Por José Manzaneda, Coordinador de Cubainformación.
Hoy repasaremos en exclusiva
noticias publicadas en el diario español “El País”. Leemos en este periódico
que, en 2014, los desahucios de viviendas en el Estado español
aumentaron el 13,5 % (1). Pero ni la menor alusión a la responsabilidad del
sistema bancario privatizado en este drama social. Quizá sea porque tres
importantes bancos españoles son accionistas del Grupo Prisa, al que pertenece
“El País” (2). Pero ¿se imagina que esto ocurriera en Cuba? ¿O en Venezuela,
donde el Estado ha entregado, en solo cuatro años, 675.000 viviendas nuevas a
familias sin recursos, sin que –por cierto- “El País” haya informado de ello
(3)?
Leemos sobre una nueva desaparición
de un periodista en México (4). “El País” nos dice que México es uno de los
lugares más peligrosos para ejercer el periodismo. 31 profesionales han sido
asesinados desde 2010. Pero en la noticia no hay la menor alusión a la
responsabilidad del estado o del “sistema” en este drama, que apunta a la
connivencia entre autoridades políticas y narcotráfico. ¿Se imaginan que esta
situación se diera en Cuba, donde el último periodista asesinado fue en 1958,
un año antes el Triunfo de la Revolución (5)?
“El País” también asegura que
Honduras es el país más violento del mundo, con 79 homicidios por cada 100.000
habitantes, y un femicidio cada 14 horas (6). Las dos terceras partes de la
población del país están en situación de pobreza y el 42% en pobreza extrema.
Pero no leemos que esto esté relacionado con un “sistema” o “régimen” político
fracasado, que requiera una rápida “transición”. Es la fórmula –recordemos- que
propone “El País” en la mayor parte de sus reportajes y artículos sobre Cuba,
cuyos problemas están –por cierto- bien alejados de las situaciones extremas de
violencia o miseria existentes en Honduras (6).
En 2014, más de 40.000 personas
procedentes de Guatemala fueron expulsadas de EEUU (7). Leemos que las
remesas constituyen el 10% del PIB de aquel país, y la única posibilidad de
comprar comida, ropa o pagar la educación para miles de familias. Es la
fotografía de tantas otras naciones de la región, menos de una: Cuba. Porque la
emigración cubana no tiene ese problema. Al llegar a EEUU no es expulsada, sino
acogida, y recibe la residencia al de un año (8). Pero sobre esta política de
doble rasero de EEUU no leeremos una línea en las páginas de “El País”.
Leyendo sobre los enormes problemas
sociales de México, Guatemala u Honduras, es curioso que “El País” rara vez
publique un artículo de opinión crítico –mucho menos un editorial- sobre estas
naciones. Sobre Cuba (9) o Venezuela (10), sin embargo, no hay día que no
aparezca un artículo de opinión beligerante con ambos gobiernos. En esta línea
casi obsesiva, el pasado 12 de enero, “El País” llegaba al extremo del
ridículo. Otorgaba media página al periodista canario Juan Cruz que, en
un texto titulado “Cosas que viví en La Habana”, relataba los quince días que
pasó en la capital cubana –en un viaje de turismo-, ¡en el año 1990! (11).
Su vivencia personal de apenas dos semanas, hace 25 años, era suficiente para
hacer toda una radiografía política de Cuba, y para dar las correspondientes
lecciones de lo que el pueblo cubano debe hacer con su país.
Por cierto, ¿han leído en alguno de
los grandes diarios que el Grupo Prisa, propietario de “El País”, debe 3.537
millones de euros, y que ha pedido un nuevo aplazamiento del pago de un
crédito de 2.800 millones para financiar su deuda? (12) Seguramente que no,
porque sobre este tema -común a todos ellos- los diarios en competencia aplican
una implacable censura de “buena vecindad”.
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