El pasado 17 de diciembre, y
sin tener que mediar sincréticas santidades como San Lázaro, a excepción del
Santo Papa Francisco, se pudo escuchar, casi de manera unísono, que ambos
presidentes, Barack Obama (Estados Unidos) y Raúl Castro (Cuba), anunciaban la
normalizaciones de relaciones diplomáticas entre ambos países, 50 años después
de haber sido interrumpidas por decisión de la parte norteamericana.
Cuba, y su pueblo, han sido
víctimas de una cadena de agresiones constantes y de una política exterior estadounidense
de ahogo a la economía cubana para hacer realidad las palabras que el Secretario de Guerra de ese país, Mr. J. G.
Breckenridge escribió al Mayor General Nelson A. Miles, jefe del Ejército
norteamericano, en 1898: “Debemos concentrar el bloqueo, de modo que
el hambre y su eterna compañera la peste, minen a la población civil y diezmen
al ejército cubano.”
Las agresiones cometidas
contra Cuba en estos 56 años de Revolución han conllevado el lamentable
resultado de más de 3 mil muertes y más de 2 mil discapacitados. La mayoría de
dichas agresiones han sido orquestadas por organizaciones terroristas ancladas
en territorio norteamericano y bajo el amparo de los gobiernos de ese país. Además
de más de 116 mil 800 millones de dólares en pérdidas a la economía cubana, por
cuenta del bloqueo económico, financiero y comercial.
Finalmente, la tozudez
imperialista puso a la luz, a través de las palabras de Obama, su rotundo fracaso
por terquedad: “Después de todo, estos 50 años han demostrado que el aislamiento no
funcionó. Es hora de un nuevo enfoque.”
Es evidente que el Tío Sam necesita un nuevo enfoque, ya que Cuba sigue construyendo el Socialismo y continúa
cosechando triunfos, no sólo al nivel nacional, sino en el área internacional
que pone en ridículo todo empecinamiento de querer hundir su proceso social,
político y económico por el uso de la fuerza.
Obama, a sabiendas que las
hienas de la mafia cubanoamericana le saltarían al cuello, intentó darles otra
alternativa_ no es nada nuevo, se contempla en el Carril II de la Ley
Torricelli, que previó la asistencia en apoyo al “advenimiento de la
democracia” en Cuba, a través de organizaciones no gubernamentales radicadas en
el país_. El presidente de la Casa Blanca expone que la nueva puerta “abierta”
al contacto podría suponer la entrada a Cuba de los “genuinos valores”
norteamericanos; siendo así no repara en insistir que los cambios promovidos
son para que “la sociedad civil (se refiere a la cubana) se una a nosotros, y para que, de esa forma,
los ciudadanos y no sólo los líderes, formen nuestro futuro”.
Por
supuesto, todavía el Tío Sam desea retroceder a Cuba al pasado y convertirla en
el casino de lavado de dinero, prostíbulo, juegos y vicios de antaño; y así,
arrebatarle su digno historial, ganado con sumo esfuerzo y sacrificio.
Sin embargo, el rancio fardo de la comunidad cubanoamericana con
mentalidad en la era Mesozoica, no dejó de patalear al conocer sobre los resultados
que conllevaron lo contactos, bien confidenciales, establecidos entre los
gobiernos de Estados Unidos y Cuba, y de las nuevas medidas emitidas por Barack
Obama en su “interés” porque Cuba sea “parte” del futuro imperialista.
Por supuesto, el imperialismo no sería lo que es si no se trata de
imponer con su vieja política basada en el Destino Manifiesto, la misma que
posteriormente convirtieron en Doctrina. Una política con nefastas
consecuencias que la historia nos ha dado como vivencias: expansionismo y
muertes. Los medios para llevar a cabo tal doctrina ya las conocemos: guerras
de rapiña por intereses geopolíticos, robo de recursos naturales, generar en
otros países economías dependientes y un larguísimo etcétera de agresiones,
chantajes diplomáticos y amenazas militares.
La rooseveltiana política de “habla
con calma, pero lleva un Gran Garrote” se mostraron una vez más por parte del
gobierno de Barack Obama: tres días antes de su alocución el 17 de diciembre, se
asestaba un garrotazo a otro banco extranjero, Commerzbank, alemán, el cual fue
multado con 1000 millones de dólares por orden del Departamento del Tesoro de
Estados Unidos, por haber incumplido las leyes del bloqueo contra Cuba. Esto, sin
contar, que aún otros bancos europeos están bajo investigación, como son el alemán Deutsche Bank, los franceses Crédit Agricole y Société Générale
y el italiano UniCredit SpA.
Abrir una “puerta” a la
normalización de las relaciones con Cuba era la posibilidad de poner un telón
de distracción a otro garrotazo que se avecinaba. El golpe maestro contra la
unidad latinoamericana que se fortifica en la región (CELAC, UNASUR, ALBA-TP, MERCOSUR, BANCO DEL SUR y
PETRO CARIBE) se quiso asestar contra la
República Bolivariana de Venezuela, emitiéndose sanciones económicas contra ese
país soberano y con un gobierno constitucionalmente elegido.
Mientras los grandes medios al
servicio del capital buscan llamar la atención mundial dando a conocer, como si
fuese un hecho, la finalización del “embargo” y esgrimiendo la eliminación de la
única “excusa” del “régimen” comunista cubano; otro golpe se asestaba contra
Cuba a partir del pasado 21 de diciembre, pero éste procedía de la rabieta de
la mafia cubanoamericana y sus marionetas dentro de Cuba: la edulcorada
disidencia y que se empecinan en llamar “periodistas independientes” _ a todas
luces: ¡Contrarrevolución y gusanera!
