lunes, 3 de junio de 2013

La pobreza en Estados Unidos, los presupuestos para derrocar la Revolución Cubana y el diccionario de la subversión.

Foto tomada de internet

Tomado del Blog Auca en Cayo Hueso.
Por aucalatinoamericano

Part I

Según despachos de prensa, los índices de pobreza en Estados Unidos se elevaron abruptamente en los últimos cinco años. Se constata a diario en la población y lo demuestran estadísticas publicadas por el The Wall Street Journal, que señala como la pobreza se extiende a todo el territorio de la Unión sin que haya indicios de que un discreto crecimiento del empleo (del 9% al 9,6%) logre retrotraer los indicadores de pobreza que se constatan a diario. El crecimiento de indicadores relacionados con los programas de asistencia nutricional, que abarca entre otros a casi la mitad de los niños norteamericanos. Según estas fuentes, el 15% de la población norteamericana estaba recibiendo en abril cupones de alimentos.
 
Según un despacho de PIA (Periodismo Internacional Alternativo), del 02/04, “La aplicación de la ley para recortar el presupuesto 85 mil millones de dólares este año ha obligado a realizar grandes recortes en programas que ayudan a las personas en situación de pobreza extrema, incluyendo ayuda para la vivienda, la educación preescolar y los beneficios nutricionales”.

Los recortes, según otros medios, afectan a 50 millones de estadounidenses que encontraran más dificultades para encontrar trabajo y una vida mejor. Los índices según el medio digital La República (http://www.larepublica.es) se sitúan al nivel de la década del 60, cuando Lyndon B. Johnson lanzó la llamada “Guerra contra la Pobreza del Gobierno Federal”.

Ha sido ampliamente difundido el polarizado debate en el Congreso de la Unión sobre el presupuesto para el 2014 y la fuerte disputa alrededor del recorte de los gastos de seguridad social (Security Social) y el incremento a los impuestos sobre la renta a los más beneficiados.
En el propio mes de abril fue anunciada la culminación del programa de asistencia a los desamparados neoyorquinos como resultado de los destrozos que dejara el Huracán Sandy en el 2012. Los daños aún no han sido restaurados definitivamente. Para esa fecha a los distritos de Queen y Staten Island la recuperación no había llegado y la tragedia sigue presente. 600 familias, según cable de EFE del 29 de abril, no tendrían adonde ir, luego que culminara el programa que los mantenía hospedados en hoteles de la ciudad.

Aún hoy, los estragos que dejó el Katrina no han sido superados.

En el contexto del crecimiento de la pobreza y el recorte de los programas sociales, el Gobierno de EE.UU. anuncia la distribución de los fondos para “ayudar a la democracia en Cuba” (ver TRACEY EATON, Distribución de los 20 millones de dólares en Cuba) según la asignación del presupuesto para el 2012, y se asignan otros 20 millones para el presupuesto 2013-2014.

Tratando de traducir el lenguaje edulcorado y sofista de los programa de la USAID, debemos entender:

-por “promover la democracia en Cuba”: son los programas destinados a subvertir el orden por diversas vías.

-por “facilitar el libre flujo de información” y “el intercambio de ideas”: debe entenderse distribuir entre la población cubana información contra su propio Gobierno y facilitar el envío de informaciones tergiversadas de la realidad cubana hacia el exterior.

-por “preparación de los activistas de la sociedad civil”: debe entender entrenar a los contrarrevolucionarios internos que reciben un financiamiento para sus acciones contra Cuba.
-por “igualdad y defensa de los afrocubanos”: debemos entender generar focos de conflicto entre la población, que con mucho orgullo nos hemos llamado toda la vida negros, y las instituciones de gobierno.

-por “satisfacer las necesidades de la comunidad” debe entenderse crear mecanismos que sean independientes del gobierno revolucionario pero al mismo tiempo dependientes financieramente del gobierno de EE.UU. para poder utilizarlos a su antojo.

Y así podríamos estar interpretando el verdadero trasfondo de un lenguaje que supuestamente es de ayuda, y que en nuestro caso va dirigido a desmontar la Revolución y en el caso de otros pueblos reforzar la colonización y lograr un mayor posicionamiento norteamericano en sus sociedades, que permita, eso sí, el mayor acceso de los EE.UU. a sus centros de poder económico y político.

Cuando los desastres del Katrina el gobierno de Cuba, humildemente ofreció al gobierno de EE.UU. su ayuda desinteresada para apoyar con nuestros médicos a paliar la situación. En su soberbia acostumbrada se negaron a aceptar nuestra ayuda. Con esa misma soberbia con la que arrastran a su pueblo a escabrosos caminos, tratan de minar en el sentido más exacto de la palabra, nuestra sociedad con una “ayuda” nada desinteresada que nadie les ha solicitado.
La situación sugiere más de una interrogante. Por ahora solo la primera:

¿No tiene el pueblo más desposeído de EE.UU., ese que duerme en las calles en invierno, o en los albergues para homeless, que carecen de calefacción, o los que recibirán recortes en sus Programas de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP), el derecho de reclamar para ellos los 20 millones que destinan para derrocar al gobierno de Cuba?

Esa pregunta no debiera hacerla Cuba, debieran hacerla los propios norteamericanos a quienes, en el Congreso de su país, presionan para que ni un solo centavo sea rebajado de esos programas.

Continuará…..
 

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