María Isela Lantero Abreu, jefa del Departamento de infecciones de transmisión sexual y VIH/Sida del MINSAP. Foto: René Pérez Massola/ Trabajadores. |
Por Rosa Miriam Elizalde.
Utilizar la epidemia de VIH-sida como pretexto
para espiar e intervenir políticamente un país es monstruoso, manifestó
una alta funcionaria del Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba, a
propósito de un programa encubierto del gobierno de Estados Unidos, que
utilizó como pretexto la prevención del flagelo para alentar una
rebelión en la isla.
The Associated Press reveló esta semana detalles de un proyecto de la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que
empleó a jóvenes de Costa Rica, Perú y Venezuela para viajar a la isla y
obtener información de inteligencia mediante talleres contra el VIH.
Con un costo millonario, el programa de la Usaid funcionó de octubre
de 2009 a 2011, a partir de un contrato con la firma Creative Associates International, compañía establecida en Washington. De acuerdo con otra investigación de Ap, esa empresa desarrolló el twitter cubano, red de mensajes de texto conocido como ZunZuneo, destinada también a la subversión política.
En declaraciones a La Jornada, María Isela Lantero Abreu,
jefa del Departamento de Infecciones de Transmisión Sexual y VIH-Sida
del Minsap, lamentó este tipo de hechos, que ponen en riesgo la
credibilidad de los proyectos de intercambio de salud de Estados Unidos
con Cuba y con el resto del mundo.
Deshumanización de programas
Evidencia el grado de deshumanización de los programas políticos de cambio de régimen del gobierno (de Estados Unidos), a diferencia de la actitud de ciudadanos e instituciones de ese país, que de buena fe han ayudado por años a Cuba para prevenir la epidemia, subrayó.
Recordó que
no pocos de los primeros contagiados del VIH, causante del Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), se trataron con medicamentos que donaron organizaciones no gubernamentales y ciudadanos estadunidenses, cuando Cuba aún no producía sus antirretrovirales, y gracias ellos algunas de esas personas siguen vivas.
Con ayuda internacional, como el Instituto Humanista de
Cooperación al Desarrollo de Holanda y Médicos sin Fronteras, el sistema
sanitario cubano
no sólo se esfuerza por prevenir la infección, sino mejorar la calidad de vida de las personas seropositivas de forma tal que no desarrollen la enfermedad o mueran. El proyecto de la Usaid es una ofensa para las personas e instituciones que cooperan noblemente para mejorar nuestra salud, expresó.
“Lo paradójico –añadió– es que se utilice como excusa la prevención
de la epidemia para cambiar al gobierno del país que tiene una de las
tasas más bajas de la región, menor incluso que la de Estados Unidos y
Canadá.”
Cuba invierte más de 100 millones de dólares al año en programas de
promoción y prevención, así como en la aplicación de los llamados
cócteles retrovirales, los cuales han permitido que más de 90 por ciento
de los portadores cubanos del VIH haya sobrevivido.
El aumento de las pesquisas, la divulgación de mensajes contra las
enfermedades sexuales en general –por radio y televisión– y la
activación de líneas telefónicas discretas son algunos de los recursos para mantener a raya la expansión del virus.
Aun cuando cada año en la isla se diagnostican nuevos casos, la
epidemia mantiene una baja prevalencia en la población cubana, con una
tasa de 0.2 por ciento (en América Latina es de 0.4 y en el Caribe de
0.9). En Estados Unidos y Canadá es de 0.6.
Entre jóvenes de 15 a 19 años, Cuba tiene el índice más bajo de las
Américas, 0.02 por ciento. Según Lantero, la nación está optando por ser
certificada como el primer país de la región que ha eliminado la
transmisión por vía genética de la sífilis y el VIH.
Esto es posible porque llevamos más de 20 años en la prevención de este flagelo y conocemos palmo a palmo a nuestra población. ¿Qué derecho tiene Estados Unidos para manipular una campaña de salud en un tema tan sensible y privado para cualquier persona?, concluyó.
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