No voy a referirme a la felicidad que inunda los corazones de la
mayoría de los cubanos, incluso de los que no radican en nuestra hermosa
isla, por el regreso de tres hombres que en muestra de desprendimiento
personal sacrificaron sus vidas por descubrir y alertar sobre los planes
terroristas que la ultraderecha cubanoamericana -odiosa y odiada-
fraguaba contra su país de origen.
Hablaré de cómo los contrarrevolucionarios cubanos, la derecha añeja
de Miami y CNN han demostrado porque son considerados unos
“desconectados” de la realidad y el pueblo cubano, porque se les ha
llamado “provocadores” e “insensatos oportunistas”.
Comencemos por la autodenominada “luchadora pacifista” Yoani Sánchez
quien cataloga a Alan Gross como “un anzuelo que finalmente EE.UU
mordió” y lamenta la liberación de los “espías cubanos”, a pesar de que
ello signifique un paso cardinal en la posible normalización de las
relaciones entre ambos países y el fin de años de bloqueo y
hostigamiento sobre su país. Obviamente, esto era de esperar, pues a
Yoani más que su pueblo le interesan sus bolsillos y su núcleo familiar,
cuales si bien no correrían riesgo por los grandes recursos que ya ha
recibido sí se verían afectados en un plano futuro pues cualquier
“normalización” disminuiría o suspendería sus jugosos “contratos”.
La mucho menos preparada y grosera Berta Soler, enseguida gritó que
se trataba de “una traición de Obama” y un duro golpe “a las
aspiraciones de libertad del pueblo cubano”, lo que entre líneas querría
decir “un duro golpe a sus aspiraciones personales, a la continuidad de
sus robos y abusos y a la imagen que ha tratado de construir tomándose
foto con cuanto ser humano “vestido de traje” hable mal de Cuba.
Sin embargo, peor que estas sandeces a las que nos tienen
acostumbrados estos “personajes” es el rol que ha jugado la cadena CNN
en español. Para CNN un experto a consultar y reconsultar cada 10 o 15
minutos sobre el tema es el “señor” Carlos Alberto Montaner, quien con
la lógica de un agente CIA y un “experto político” bien pagado por los
centros de poder de las extremas derechas (cubana, venezolana,
colombiana) no se cansa de repetir que Gross era un inocente detenido en
la isla por intentar distribuir unas computadoras y celulares en la
comunidad judía, todo lo supuestamente contrario a los presuntos “espías
asesinos de Castro”.
Molesta muchísimo que CNN intoxique y desinforme a través de este
sujeto a la opinión pública internacional, como si nadie le conociera, o
como si nadie unos meses atrás hubiese leído las denuncias de AP en las
que se dejaban bien claro las intenciones subversivas y
desestabilizadoras de la USAID y el reclutamiento de “personal
especializado” para llevarlas a cabo, entre los que se encontraba Gross,
como si nadie hubiese seguido el proceso de denuncia internacional que
ha acompañado la manipulación del caso de los cinco y el como nunca se
pudo probar culpabilidad alguna en los cargos de espionaje, intento de
asesinato, conspiración para asesinar y otros “absurdos” de los que les
acusó la esquizofrénica mafia de Miami, digo, la fiscalía.
Pero CNN no termina ahí (Montaner tampoco), sus reportajes en Miami
no abandonan el Café Versailles y los “entrevistados” aparentemente no
descienden la barrera de los 60 años, lo que opinan es fácil de imaginar
y con ello el retraso político de CNN y otros medios que van contra la
corriente de un mundo cansado de tanto desigualdad y mentira.
El mundo ha cambiado, y las relaciones CUBA- EE.UU
posiblemente también, por lo que si CNN y compañía desean mantener
algún que otro resto de credibilidad que puedan quedar en sus
reportajes, deberán afiliarse a los nuevos tiempos y asumir una visión
estratégica más real, más honesta y más acorde con la forma de pensar de
la mayoría de los ciudadanos estadounidenses y cubanos, olvidándose de
los intereses empresariales para cumplir con su verdadera función
social, informar.
“Hoy Estados Unidos está rompiendo con las cadenas del pasado”, dijo
el presidente Barack Obama, aplausos para él sea cual sea su verdadera
intención, pero ojala sea su afirmación realmente cierta y ojala lo
entiendan así sus asalariados y los medios de comunicación que les
privilegian, solo así podremos verdaderamente ir adelante.
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