Imagen con la que comienza el vídeo de EI, publicado por el sitio Infobae, sobre el asesinato del periodista James Foley |
El
mundo se ha conmocionado con el asesinato del periodista James Wright Foley, publicado
en un amenazante
vídeo que ha recorrido las redes, en efecto cadena, publicado por el Estado
Islámico (EI).
Un
día después de que se subiera a internet, y la Casa Blanca autentificara el
mismo, Barack Obama, desde su residencia de vacaciones en Martha’s Vineyard,
dio una comparecencia donde expuso en sus declaraciones que el salvaje degüello
del periodista estadounidense era un “acto de
violencia que agita la conciencia del mundo entero”.
Sí, en realidad es un acto de violencia, un
crimen horrendo y que debería agitar la consciencia humana ¿Obama habrá sentido
la suya agitada? ¿Habrá tomado consciencia, alguna vez, el presidente
norteamericano sobre todos los actos de violencia, de todos los actos de
asesinatos, de todos los actos de agresiones, de masacres, de injerencias, invasores
y hegemónicos en los que Estados Unidos, bajo un ego de prepotencia, ha sido el
protagonista, ha sido el orquestador o ha sido el máximo e indirecto cómplice, y
que han agitado al mundo?
Pido a quien lea estas líneas, no crea que con la anterior
pregunta doy razones para justificar un cobarde acto de asesinato como el cometido
contra el periodista James W. Foley. No estoy de acuerdo con ningún método que
conlleve ultimar una vida humana. Y también incluyo mi condena al asesinato
masivo cometido por los extremistas islámicos, al enterrar vivos en fosas
comunes a 500
miembros de la comunidad yazidí, un antiguo grupo religioso
kurdo, entre ellos niños y mujeres.
Imagen del vídeo de EI, publicado por el sitio Infobae, sobre el asesinato del periodista James Foley |
Simplemente me conmueve la lúcida y tranquila declaración
de muerte que el propio Foley muestra, siendo capaz de reconocer el verdadero
culpable de su situación y de las consecuencias que están conllevando la
belicosa e injerencista política exterior de su país:
"Pido a
mis amigos, a mi familia y a mis seres queridos que se levanten contra mis verdaderos asesinos, el gobierno de los
Estados Unidos, Pues lo que me
ocurrirá es el resultado de su
complacencia y criminalidad".
"Mi mensaje
a mis seres queridos: déjenme algo de dignidad y no acepten ninguna compensación miserable por mi muerte de parte de la
misma gente que, efectivamente, puso el último clavo en mi ataúd con la
reciente campaña aérea en Irak.
"Pido a mi
hermano John, que es un miembro de la Fuerza aérea: Piensa en lo que estás
haciendo. Piensa en las vidas que destruiste, incluida la de nuestra propia familia... Piensa, John, ¿a quiénes han
asesinado realmente? ¿Piensan en mí, en ti o en nuestra familia cuando
tomaron esa decisión?
"Yo morí ese
día, John. Cuando tus colegas tiraron esa bomba sobre esta gente, firmaron mi
certificado de muerte. Me hubiera gustado tener más tiempo. Me hubiera gustado
tener la esperanza de libertad y volver a ver a mi familia. Pero ese barco ya
ha zarpado.
"Creo que, al final de todo, desearía no
ser estadounidense", termina Foley.
Imagen del vídeo de EI, publicado por el sitio Infobae, sobre el asesinato del periodista James Foley |
Sin
embargo, Barack Obama justifica la acción aérea en Irak, tomando en cuenta que las
tropas de los terroristas se acercaban a la ciudad de Erbil, “donde diplomáticos norteamericanos y civiles
sirven a nuestro Consulado” y las tropas estadounidenses “asesoran a las fuerzas iraquíes”, según
expresó el propio presidente norteamericano en conferencia de prensa y que se
muestra en el vídeo de EI. ¿No podían montar a su personal diplomático y civil
en un avión y traerlos seguro a casa, fuera de cualquier peligro apreciable y
permitir que sean los iraquíes quienes resolvieran su conflicto interno?
¡Por
supuesto que no! La mayor potencia, el auto declarado gendarme del mundo no
podía hacer otra cosa que volver a llevar la muerte a Irak, como en tantos otros
países. Era necesario manipular
la opinión pública estadounidense y del mundo para justificar su nueva
campaña bélica.
Habría
que recordar lo que el General del Cuerpo de Infantería de Marina de los
Estados Unidos, Smedley Butler dice en su libro sobre la Diplomacia de Cañonero
de su propio gobierno:
“He
servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las
fuerzas armadas estadounidenses: en la Infantería de Marina. Tengo el
sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente
calificado al servicio de los grandes negocios del Wall Street y sus banqueros.”
“En
una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo (…)
“Fui
premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás
considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como
gánster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres
continentes… (…)La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera.”
