Por Anahi Rubin
Hasta hace seis meses pocos conocían a Ayotzinapa, pequeño pueblo del
estado de Guerrero en México y seguramente otros pocos tenían idea del
suburbio de Ferguson, Misuri, en Estados Unidos.
Pero dos acontecimientos terribles, pusieron a estos lugares en la primera plana de la media nacional e internacional.
Uno sucedió en Estados Unidos el 8 de agosto de
2014, cuando un policía blanco asesinó al joven afroamericano de 18 años
Michael Brown. El otro suceso aconteció el 26 de Septiembre, en México,
cuando 43 estudiantes fueron desaparecidos por policías, militares, y
narcotraficantes.
Qué tienen en común estos dos lugares, además del
asesinato de minorías, por parte del estado. Qué coincidencias
políticas, históricas y sociológicas se desarrollaron para dar como
resultado la muerte y desaparición de jóvenes inocentes.
Michael Brown había terminado su escuela
secundaria, iba a entrar a la Universidad, tenía 18 años y sueños de
progreso. Era parte de los 14.000 habitantes de origen negro de Ferguson
que conforman el 25% de pobres y 47% de desempleados en dicha
comunidad, según Pew Research Center.
A partir del 9 de agosto del 2014, cuando fue
asesinado por el policía blanco Darren Wilson, entró a formar parte de
las estadísticas dadas por el FBI: dos veces por semana un policía
blanco ha asesinado a un afroamericano en los últimos 7 años. El 18% de
esos jóvenes asesinados tenían menos de 21 años.
Un mes después ,26 de Septiembre, 43 estudiantes de
la Escuela Rural, Raúl Isidro de Burgos, fueron desaparecidos por
fuerzas combinadas pertenecientes al gobierno y al narcotráfico. Los
estudiantes eran campesinos del estado de Guerrero, que ocupa el segundo
lugar de pobreza del país; de cada 100 habitantes 31.7 sufren pobreza
extrema. Las escuelas rurales son uno de los últimos vestigios de la
Revolución Mexicana. Creadas a partir de la década de 1920, con fuertes
componentes de transformaciones sociales; su ideario es ayudar a las
comunidades indígenas a través de la educación.
No es la primera vez que estudiantes ruralistas son
asesinados; sus ideales socialistas y de repartición de la tierra
costaron la vida de muchos de sus referentes. Entre ellos Lucio Cabañas
Barrientos y Genaro Vázquez Rojas; quienes estudiaron magisterio en la
escuela Isidro de Burgos y luego se erigieron en líderes populares y
revolucionarios. Lastimosamente tuvieron el final que tienen muchos de
los que pelean por causas del pueblo; Cabañas fue asesinado en 1974 por
el ejército mexicano en una emboscada y Vázquez murió en un dudoso
accidente en 1972.
Aunque el Doctor King fue asesinado en 1968, el motivo de su lucha
todavía es válida, ya que lejos de terminar, se ha acentuado la
desigualdad e índices de pobrezas para los ciudadanos afroamericanos
(28.1% en una población de 44.5 millones).
En estos meses miles de ciudadanos mexicanos y
norteamericanos salieron a las calles de sus respectivos países, por el
asesinato de estos jóvenes.
Aunque hay supuestos culpables en cárceles, todavía
no llegó la justicia en ninguno de los dos casos, ni en Ayotzinapa ni
en Ferguson.
Lo que si asoma es la conciencia de muchos que recorren pueblos y ciudades en busca de un futuro mejor.
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