
Fuente original: Cambios en Cuba.
Por M.H. Lagarde
Sitios contrarrevolucionarios en internet informaron que la 
subsecretaria de Estado de Estados Unidos para América Latina, Roberta 
Jacobson, se reunió el viernes en La Habana, durante una hora y cuarenta
 minutos, con sectores de la llamada “disidencia” interna. 
Entre los asistentes a la reunión con Jacobson – quien viajo a
 La Habana el pasado miércoles para la reanudación de las relaciones 
diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba-, estuvieron los disidentes 
José Daniel Ferrer, Elizardo Sánchez, Héctor Maseda, Guillermo Fariñas, 
Marta Beatriz Roque y Antonio González-Rodiles.
Según las fuentes los participantes en dicho en encuentro al parecer 
quedaron muy complacidos con el “desayuno” que tuvo lugar en la casa del
 jefe de la todavía Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
De acuerdo con las declaraciones de Antonio Rodiles el encuentro 
“estuvo muy bien, en general” y según Marta Beatriz Roque la 
conversación tuvo tiene mucho más valor que la sostenida hace unos días 
con los senadores, “porque Jacobson tiene un gran conocimiento sobre 
Cuba”.
Elizardo Sánchez por su parte dijo que “Lo más relevante es que ellos
 quieren dejar claro un mensaje de apoyo a la sociedad civil en su 
conjunto”, aseguró el presidente de la llamada Comisión Cubana de 
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
“Tienen plena conciencia de que queda un largo camino para la mejoría
 de la situación de los derechos humanos en Cuba”, señaló Sánchez, 
conocido también como El Camaján.
Y para la propia Jacobson: “Fue muy importante para mí escuchar sus 
perspectivas y cómo podemos apoyar a la sociedad civil en el futuro”.
Llama la atención la limitada visión que mantiene el gobierno de 
Estados Unidos sobre lo que es la sociedad civil cubana. Cabría 
preguntarse si en algún momento  de su estancia en La Habana la 
subsecretaria de Estado de Estados Unidos para América Latina detuvo el 
van de la SINA en que viaja para preguntarle a cualquier cubano en la 
calle si pertenece a las Fuerzas Armadas Revolucionarias o al Ministerio
 del Interior.
La sociedad civil cubana, como bien dijo hoy en el canal 
estadounidense de noticias MSNBC,  la directora de Estados Unidos de la 
Cancillería cubana y contraparte de Jacobson en las conversaciones, 
Josefina Vidal: “son más de 5.000 organizaciones, asociaciones de 
mujeres, de jóvenes, estudiantes, campesinos, profesionales”.
Si embargo Washington se empeña en reducirla a los grupúsculos amamantados de su mano durante décadas con el dinero salido del bolsillo de los contribuyentes norteamericanos. Como bien expresó hoy en un despacho sobre el desayuno ofrecido por Jacobson la agencia AFP: “los disidentes cubanos no han ocultado su desazón por el cambio de política de Estados Unidos, que había sido su principal aliado y fuente de financiamiento durante medio siglo”.
Igualmente sorprendente resulta que el medidor de EEUU sobre el 
respeto a los derechos humanos en la Isla se limite a que el gobierno 
cubano permanezca impasible ante el accionar subversivo de mercenarios 
camuflados de “sociedad civil” que Washington paga para defender sus 
intereses en Cuba.
Como para que a nadie le quede dudas, unas horas después del desayuno
 con los llamados disidentes, y en la propia casa del Jefe de la SINA 
durante una conferencia de prensa, la señora Jacobson reconoció que el 
objetivo del gobierno norteamericano hacia Cuba sigue siendo el mismo: 
transformar la nación caribeña, empoderar la sociedad civil y lograr que
 el gobierno cubano tome medidas más acordes con los intereses de 
Washington en el tema de los derechos humanos.
 
 
 
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