Por Iroel Sánchez.
Hace unos meses, me vi obligado a denunciar el uso de falsas direcciones de correo electrónico, blogs y cuentas en Twitter, para enviar información a mi nombre.
Ahora, coincidiendo con una denuncia realizada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) del envío masivo de mensajería a Cuba vía SMS llamando a una especie de “Ocuppy Wall Street” cubano que asombrosamente es convocado desde publicaciones como Diario de Cuba y El Nuevo Herald financiadas por los que quieren que Wall Street vuelva a gobernar en Cuba, me llega un correo desde la dirección iroelsanchez@lapupilainsomne.org
que muy casualmente trata sobre las protestas contra el gobierno chino
en Hong Kong. ¿Es descabellado preguntarse si estarán creando
condiciones para pronto desde esa misma cuenta enviar “información” a mi
nombre sobre las protestas imposibles que esperan desatar en La Habana?
Como escribí en el post “Estados Unidos-Cuba: ¿Qué viene ahora?” el pasado 18 de noviembre, cuando ya se vislumbraba un cambio en la política estadounidense hacia Cuba:
“los sectores que
se oponen al cambio -especialmente la llamada extrema derecha
cubanoamericana- emplearán todas sus artes para provocar un incidente
que atore el proceso. Ya lo hicieron en el pasado cada vez que se vio en
el horizonte cualquier posibilidad de acercamiento y ahora mismo deben
andar desesperados buscando una provocación”
¿Con qué pueblo cuentan para eso estos
piratas disfrazados de demócratas que siguen soñando con que los marines
le hagan lo que ellos no pueden? ¿Con el que no cesa de celebrar el regreso de sus héroes victoriosos frente a la que Julio Antonio Mella llamó República de Wall Street?
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