sábado, 2 de noviembre de 2013

¿Quién amenaza a Estados Unidos?

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Tomado de ContraInjerencia.
Por Elson concepción Pérez.

Si algo debe caracterizar a un mandatario de una potencia nuclear es la responsabilidad. Nadie, en posesión de esa arma, puede buscar supuestos enemigos con el fin de justificar la modernización, ampliación y alcance de estas.

Este es el caso de Estados Unidos que, según el propio gobierno, posee un arsenal nuclear de 5 mil 113 ojivas activas y desplegadas y otras miles no activas.

Ahora bien, ¿quién amenaza a Estados Unidos? ¿Por qué tales planes? ¿A quién van dirigidos?

La respuesta la sabe Obama. NADIE, absolutamente NADIE ha emprendido ni tiene planes de agredir a ese país, y cuando se hizo, con el ataque a las Torres Gemelas en el 2001, aún se vive en la incertidumbre sobre si fue verdad lo de Al Qaeda o si fue una autoagresión para justificar la cruzada bélica emprendida por el entonces gobierno de George W. Bush y continuada por el Nobel de la ¿Paz?, Barack Obama.

¿Sería una exigencia de la ultraderecha conservadora y el Complejo Militar Industrial norteamericanos? ¡Vaya usted a saber!

Con el arma nuclear no se puede jugar, como tampoco se debe hacer con el riesgo a la supervivencia humana.

Entonces, ¿por qué y para qué nuevos y abultados presupuestos para la modernización del arsenal atómico del Pentágono?

Para el presente año fiscal, por ejemplo, el mandatario estadounidense dispuso de un presupuesto que aumentaría en un 7 % la cantidad actual de 7 mil 227 millones de dólares, destinados a modernizar las armas atómicas de Estados Unidos.

Tal decisión hace más complicado e incierto un mundo que se debate entre la civilización —con paz, progreso, felicidad— y la barbarie de quienes lo mutilan con guerras, muertes, armas y depredación generalizada.

¿Quién triunfará en ese pulseo entre lo irracional y lo sensato y responsable?

En su afán por “convencer” al Congreso, Obama, cuando pidió tan abultada cifra de dinero para modernizar estas armas, justificó tal partida reduciendo los fondos ya aprobados que se debían usar en los planes de no proliferación nuclear, acordados con Rusia en el tratado Nuevo START.

Es una verdadera burla a aquel Tratado, que supuestamente había puesto fin a la era de la llamada Guerra Fría, con el compromiso de reducir su arsenal atómico en dos tercios hasta el año 2018.

En un ambiente tan inseguro y poco responsable de las autoridades de Washington, Moscú no hizo esperar su criterio, y Nikolai Astrovski, experto del Centro de Estimaciones y Pronósticos Estratégicos ruso, aseguró que los su-puestos planes norteamericanos en cuanto a la reducción de sus medios atómicos era una mentira para tratar de imponer a Rusia que reduzca la rama más combativa de sus fuerzas armadas.

El citado experto y estratega mi-litar ruso, citado por Hispan TV, comparó la situación actual de las armas nucleares tácticas de EE.UU. y la OTAN con la “escopeta de Chéjov”. El escritor ruso planteó que si en el primer acto de un espectáculo aparece una escopeta cargada, más adelante esa arma se debe disparar.

Respecto al tema, Moscú advirtió que actualmente el arsenal estadounidense cuenta con unas 800 bombas aéreas de caída libre de tres modificaciones diferentes.

Al mismo tiempo la OTAN posee entre 150 y 200 bombas del modelo B-61, con una potencia total de unos 18 megatones de equivalencia en TNT. Dichas armas están desplegadas en seis bases aéreas de Estados Unidos en Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos y Turquía. ¿Contra quién van dirigidas?

Además, la OTAN y EE.UU. disponen de siete aeródromos operativos dentro de las misiones con armamento de destrucción en masa en Polonia, Es-lovaquia, Lituania, Letonia y Estonia.

De esta forma, el tiempo de acercamiento a un objetivo próximo a las fronteras de dichos países con Rusia se reduce de los 40-50 minutos a unos 4–7 minutos en comparación con las fuerzas estratégicas desplegadas al otro lado del Atlántico y equipadas con misiles intercontinentales.

Todo hace indicar que la reciente reorganización de los aeródromos militares en los países bálticos (antiguas repúblicas soviéticas), de conformidad con las normas del uso de las armas nucleares de la OTAN, es un argumento más a favor de que los norteamericanos se están preparando para el uso de ese tipo de armamento con la mayor eficacia posible.

Acompañando a estos planes nucleares, Estados Unidos ha desarrollado los más costosos y modernos medios de espionaje que le permiten conocer lo que sucede, en tiempo real, en cada punto del planeta.

Solo para las agencias dedicadas al espionaje, presupuestó para el presente año fiscal 2013 una cifra superior a los 52 mil 600 millones de dólares, según reveló el diario The Washington Post, que cita nuevos documentos filtrados por el exanalista Edward Snowden.

Nada, que aunque no hay amenaza alguna ni enemigo que intente actuar contra Estados Unidos, la administración Obama se aferra a que un mundo sin guerra no es mundo… al menos para Washington.

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