Foto: entrada principal del Hospital Lenin de Holguín. Puede apreciarse el cambio en la pintura de la fachada exterior que complementa el trabajo inversionista que se realiza en sus instalaciones |
Por Luis Ernesto Ruiz Martínez.
La naturaleza humana no deja de sorprenderme. En estos días la “periodista independiente” Dania Virgen García ha realizado varios trabajos sobre el tratamiento y evolución de la salud del holguinero Luis Miguel Arias Cala, que se encontraba ingresado en la Sala de Terapia Intensiva del Hospital Docente Provincial “Vladimir Ilich Lenin”.
Su cuadro de salud es el de un paciente en un estado de coma profundo
con afectaciones neurológicas severas, agravado con una neumonía que
además le ha provocado fiebres continuadas.
De este lamentable hecho supe hace algunos días durante mis visitas a
ese centro asistencial para conocer del estado de salud de una prima
que lleva varios días ingresada allí. Me sorprende ahora la noticia de
que esta sábado, en horas de la mañana, su madre María del Carmen Cala Aguilera (que allí mismo se encargó de anunciarles a todos su “título” de Dama de Blanco) decidió irresponsablemente llevárselo para su casa.
Anteriormente había expresado en público que lo haría “a cualquier precio”, alegando que en dicha sala solo se estaba agravando. Finalmente lo hizo conociendo que moverlo en estas condiciones prácticamente lo conduciría a la muerte, luego de dejar su consentimiento por escrito y manifestar que “no le importaban las consecuencias”.
Vale señalar que esta Sala de Terapia Intensiva es considerada por muchos la segunda mejor del país y está equipada con recursos comparables con los de cualquier país del primer mundo. Por sus resultados y por el equipo de profesionales de la salud que en ella trabaja ha sido galardonada en varias ocasiones.
Es muy lamentable que se ponga en peligro de esta forma la vida de
una persona. Esto da mucho qué pensar: ¿Es la vida de su hijo lo que
preocupa a María o montar un show mediático para salir de sus problemas
personales? ¿Se trata de una Dama de Blanco o de una asesina que se esconde detrás de esa ropa blanca para que nadie la descubra?
No es la primera vez que este tipo de comportamiento es “orientado” a
la contrarrevolución. Esta es una alerta de algo que pudiera
complicarse y que a todas luces pretende manejarse con turbias
intensiones.
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