domingo, 16 de junio de 2013

Che: presente y futuro


Por Amelia Duarte de la Rosa y Michel Hernández Sánchez

Aquel niño asmático y mal desarrollado, como en una ocasión lo definiera su padre don Ernesto Guevara Lynch, que parecía imposible llegara a convertirse en un ícono de revoluciones y pensamiento para la América Latina y el mundo de nuestro tiempo, hoy hubiera cumplido 85 años. Pero no yace en la muerte del olvido quien aún sobrevive en tantas mentes, su figura legendaria y ejemplo se han agigantado en todas las latitudes que bregan por la libertad.

Su vida revive con más fuerza cada vez. Su imagen y simbolismo se erigen en la conciencia y determinación de los que eligen ser fieles a sus ideas. Guerrillero, padre, amigo, poeta, economista, fotógrafo, apasionado del ajedrez, el Comandante Guevara fue un ser adelantado a su tiempo, "el caso singular —como lo catalogara Fidel durante la velada solemne por su fallecimiento— de un hombre rarísimo en cuanto fue capaz de conjugar en su personalidad no solo las características del hombre de acción, sino también del hombre de pensamiento".

Y fue precisamente un día como hoy del año 1928, en Rosario, Argentina, donde Ernesto Guevara de la Serna vio la luz. Su padre, constructor civil, y su madre, doña Celia de la Serna, una mujer de carácter firme y enérgico. Cuenta don Ernesto, en Mi hijo el Che, que desde chico no toleraba que le impusiesen algo que considerase injusto o que lo retasen sin razón. El asma que padeció desde los dos años era angustiosa para la familia pero, "es posible que la misma enfermedad lo fuera endureciendo en el sentido de aprender a dominarse y no dejarse llevar por el arrebato o la sugestión".

Mientras, de mayor, cuando estudiaba en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, siempre bromista y alegre, "tenía al principiar un diálogo, una manera un poco lenta de hablar, agilizándose a medida que tomaba calor en la conversación. Sus ojos eran oscuros; su manera de mirar, profunda e inquisidora. Cuando miraba escrudiñaba el alma de su interlocutor".

Así fue naciendo la personalidad del doctor Guevara, que luego de ponerse en contacto estrecho con la miseria, el hambre, las injusticias y las dictaduras a las que estaba sometida América Latina, se convirtió en expedicionario del Granma, en rebelde de la Sierra, en Comandante de la naciente Revolución cubana y en guerrillero del mundo.

De ahí, que cuando en 1959, en una entrevista para la revista Alma Máter le preguntaron por qué siendo argentino, había participado en forma tan decidida en la Revolución, señaló: "Desde el punto de vista personal rechazo toda explicación que pretenda demostrar de alguna forma, que un extranjero puede venir a luchar en otra tierra. Para nosotros los que vivimos al sur del Río Bravo, cualquiera de las patrias americanas es nuestra y sobre cualquiera de ellas, podemos dar nuestra sangre en la seguridad de que estamos luchando por nuestra patria ".

"A los 14 compró aquel morral con la foto del Che, y fue aprendiendo que la libertad es un bien por hacer...".

Jorge Drexler (cantautor uruguayo) 

Símbolo universal de resistencia, el Che Guevara es sin duda un baluarte que continúa naciendo en la protesta esencial contra las injusticias y los desmanes de las sociedades neoliberales. Durante la década del 60, el Che, como ícono de rebeldía, se multiplica en diversas partes del mundo. Desfila junto a los estudiantes durante el Mayo Francés, en las protestas contra la Guerra de Vietnam, y recorre los guetos estadounidenses bajo los influjos del Poder Negro y el Movimiento de las Panteras Negras (Black Panthers). Su filosofía de vida al servicio de la transformación social, su irreductible sentido humanista y su imagen transgresora, son algunas de las claves que han borrado fronteras para diseminar su historia de vida y su ejemplo. Eso, a pesar de que las industrias culturales del neoliberalismo, a través de la incesante comercialización de su imagen, han pretendido vaciar de sentido su figura de hombre honesto como pocos, un hombre de carne y hueso que fue fiel a sus ideales hasta las últimas consecuencias.
 
Es indudable que su legado ha estimulado procesos valederos que se concretan no solo en la acción política, sino también desde diversas expresiones del arte, un campo en el que ha servido de fuente de inspiración para muchos creadores y que, sin embargo, no es comúnmente visitado cuando se habla del Che: "Su búsqueda de una dignidad humana plena sigue siendo un motor contemporáneo, porque Ernesto Guevara no tuvo intereses mezquinos: fue un inconforme radical, un iconoclasta que puso su pellejo por delante para dar un sentido superior, más que a su propia vida, a la vida de todos. Por eso ha sido lucidez inspiradora de actos, poemas y canciones en muchos tiempos y lugares", declaró el cantautor cubano Silvio Rodríguez en una de sus visitas a Argentina. 

Su voz se disemina entonces en canciones tales como Hacen mil hombres, del venezolano Alí Primera; la imbatible Hasta siempre comandante, del cubano Carlos Puebla; Zamba al "Che", de Víctor Jara; Tuve un amigo querido y Nada más, de Atahualpa Yupanqui, o América te hablo de Ernesto, del propio Silvio, así como en la discografía de bandas como la argentina Todos tus muertos y de la insumisa alineación estadounidense Rage Against The Machine, cuyas presentaciones siempre han venido acompañadas de la imagen del guerrillero.

En el contexto cubano, también ha sido evocado en reiteradas ocasiones por otros como Sara González, Gerardo Alfonso, Pablo Milanés, Ireno García, Noel Nicola, Frank Delgado, Santiago y Vicente Feliú, debido a que su savia es un sustrato imprescindible para el movimiento de la Nueva Canción, así como de muchos exponentes de primera línea del hip hop y de la novísima trova, que ven en la coherencia de su obra un camino para echar por tierra oportunismos, la doble moral y actitudes de desmovilización social.

El músico, compositor y productor argentino Andrés Calamaro, es uno de los que abogó por trascender el culto epidérmico para propiciar un acercamiento auténtico a su legado y asumirlo como una filosofía de vida: "No sé si está de moda o no, si el rock lo adoptó como ícono, pero ese hombre merece estar en el cielo, si es que hay un lugar que merezca ser llamado así. Guevara representa para los latinos lo mismo que Malcolm X para los negros de Norteamérica. Pero no seamos frívolos, cuando nos encontremos en una tienda comprando su remera con un puñado de dólares, será tiempo de poner los pies en la tierra y volver a pensar todo de nuevo".

Una frase que indudablemente han tomado como suya los nuevos movimientos sociales integrados en su mayoría por jóvenes que tienen la valentía de salir a las calles para lanzar sus reclamos con una fuerza inusitada que no se respiraba desde los años 60, y en cuyas exigencias, por una sociedad justa y humana, se asoman los ideales libertarios del Guerrillero. Para comprobarlo, solo basta recorrer con la mirada las imágenes de las multitudinarias movilizaciones en las que el rostro del Che Guevara sale al paso con el ímpetu de una utopía indiscutida, y acompaña las camisetas de muchos jóvenes que saben que en varias regiones del mundo la libertad es un bien por hacer.




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