Por José Manzaneda, Coordinador de Cubainformación.
Se cumplen 5 años de la detención en Cuba del estadounidense Alan
Gross, y diarios como El País se limitan a repetidor la versión oficial de la
Casa Blanca.
Si una
nota del Departamento de Estado afirma que el caso Alan Gross es “un
impedimento (para) unas relaciones más constructivas entre Estados Unidos y
Cuba” (1), El País titula “El deshielo entre EE UU y Cuba encalla por el ‘caso
Gross’” (2). Porque su condena a 15 años en la Isla “sigue siendo un obstáculo
central para desbloquear la relación entre EE UU y Cuba”, asegura este diario.
El País
olvida que no existen relaciones diplomáticas entre ambos países porque el
Gobierno de EEUU las cortó, unilateralmente, en 1961 (3). Olvida la injerencia
constante de EEUU en la vida política interna de Cuba, mediante todo tipo de
programas de desestabilización (4). Y olvida el bloqueo económico a la Isla,
condenado por toda la Comunidad Internacional (5).
Nada de
esto, al parecer, es un “obstáculo” en la relación bilateral para el diario El
País, que se limita a repetir las mentiras de Washington en torno a la condena
de Alan Gross: “un cooperante norteamericano de 65 años” (6) –nos dice- cuya
“misión era repartir ordenadores y equipos de comunicación satelital entre la
comunidad judía en Cuba”.
Alan Gross no era ningún cooperante humanitario, sino un agente
privado de inteligencia, con experiencia en más de cincuenta misiones
anteriores, incluidas las intervenciones militares en Irak y Afganistán (7).
Ingresó cerca de 300.000 dólares por llevar equipos de comunicación satelital a
la llamada “disidencia” cubana (8), en el marco de los programas
estadounidenses de “cambio de régimen en Cuba”. Un acto de injerencia en la
política interna de otro país sancionado en el Código Penal de cualquier país
del mundo, incluido el de EEUU (9).
Otra falsedad es que fuera a dotar de Internet a la comunidad
judía: todas las sinagogas de Cuba ya tenían Internet (10). La propia comunidad
hebrea cubana negó rotundamente que Alan Gross les hubiera siquiera visitado
(11).
La
propaganda del Departamento de Estado llega a las páginas de El País también en
el caso de Los Cinco antiterroristas cubanos condenados en EEUU, tres de ellos
aún en prisión. Para El País, son “cinco espías” (12), “agentes cubanos que
siguen presos en EE UU acusados de espiar a la disidencia” de Miami (13).
Disidencia: una curiosa forma de denominar a los grupos de ultraderecha en que
se infiltraron estas personas, consiguiendo abortar cerca de 170 acciones
terroristas en Cuba (14).
Hay una propuesta que resolvería de inmediato ambos casos, el de
Alan Gross y el de los tres cubanos: un canje de prisioneros, similar al que
EEUU y Cuba hicieron en 1963 (15), EEUU y Rusia en 2010 (16), o
EEUU y los Talibán en 2014 (17). Pero el diario El País presenta este canje
como una propuesta exclusiva del Gobierno cubano (18), silenciando que es la
opción que apoya la familia de Alan Gross (19), las de los tres presos cubanos
en EEUU, importantes medios norteamericanos como The New York Times (20), y
decenas de representantes políticos, religiosos y empresariales de EEUU (21).
Y es que los medios de propaganda como el diario El País prefieren
seguir contándonos el cuento de la Casa Blanca sobre el cordero bueno Alan
Gross y los cinco lobos espías cubanos.
(8) http://rene4the5.com/gerardo-hernandez-culpable-de-la-acusacion-alan-gross-inocente-como-reclama/
(11) Andrea Rodríguez, «Judíos
niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre
de 2010.
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