Irak
no ha sido diferente en el embuste. Un país invadido en el 2003 bajo el
pretexto de tenencia de armas de destrucción masiva. Mentira sostenida por
George W. Bush, Anthony Charles Lynton Blair y José María Aznar. Este último se
atrevió a aludir que la intervención respondía a la convicción de que aquel
gobierno (de Saddam Hussein) constituía una amenaza para sus vecinos y para los
propios países occidentales.
¿Quién
realmente amenazó a quién? Cuando se llenaron la boca de que la invasión
respondía para llevar la democracia, años después Wikileaks demostraba que Irak
se había convertido en un vertedero de cárceles secretas y torturas. Esto sin
contar que rápidamente Bush viajó a Irak para firmar negocios con el petróleo del
que se apropiaron de manera oportunista.
Hoy
Obama se empecina en remarcar: “seguir haciendo lo que
debemos hacer”, para acabar con Estado Islámico.
El asesinato de grupos étnicos o religiosos es tan
inmundo y condenatorio como las masacres poblacionales generadas con las
invasiones militares a otros países por parte de los llamados, con gran
sadismo, países “democráticos”.
Lamentablemente otras personas, como el también
periodista norteamericano Steve Joel Sotloff, posiblemente correrán igual
destino al de Foley por culpa de la prepotente y desafiante posición del
gobierno norteamericano en mantener su conducta belicista y agresora.
¿Si tanto horror y conmoción le ha ocasionado la
muerte de Foley, como lo ha sentido el resto de la humanidad, por qué no es
capaz de actuar de igual forma “contundente” contra el Estado sionista de Israel,
por el genocidio que está cometiendo contra los palestinos en Gaza?
¡Obama, no seas mascarita! No sé con qué vergüenza
puedes mirar a tus hijas, después de dirigirles una misiva, una vez haber sido
elegido, por primera vez, presidente de Estados Unidos:
“Quiero
que todos nuestros niños acudan a escuelas donde desarrollen su potencial,
escuelas que sean un reto, los inspiren y generen en ellos una capacidad de
maravillarse del mundo que tienen a su alrededor. Quiero que tengan la oportunidad de ir a la universidad, aunque sus padres no sean
ricos. Y quiero que
accedan a buenos trabajos, trabajos que paguen bien y os den beneficios como
atención médica, trabajos que os dejen tiempo suficiente para estar con
vuestros propios hijos y retiraros con dignidad.”
“Quiero
que podamos sobrepasar las fronteras del descubrimiento para que podáis conocer
nuevas tecnologías e inventos que mejoren vuestras vidas y hagais de este
planeta un lugar más limpio y seguro. Y quiero que podamos sobrepasar nuestras
propias fronteras para
que lleguemos más allá de la división de raza y
territorio, género y religión que nos evita ver lo mejor de cada uno.
“A
veces tenemos que mandar a nuestros jóvenes, hombres y mujeres, a guerras y
otras situaciones peligrosas para proteger nuestro país, pero cuando lo
hacemos, quiero estar seguro que sea sólo por muy buenas razones, que hagamos todo lo posible por arreglar nuestras
diferencias con otros de manera pacífica, y que hagamos todo lo
posible por mantener a todos nuestros compatriotas seguros.”
Repito, una
vez más, lo que escribí en una entrada anterior, aprovechando la publicación
de una carta de Alfonso Pérez Esquivel a Obama:
“Verguenza debería sentir Barack Obama,
que su cara sólo sirvió para ganar una campaña de esperanzas perdidas e
incumplidas; de aportarle más millones a los ya más ricos y seguir
dejando en la pobreza y el desamparo a los más pobres.”
“Verguenza debería sentir de trocar
el significado de "PAZ" con las atrocidades de inventarse guerras de
rapiña; de que la famosa "ayuda humanitaria"
norteamericana caiga en forma de bombas y metrallas para exterminar
pueblos.
“Verguenza debería sentir de
trabajar para mejorar su imagen de cartoon, tergiversando hechos para lograrlo;
de permitirle a las castas de poder de los grandes capitales las decisiones y
que lo muevan a través de enmascarados hilos.
“Verguenza debería sentir de
justificar la eliminación de sujetos costosamente creados por las agencias
del terror de su país (CIA), hoy denominados como "estorbos" (ej.
Osama Bin Laden); pero seguir resguardando a otros probados
criminales que se pasean descaradamente por teatrales y farisaicos
procesos judiciales (ej. Luis Posada Carriles) porque así se aplaca la
furia de la carroñera democracia norteamericana.
“Pero la mayor vergueza que debería
sentir Obama, no es sólo con la humanidad a la que le crea más agravios y
engaña, sino con la inevitable y gran decepción que sembrará en sus propias
hijas cuando de manera consciente descubran que su padre, el Presidente de
Estados Unidos, fue sobornado, inmerecido e inútilmente galardonado con un
título al que nunca le hizo dignamente los honores.”
Los dirigentes del Estado Islámico deben detener sus actos de
linchamientos que sólo genera más violencia, de la misma manera que el gobierno
de Estados Unidos debería detener su carrera guerrerista. Ambos, a sus muy
íntimas maneras, actúan como terroristas.
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