La empresa de
Telecomunicaciones de Cuba denunció sobre la saturación de las redes cubanas
con mensajería proveniente de una plataforma llamada “Despierta Cuba”, cuyo
diseño es similar a proyectos pagados por la USAID como Zunzuneo, Martí
Noticias y Cuba sin Censura. El texto de los mensajes incitaba a la asistencia
en masa a la Plaza de la Revolución para participar en el proyecto “El susurro
de Tatlin”, bajo el lema #YoTambiénExijo, organizado por la artista Tania
Brugueras, al cual el Consejo Nacional de Artes Plásticas denegó su apoyo,
porque dicho “performance” llevaba como objetivo alentar a la subversión y la
desobediencia civil en Cuba: otra de las vías por la que el imperialismo ha
abogado para derrocar la Revolución cubana.
¿Si el Sr. Obama desea normalizar
las relaciones con La Habana, por qué permite que organizaciones terroristas
ancladas en su territorio lleven a cabo agresiones contra Cuba o que dinero del
presupuesto nacional de gastos de su gobierno sea destinado a la subversión y
el desorden civil en otros países (como este caso de Cuba) en vez de ser
destinado para servir a los millones de sin-techos (homeless), los millones sin
seguro médico que deambulan por Estados Unidos o para atender a sus propios
veteranos abandonados después de regresar de las magnicidas guerras, llamadas “ayuda
democrática”, allende sus fronteras?
Aunque el paso dado por
Obama, ya se ha dicho, es valiente; no deja de posibilitar vías a otras
estratagemas para cumplir los objetivos imperialistas_ sobre esto que nadie se
llame a engaño alguno. El presidente norteamericano en un intento de guiño al
pueblo cubano, que sabe está muy identificado con el pensamiento del apóstol, citó
una frase al decir: “José Martí una vez dijo, "la libertad es el derecho que tienen las
personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía". Hoy, estoy
siendo honesto con ustedes.”
¿Honesto? ¿A
quién intenta engañar Mr. Obama? Solo a quienes están dispuestos a seguirlo
siendo. Al carismático Sr. Obama le respondería con una máxima del propio José
Martí: “Ni
la caridad ni el guante blanco son producto natural de los Estados Unidos”.
La pataleta
de la mafia anticubana y sus lacayos era porque el negocio de la propaganda y
la subversión contra Cuba se les podía caer con la normalización de las relaciones
entre ambos países; pero el presidente de descendencia afro y “Nobel de la Paz”
les señaló la vía de oxígeno que necesitaban: “También creo que más recursos
deberían llegarle a la gente de Cuba. Así que aumentamos significativamente la
cantidad de dinero que se puede enviar a Cuba y eliminamos los límites en giros
que apoyan proyectos humanitarios, al pueblo de Cuba y a su emergente sector
privado.” ¿Proyectos humanitarios? Es decir, que del presupuesto de 20
millones de dólares arrancados de los contribuyentes norteamericanos para el
trabajo sucio de la subversión y la propaganda anticubana, se podría aumentar para
continuar con el mismo fin_ y todos “contentos”… bueno, contento todos los vividores
del lucrativo negocito, como las organizaciones terroristas anticubanas de
Miami, las “Damas de Blanco”, Yoani Sánchez y su papi rico Reinaldo Escobar,
Eliécer Ávila, Luis Orlando Pardo Lazo, José Daniel Ferrer, Elizardo Sánchez y
el etcétera de quienes venden su inmoralidad por vivir bien a costa de la
traición.
Pero algo
se le escapa al señor Barack Obama y para dejarlo claro, vuelvo a apoyarme en
nuestro Apóstol: “Ni con lisonja, ni con la mentira, ni con el alboroto se ayuda verdaderamente
a una obra justa”. Por
tanto, el pueblo cubano no siente necesario el bajar la cabeza cuando la
política hostil es impuesta por parte de otro gobierno, como ha sido el caso de
su vecino del norte (el imperialismo). Cuba no claudica en su lucha tenaz por
mantener su soberanía y el pueblo cubano continúa y continuará construyendo con
esfuerzo y limpia dignidad humana un futuro propio para Cuba y el mundo.
El compañero
Raúl Castro, en su alocución del 17 de diciembre, reiteró la disposición de
Cuba en dialogar sobre diversos temas de interés para ambos países, siempre que
sea en un marco de respeto e igualdad de condiciones; sin imposiciones ni
hegemonías. De igual manera, como expresara tres días después, en su discurso
de clausura en el IV Período Ordinario de la VIII Legislatura de la Asamblea
Nacional: “Desde Cuba jamás se ha organizado,
financiado ni ejecutado un acto terrorista contra personas, intereses o
territorio alguno de los Estados Unidos, ni se permitirá. Cada vez que hemos
conocido cualquier información sobre planes terroristas contra Estados Unidos,
se lo informamos a su Gobierno, al cual desde hace años hemos propuesto
establecer un acuerdo de cooperación en esa materia.”
Así mismo dejó claro en esta ocasión que “no debe pretenderse que para mejorar
las relaciones con los Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha
luchado durante más de un siglo, por las que su pueblo ha derramado mucha
sangre y ha corrido los mayores riesgos.”
Es necesario comprender que Cuba es un
Estado soberano cuyo pueblo, en libre referendo para aprobar la Constitución,
decidió su rumbo socialista y sistema político, económico y social.”
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