida", como bien dice Rosario.
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